Ciudad de México a 21 de abril de 2025
Este lunes, el mundo ha recibido con pesar la noticia del fallecimiento del Papa Francisco, a los 88 años de edad. La Santa Sede informó que el obispo de Roma “regresó a la casa del Padre” a las 7:35 de la mañana, según lo anunció el cardenal Kevin Joseph Farrell, camarlengo del Vaticano. En palabras suyas: “Nos enseñó a vivir los valores del Evangelio con fidelidad, valentía y amor universal, especialmente en favor de los más pobres y marginados”.
Francisco, el primer Papa jesuita, el primero en llamarse así —en homenaje al santo de Asís, símbolo de humildad y cercanía con los pobres—, fue también el primer Pontífice no europeo desde el siglo V y el primero originario de América Latina. Con 12 años de pontificado, Francisco fue un Papa que, desde su elección, representó un símbolo de cambio: lideró la entrada de la Iglesia católica en el siglo XXI, abriendo espacios para discutir temas antes considerados tabúes y alentando una Iglesia menos rígida, más empática y cercana a la vida cotidiana de su feligresía.
Desde Católicas por el Derecho a Decidir México reconocemos que, si bien el Papa Francisco no estuvo exento de contradicciones y límites institucionales, su voz abrió resquicios de esperanza para millones de personas creyentes que anhelamos una Iglesia más amorosa, incluyente y respetuosa de la dignidad de cada ser humano. Francisco fue un líder espiritual que llamó a “desmasculinizar la Iglesia”, que abrió la puerta a la participación de mujeres en cargos de liderazgo dentro del Vaticano, que permitió la bendición a parejas del mismo sexo y que pidió reconocer la dignidad de las personas trans.
En diversos momentos de su pontificado, expresó posturas que invitaban al discernimiento, al respeto por la conciencia individual y al acompañamiento pastoral en lugar del juicio. En la Exhortación Apostólica Amoris Laetitia, señaló: “Estamos llamados a formar las conciencias, pero no a pretender sustituirlas”, recordando que la fe no se impone, sino que se vive en libertad. Sobre la diversidad sexual, llegó a afirmar con claridad: “¿Quién soy yo para juzgar a una persona gay que busca a Dios y tiene buena voluntad?” Y respecto a las mujeres que han atravesado por un aborto, hizo un llamado al acompañamiento desde la misericordia, no desde la condena.
Estas palabras resonaron en comunidades de todo el mundo, especialmente entre quienes han sido históricamente excluidas o silenciadas dentro de la Iglesia. Francisco, con gestos concretos y palabras significativas, dejó ver la posibilidad de una transformación pastoral, más en sintonía con el Evangelio que con las estructuras de poder.
Desde Católicas por el Derecho a Decidir México nos solidarizamos con la feligresía católica mundial por la pérdida del Papa Francisco. Con respeto y desde nuestra mirada crítica, rescatamos sus llamados a la compasión, a la justicia social, al cuidado de los más vulnerables y al diálogo con el mundo contemporáneo. Honramos su legado como una invitación a seguir construyendo una Iglesia más misericordiosa, empática y abierta al discernimiento de sus fieles. Que su memoria inspire a caminar hacia una comunidad de fe más humana y verdaderamente amorosa.
Descanse en paz, Papa Francisco.