[Música]
Fray Julián Cruzalta, fraile dominicano: Nos llamamos Católicas por el Derecho a Decidir, pero el discurso conservador era no sólo es católico, es evangélico, protestante. Y por esta necesidad de contrarrestar esos discursos con un discurso religioso desde el evangelio, de apertura, de inclusión, de diálogo, por eso nace este grupo.
Miguel Angel Solorzano, pastor luterano: Pues justamente por la problemática que vemos se conformó este grupo de acompañamiento por una pastora bautista, una pastora presbiteriana, una pastora de la comunidad metropolitana, una teóloga feminista, una pastora anglicana, un fraile católico y, en mi caso, un pastor luterano. Es un grupo que lo que pretende o lo que quiere hacer es dar acompañamiento a mujeres, a personas gestantes que están atravesando el dilema de interrumpir un embarazo o continuarlo o que yo ya han interrumpido un embarazo; y también en buscando atender a la comunidad de la diversidad sexual para que puedan vivir plenamente sin ser juzgados y que sientan el acompañamiento de las instituciones o de las iglesias también en su manera de vivir y de disfrutar de su diversidad sexual.
[Sonidos de cantos y aplausos en una manifestación]
[Voz de mujer 1]: Formamos parte de un grupo inédito, un grupo abierto, plural. Y sobre todo, que alguien nos escuche en un momento tan difícil de nuestra vida, es fundamental. En este grupo acompañamos, sean cuáles fueran las causas de un aborto ya realizado o la decisión por hacerlo, para favorecer la liberación espiritual de estas mujeres.
Yadami Acero, Comunión Mexicana de Iglesias Reformadas y Presbiterianas de México A.R. CEMIRP: La violación al estado laico vulnera principalmente a las mujeres, a las personas gestantes y a las personas LGBTIQ+, justamente porque estas leyes están orilladas a un moralismo religioso fundamentalista, en lugar de es acercarse más a los valores de la democracia o al pensamiento crítico sistémico.
Marilú Rojas, teóloga feminista: El tema del derecho a decidir, no solamente es un asunto de salud pública. Yo lo considero también un asunto de derechos humanos, porque los derechos de las mujeres han sido violentados. Que una mujer decida cuántos hijos tiene que tener, con quién los va a tener, en qué tiempo los va a tener; eso es una decisión personal, donde ninguna institución, ni siquiera de salud pública, religiosa o social puede intervenir.
[Multitud gritando]
Margarita Sánchez, Iglesia Metropolitana: Entonces, este reflexionar teológico lo que debe proveer es un material que les permita a ustedes, a cada uno de ustedes, mujeres y personas gestantes, a tomar las decisiones en libertad, sin procesos de juicio y además ayudarnos a todes a vivir nuestra espiritualidad y nuestra vida en total libertad. [Música de fondo] Y crear un pensamiento teológico que nos ayude a transformar nuestras sociedades en una no patriarcales, no coloniales, no racistas.
[Voz de hombre 1] Tenemos en la Constitución federal el artículo 40, donde dice que somos una república laica; el artículo 24 que habla de libertades éticas. Tenemos mucho garantizado, pero todavía no llega a la sociedad, está en las leyes.
Diana Beatriz Chavoya: Yo no me puedo poner a juzgar a alguien fuera de un contexto. Es muy fácil criticar desde fuera sin sentirte parte de. Entender el dolor, acompañar en el dolor. Porque un ser humano es un ser sensible y no podemos desligarnos únicamente a cuestiones espirituales: es un ser vivo en un aquí y ahora. Sería una incongruencia, una hipocresía, dedicarnos únicamente al culto religioso sin un acompañamiento pleno con quien sufre y con quien lo necesita.
[Voz de mujer 2] El GAE se ha formado de una manera muy plural y muy diversa, abierta a todas las espiritualidades. Porque creemos que es fundamental que la gente pueda decir: aquí hay una comunidad que me puede escuchar. Porque, curiosamente en estos temas del dilema de toma de decisiones permea mucho esta cosmovisión religiosa, porque es lo primero que se ataca a una persona. Cómo tienes otra opción sexual diferente a la mayoría o cómo estás pensando en realizar un aborto. Y en el GAE pensamos lo contrario, porque creemos que la vida es lo sagrado, entonces estamos atendiendo a algo humano, pero también más allá de los límites de nuestra propia comprensión.
[Voz de hombre 1] Este grupo nace con la necesidad para que el público mexicano entienda que no está la biblia en contra de las mujeres. Los que hacen el discurso teológico utilizan pasajes aislados de la biblia para golpear los derechos de las mujeres. Yo te puedo dar 20 citas fuera de contexto y hago decir a la Biblia lo que yo quiera. No basta un texto bíblico para hacer verdad absoluta. La Biblia puede oprimir, pero la Biblia también puede liberar, depende de la interpretación y ese es el trabajo de este grupo: dar una interpretación liberadora, no excluyente, sino incluyente.
Margarita Sánchez: Sabemos que tú has estado en un proceso muy difícil de tu vida. Sabemos que posiblemente te has sentido sola, sole, en procesos relacionados a tu espiritualidad. Por eso hoy te queremos invitar muy especialmente a seguir por las redes a Católicas por el Derecho a Decidir. [Pantallazo de Facebook] Para que podamos acompañarte espiritualmente en tus decisiones.
Somos el Grupo de Acompañamiento Espiritual, te escuchamos y caminamos contigo sin juzgar.
[Voz de mujer]: ¿Qué es la objeción de conciencia?
[Médico en un consultorio se niega a atender a una paciente y le muestra un documento sobre la objeción de conciencia]
Cuando los profesionales de la salud se sienten presionados para actuar en contra de sus valores o creencias, pueden recurrir a la objeción de conciencia. La objeción de conciencia es un recurso para proteger la libertad de conciencia del personal de salud que les permite excusarse de realizar actividades obligatorias en las que no están de acuerdo debido a sus creencias religiosas, como un aborto legal. Si un médico o médica considera que no puede practicar un aborto por sus convicciones personales o creencias religiosas, se puede declarar objetor de conciencia y tiene la obligación de referir a la mujer con un médico no objetor.
[Médica en un consultorio atiende a la paciente]
Sin embargo, si la salud o la vida de la mujer está en riesgo, no podrá invocar la objeción de conciencia.
En casos como la interrupción legal del embarazo, las y los médicos tienen el deber de proteger la salud de las mujeres, respetando su decisión, su autonomía y su bienestar. Si Dios nos da la libertad de conciencia para decidir, los médicos tienen que respetar la libertad de conciencia de sus pacientes.
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Católicas por el Derecho a Decidir
[Voz de hombre]: ¿Por qué el Estado laico garantiza que puedes disfrutar de tus derechos humanos? [Música de fondo] Porque garantiza que todas las personas puedan pensar, creer, actuar y sentir con libertad.
La Constitución de México como un Estado laico garantiza la libertad de conciencia para que elijas o no alguna religión, definas tu identidad de género y tu orientación sexual libremente.
Gracias a esto puedes decidir si continúas o no con un embarazo, si usas anticonceptivos, si tienes relaciones sexuales antes del matrimonio, si vives en unión libre o si te quieres divorciar o volver a casar.
Defender el Estado laico es defender tus derechos y los de todos, es garantizar que ningún grupo religioso o ideología particular va a imponerse en tus decisiones. Es la mejor manera de vivir en paz, en armonía y ser felices.
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Católicas por el Derecho a Decidir
[Voz de mujer y música de fondo]: ¿Sabías que los feminicidios y los homicidios de hombres no son lo mismo?
La mayoría de los homicidios suceden en peleas, asaltos y venganzas. Los feminicidios son asesinatos de mujeres por el simple hecho de ser mujeres. Son crímenes por discriminación.
Los feminicidios se presentan en contextos de violencia con algunas de estas características. Casi todos los agresores son hombres y muchos de ellos son conocidos: una expareja, un jefe, un familiar. Las víctimas son amenazadas, acosadas, golpeadas e incomunicadas. Antes o después de ser asesinadas, las mujeres son abusadas sexualmente y sus cuerpos son expuestos o arrojados en lugares públicos.
En los feminicidios, es evidente el dominio, el sometimiento y la fuerza excesiva del agresor contra ellas.
El homicidio atenta contra el derecho a la vida. Un feminicidio no solo termina con la vida de las mujeres, también atenta contra la dignidad, integridad y seguridad de las mujeres previo al asesinato. Un feminicidio no se puede reducir a un homicidio.
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Católicas por el Derecho a Decidir
[Voz de mujer y música de fondo]: ¿Por qué las católicas y los católicos podemos usar anticonceptivos?
Porque la sexualidad no solo es para la reproducción, también es para el amor. Las católicas y católicos podemos usar anticonceptivos para prevenir un embarazo y disfrutar plenamente de nuestra sexualidad sin ir en contra del plan de Dios.
La sexualidad es un don que Dios nos dio a todas las personas. El cantar de los cantares, un libro que forma parte de la Biblia, es un ejemplo de cómo el amor y la sexualidad por placer existen.
Usar anticonceptivos nos permite vivir una sexualidad responsable, cuidar de nuestro cuerpo, el de nuestra pareja, y juntos decidir cuál es el mejor momento para formar una familia. Dios quiere que seamos felices y planifiquemos nuestra vida. Por eso, ante Dios, quienes disfrutan su sexualidad y hacen uso de anticonceptivos están libres de culpa.
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Católicas por el Derecho a Decidir
[Voz de mujer y música de fondo] ¿Por qué a Dios no le molesta que haya personas con orientación sexual diferente?
Porque Dios es amor. Lo dice San Juan en la Biblia. Este es su principal mensaje y se basa en el respeto y la dignidad, no en la discriminación. Pensar que la homosexualidad está mal es creer que Dios se equivocó. Él no se equivoca. Su creación es perfecta. Dios nos acepta como somos, porque fuimos creados a su imagen y semejanza, y eso nos hace dignos de su amor.
En su palabra, enseña que el valor de las personas va más allá de sus preferencias y que debes amar al prójimo como a ti mismo. Como dijo el papa Francisco: “Si una persona es homosexual y busca al señor y tiene buena voluntad, ¿quién soy yo para juzgarlo?”. Así que, acepta todas las formas de amar y siéntete orgulloso de lo que eres, porque donde hay amor está Dios.
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Católicas por el Derecho a Decidir
[Voz de mujer y música de fondo]: ¿Sabías que sigue siendo una buena persona católica al acompañar a una mujer en su decisión de interrumpir un embarazo?
Como persona católica, puedes apoyar a una mujer que va a interrumpir un embarazo, aunque no estés de acuerdo con su decisión. Si tu conciencia te dice que debes escuchar y acompañar a esa mujer que estimas, ¡hazlo! Seguirás siendo una buena persona católica, porque Jesús nos ha enseñado a amar al prójimo, a acompañar a esa persona en su dolor y circunstancia.
Con tu apoyo, ella podrá buscar mejor información y acudir a servicios seguros que cuiden de su salud y no pongan en riesgo su vida. Acompañar a una persona que confía en ti y te necesita en un momento difícil siempre marcará la diferencia. Verás que cuando todo haya pasado, sentirás el alivio de haber hecho lo correcto.
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Católicas por el Derecho a Decidir
[Voz de mujer y música de fondo]: ¿Por qué las mujeres que interrumpen un embarazo en libertad de conciencia no dejan de ser católicas?
Porque en la tradición católica la libertad de conciencia tiene un gran valor, ya que es la base de la dignidad humana. Para muchas mujeres la interrupción del embarazo implica un conflicto de valores. En una situación así, pueden elegir lo que consideren que causará el menor daño siguiendo los dictados de su conciencia. En estos casos no están cometiendo un pecado, por lo que no pueden ser condenadas, ya que la voz de la conciencia es la voz de Dios.
Sabemos que quienes se han visto en la necesidad de interrumpir un embarazo no lo hacen con alegría en sus corazones, sino en medio de sentimientos encontrados, pero siempre para evitar un mal mayor. Si conoces a una amiga, compañera o familiar que interrumpió un embarazo es importante que respete su elección, porque como católicas y católicos, tenemos la capacidad de decidir qué es lo mejor para nuestra vida.
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Católicas por el Derecho a Decidir
[Voz de mujer y música de fondo]: ¿Por qué interrumpir un embarazo no es pecado?
El pecado pertenece a lo que con sinceridad cada persona reconoce o descubre de sí misma en su interior y ante Dios, y no a la acusación de otros.
Dios sabe que las mujeres que han interrumpido un embarazo, tomaron esa difícil decisión siguiendo los dictados de su conciencia, convencidas de que era lo mejor que podían hacer, por eso no puede haber condena ni pecado.
Jesús no dedicó su vida a dividir a las personas en puras e impuras, en santas y pecadoras, en buenas y malas. Por eso, ningún creyente tiene derecho a juzgar, señalar o apedrear a su prójimo.
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Católicas por el Derecho a Decidir
Regina: Todas y todos, vamos a dar inicio a esta mesa sobre aborto y derechos humanos. Como saben, ha habido un ciclo de mesas todos los jueves en el marco de esta exposición que hay, titulada: “Nuestros cuerpos, nuestras vidas”, en donde se toca el tema del aborto de una manera muy creativa. Los invito a quienes no lo han visitado a que lo hagan porque realmente es una nueva mirada al tema y puede ser muy interesante.
El día de hoy tenemos el gusto de compartir esta mesa con una abogada y dos abogados especialistas en este tema que han estado al frente de la lucha por la despenalización del aborto en este país y les agradezco mucho a los tres por haber aceptado esta invitación.
Es la primera mesa que tiene como enfoque lo jurídico, las otras mesas han variado. Ha habido una con medios de comunicación, va a haber una desde el enfoque bioético. Hemos tenido un poco de todo esto, es la primera mesa jurídica y, bueno, la idea es situar ese tema de la interrupción del embarazo desde un marco jurídico y, en particular, de los derechos humanos de las mujeres.
Entonces, cada quien va a tener una intervención de unos 15-20 minutos para que tengamos al final también espacio y oportunidad de escuchar sus comentarios o preguntas hacia los ponentes.
Entonces, vamos a empezar con la primera expositora: Francisca Pou, ella estudió la licenciatura en derecho en la Universidad Pompeu Fabra en Barcelona y tiene una maestría en derecho por la Universidad de Yale y un doctorado en derecho también por la Universidad de Yale. Sus temas de interés incluyen justicia constitucional, derechos fundamentales, libertad de expresión y justicia de género. Fue secretaria de la ponencia el ministro José Ramón Cossío en la Suprema Corte de Justicia de la Nación y actualmente es profesora e investigadora de tiempo completo del Instituto Tecnológico Autónomo de México, el ITAM, en donde imparte los cursos de Derecho Constitucional II, Justicia Constitucional y Protección, Derechos Humanos y Análisis Constitucional del Derecho de Propiedad. Muchas gracias.
Francisca: Bueno, muchas gracias, Regina. Gracias a ustedes por haberse tomado un rato y sentarse aquí. Y, bueno, tener la oportunidad de escucharnos unos minutos y después, quizá, tener un poquito de debate todos juntos.
Una conversación sobre el aborto desde la perspectiva jurídica puede empezar de muchos modos y se puede desarrollar de muchos modos diferentes: uno de ellos, creo, es ponerse a pensar en una línea que toca cosas identificatorias básicas de cómo es el derecho contemporáneo. Es ponerse a pensar el modo en que el derecho nos ayuda a participar en un debate moral difícil, ¿sí? Que es lo que yo creo que fundamentalmente es el aborto, un debate moral muy difícil.
Y es, quizá, además, una perspectiva particularmente adecuada de adoptar el día de hoy, 14 de febrero del 2013, porque esta mañana hemos sabido que ha fallecido Ronald Dworkin, que quizá ustedes no lo conocen, pero que para nosotros los juristas es una de las personas que más, podríamos decir, ha influido en la transformación del derecho contemporáneo. Y es una de las personas que nos ha enseñado más acerca de, precisamente esto, es decir, de cómo pensar las relaciones entre el derecho y la moral. Y cómo hacer una lectura moral lo mejor posible del derecho. La lectura, por cierto, que él consideraba que era la única posible. Porque en un principio como lo anunciaba y a un nivel muy básico y primario, el debate sobre el aborto es un debate esencialmente moral. Es un debate acerca de cómo deberíamos tomar decisiones personales espantosamente difíciles; siempre lo son, sean cuales sean las circunstancias y acerca de lo que está bien que nosotros opinemos, digamos, publiquemos o hagamos acerca de las decisiones morales que los demás toman sobre este punto.
Además de un debate acerca de las condiciones en las que las personas deberían poder tomar estas decisiones tan difíciles. Es perfectamente imaginable que este sea el único debate que un país tenga acerca de la interrupción del embarazo. Sin embargo, no es lo habitual. Es imaginable, no hay ninguna razón por la que no pudiéramos gestionar este tema así, pero no es lo habitual. El derecho ha estado planeando y actuando sobre el ámbito que hoy nos ocupa desde hace mucho tiempo. En algún momento de la historia, y por influencias que ahora no me voy a detener en explorar, el aborto empezó a ser objeto de regulación, y no de cualquier tipo de regulación, sino típicamente de regulación penal.
En su peor versión, el derecho penal cancela totalmente la posibilidad de un debate moral genuino sobre este punto. Puesto que lo sustituye por un esquema en el que ciertos puntos de vista son reprimidos por el miedo o por la amenaza de privación de bienes básicos de la gente. Esta, desafortunadamente, sigue siendo la situación en todavía muchísimos países de América básicamente Central y del Caribe y de otros países del mundo en el que, digamos que, mediante el grillete del derecho penal, esta discusión moral queda, por decirlo así, asfixiada.
En sus versiones intermedias, las que seguimos teniendo en la mayor parte de México, esquemas intermedios que están en muchos lados de otros países de América Latina, el derecho penal no anula el debate moral. Pero lo coarta y lo condiciona terriblemente, porque crea asimetrías estructurales muy fuertes entre los participantes en la discusión.
La llegada del constitucionalismo normativo, es decir, nuestra entrada en una época en la que las constituciones están definidas por el hecho de incluir una referencia central a principios y derechos que condicionan la legitimidad del actuar de los poderes públicos y que son, además, derecho normativamente, directamente aplicable. En particular, la posibilidad de impugnar la legislación ordinaria típicamente penal sobre el aborto delante de las cortes constitucionales creo que abre posibilidades nuevas y bastante promisorias. Y eso es un poco lo que en dos minutos más quería como elaborar.
La contribución que las cortes constitucionales pueden hacer, por ejemplo, identificando cuáles tienen que ser las grandes preguntas en el debate, me parece que abre la posibilidad de que este debate moral de base, del que yo les hablaba, pueda ser más fructífero. Que pueda ser llevado en mejores condiciones con premisas más ricas y con más garantías de llegar a conclusiones justificadas que sí tenemos ese mismo debate sin mediación constitucional. Eso no significa, o sea, no estoy asumiendo que las cortes particulares que ven estos debates lo hagan bien o que no deban ser criticadas. Pero me parece que garantiza un buen contexto de discusión. La conversación constitucional comparada, porque evidentemente esto es un tema que se discute en todos los países del mundo, no solamente aquí. El intercambio entre legisladores, jueces, ciudadanos y opinión pública que critican a los jueces o a los legisladores. La comparación de los esquemas de análisis que ahí usamos aquí o que se usan en los otros países o que se usan en las cortes internacionales algunas veces. El estudio y el debate sobre las conclusiones colectivas a las que han llegado los otros países creo que nos permite, nos enseña cosas que nos permitan tener posiciones.
Finalmente, mucho mejor fundamentadas que si no tuviéramos toda esta mediación. En primer lugar, la constitucionalización del debate nos ayuda a identificar mejores piezas relevantes en las que nosotros tenemos que pensar. Nos ayuda a dar nombres, a hacer distinciones, a no confundir, a no razonar demasiado precipitadamente. Por ejemplo, la cuestión de los sujetos relevantes. ¿Tiene sentido dejar participar a los médicos en algunas cosas relativas al debate sobre el aborto o no? Los hombres que dicen tener una opinión sobre un caso concreto, una preferencia, ¿en qué condiciones deben tener la posibilidad de hacerlo o no? ¿Cómo tienen que tratarse los casos que involucran a personas menores de edad? Por ejemplo, toda la estructura analítica de los sujetos en la conversación constitucional, creo que nos ayuda a no dejar fuera del debate cosas relevantes. ¿En qué ámbito es legítimo considerar a algún sujeto distinto a la mujer? ¿O solamente es relevante la mujer como sujeto? Este tipo de cosas.
Nos ayuda también a entender que no hay un único modo de encuadrar el tipo de intereses y valores que el debate sobre el aborto nos invita o nos obliga a contemplar. Es un debate fundamentalmente de salud; es un debate económico; es un debate sobre la libertad; es un debate sobre la igualdad; es un debate sobre la privacidad; es un debate sobre la autonomía; es un debate sobre la seguridad de la persona. Por ejemplo, los canadienses lo han encuadrado como una cuestión de seguridad de las personas. Es un debate sobre el procesamiento y encarcelamiento arbitrario, ¿Es un debate sobre el Estado de Derecho? ¿Qué tipo de debate es?
Y, digamos, de nuevo todo el grillete analítico de nuestra conversación constitucional estándar creo que nos ayuda a tener en consideración más cosas relevantes que si no la tuviéramos. ¿Qué hay que hacer?, ¿cómo hay que razonar cuando creemos que son varios los encuadres relevantes? ¿Cómo hay que hacer compatibles las diferentes cosas que finalmente vemos? ¿Cómo hay que combinarlas para llegar a una decisión? Y ahí el derecho constitucional también nos ofrece toda la maquinaria analítica de la proporcionalidad, de la ponderación, de la decantación de unas u otras reglas de decisión constitucional. Y creo que todas estas son estructuras que nos pueden ayudar a guiarnos en lo que son caminos de razonamiento finalmente moral bastante complejos.
En segundo lugar, me parece que el derecho nos ayuda en este debate a ampliar nuestra visión acerca de los medios que están al alcance para avanzar hacia objetivos que en el debate de fondo podemos haber, por ejemplo, concluido que parecen o no correctos. O sea, el derecho resulta metodológicamente enriquecedor de algún modo, porque claro, una cosa es pensar que la regulación de la interrupción del embarazo, la legalización de la interrupción, lo que sea, tiene que orientar a las personas hacia uno u otro objetivo normativamente definido. Y la otra es ver qué medios podemos prever mínimamente que nos van a conducir a ese resultado. Es el debate sobre los medios y sobre eso el derecho también tiene conversaciones muy sofisticadas que creo que nos dan ideas que, si solamente lo discutimos a nivel de ideas morales, las mías contra las tuyas, no se ve tan fructífero. Por ejemplo, supongamos que hemos decidido que es moralmente obligado que la mujer esté en condiciones de tomar la decisión final y sin ninguna cortapisa acerca de la interrupción del embarazo, como opinó la Corte de Canadá cuando declaró inconstitucional la legislación vigente, en los años 80, en una sentencia que se llama Regina versus Morgan Taylor. Pero una cosa es afirmar como reclamo incondicionado este derecho y otra saber de qué modo lo vamos a hacer efectivo o simplemente tener un panorama de perspectivas que te ayuda a ver que, por ejemplo, solamente retirando la legislación restrictiva, quizá, no consigues eso. En el caso de Canadá, por ejemplo desde esta sentencia, el aborto es legal, digamos, la corte anuló esa ley y el legislador no emitió ninguna otra. Incluso el Estado canadiense te paga el aborto si tú lo pides. El problema es que no te garantiza que tú encuentres un médico que te lo quiera hacer. Ni te garantiza que tú vas a tener alguna manera, por ejemplo, de costear los gastos de transporte que te que implica en un país tan enorme como Canadá encontrar un médico. Finalmente, también creo que las discusiones jurídicas comparadas te enseñan este tipo de cosas. Cuando tienes una conclusión jurídica, moral, política, lo que sea, todavía tienes que tener una discusión, que sigue siendo también moral y jurídica al mismo tiempo, sobre los medios, sobre los efectos, etcétera.
O supongamos que hemos concluido que es moralmente obligado que la sociedad tome en serio la necesidad de que las personas tomen las decisiones acerca del aborto de una manera informada. Bueno, todavía hay que tener una discusión muy grande acerca de cuál es el tipo de esquema de consejería que lo garantiza mejor, dadas las estructuras familiares típicas del lugar, dada la cultura, dada la distancia. Y todas esas también son conversaciones que en el ámbito del derecho comparado se han tenido. Imaginemos, por ejemplo, que una sociedad llegara a la conclusión colectiva de que el aborto no será legalizado en todos los casos, sino en algunos. Es muy distinto adoptar un esquema en el que, si en el caso concreto se da o no esta hipótesis, es algo que se ve en un proceso penal, que somete a las personas involucradas a una estructura opresiva y que a la gente le da miedo, a que si estas mismas decisiones se sacan de ese contexto judicializado y penalizado y se toman en otro lugar.
El derecho contemporáneo nos muestra que, por ejemplo, existe el derecho preventivo del aborto, no solamente el derecho represivo. Nos enseña los problemas con el uso simbólico del derecho penal, que se usa para deslegitimar típicamente opciones de vida y condenar a las personas más pobres a la ilegalidad. Nos enseña que los sistemas de penalización supuestamente orientados a la protección del feto acaban en sistemas de doble estándar que invisibilizan a las mujeres y a los fetos que se quedan en la esfera de la ilegalidad y que, por tanto, finalmente no termina protegiéndolos, etcétera.
Finalmente, quizá yo diría que la mediación del derecho constitucional sobre el debate moral sobre el aborto nos ayuda a entender que el único modo en que es moralmente defendible tratar de tener un debate moral sobre la regulación del aborto es haciendo distinciones y entendiendo que hay varios planos distintos de análisis que no deberíamos nunca confundir.
Una cosa es lo que yo piense que debo hacer moralmente en un caso concreto y otra cosa es lo que yo pienso que debe ser impuesto como una pauta colectiva que va a regir para mucha gente que no piensa en absoluto como yo y a la que yo tengo que dirigir en términos de lo que el derecho constitucional llama “razones públicas”. Es decir, con razones que apelen a ideas que creemos que pueden ser aceptadas para personas a las que concedemos la misma consideración y respeto que nos gustaría que ellos nos concedieran a nosotros por usar otra idea del aborto.
Y, en tercer lugar, plano de lo que yo creo que yo voy a hacer o no voy a hacer, plano de lo que creo que razonablemente se puede concluir, que se puede imponer a los demás que no piensan como yo. Y finalmente, lo que he enfatizado mucho en estos minutos, que nos enseña que una cosa es llegar a una conclusión valorativa en cualquiera de estos dos planos y otra empezar el debate sobre los medios. Es decir, sobre cómo organizar la realidad de conformidad con este ideal, dada una cultura, dadas unas estructuras de poder, dado el papel de las reglas en una determinada sociedad.
Esta es un poco mi reflexión, creo que es una visión optimista sobre el potencial que puede tener judicializar de algún modo la discusión sobre el aborto para que deje de ser lo que muchas veces se ha descrito como una guerra de absolutos, por usar una expresión de Laurence Tribe en un libro sobre esto. Creo que el potencial del derecho es este, que deje de ser una cosa irracional, un clash de absolutos, y que pase a ser simplemente una cuestión muy difícil, pero que nosotros tenemos una manera racional de discutir entre todos, como discutimos tantas otras cosas difíciles que tocan nuestras vidas. En ese sentido, también le quita un poco de excepcionalidad al tema.
Regina: Muy bien, muchísimas gracias, Chisca. Me gusta tu visión optimista. Creo que sí es importante conocer esta potencialidad del derecho de la que hablas, Francisca, sobre todo en un debate moral difícil como lo planteó ella al inicio en donde se tocan cuestiones tan íntimas ante decisiones complejas. Y sin duda, si las autoridades y quienes tienen en sus manos la regulación sobre temas en particular como el aborto realmente no legislaran o juzgaran e hicieran justicia a partir de lo que yo pienso, pues eso sería una gran diferencia. Y, sin duda, el derecho es una herramienta que podría solucionar muchos de estos conflictos. Te agradezco muchísimo. Les pediré un aplauso para Francisca Pou [aplausos].
Bueno, vamos a pasar con nuestro segundo expositor. Él es Pedro Salazar, es doctor en filosofía política por la Universidad de Turín en Italia y licenciado en Derecho por el Instituto Tecnológico Autónomo de México. Es investigador titular de tiempo completo en el Instituto de investigaciones jurídicas de la UNAM y cuenta con el nivel II en el Sistema Nacional de Investigadores. Sus principales líneas de investigación giran en torno a las precondiciones y condiciones que hacen posible la vigencia de los modelos democráticos constitucionales. Se ha ocupado del estudio de los derechos fundamentales, de las relaciones entre las cortes constitucionales y los poderes legislativos y democráticamente electos, del principio de la separación de los poderes y de la laicidad estatal. Muchas gracias, Pedro.
Pedro: Al contrario, Regina, muchas gracias a ti. Buenas tardes a todas y a todos. Para mí es un gusto estar aquí en este lugar, en este evento y además acompañado de Francisca y de Javier quienes son amigos de mucho tiempo. Y, obviamente, Regina, con quien he hecho muchas cosas, aunque hasta el día de hoy nos conocimos personalmente.
Voy a hacer un enfoque ligeramente distinto al que propuso Francisca, pero partiendo de una premisa que me parece muy importante de lo que dijo ella. Me parece que esta parte en la que Francisca dice: “Cuán importante es que en una sociedad democrática sean las razones argumentadas y no las convicciones intransigentes de cada uno de nosotros, de cada una de nosotras, las que configuren el contenido de las normas colectivas”. Me parece que es una premisa clave, sobre todo en un Estado democrático, en un Estado constitucional y en un Estado laico, en el cual no puede ser la visión de una parte, la visión de quienes pertenecen a una determinada religión y son fieles de una determinada iglesia las que configuren el contenido de las normas colectivas en una comunidad política democrática. Mucho menos cuando se trata de un tema tan delicado y controvertido como este, y tanto menos cuando el ámbito en el que normalmente se regula es, como ya decía Francisca, el ámbito penal. Sobre todo, en una materia tan delicada como lo es el derecho penal, es muy importante que no sean los dogmas y los principios de una parte de la sociedad los que se impongan a la otra parte de la sociedad únicamente por considerar que es conforme a sus propias convicciones.
La idea de fondo es una idea muy vieja, es una idea cuando menos desde el siglo XVIII. Un filósofo, penalista importante, Beccaria, decía que es muy importante distinguir entre lo que es un pecado y lo que es un delito. Y que es muy importante tener claro que lo que es un pecado vale para todas aquellas personas que voluntariamente deciden conformar su comportamiento y su vida a los postulados de una organización religiosa que permite y prohíbe otras cosas a partir de ciertas consideraciones de carácter moral, religioso, en fin, trascendente. En cambio, lo que es un delito, es una prohibición que vale para toda la comunidad política y no únicamente para quienes pertenecen a una religión. Y, por lo mismo, no podemos extender los pecados a las demás personas que no consideramos que esta sea la religión a la que queremos o no queremos adscribirnos. Y el dato es importante porque nos lleva a otro terreno, que voy a sostener en unos minutos, que es, yo creo que, en una sociedad democrática y una sociedad inspirada en el constitucionalismo de los derechos, que fomenta la libertad y la autonomía de las personas, la mayoría de las normas deben de ser normas que permitan llevar a cabo acciones y solo por excepción deben de existir normas que prohíban ciertas conductas.
Y lo digo porque solo en una sociedad en la que la mayor parte de las conductas está permitida y la prohibición es, en verdad, una medida excepcional y, sobre todo, la prohibición que viene acompañada de sanciones penales privativas de la libertad. Solo en una sociedad que tiene ese tipo de normas se nos trata en verdad como adultas, como adultos. Porque somos nosotros y nosotras quienes, en un ejercicio de nuestra autonomía, de manera responsable, decidimos qué es lo que queremos hacer con nuestra vida; decidimos qué es lo que queremos hacer con nuestra experiencia vital y, en este caso concreto, deciden qué es lo que quieren hacer con su cuerpo.
Me parece que es muy importante porque de otra manera, si las normas de una colectividad son normas que prohíben y que obligan, en realidad restringen de manera muy relevante el ámbito de ejercicio de la libertad. Si nos quedan pocas opciones para optar, somos poco libres. Y en una sociedad democrática, que nos trate como adultos, debemos de ser nosotros quienes asumamos la responsabilidad de decidir las cuestiones importantes fundamentales de nuestra vida. Y creo que esa premisa es una premisa que está detrás de lo que diré ahora.
Se presentó el Pacto por México hace algunas semanas y en el Pacto por México, las distintas fuerzas políticas y el poder ejecutivo, el presidente de la república, hicieron, entre otras propuestas, una propuesta de la cual Javier, si quiere, sabe más que yo y podrá explicar mejor que yo sus bondades y defectos, porque él sí es penalista y yo no. En todo caso, algo de derecho constitucional ahí más o menos sé y me dedico más a la filosofía política. Pero bueno, esto para decir, entre otras cosas, en el Pacto por México se propuso la aprobación de un Código Penal Único. ¿Qué quiere decir esto? Que a diferencia de lo que sucede hoy en México, que existen ciertas materias que están contempladas en un código que tiene validez en todo el territorio, pero otras muchas materias están lo que se dice “reservadas” a las entidades federativas y, por lo tanto, tenemos 32 códigos penales, además del código nacional.
Con un Código Penal Único habría un solo ordenamiento penal para todo el país, habría un solo Código Penal en el cual estarían ya sistematizadas todas las conductas que están prohibidas y también estarían sistematizadas todas las sanciones que corresponden a quien comete esas conductas. Habría un solo Código Penal.
Bueno, dicen los que he leído que esto tiene sus ventajas. A mí me ha convencido la idea y me ha convencido después de leer sobre la idea, es decir, hay y algunos penalistas me gustan teóricos, etcétera. Tiene sus ventajas lo del Código Penal Único básicamente por razones que tienen que ver con que de esta manera habría mayor coherencia en las leyes penales, porque habría, dicen, y esto no lo sé, yo ahí no me meto. Sería una medida que aumentaría la eficacia de las autoridades dedicadas a procurar y a impartir justicia en materia penal.
Pero hay una razón adicional, que es la que yo quiero subrayar, que es la que a mí me interesa subrayar, porque en realidad un Código Penal Único es un piso de igualdad para todas y para todos en una materia tan delicada como la penal a lo largo y ancho de todo el territorio nacional. Hoy esto no existe. Hoy hay conductas que, en una entidad, estoy inventando, si van y buscan, no lo van a encontrar, es pura invención. En una entidad, digamos en Puebla, constituyen un delito. Mientras que, en otra entidad, digamos en Tlaxcala que es ahí colindante, al ladito, constituyen una falta administrativa o no están contempladas como un delito. U otra cosa, la misma acción en Morelos probablemente es considerado un delito grave y en Guerrero es considerado un delito de menor gravedad. Incluso, en dos entidades en las que la misma acción es considerada un delito, puede suceder que la pena que se contempla en una entidad sea más alta de la que se contemple en otra entidad.
Para el caso que nos interesa del aborto, pues el ejemplo es claro y lo tenemos aquí en el Distrito Federal. Interrumpir un embarazo no solamente constituye una acción legal, sino que constituye un derecho. En realidad, es el ejercicio de una libertad que viene acompañada por la prestación de servicios públicos de salud en la ciudad. Es el ejercicio de un derecho de las mujeres.
Bueno, esa misma acción si la realizan arribita de tres Marías, que es el ejemplo que a mí me gusta porque está ahí, lo podemos visualizar todos, constituye un delito que es sancionable con la cárcel. Y hay, hoy lo sabemos de una manera gravísima, entidades federativas en las cuales se considera homicidio y se considera homicidio con todo lo que ello supone y con unas penas absurdas. Hoy me hablan de sentencias de veinte, veintitantos años, en fin.
Bueno, esta es una gran tesis teórica. Esto fractura el principio de igualdad ante la ley porque es una cosa un poco absurda, contrasentido, que sucede en otros estados federales. En Estados Unidos pasa lo mismo y me parece muy mal que pase en Estados Unidos. ¿Y qué argumento es ése? ¿Está mal que en un Estado te puedan matar y en otro no? Sí, me parece mal. El federalismo no puede ser un pretexto para fracturar el principio de igualdad de derechos y eso es lo que pasa hoy en México.
Y lo que pasa hoy en México es grave, no solo porque es una realidad que ahí está, sino porque además parece que a los gobernantes les acomoda esto. Cuando al señor Peña Nieto le preguntaron, siendo candidato a la presidencia, sobre este tema específico, el señor Peña Nieto dijo: “Que cada comunidad política decida lo que quiera. Si en un Estado deciden que sea delito, pues que sea delito. Lo que la mayoría de ese Estado quiera. Si en otro Estado no quieren que sea delito, pues que decidan lo contrario”. Yo, la verdad, no le creo mucho. Yo no le creo mucho a él ni a su partido porque él y su partido fueron quienes impulsaron las reformas a 18 constituciones de los estados para proteger la vida desde la concepción y en algunos casos, hasta la muerte natural.
Entonces, ¿qué es lo que me estoy temiendo? Y ese es el tema de mi reflexión de hoy. Me estoy temiendo que con el Código Penal Único nos quieran vender gato por liebre. Entonces, al aprobar el Código Penal Único aprovechen de una vez para desandar lo que hemos ganado en el Distrito Federal y establecer una base igual para todo el país en la que se penalice la interrupción del embarazo.
Puede pasar, políticamente puede pasar. Luego veremos en unos minutos qué sucedería. No es imposible imaginarlo. Bueno, mi tesis y es el argumento que les quiero compartir y que quiero dejar aquí para que lo reflexionemos y, si nos convence, para que lo socialicemos y lo divulguemos, es que, si nos tomamos en serio lo que dice nuestra constitución, sobre todo después de una importante reforma que tuvo lugar en 2011 en materia de derechos humanos y sobre todo lo que se reformó el artículo primero de nuestra Constitución. Bueno, si nos lo tomamos en serio, si se quiere hacer un Código Penal Único para todo el territorio nacional creo que lo que corresponde constitucionalmente hablando es llevar la regulación del Distrito Federal a todo el país y voy a argumentar por qué.
La Constitución, nada más les voy a leer dos renglones de la Constitución, nunca está de más echarle un vistazo y tener claro qué nos dice nuestra Constitución en estos temas. La Constitución mexicana dice: “Las normas en materia de Derechos Humanos se interpretarán de conformidad con la Constitución y con los tratados internacionales en esa materia”. Y esto es muy importante, dice: “Favoreciendo en todo tiempo a las personas la protección más amplia”. Es decir, deben interpretarse las normas ampliando las libertades no restringiéndolas, ampliando el espacio de libertad y de autonomía. Siguiente párrafo de la Constitución dice: “Todas las autoridades [y esto incluye al Congreso de la Unión] en el ámbito de su competencia tienen la obligación de promover, respetar, proteger y garantizar los derechos humanos de conformidad con los principios de universalidad, independencia, indivisibilidad y progresividad”.
Bueno, lo que yo sostengo es que, si nos tomamos en serio estos artículos de la Constitución y los interpretamos conforme los principios que estos mismos artículos nos dicen ante la siguiente pregunta: ¿cuál norma debe de estar contenida en el Código Penal Único eventual? La que en el Distrito Federal considera que es lícito, legítimo y legal interrumpir un embarazo en el lapso de las primeras 12 semanas y tener acceso a los servicios de salud que esta decisión implica, conlleva. Esa es la alternativa uno. O una norma como la del estado de Puebla o el estado de Veracruz o el estado de Morelos, todavía hasta ahora, que te dice que la mujer que interrumpe un embarazo en cualquier momento, salvo en algunas causales específicas, comete un delito y se va a ir a la cárcel.
Frente a estas dos normas, yo me pregunto: ¿cuál de las dos es la que ofrece más garantías a la libertad de las mujeres, la que ofrece mayor protección a su autonomía, la que tiene mayor sintonía con la agenda de los derechos humanos? A mí, en lo personal, no me queda duda de que la norma que es más garantista, como decimos los abogados, es la norma del Distrito Federal, que la norma que esté inspirada en el principio de libertad, en el principio de autonomía, en el principio de responsabilidad, es la norma del Distrito Federal.
En ese sentido, me parece que la única manera en la cual se superaría la discriminación que hoy existe, se ampliarían las libertades de las mujeres en todo el territorio es llevando la norma del Distrito Federal al Código Penal Único.
Esta es una argumentación constitucional que se sostiene sólidamente si interpretamos los contenidos de las distintas normas y si contrastamos las implicaciones que tienen. El problema es que, aunque creo que es la interpretación correcta como abogado, me temo que no es la interpretación que tenga más seguidores políticamente hoy en el país. Y me temo que no los tiene en ninguno de los tres frentes que voy a mencionar: ni la mayoría de las mexicanas y los mexicanos estarían de acuerdo con lo que acabo de decir; ni la mayoría necesariamente de los legisladores; no estoy seguro, pero tampoco creo que el gobierno federal esté a favor de la interpretación que yo he hecho. Eso sienta las bases para que en una eventual aprobación de un Código Penal Único quieran, en realidad, aprovechar la ocasión para hacer una regresión que incluso, digámoslo así, conculque las libertades ganadas en el Distrito Federal.
Si eso sucediera, en principio alguien me podría decir: “Bueno y ¿qué? ¿Quién puede defendernos de una situación así?” Bueno, en principio la Constitución te dice que podrías intentar combatir ese Código Penal Único ante la Suprema Corte de Justicia de la nación mediante una acción de inconstitucionalidad. El problema es que, si vamos y leemos ahora el artículo 105 de la Constitución me temo que no lograríamos convencer a ninguna de las autoridades autorizadas a presentar esa acción de inconstitucionalidad.
Y entonces en una de esas, nos cuelan una norma regresiva y no tenemos ninguna manera de defendernos. ¿Qué quedaría? Un margen para amparo, en fin, una serie de terrenos. Me parece que es una situación de la cual más nos vale tomar nota desde ahora y empezar a ganar el debate, cuando menos, desde la argumentación pública y empezar a explicar por qué, si se va a aprobar ese Código Penal Único, tiene que venir acompañado de una racionalización en materia penal, de una disminución de las conductas que se consideran delitos, de un replanteamiento de la manera en la que tenemos una serie de inflación de penas que no sirve para nada, etcétera.
Pero entre otras cosas que, en materia de interrupción del embarazo, la norma que debe imperar es la que reconoce mayor libertad, mayor autonomía a las mujeres. Y esa es la norma que hemos logrado aprobar en el Distrito Federal. Ganar el terreno del debate quizá no es suficiente, pero es importante. Y creo que por ahí debemos empezar.
Concluyo con una idea que la estoy tomando prestada, no se la robo porque estoy citando, al doctor Diego Valadés de hace un par de días que me pareció interesante y que la planteo porque sé que acá en el auditorio hay seguramente gente que se dedican al litigio en estas materias, que son activistas comprometidas con usar el derecho para defender los derechos de las mujeres, etcétera. Decía el doctor Diego Valadés que quizá no debemos esperar la aprobación de más normas regresivas para empezar a utilizar los instrumentos del derecho y empezar a combatir las normas que ya existen hoy. Y lo decía con un argumento que lo he seguido pensando, no sé, pero yo aquí se los dejo. Es muy sugerente, es un poco técnico para quienes no son abogados, pero lo explico muy fácil. Ahora hablamos los abogados de que ya no sólo la Constitución es la norma que está arriba de todas las normas en México, ahora decimos que lo que existe es una cosa que se llama: “bloque de constitucionalidad”, que sí suena así medio pomposo, pero ¿qué quiere decir eso? Quiere decir que, además de la Constitución, los tratados internacionales juntos arman, digamos, un conjunto de normas, un bloque que es el conjunto de normas que están por encima de todas las demás normas en México en materia de Derechos Humanos. El doctor Diego Valadés decía: “Bueno, yo creo que el bloque de constitucionalidad no sólo está compuesto por la Constitución mexicana y por los tratados internacionales, sino que también debemos de meter ahí a las constituciones de las 31 entidades que tienen Constitución en el país. Y el bloque de constitucionalidad en un Estado federal está compuesto por todos esos elementos” y decía Diego algo muy interesante: “Si aceptamos eso, nos vamos a dar cuenta de que una vez que se aprobó la reforma constitucional de 2011, pues las constituciones reaccionarias de los 18 Estados que se fueron para atrás en realidad han quedado desplazadas, digamos, por los principios que se incorporaron en materia de Derechos Humanos”. Y decía Diego: “Quizá podríamos imaginar sobre la base de esa contradicción la presentación por lo pronto de algunos amparos que forzaran a los tribunales a tener que decir cuál de las normas es la norma que prevalece”. Decía Diego sobre todo con un argumento de discriminación. Una mujer que vaya y solicite que se le practique un aborto en una entidad federativa en la que eso sea un delito para que le digan: “Usted hace eso y se va a la cárcel”. Y la mujer diga: “Bueno, usted me está discriminando, porque en este país, en el ordenamiento jurídico mexicano, hay una entidad que se llama Distrito Federal, en donde eso que yo le estoy pidiendo es un derecho. Así que yo quiero que usted me respete el derecho que a mí me ofrece el ordenamiento jurídico mexicano y que los jueces de la Suprema Corte ya dijeron que es constitucional”. Bueno, me parece una idea sugerente, interesante, pensémosla y, cuando menos, no perdamos de vista que estos son temas que no podemos dejar atrás. Muchas gracias [aplausos].
Regina: Muchas gracias, Pedro. Sin duda el tema del Código Penal Único va a ocupar gran parte de las agendas para quienes estamos dedicadas a este tema de tiempo completo los próximos años y yo coincido contigo en que no habría ninguna justificación, por lo menos en la teoría, de que no fuera el estándar del Distrito Federal. Y ojalá así sea, pero sí siento que va a estar complicado.
Pero me parece que políticamente lo que van a hacer es decir que esa es una materia que se reserva a los Estados. Es como la visión negativa en donde no podría avanzar nada, sino que en el catálogo de delitos que se incluyan en ese código no se incluya el aborto y se siga reservando. Ese puede ser otro escenario que salen bien sorteados políticamente y las mujeres seguimos perdiendo y se sigue discriminando, sin duda.
Pero muchas gracias por traerlo a la mesa. Me parece que también es muy desalentador, así como Francisca planteó un escenario positivo, creo que también es desalentador ver los esfuerzos que ha habido por parte del Congreso, incluso en algunas salas de la Suprema Corte para echar para atrás, o por lo menos minimizar lo que implica esta reforma de materia de Derechos Humanos del 2011. Entonces hay que estar atentos por lo que vaya a suceder.
Muchísimas gracias y pasaríamos con el tercer expositor Javier Cruz Angulo, es licenciado en Derecho por la UNAM. Actualmente funge como director de la Clínica de Interés Público del Centro de Investigación y Docencia Económica (CIDE), es profesor asociado de la división de estudios jurídicos del CIDE, trabajó como abogado en el centro de la Defensoría de los Derechos de la Infancia y es coautor del libro “El niño víctima del delito”. Muchísimas gracias, Javier, por acompañarnos.
Javier: Muchísimas gracias a ti Regina, a Francisca y a Pedro. Bueno, les agradezco muchísimo su tiempo y voy a retomar parte de las disertaciones de Pedro y de Francisca. En principio, me parece importante saber dónde colocar la interrupción del embarazo, o el aborto; si lo colocamos como un derecho o lo colocamos como un delito. Porque derecho finalmente, o los derechos fundamentales, aquí Pedro me corregirá si me estoy equivocando, mi exposición va a ser mucho más primitiva que las que me antecedieron, pero finalmente es una norma que me permite hacer o que le impide al Estado hacer algo. Entonces, yo tengo el derecho de asociación, puedo hacerme amigo de Pedro y, al contrario, el derecho a asociación en su sentido negativo puede ser que Pedro no quiera ser mi amigo. Son cosas muy básicas y ya muy asimiladas en la sociedad mexicana.
Entonces tenemos los derechos tributarios, libertad de expresión, etcétera. Sin embargo, esta es una cara. ¿Qué son los derechos? Están consagrados en la constitución, impiden el actuar del Estado en sus tres niveles, etcétera. Por otra parte, ¿qué es un delito? Un delito es la parte más virulenta del Estado, donde se considera que se ha transgredido las reglas básicas o el núcleo mínimo bajo el cual una sociedad puede convivir y que esto amerita el encierro de una persona. Entonces es la parte más virulenta del Estado.
¿Dónde podríamos encuadrar aborto? ¿En derecho o en delito? Porque me atrevo aquí a disentir de Pedro; me parece que en el Distrito Federal no se han atrevido a decir que la interrupción del embarazo es un derecho por la conjetura de que se encuentre en un Código Penal y hasta el día de hoy yo no había visto derechos en los códigos penales. Pero yo no me atrevería a decir que es un derecho, sino que hubo condiciones objetivas de punibilidad. Por otra parte, se implementó una política pública para echar a andar estas cuestiones.
Bueno, en términos generales, yo diría que en México el aborto es un delito, es una cuestión donde se ha decidido socialmente en cada una de las entidades de la república que esta es una conducta tan grave, según los legisladores o el poder parlamentario, que amerita penas de prisión. Y estas comunidades políticas han tenido diversos grados de virulencia al interior de sus códigos, es decir, el estado de Guanajuato considera que el aborto es un delito grave, mientras que abusar sexualmente de una menor de edad no lo es. El estado de San Luis Potosí considera que el aborto es un delito grave, mientras también el abuso sexual no lo es y así en cada una de las entidades de la república podemos encontrar que el aborto tiene distintos grados de prisión. ¿Qué quiere decir que sea delito grave? Que cuando yo me presento ante el juez, el señor juez, en lugar de dejarme ir bajo fianza para que yo siga mi proceso en libertad, me ponen detrás de las rejas y me dicen: “Usted es muy peligroso para la sociedad, señor, en lo que averiguamos usted es culpable o inocente, quédese guardado”. Entonces, resulta que las personas que cometen el delito de aborto son muy peligrosas y hay que meterlas a la cárcel no vayan a hacer algún otro despropósito en esta sociedad tan maravillosa.
El derecho penal, es una visión y creo que es una visión un poco contrastada y por la propia formación del derecho penal, es la carta de presentación de cada una de las comunidades políticas. O sea, me parece que cuando uno lee las constituciones de los países o de los estados, dicen cosas maravillosas. Si uno lee la Constitución de Chiapas, de verdad, me dan ganas de llorar e irme a vivir a Chiapas, pero yo he estado en los altos de Chiapas y la verdad puedo tirar su Constitución a la basura. En cambio, los códigos penales realmente son la carta de presentación porque te ejemplifican cómo te va a perseguir el estado y cuando el estado no se va a hacer bolas y te va a aplicar la peor de las sanciones. O sea, realmente me parece que cuando uno ojea el Código Penal de una entidad realmente te está diciendo qué le importa a esa entidad y cómo le importa. Cuando uno lee el Código Penal de Guanajuato, lo que nos está diciendo el estado de Guanajuato es: “A nosotros nos importa un comino las mujeres que abusen sexualmente de menores”. Cuando uno lee el Código Penal del Distrito Federal, uno puede saber que lo que nos está diciendo es: “Aquí es muy importante la propiedad privada. ¡Ay de ti si te robas el espejo de un coche porque te vas 7 años a la cárcel! No te hagas bolas”.
Cada vez que uno abre los códigos penales puede encontrar qué es importante y qué no es importante para una sociedad. Entonces, me parece que en este contexto ha resultado importante para la sociedad mexicana, retomando el punto de Francisca, el aborto desde un punto de vista moral. Si uno analiza los cuatro códigos penales que han existido desde ciertos periodos, digo para no meterme en el siglo XIX y felicitar a Regina por la sabia decisión de no invitar a muchos abogados, porque siempre somos aburridos… La cuestión es que, revisando los cuatro códigos penales más relevantes, uno podrá encontrar que el delito de aborto se ha ido colocando en distintas partes; por ejemplo, en delitos contra el honor. Y uno todavía lo puede encontrar en ciertas entidades de la república en delitos contra el honor o si se agrava o no un delito. Si la mujer es honesta, si es casta, si está casada, si engañó al marido. Efectivamente, lo que dice la doctora Pou tiene razón: está íntimamente relacionado con la moral de cada estado. Pensando en lo que decía Pedro Salazar, retomando el pensamiento de Vasconcelos, Vasconcelos falló con la raza cósmica. Me parece que esta cuestión mestiza de que somos un grupo unísono de personas no es cierta. Me parece que hay tantos Méxicos como tantas comunidades políticas y me parece que esto se demuestra en sus códigos penales, porque me parece que en muchas entidades de la república estas discusiones no se podrían tener ni se van a tener mínimamente o el legislador que lo proponga lo van a tildar de que loco, que vaya al psiquiatra el güey, una cosa así. Me parece que son distintas comunidades políticas porque son muchos Méxicos. Entonces, y a mí me parece que cada uno de sus Méxicos está presentando qué le importa a través de sus códigos penales. En este sentido, me parece que efectivamente es un tema moral el aborto porque viene desde el corazón, es parte de la línea de flotación de gran parte de las ideologías de pensamiento religioso. O sea, es la línea de flotación del pensamiento religioso: ¿cuándo se engendra la vida, el alma? Entonces esto ha irradiado invariablemente la moral o la ética, o como se quiera llamar, e irremediablemente irradiado a los códigos penales. Además, es parte de los discursos de los partidos políticos. Uno ve las elecciones en los Estados Unidos de Norteamérica: siempre demócratas, siempre republicanos, unos contra el aborto, otros a favor del aborto. Entonces esto es parte de hasta cómo se dibujan los partidos políticos en una elección; este es un tema fundamental en Estados Unidos de cómo se dibujan unas elecciones. En Canadá ya hasta lo olvidaron, en Canadá esto ya no se está discutiendo, y en Estados Unidos lo siguen discutiendo y siguen tratando de revertir los fallos. Pero aquí estamos básicamente en pañales.
Mi única conclusión es que hoy por hoy, me parece que es muy difícil afirmar que es un derecho porque no lo ha declarado así un Tribunal Constitucional. Me parece que hay necesidad de llevarlo ante un Tribunal Constitucional para que un Tribunal Constitucional haga una colisión y saque, expulse, del ordenamiento jurídico el tipo penal de aborto y sí podamos hablar de que estamos en presencia de un derecho a partir de una interpretación constitucional, porque me parece que hoy por hoy, como lo decía Pedro, las mexicanas y los mexicanos no están de acuerdo con nosotros. Y hoy por hoy ellos prefieren que eso esté en un Código Penal. Entonces me parece que, al correr la democracia a varias velocidades, solamente un Tribunal Constitucional que no necesariamente tiene que… No quisiera mencionar las razones del federalista, porque a lo mejor suenan un poco a despropósito. Bueno, la cosa es que sí me parece que un Tribunal Constitucional tendría que ver si al interior de la Constitución mexicana o al interior del bloque de constitucionalidad hay suficientes razones o existen razones para expulsar el tipo penal de aborto. Y que, entre tanto el trabajo que todos tenemos que hacer es impulsar alguno de esos casos hasta el máximo tribunal del país, para que el máximo tribunal del país logre expulsar esto y centre en un debate, como decía la doctora Pou, en un debate constitucional informado, no en un debate que tenga corte religioso, no en un debate que tenga un corte moral, no en un debate de tripas ni donde me esté informando el hígado, sino en un debate que parta la voluntad del constituyente nacional o del bloque de constitucionalidad a partir de los tratados internacionales que ha firmado México. Agradezco muchísimo el tiempo [Aplausos].
Regina: Muchas gracias, Javier. Yo quisiera compartir nada más dos reflexiones: una es que hay dos encuestas bastante recientes. La primera que hizo Population Council y otra de Católicas. Sorprendentemente uno puede ver que sí hay mucha gente a favor de que esta sea una conducta que se debería expulsar del Código Penal.
Creo que sí ha habido avances a partir de lo sucedido en el Distrito Federal que hace pensar que a las personas que viven en otras entidades federativas les gustaría tener una situación similar. Sigue habiendo el porcentaje de los absolutos en contra, pero digamos estos grises entre totalmente en contra y a favor. A lo mejor no “a favor” al grado de ser activistas, pero de estar con estas ganas de que sí se cambiara y creo que tenemos que dar más difusión este a este tipo de encuestas, porque incluso desalentaría aquellas iniciativas que de pronto se le ocurren a cierto gobernadores o legisladores de poner a consulta este tipo de temas, como si los derechos se pudieran poner a consideración de ver qué piensa la mayoría.
La otra cuestión, yo creo que coincido y es un debate que tenemos en muchos espacios, creo que pone sobre la mesa el tema de: “¿Derecho o delito?”. Creo que independientemente de si es derecho o delito, creo que razones suficientes hay en el sentido de que la conducta de penalizarlo sí está vulnerando derechos. Sí se están vulnerando ciertos derechos fundamentales que ahora están en este bloque constitucional. Ese puede ser el argumento, además del principio de no regresividad, el principio pro persona, que ahora se plantean a nivel constitucional.
Pero bueno, muchísimas gracias. De verdad ha sido sumamente enriquecedor escuchar las reflexiones de los tres. Sé que los tres tienen diferentes trabajos y se complementaron bastante bien. Quisiera abrir el espacio para quienes están en el público que pudieran hacerles preguntas o comentarios sobre lo que se acaba de plantear, no sé si hubiera alguna inquietud.
[Mujer en el público]: ¿Por qué el Distrito Federal sí está permitido el aborto y no así en otros estados? Porque parece que hubiera diferentes Méxicos. Este concepto que mencionaron de bloque de constitucionalidad, en donde sí, ciertamente la Constitución está mencionando que los tratados internacionales se deben de considerar, y uno de los estados internacionales que México firmó nos compromete respecto a los derechos sexuales y reproductivos, entonces esto está quedando fuera. En la mesa anterior decían la semana pasada: “Es que la ley, o sea los tratados internacionales, nos están planteando esta situación y también la misma Constitución”, o sea que sí tenemos el derecho a decidir. Sin embargo, la cultura es lo que nos está deteniendo. A mí me parece un absurdo pensar que, por cultura, o sea como que estamos atrasados culturalmente y nos falta evolucionar en nuestra mente para poder darle cabida a la idea de que las mujeres podamos decidir. Ahora, ¿por qué criminalizar a una mujer y no al hombre? ¿Se embarazó sola la mujer o el Espíritu Santo la embarazó? ¿Qué sucede? ¿Por qué no también encierran a los hombres?
Estas cuestiones son las que a mí me dejan perpleja y me parece que vivimos en una sociedad en la que pareciera que las leyes avanzan, pero en la cultura nos quedamos súper atrasados. No entiendo
Regina: Sí, estás poniendo un dedo en la llaga de lo que está pasando. Aquí tenemos diferentes legislaciones, pero lo digo porque vivimos en un Estado federal y de algún modo en la lógica del Estado federal está esto, ¿sí? Que haya diferentes ordenamientos jurídicos para que así puedan ser diferentes.
A veces veo algunas cosas como un poco desde fuera, digamos, porque antes yo vivía en otro país y demás, en donde siempre me da la sensación de que México está incómodo con su federalismo. La mayoría de las posiciones que a veces se expresan en este debate en el fondo lo que nos tendrían que llamar a repensar es que nosotros seguimos queriendo un Estado federal o queremos un Estado más centralizado, por lo menos en la parte de los derechos.
Bueno, siempre hay cuestiones culturales para todos los niveles de análisis, pero fundamentalmente a nivel de determinar por qué pasa lo que pasa, por qué es un delito, tal. Es una cuestión jurídica, es una cuestión de mayorías políticas que aprueban en las constituciones estatales, en los códigos penales, cosas que, como tú también identificas muy bien, y Pedro lo ha subrayado, están en conflicto con otras que hay argumentos para pensar que tienen la misma importancia jurídica.
Y ese es el gran problema, que tenemos un bloque de la constitucionalidad con conflictos internos muy fuertes y que llegamos a pensar quién queremos que administre esto. Es muy complejo. Nuestro bloque contiene las constituciones estatales, los tratados, lo que sea. Pero, además, a nivel más clásico posible, tenemos un artículo en la Constitución que dice: “Cada persona o cada mujer tiene derecho a determinar el número y el espaciamiento de sus hijos”. No nos podemos quejar a nivel formal, hay muchos países que no tienen un derecho tan explícito. Entonces, la complejidad viene de que aparte de que esta es [inaudible] jurídicamente relevante, ya hay otras que te permitirían argumentar en direcciones contrarias y algunas de las cuales han sido aprobadas por mayorías políticas a las cuales el federalismo da voz. Y por eso es tan complejo.
Pedro: Quería agregar una cosa muy breve. Creo que por eso es tan importante esta discusión de determinar si es un derecho o no. Me parece que es muy sensato lo que dice Javier y dice: “No, no es un derecho en la medida en la que ningún lado está establecido como tal”. Yo difiero interpretando las cosas en el sentido contrario, yo haría la siguiente pregunta: Una mujer ubicada físicamente en el Distrito Federal, con un embarazo de entre las 12 primeras semanas de gestación, ¿tiene la libertad de decidir si continuar con el embarazo o interrumpirlo? La respuesta es sí. ¿En esa medida tiene el derecho de ejercer su autonomía y de tomar una decisión libremente? Sí. Es verdad que la figura de aborto sigue estando tipificada en el Distrito Federal y esa figura corre a partir de la semana 12 en adelante. Pero en ese primer lapso, aunque no esté expresamente dicho lo que tenemos es una ventana de libertad. Y, en ese sentido, decidir continuar o no un embarazo es una decisión que se puede asumir y que se puede tomar con plena autonomía y libertad. Creo que por eso la discusión es tan interesante, porque, si logramos que se haga un argumento de sentido común que eventualmente los jueces a quien Francisca y Javier le tienen mucha confianza, por lo que veo yo no tanta… Podríamos ganar. ¿En qué sentido? En el sentido de que sí podríamos sostener en qué materia de derechos no se vale que el federalismo haga diferencias. Es decir, en materia de derechos, no puede ser que en un país tú estés en un lugar del territorio y tengas un derecho que no tienes en otro lugar del territorio. Ese es un argumento que hay que construir, pero se puede ganar, me parece como básico de igualdad en derechos y uno puede decir: “En materia de derechos, el derecho es igualdad para todos”. Ya la manera en la cual se ejerce se garantice, más las políticas públicas con las cuales ese derecho opera sí puede variar y eso sí puede ser materia del federalismo. Pero los derechos están en la Constitución, deben de ser los mismos para todas y para todos.
Mujer en el público: Una pregunta sería, ¿qué opinas del Código Penal Único? La pregunta que te hacía, Pedro, y de esta iniciativa del Código de Procedimientos Penales. ¿Qué tanto puede afectar a este tema?, por un lado. Luego, la figura del agravio comparado, que hay diferenciación en algunos códigos, según cada estado. Por otro lado, ¿qué abanico de estrategias podríamos pensar en amparos, ahora la luz del de la reforma al artículo 24, bueno, el 24 que está a punto de pasar al 40, la reforma en materia de Derechos Humanos, las recomendaciones del Comité CEDAW y ahora que va a ir México al Examen Periódico Universal, que yo creo que también van a venir recomendaciones para estos temas? O sea, ¿cómo podríamos barajar todo esto para poder realmente hacer varias estrategias como un abanico de posibilidades desde el derecho constitucional, en materia penal? ¿Cómo podemos pensar en conjunto?
Javier: Lo que preguntaba Pedro, lo que pasa es que tiene dos respuestas: la teórica es que, efectivamente es bueno el Código Penal Único, hay muchas razones: seguridad jurídica, márgenes de punibilidad, es decir, qué es delito y qué no es delito, como decía Pedro: “Yo cruzo el estado de México y ya hay calumnia y hay bigamia, pero me regreso y ya no es”. Creo que tiene muchas virtudes. Ahora, hay estados donde ha sido muy exitoso, como Alemania, Alemania tiene un Código Penal Único. Pero hay una sincronía en Alemania muy clara entre el Derecho procesal y el derecho sustantivo. No están disociados, es un problema que en México están disociados. Entonces la respuesta teórica es sí, porque además hay núcleos mínimos, imágenes de punición, hay márgenes en los cuales la gente se va a la cárcel que son breves y se está proponiendo en el Código Penal Único. La idea tiene razones teóricas muy buenas. Entonces en Alemania lo peor que me puede pasar es que si vuelo el Parlamento alemán me voy 25 años a la cárcel; aquí en un secuestro exprés me pueden dar 280 años. No pasa nada si vuelo el Parlamento alemán, lo puedo tomar con calma tengo 35, salgo a los… Si salgo, todavía puedo vivir un rato, ¿no? Pero ¿y en México? Bueno, un robo del espejo me cuesta 7 años.
Entonces la idea no es mala en términos teóricos, el problema es que yo coincido totalmente con Pedro y pegándome totalmente la opinión de Pedro, en términos prácticos, me parece que quienes tendrían que ser los interlocutores del Código Penal Único no generarían estas bases mínimas ni renunciarían a los altos márgenes de punición. ¿Por qué? Las razones son muy sencillas: si uno ve la inflación legislativa penal cuando se empezó a disparar el problema del derecho penal, es básicamente por las crisis económicas y se puede mostrar con gráficas en los 80 y 90. Las crisis económicas dispararon los delitos y si uno puede ver cuándo se empezó a disparar que el aborto fuera delito grave es a partir de la acción inconstitucionalidad 146 como una reacción por parte de ciertas opiniones por parte del país.
¿Qué pasaría? Realmente lo que podemos ver es que la primera respuesta del legislador, digo porque somos muy, muy ineficaces. En Alemania de 100 homicidios se van a resolver el 80 %. Aquí, la verdad, no vamos a hablar de números. El problema es que, si se hiciera el Código Penal Único, no estamos seguros ni que van a reducir los márgenes de punibilidad, no va a pasar porque la sociedad no lo aceptaría: “A la persona que secuestre le vamos a dar 20, pero ¿de veras vamos a hacer un sistema de readaptación social?”. Bueno, todo mundo se arranca la ropa, se tira al piso, nadie aguantaría con eso. Y después, los otros grupos que están en contra de la interrupción del embarazo, efectivamente se arrancarían las ropas. Dentro del engranaje político sí me parece que es muy difícil que el Código Penal Único logre reducir el piso o el núcleo duro del derecho penal. Es decir, porque lo que tiene Alemania que es muy exitoso en su Código Penal Único es que achicó el derecho penal en lo mínimo que consideró indispensable y achicó las penas y potenció cómo las personas pueden rehabilitarse. Aquí, en términos prácticos, no pasaría así. Si a mí me lo preguntan en la teoría o si estoy escribiendo algo, yo diría: “Está muy bien, en la práctica, me parece que va a estar muy complicado” Y ahí sí coincido también con Pedro, desconfío mucho de los tribunales porque aun cuando en el 22 constitucional está el tema de proporcionalidad de la pena y hay gente que hoy por hoy están condenando a 300 años, 400 años, ya ni sé, la corte dice: “Es constitucional. Cuatrocientos años es muy proporcional”.
Entonces, habría que tener cuidado con esto, porque a veces también fallan los tribunales constitucionales. Yo por eso diría en la teoría, es buena idea; en la práctica, nos estamos arriesgando a que las coordenadas políticas engranen.
Felipe: Mi nombre es Felipe Sandoval, soy abogado y nada más quería establecer para dejarlo bien claro: el cuarto constitucional, efectivamente, nos dice de la libertad del cuerpo y de lo que puedes tener. El aborto es un delito, lo que pasa es que el Código Penal lo que menciona son las excluyentes de responsabilidad, pero entonces sí es un delito. Es considerado básicamente un delito y lo que marca el Código Penal es simplemente las excluyentes de responsabilidad.
En cuanto al Código Penal Único, yo considero que sería ideal algo que pudiera ser bueno, pero desgraciadamente la realidad de un estado a otro es totalmente distinta, ¿no? A veces nos hablan de legislaciones extranjeras donde se establece que se hicieron, se disminuyeron y yo creo que los delitos no se van a quitar aumentando las penas. Se quitan en la medida en que se trate de educar a las personas porque, en esta ciudad, los mexicanos desgraciadamente somos muy propensos, como decía en su momento Carmen, “nosotros somos animales que ya tenemos esa tendencia a violar la ley” ¿Por qué? Porque los mexicanos somos, desgraciadamente, personas que siempre estamos con una doble moral: La primera que le aplicamos a los demás y la otra, con la que justificamos nuestro proceder. Desde lo más básico, vemos un letrero que dice: “No pase” y ahí estamos haciendo lo contrario. Para el delito del aborto sería ver las causas del porqué. Irse a la educación y, si es necesario, tener una educación sexual más activa, más profunda con las personas. Creo que sería lo mejor antes de ver las consecuencias, pero invariablemente termina siendo un delito, lo que marca el Código Penal es únicamente excluyentes de responsabilidad.
Pedro: La propuesta original era, en efecto, mantener el esquema que había, tipificación del acto de interrumpir un embrazo con aborto en cualquier momento. Y se pensaba, a las cuatro excluyentes de la responsabilidad que ya existían, incluirles una más que era cuando afectara el proyecto de vida de la mujer. Ese hubiera sido un esquema que originalmente se pensó en el cual, en efecto, interrumpir un embarazo hubiera sido delito en todo momento. Pero podría haberse argumentado una excluyente de responsabilidad y la mujer, ojo, hubiera cometido el delito, pero no hubiera sido castigada.
Hubo quienes nos negamos a eso y dimos la batalla para que no fuera así porque nos parecía inadmisible que una mujer que interrumpa un embarazo se le considere una delincuente. Y nos parecía que si íbamos a dar la batalla había que llegar al fondo y lo que se logró en el Distrito Federal fue redefinir el tipo penal: se considera aborto solamente la interrupción a partir de la semana número 12 y siguen vigente las excluyentes de responsabilidad que ya existían para quien interrumpe un embarazo a partir de la semana 12. Pero lo que sucede entre minuto, segundo 1 y la semana 12 no es relevante para el derecho penal. Es un arco de libertad para la mujer, es un arco de libertad en que puede ejercer su autonomía y su libertad. No puede ser perseguida, no puede ser sometida a juicio. Es decir, no comete ningún delito la mujer que interrumpe un embarazo en ese arco temporal en el D.F. ejerce una libertad.
Regina: ¿Pero solo en el D.F.?
Javier: Solo en el DF.
Mujer en el público: Solamente para ponerlo sobre la mesa, nosotras la semana pasada trabajamos en un hospital y precisamente la semana pasada tuvimos un problemita ahí de interrupción de embarazo. Llegaron dos personitas de la OMS planteando esta situación. Claro que aquí la mujer que traía el embarazo era una chica de 20 años, 7 meses y el alegato en ese momento era de que si los médicos, este es un hospital federal, los médicos tenían la obligación de interrumpir el embarazo. Si lo manejábamos como un derecho, está de pensarse. Bueno, a nosotros nos inquieta un poco que, por ejemplo, en los hospitales del Distrito Federal sí es un derecho, llegan a un hospital del Distrito Federal y se les practica la interrupción del embarazo y ahorita en materia de los hospitales federales no se ha dispuesto y, aparte, los derechos de los médicos.
¿Qué pasa si un médico…? Ellos tienen también derechos al igual que los pacientes, y este médico se niega a dar la interrupción del embarazo porque dice: “Bueno, mi derecho es procurar la vida tanto de la de la madre como del bebé. Yo tengo que ver, si el bebé está en riesgo, sí puedo interrumpir el embarazo y si la mamá también…” Pero aquí estamos en conflicto en cuanto es el derecho de ella de interrumpir el embarazo antes de las 12 semanas y el derecho que tiene el médico y la obligación que él tiene de preservar el derecho de la salud tanto de la madre como del hijo.
No voy a resolverlo porque es una cuestión que estuvo muy inquietante. Finalmente se aclararon estos puntos porque ellas sostenían, sobre todo estas personas que venían de la OMS sostenían que era obligación del médico interrumpir el embarazo. Clínicamente el médico les dijo: “Miren, aquí están los estudios, el bebé venía con un problema de una hidrocefalia” y pretendían ellos en una concepción muy rara que se interrumpiera el embarazo porque traía problemas genéticos el bebé. Sí fue un caso muy inquietante para nosotros, pero el conflicto es derechos y obligaciones, ¿no? Aquí fue el médico y algunas disposiciones que falta que se realicen en cuanto a la legislación o los servicios que se están prestando tanto en la Federación como en el Distrito Federal.
Regina: Hay una última intervención de José Luis porque la ONG es GIRE.
Médico: Soy médico. Mi pregunta es ¿12 semanas se refiere a 12.0 semanas? Desde mi punto de vista 12 semanas son mientras no diga 13. Mientras no diga 13, para mí siguen siendo 12.
Regina: Respecto al caso que comentas creo que es, sin duda, un caso complejo por el número de semanas de gestación. No entraba dentro de las 12 semanas, sino que era ya mucho más avanzado el embarazo. La cuestión ahí era que hay una ambigüedad en términos de si la ley del Distrito Federal aplica o no también a las autoridades federales, o sea el IMSS, el ISSSTE o los hospitales generales. Hay quienes alegan que no, porque las rige la ley federal y hay quien alega que: “Como yo, usuaria que vivo en el D.F., ¿por qué me van a negar el derecho si la norma de ese territorio me lo permite y es una libertad que puedo exigir?”.
La cuestión aquí es que era en un hospital federal en donde sí está planteado en el código federal. O sea, incluso si se dijera: “No aplica al D.F.”, sí aplica el Código Penal Federal en el que sí está contemplada la causal de salud. En este caso era la salud no física de la mujer, sino la salud psicológica que ya ha sido interpretada, digamos, por varios organismos internacionales que un feto anencefálico con hidrocefalia, que no tiene ninguna viabilidad para la mujer, significa tratos de inhumanos, crueles y degradantes el obligarla a llevar a término un embarazo que no iba a tener, digamos, ninguna posibilidad de vida el producto.
Y la cuestión de la objeción de conciencia; existe esa posibilidad del médico de ser objetor, es una manifestación de su libertad de conciencia y eso creo que incluso en el Distrito Federal está salvaguardado. Lo que no puede ser es que sea una objeción institucional. O sea, ahí hay la obligación de esa institución a donde llegó la mujer de que, si hay ese médico que está en contra, se le refiera a alguien que sí pueda llevar a cabo esa interrupción.
Por eso era la discusión, entiendo la complejidad, porque además es difícil porque era un hospital general que estaba en el Distrito Federal y todavía no se acababa de resolver. Si entonces aplica la ley del D.F., entonces decía: “No, porque soy general”. “Bueno, pero entonces se aplica el Código Penal Federal” y sí tenía contemplada la causal sin límite de tiempo. Ahí no está limitada la excluyente responsabilidad por motivos de salud a una determinada semana de gestación. Entonces, digamos, era el argumento de por qué sí tenía que proceder la interrupción, porque estaba en riesgo la salud de la mujer.
Javier: Soy de la idea de que ningún funcionario público del Distrito Federal, no de la Federación, sino del Distrito Federal, no puede alegar objeción de conciencia. Lo anterior por las siguientes razones: cuando la persona está prestando sus servicios efectivamente no hay una moral institucional ni una conciencia institucional, sino se rige por las normas del propio hospital y se rige por la legislación aplicable y punto. El señor en la práctica privada podrá tener objeción de conciencia, pero esto sería tan grave como que un policía o un granadero en un motín dijera: “No, bueno, a mí mi religión me prohíbe la violencia”. Entonces no pusiera ni el escudo y dejara pasar a la gente y lo patearan, o sea, vía objeción de conciencia.
Hay varias, y aquí me corregirá Francisca, hay varias resoluciones del tribunal de una de las salas de la corte española sobre objeción de conciencia en fuero castrense. Respecto de si a veces les hacen marchar con crucifijos o no; donde no aplica, donde vía objeción de conciencia les quitaban hacer marchas con crucifijos, pero en otras donde la labor no estaba relacionada sí se les impuso la tarea.
Entonces ya hay varias resoluciones, sobre todo en fuero castrense y libertad de expresión en estos temas, pero yo sí pensaría que no hay lugar a la libertad de expresión en una institución pública del Distrito Federal.
Regina: Pero digo, por cómo está la norma en el D.F. contempla la posibilidad de que objete.
Pedro: Quisiera hacer un comentario de 30 segundos sobre el tema de la cultura que se ha hablado mucho. Por supuesto que hay que ganar la batalla cultural y yo diría que la cultura que tenemos que ganar en México es una cultura de los derechos y de entender qué son los derechos y de apropiarnos de los derechos y de entender que los derechos humanos son una cosa muy distinta que lo que la distorsión de la lógica, de la emergencia y de la criminalidad y de la seguridad ha colocado sobre la mesa y que ha distorsionado y corrompido el sentido que tienen los derechos que son de todos, etcétera.
Pero, diría una cosa, que este es el mensaje que quería dejar, incluso en aquellas comunidades en las cuales la mayoría de las personas, porque su cultura, su religión, sus principios así lo dictan, estén en contra de los derechos de los demás debe prevalecer el derecho fundamental. Los derechos son contra las mayorías, los derechos son, a pesar de las mayorías, a pesar de lo que piensa la mayoría de la gente. Y creo que un tema en el que tenemos un buen ejemplo que se ha ganado, es el tema del matrimonio igualitario, en el cual en el Distrito Federal se hizo el reconocimiento legal a plenitud del matrimonio entre personas del mismo sexo y ante la duda de si ese matrimonio debe valer para todos sus efectos legales o no en otras entidades federativas en las cuales la enorme mayoría de las personas, según las encuestas, está en contra. Bueno, la respuesta de la Corte fue que por supuesto que sí, que el reconocimiento del ejercicio de esa libertad debe de valer para el Distrito Federal y debe de valer en cualquier parte del territorio nacional. Creo que es un buen ejemplo y estoy seguro, supongo que en el Bajío no estaban muy contentos. Bueno, pues no importa porque se trata de derechos humanos, derechos fundamentales.
Javier: Tratando de ser sencillo, porque de verdad los abogados somos muy enredados. Las excluyentes del delito son aquellas, o sea, los delitos se dicen que son típicos, antijurídicos y culpables. Entonces se dice que cuando hay una cuestión que la conducta es atípica o se pega la antijuricidad o se pega la culpabilidad desaparece el delito. Generalmente estas son cuestiones generalizadas o que están plasmadas en todos los códigos penales, como lo pueden ser defensa legítima, causa de fuerza mayor, etcétera. El ejemplo que todos los profesores ponen en la facultad de Derecho: “Hay dos personas con una tabla en el mar y entonces agarra la tabla y sobrevive uno y muere el otro, no hay homicidio” Entonces, estas son las que se conocen como excluyentes del delito porque impiden que se actualicen todos los elementos del delito. De hecho, el delito se estudia en ese orden: Que sea típica, después que sea antijurídica y después que la conducta sea culpable.
Ahora, a lo que tú te refieres, la Academia decidió cambiarle el nombre y le pusieron “condiciones objetivas de punibilidad”. Los alemanes dijeron: “Ya ese nombre no está bonito” y le pusieron “condiciones objetivas de punibilidad”. Y las condiciones objetivas de punibilidad son cuando hay consideraciones sociales donde sí hay delito, pero no hay pena.
Entonces, lo que pasa en el aborto es muy gracioso, porque las cuestiones que contiene el tipo penal de aborto no son excluyentes del delito, no quiere decir que el delito no exista. Quiere decir: “Sí existe, pero como nosotros, sociedad, somos muy buenas personas, no te vamos a dar pena de prisión”. Entonces esto es aún más ofensivo porque cuando hay violación o cuando hay cuestiones de salud no es que no exista delito, no es que la sociedad no lo esté reprochando, sino que la sociedad se compadece y dice: “Entonces no va a haber pena”.
Las condiciones objetivas de punibilidad son cuestiones de política pública donde se desaparece la punibilidad o desaparezco la pena de prisión porque soy buena onda, ¿no? Y las excluyentes de delitos, sin embargo, son aquellas que hacen desaparecer el delito o desaparecen la ilicitud como podría ser defensa legítima: “Me disparan, yo disparo. Mato a la persona, estoy repeliendo una agresión real inminente que es defensa legítima”. Desaparece el delito de homicidio porque golpea la antijuricidad, y así nos podríamos ir a culpabilidad y, bueno, las miles de teorías que hay.
Las excluyentes del delito extinguen el delito, o sea la sentencia declara: “No eres penalmente responsable”. En cambio, las condiciones objetivas de punibilidad tendrían que decir: “Sí eres penalmente responsable, pero te perdonamos y no te impongo la pena” porque por eso se llama “condición objetiva de punibilidad”. Realmente eso es lo que pasa en las cuestiones, que es una cuestión que me parece que es de mala técnica legislativa, porque debería de haber, o sea, no encuentro argumento suficiente como para decirle: “Oye, aquí a todo dar güey, está en riesgo mi vida y ¿me vas a perdonar la punibilidad, güey? De veras que eres fantástico legislador”. Es una cuestión muy complicada cómo está fraseado en el derecho penal lo que pasa en el tema de aborto. Es muy complicado porque tiene un mensaje muy violento hacia la mujer.
Pedro: No debería de aplicar, porque ella realizó una acción lícita en el territorio en el que era la lícita la acción. Pero, como dice Regina, al parecer hay casos en los cuales sí se han…
Regina: En Michoacán.
Pedro: Pero en principio sería no. Ahora, sobre las otras cuestiones, te recomiendo en verdad mucho el texto que publicó GIRE del caso Paulina. Es muy interesante, es un caso interesante. Y el otro, lo único que te puedo decir es que los argumentos que planteas son muy buenos, así que hay que llevarlos al resto del país porque con eso ganamos en el D.F.
Regina: Muchísimas gracias y lo siento porque se nos cortó el tiempo, pero les agradezco muchísimo a Javier, a Pedro y a Francisca y a todos ustedes por habernos acompañado. Les invito otra vez a que vayan a la exposición y que sigan participando en las mesas de todos los jueces. Muchísimas gracias.
Alejandro Jiménez: Gracias por estar aquí en la continuación de este ciclo de mesas y conferencias en el marco de la exposición temporal “Nuestros cuerpos, nuestras vidas”, que se dispone aquí arriba.
El día de hoy tiene como eje el de los medios de comunicación, particularmente en el tema del derecho a decidir. Los que estamos aquí, más Daniela que se va a incorporar en un momento más, trabajamos en los medios de comunicación. Y nos ha tocado ver cómo se deciden y qué pasa en las redacciones de los medios de comunicación cuando se toca el tema de las mujeres y cuando se toca particularmente el tema del aborto y los distintos ángulos y formas y decisiones que nos llevan a coberturas en unos casos verdaderamente atroces y, en otros casos, con un incipiente respeto a los derechos humanos, a los derechos de las personas, aunque consideramos que nos va a faltar mucho. La idea es platicar de esto. Es una plática, más que una conferencia magistral donde nosotros vamos a pontificar sobre lo que pasa en los medios o lo que debe ser, sino más bien como una charla donde quisiéramos también que hubiera participación de ustedes y opiniones.
Para que sepan con quiénes estamos, yo quiero dar la bienvenida a Thelma Gómez, periodista especializada en temas sociales, ambientales y científicos. Ha sido reportera y coeditora en Notimex, Milenio Diario, la Revista Día 7, periódico El Independiente, diario Monitor, Excélsior, en el periódico El Centro, en El Universal, donde nos conocimos. Fue docente de la carrera de Periodismo en la Escuela Carlos Santín García y es coautora del libro “Migraciones vemos, infancias no sabemos”, del programa Infancia en movimiento. Colaboró en las revistas Travesías, Etcétera, Vida y estilo y el suplemento Equilibrio. Actualmente, es editora en la revista Quo. Muchas gracias, Thelma, por estar aquí.
En esta plática está también Ana María Ávila, que es la coordinadora del área de Comunicación del Grupo de Información en Reproducción Elegida (GIRE). Ha ejercido el periodismo desde hace 13 años. Ha publicado en diarios como El Universal, El Economista, así como las revistas Proceso, Expansión, Gatopardo, Día 7 y Rolling Stone. Fue editora de NLS News, Latin American Bureau. Es maestra en Ciencias Sociales y realizó una estancia académica en Washington, D.C. Ha sido coganadora del Premio de Periodismo Ambiental de la Universidad de Columbia y del reconocimiento que da a investigaciones digitales la organización Investigative Reporters and Editors.
En mi caso, yo soy Alejandro Jiménez. Actualmente soy el subdirector de Opinión del periódico El Universal, donde he hecho toda mi carrera profesional. Tengo ya 27 años en el medio haciendo distintas cosas desde que llegué al periódico muy muy joven, pasando por temas tan disímiles como la cobertura de temas turísticos hasta los temas de seguridad nacional y guerrilla en el periódico El Universal y durante mucho tiempo también fui jefe del Centro de documentación y la hemeroteca del periódico. Me toca esta labor de coordinar, pero la idea es que, insisto, esto sea una plática. La idea es, ¿cómo cubrimos los medios el tema del derecho a decidir en México? ¿Se respeta a la mujer? ¿No se le respeta? ¿Ha habido un cambio de actitud? ¿Los años sesenta son lo mismo que en los años ochenta o que los años 2000? En fin, el punto de vista femenino es todavía mejor calificado que el mío. Sin embargo, dicen que no hace falta ser mujer para ser feminista, así que también voy a decir mis puntos de vista al respecto. Entonces, quisiera abrir este diálogo, Ana, si me lo permites, porque tú eres quien está directamente desde GIRE en este momento, viendo esta cobertura de medios. Lo que hacemos lo avalamos y contamos nuestras propias experiencias como periodistas.
Ana Ávila: Si quieren, podemos ver un poco las imágenes que hemos guardado en GIRE. Este es un periódico de San Luis Potosí y venía el nombre de la mujer, su foto, su dirección, todos sus datos después de un aborto que tuvo. El Ministerio Público difundió la información a los periodistas y ellos publicaron el caso. Este es el mismo diario “Mató a su hijo por aborto”.
Alejandro Jiménez: ¿En Tamaulipas? ¿O dónde?
Ana Ávila: Ciudad Valles.
Alejandro Jiménez: Ah, en Ciudad Valles en San Luis Potosí.
Ana Ávila: En San Luis Potosí. Esta es una nota que salió en todos los medios de Veracruz, porque a esta mujer la detienen y llaman a conferencia de prensa y la exhiben en conferencia de prensa ante todos los medios como una asesina. Y se exhibe toda su imagen, su dirección, si es mamá, dónde trabaja, toda esa información personal. [Enseña otro periódico] Este es el mismo caso, aquí está en la agencia de investigaciones de Veracruz.
Alejandro Jiménez: ¿Este es un caso reciente? No es de hace quince años…
Ana Ávila: Este tiene la fecha, pero como un mes, dos meses. Esto ya es criminalización de las jóvenes pero a todo lo que da: “Secundaristas embarazadas”. No sé si se dan cuenta de que el enfoque aquí siempre es: “La mujer es la responsable”. Ayer, por ejemplo, el secretario de Salud de… ¿qué estado fue? De Jalisco, me parece, dijo que la mortalidad materna era culpa de las mujeres. Toda responsabilidad o es del adolescente o es de la mujer violada o de la niña, pero ni el Estado ni la pobreza ni la falta de educación ni el poder judicial tienen nada que ver [Continúa leyendo otras páginas del periódico].
“Adolescente procesada en Morelos por abortar”. “Dan 23 años de prisión a joven por supuesto aborto”. Estas preguntas de arriba nosotros las ponemos: “No se presume la inocencia de las mujeres. ¿Cómo se protege a la víctima?” Se pone el nombre y no hay ningún balance de la información. [Señala] Ah, bueno, a esta le decimos “La joya”, porque “Polémica por el caso de niña embarazada”. No sé si se acuerdan. Fue el último caso tan sonado.
Alejandro Jiménez: Que después la explicación fue: “Bueno, no fue tanto porque en vez de 9 años tenía 13”.
Ana Ávila: Entonces, si quieren con estos ejemplos podríamos empezar un poco la discusión sobre cómo se podrían cubrir estas noticias, sobre todo en el caso de Veracruz que es la propia autoridad la que llama a conferencia de prensa y exhibe a la mujer.
Alejandro Jiménez: Thelma, yo tengo mis opiniones al respecto y dos o tres apuntes pero te concedo…
Thelma Gómez: A mí me gustaría que después esta dinámica la convirtiéramos incluso en un asunto de preguntas y que pudiéramos tener un diálogo con quienes están allá y poder hacer esto más abierto. De entrada, en el momento en que a mí me invitan a esta mesa, me puse a reflexionar sobre con qué enfoque vamos a tomar este tema. Y creo que estos casos, como muchos otros que suceden y que vemos, que miramos y que oímos en los medios de comunicación mexicana, se presentan porque existe un nulo desconocimiento de los códigos de ética del periodismo de parte de quienes ejercemos el periodismo, de las redacciones, de quienes toman las decisiones de qué se publica y qué no. Si bien hay códigos de ética, pues bueno, muchas veces estos no se toman en cuenta, pero si estos códigos fueran mucho más públicos, si estuvieran en una constante discusión, en una retroalimentación con nuestros lectores, con las audiencias, con los ciudadanos, yo creo que podrían enriquecerse mejor. Revisando esta parte de los códigos de ética, encontré un código que a mí en lo personal me agrada mucho, creo que es muy completo, de una organización argentina que es FOPEA y es una organización de periodistas argentinos. Ellos redactaron su propio código de ética y quien pertenece a esa organización tiene como compromiso el asumir este código.
Si se quiere pertenecer a FOPEA, lo primero que se tiene que hacer es asumir este código y una de las líneas que de las que habla el código de ética de FOPEA es que el periodismo tiene una responsabilidad social y que eso no se debe olvidar. Otro punto es que el periodista no debe de criminalizar a ningún ciudadano, aunque la misma autoridad lo presente. Hasta que no exista un juicio se debe de señalar a esa persona y que eso en determinada forma, a final de cuentas, eso no le toca al periodista, sino que le toca a la autoridad. Y, bueno, creo que estos casos son ejemplo de cómo en este país sucede esto con las mujeres y sucede con todos aquellos que son presentados por las autoridades, por los ministerios públicos, por las procuradurías, que ni siquiera había un juicio y ya se les criminaliza. Además, muestra que existe una falta de conocimiento de las leyes y, en este caso, de las leyes que tienen que ver con el asunto del aborto y de los derechos a decidir de las mujeres.
A mí me gustaría saber, por ejemplo, si estas notas son firmadas por hombres, por mujeres, porque eso también nos permite ver, hacer un análisis mucho más fino de cuál es el enfoque. En término de otras cosas que dice el código de FOPEA es que los prejuicios, que la ideología personal del reportero, del periodista, tiene que hacerse a un lado cuando se trata sobre todo temas como estos: temas polémicos, temas en donde siempre la sociedad va a estar dividida, a favor o en contra.
El aborto es un tema que siempre desata mucha polémica y que pocas veces se trata desde una posición más objetiva, aunque a mí no me gusta mucho utilizar este término. Pero pocas veces son temas que se tratan desde otras perspectivas. Por ejemplo, desde la perspectiva científica. ¿Qué dicen los científicos respecto a en qué momento se puede considerar el aborto y en qué momento no? Yo creo y, es una postura personal y que comparten varios compañeros y compañeras reporteras que nos hemos sentado a discutir estos temas, que hemos tomado talleres para poder hacer mejor nuestro trabajo, que hemos tratado de estar haciendo siempre discusiones de cómo estamos haciendo nuestro trabajo… Creemos que tener códigos de ética claros y que marquen esas cosas… Códigos de ética que siempre estén renovándose, que siempre estén en discusión, son básicos para que, como periodistas, evitemos criminalizar y penalizar a las mujeres sobre todo, porque en estos casos sí se criminaliza a las mujeres y se toman posturas de juez. Y eso, a final de cuentas, no es un periodismo que permita cumplir con una función social. No es un periodismo que permita avanzar a una sociedad. No es un periodismo que abone a una discusión seria y, sobre todo, que permita a la ciudadanía tomar decisiones con información. Allí hay una tendencia. Yo de entrada dejaría ese punto sobre la mesa: el asunto de los códigos de la ética.
Alejandro Jiménez: Ana, ¿qué opinas tú?
Ana Ávila: Yo creo que el problema tiene muchas aristas y, en los análisis que nosotros hemos hecho o en las capacitaciones que hemos hecho, no es garantía que quien cubra la nota es una mujer. Porque ha habido veces en que la mujer, una periodista mujer está exhibiendo a otra mujer y le hablamos para pedirle que por favor pare de publicar sus datos personales y la reportera nos contesta: “Ya di que no he publicado su foto porque sí le tomé fotos”. No es ninguna garantía que sea mujer ni que vaya a ser más sensible a los temas.
Una de las aristas del problema para no estar solamente hablando de que los periodistas van a cubrir la nota y que solo reproducen lo que les dan en las conferencias de prensa o lo que les filtra un ministerio público, también hay que hablar de la situación que viven los periodistas. En los Estados a los periodistas les piden cuotas por día y tienen que llevar muchas veces 5 notas al día. Trabajan 12 horas diarias, tienen unos sueldos muy muy bajos, tienen que tener varios trabajos. Están en más de 2 medios y luego colaboran para un portal. Muchas veces venden publicidad para su propio medio, para que les den una compensación económica a ellos. Y todo eso va en detrimento de la calidad periodística y de la capacidad de investigación que pueda tener quien esté en la calle reportando la noticia. Entonces, no quiero dejar de mencionar esto porque los periodistas sufren mucho también.
La otra cosa es la falta de profesionalización. Pocos se capacitan, pocos tienen conocimiento sobre cómo cubrir una noticia con respecto a los derechos humanos, no solo de las mujeres, sino de todas las personas. Y la opacidad que menciona Thelma en los medios de comunicación es gravísima. Los medios no son transparentes, no aplican sus códigos de ética si los llegan a tener y, si los tienen, no son públicos. Algunos tienen como suscribe su manual de estilo, pero no va más allá. Algunos se excusan con la defensoría del lector, con las cartas al director, pero no es suficiente. En la cobertura de las noticias sí a veces gana el tiempo. En los años que yo estuve en la calle reportando, sí gana el tiempo, pero no hay excusa para proteger los derechos de una persona, para no publicar el nombre. Se pueden poner las iniciales, se puede poner un seudónimo. No hay necesidad de poner direcciones. Además, no sé a quién le importa que una mujer haya abortado si no es más que a ella. No entiendo por qué es noticia. Y si es un aborto que sucedió en una causal legal dentro de las que existen, pues mucho menos.
Alejandro Jiménez: Yo quisiera, y aquí ya metiendo la cuchara en el tema, hacer varios apuntes, una precisión y varios comentarios. La precisión un poco para tener un poco de contexto y dimensiones de lo que estamos hablando. Yo en lo personal, desconozco si existe algún estudio de fondo o nacional, o por lo menos regional, de la cobertura de los medios particularmente en este tema. Las notas están y son ejemplos claros. Habría que ver cuántas realmente están pasando en el contexto de los medios de comunicación. Tengo la impresión de que estoy jugando un poquito al abogado del diablo, que son mucho menos que en ciudades que en el interior de la República, donde todavía hay problemas de cobertura y de capacitación en derechos humanos, no de clases de periodismo. Y que tampoco todas las notas que se refieren a aborto van en este sentido. A lo mejor, estábamos hablando de un tema muy segmentado en periódicos populares, y ahorita vamos a entrar a algo que los medios o el mainstream de los medios considerados como populares, y no necesariamente todavía de los grandes, como que ya vieron la jornada en Reforma, en El Universal, en Milenio o en los periódicos grandes de cada una de las ciudades, cueste más trabajo encontrarlas. Yo vi por ejemplo, un ejemplo de El Universal de 2011 y pasa, pero no de manera sistemática. Tampoco nos estemos con la idea de que todas las notas que el reportero va a cubrir criminalizando a todas las mujeres. Incluso para un periódico grande nacional el que una mujer haya abortado ya ni siquiera es nota, a menos que haya pasado algo y se vuelve nota roja. Generalmente se cubre como nota roja y, cuando está rodeado más bien de otras circunstancias, tuvo otros muertos, que hubo sangre, que llegó al MP, en fin, por distintas circunstancias. Quiero hacer eso para no generar… Creo que las notas que tenemos aquí no necesariamente son representativas de toda la cobertura de otro y ustedes me dirán si estoy equivocado. Esta es mi impresión y que, si no lo hay, porque yo lo desconozco, pero si no lo hay, tendríamos los medios o la gente que está alrededor de estos temas que trabajar en un análisis de contenido de fondo y ahí ofrezco que el periódico pueda apoyar en lo que sea necesario para una investigación de análisis de contenido de cómo se está cubriendo este tipo de notas.
En nuestro caso, porque es un periódico grande, que es El Universal, y un periódico popular, que es el caso de El Universal Gráfico. Ahora bien, sí concedo que todo eso que estamos viendo ahí es una cuestión cultural, de una cultura machista. Yo he visto muchas redacciones, conozco mi redacción y conozco las redacciones de muchos periódicos del interior de la República y del extranjero, y yo creo que, sin error a equivocarme, el 95 o 96 % de los directivos son hombres o somos hombres, lo cual ya va sesgando un poco o bastante porque al final hay muchos hombres muy concientizados para poder tener un equilibrio informativo, lo cual empieza a sesgar las cosas y empieza a meterse en problemas.
En las ediciones, en el caso del periódico donde me encuentro, en las secciones donde hay mujeres empieza a haber una visión distinta sobre cómo cubrir ciertos hechos en cuanto a zonas sensibles. Se fijan más, cuidan más a las personas, a los niños. Y los hombres tendemos a no hacerlo y a reproducir, por supuesto, esquemas machistas de la sociedad. Creo que esto es un rezago en todas las redacciones. Lo vemos en la junta de consejo de grandes periódicos de la ciudad y una o ninguna mujer se le ve siempre y en los directivos de redacción, si bien está cambiando la matrícula porque actualmente el 80-85 % de la matrícula de las escuelas de periodismo en la Ciudad de México son de mujeres y un 15 % hombres, esa es la actual mezcla, todavía no llegan a los puestos directivos en los medios. El famoso techo de cristal.
Yo recuerdo un tema hace unos 5 años… No, menos, como 4 años, me peleaba yo con doña Beatriz Paredes, la entonces dirigente del PRI, porque había un debate nacional respecto a que gobernadores de filiación priísta sobre todo en el Bajío y en el centro del Norte del país, estaban echando atrás… Estaban empezando a criminalizar el aborto. Y estamos hablando de hace 3-4 años. No estamos hablando del siglo pasado. Y ella como dirigente del partido no decía nada, no opinaba, y todos teníamos una imagen de ella más o menos liberal, progresista y si no era progresista, era liberal. Yo me peleaba con ella y le decía: “Oye, Beatriz pues éntrale al tema y aparte que tú eres una mujer que está encabezando el partido”. Pero sí recuerdo que hubo un debate en medios, que también fue refrescante porque se le plantea la oposición y yo vi muchos medios de prensa, incluso en medios de comunicación electrónicos donde se debatían las posiciones. Entonces el punto de referencia del diablo siempre será… y se sabía que iba a opinar. [Audio entrecortado]. Era como Fernández Noroña de la derecha, entonces ya tenías ahí un debate, tenías garantizado… Además, el tipo, pues generaba siempre repulsión, etcétera. Pero hubo el debate de cómo se iba a manejar eso, sobre todo cuando en el Distrito Federal estaba la discusión de:
¿a partir de qué semana de gestación se podría considerar válido o seguro por cuestiones de salud? Este debate generó cruces de ideas. Yo creo que en ese momento
se debatió de manera muy abierta, más aquí en el Distrito Federal, que es una ciudad
. Creo que también esto hay que tomarlo en cuenta, que el debate en medios nada más son estos, que también ha habido esos cruces, pero se nos olvida y regresamos en tiempos normales o con los nuestros picos de información a una cobertura más pobre.
Yo estoy de acuerdo con lo de los códigos de ética que no se cumplen. Yo conozco códigos de ética magníficos, estupendos, pero están ahí la página de internet. Dentro de la redacción hace falta que se dé seguimiento y que se lean las notas con ese enfoque. Hay una falta de compromiso en general de los medios y de los directivos de la redacción para hacer cumplir los códigos de ética. No hay mecanismos ni protocolos de seguimiento. Y además otra cosa, que la misma gente y las organizaciones obliguen a los medios a cumplir su código de ética. Todos los medios tenemos nuestro código de ética de alguna manera pública, pero hay que picarle varias veces para llegar al Código en nuestra página de internet, pero están ahí y que, mandando una inconformidad por una nota, por notas reiteradas en tal sentido, violando a los derechos de la mujer, violando derechos humanos o discriminando o se pueda exhibir a los medios. Ahora habiendo redes sociales y habiendo otros sistemas de penalización social es mucho más fácil balconear o ventilar que un medio no está cumpliendo. Yo tengo al que le mando una carta al medio y que la va a publicar… Hay muchos más medios ahora alternativos como para poder exhibir y decir: “Tal medio está faltando su código de ética que en el punto 7, menciona…”. Esta especie de rendición de cuentas social, que también ahí la sociedad debe decir aguas. No digo individuos en lo particular, que sería también lo ideal, sino tener las mismas organizaciones. “Aguas periódico, no me quiero pelear contigo o sí me quiero pelear contigo. Estás haciendo estas cochinadas y en el código número 6 de su código de ética, se les llena la boca diciendo lo de la igualdad y los géneros, hombre-mujer”. Creo que es un trabajo de sociedad y por eso es cultural el que empezamos con un machismo y después con un “Me quejo, pero no hago nada”, no… no creo.
Las condiciones que mencionabas, Ana, de los reporteros de malas condiciones económicas, que eso es sabido y es común. Sí creo que influye, pero no tanto como la cuestión cultural, el mismo hecho que las mujeres cubran con ese enfoque las notas sobre todo el de la República más cultural que económico. Falta mucha capacitación para los profesionales de los medios de comunicación, talleres… Yo veo que por ejemplo, CONAPRED, en el tema de discriminación, que se parece, pero no es lo mismo con lo que estamos discutiendo el día de hoy, está encima de las redacciones dando talleres y dando mecanismos y dando protocolos y folletos y estándonos encima muy insistentemente para hacer coberturas desde el punto de vista de la no discriminación. Creo que en este caso los grupos y las mismas redacciones… las mismas mujeres de las redacciones deberían estar empujando para estos talleres de capacitación, y nosotros mismos como directivos fomentarlo. Yo dejaría ahí las opiniones, pueden coincidir o no. Si no coinciden, háganmelo saber y también saber si alguien aquí quiere exponernos algo, que por favor participe e intervenga y cuente su experiencia, cómo nos ven ustedes a los medios.
Thelma Gómez: Yo si quisiera hablar sobre esto, Creo que mencionaste un punto fundamental que creo desde mi perspectiva es ese el problema. Para empezar, cuando se habla en los medios de los derechos reproductivos de las mujeres, o sea, ni siquiera se habla de los derechos reproductivos. Se toma el tema: uno, criminalizando, como vimos estos ejemplos, cuando se habla de aborto, solamente de aborto, o cuando en las secciones de salud las compañías farmacéuticas van a publicitar sus nuevas terapias o sus nuevos medicamentos para que las mujeres que no pueden tener hijos, los tengan.
Están como esas dos partes, pero pocas veces se hacen reportajes en donde se hable realmente de la situación de los derechos reproductivos de las mujeres en México. Y creo que esa es una muestra de cómo todavía seguimos muy estacionados en México en este periodismo de respuesta, en este periodismo de solamente coyuntura, de no llevar otros temas y analizarlos más a fondo, sino en un periodismo que responde a notas y a situaciones como boletines y a la declaracionitis de los funcionarios y que no es periodismo comprometido para investigar más allá y poner sobre la mesa temas que inviten a reflexionar, no solamente a señalar o a juzgar.
Ahora, cuando se tocan estos temas, ese es el asunto que se aborda desde el enfoque de la nota roja cuando en muchos casos no debería, como dice Ana, ni siquiera tomarse como una nota. Ni siquiera debería de publicarse. Ahora el caso, por ejemplo, de la niña que mencionaba también Ana… de la niña de Jalisco, que sí fue un tema que llegó a primera plana de muchos periódicos, de muchos periódicos nacionales y cuando llegan ese tipo de información, es ahí donde notamos que realmente se vuelve a caer en todos los errores. Y que no se respete esta parte de ética, porque en muchas o muchas de las notas que yo leí, se hacía mucho hincapié en la edad y después en las declaraciones e insisto otra vez, en puras declaraciones de funcionarios después diciendo que no era esa edad, que era otra y, al final, que quien la violó es el padrastro. Pero entonces se cuenta la historia desde el enfoque del morbo, no desde buscar las razones, de hablar de que hay un delito ahí que se debe de perseguir. Ese es un delito. No se toca desde ahí y casi todas las notas que yo leí, incluso de los medios nacionales, en todas se mencionaba la dirección de la niña. Muchos sí guardaron el nombre, pero daban todos los datos para que si uno quisiera ir a buscar a la niña, la encontrara y encontrara a la familia.
Pocas notas leí en donde se hiciera realmente un análisis y un reportaje, por ejemplo, de cómo estábamos en cuestión de violación de menores de edad. Y cómo está la situación de las menores de edad que son violadas, que quedan embarazadas y que por ley en este país pueden abortar, pero que se le niega el derecho al aborto y eso no sucede. Entonces, esa era una nota y era un tema que podría llevarse a una discusión más amplia y hablar de una problemática que existe en este país y que no se menciona, y como medio solamente nos quedamos en el asunto de las declaraciones de los funcionarios y en consignar el tema desde un enfoque de morbo.
Ahora con esto del machismo, sí estoy de acuerdo en esta parte, porque es algo que vivimos, que las redacciones… quienes toman las decisiones en las redacciones son más los hombres, pero creo que eso no debe de ser excusa para decir que por eso no hay una sensibilidad al tomar los temas. Porque desde mi perspectiva, este asunto no es de sensibilidad, es de profesionalización y de ser periodistas profesionales seamos hombres o mujeres, sea el director del periódico o sea el reportero que cubre la guardia. Y por eso insisto en esta parte de los códigos de ética, porque muy pocas veces los periodistas hacemos autocríticas de nuestro trabajo. Estoy muy a favor de que se realicen estas mesas, estas discusiones porque es algo que nos permite hacer una pausa en el camino y pensar nuestro trabajo, pensar cómo lo hacemos. Ver esos puntos débiles que tenemos y creo que un punto muy débil en el periodismo mexicano es precisamente eso: la falta de profesionalización, el no tener en cuenta que nosotros como periodistas estamos vulnerando a seres humanos, que estamos en cierta forma haciéndoles daño al publicar su nombre, al publicar su foto, al dar santo y seña, y culpándolos y criminalizándolos.
Sí creo que aquí no debería de imperar el asunto de las mujeres en las redacciones, las mujeres que toman decisiones en un medio son las que deben de decir: “A ver, aguas, aquí lo estamos haciendo mal”. Creo que debe ser un compromiso tanto de hombres como mujeres. Que tiene que ver mucho con los pasos que debemos de dar para profesionalizarnos como periodistas. Y en esos pasos está precisamente la situación de los medios que se vive en México, porque bueno, si bien hay una gran diferencia en el trabajo que se hace en los medios nacionales y los periódicos pequeñitos que salen en una ciudad pequeñita, perdida en un lugar de este país en donde muchos compañeros reciben unos sueldos de risa, a veces que les pagan 50 pesos por una nota para que ustedes tengan una idea de cuánto le pagan a un periodista que trabaja en los estados, en donde tiene que vender publicidad y todo este asunto. Yo creo que es algo en lo que también tendríamos que estar trabajando y que debería incluso hasta denunciar esas condiciones de trabajo de los periodistas, porque eso ayudaría precisamente a la profesionalización, que creo es muy urgente y sobre todo en esta coyuntura en la que estamos en cuestión de número de desaparecidos, número de personas asesinadas. Las historias que aparecen todos los días en los medios en nota roja precisamente y que todas sufren de este mismo mal: de criminalizar a la gente, de no buscar las razones, de no buscar las causas, de no ayudar a explicar a la gente por qué está sucediendo esto. Y bueno, en esa parte metería el asunto de la profesionalización.
Alejandro Jiménez: Voy a hacer un comentario por alusiones personales [risas]… Coincido en un 99,9 % con lo que dice Thelma y el 1 %… No, yo no dije que, o no lo quise plantear el hecho de que: “No hay mujeres en la redacción, pues moléstense, y hacemos lo que hacemos los hombres”. Entiendo que la profesionalización es pareja, hombre o mujeres. Lo que sí he visto, y es una experiencia personal, es que en el momento en que las compañeras llegan a puestos de dirección es mucho mejor la calidad de la cobertura, no por una cuestión de género. Creo que es profesionalización, pero sí creo que también es el feeling y es sensibilización. No estoy diciendo que es culpa de las mujeres, pues no llegan a directivas por eso: “Es bronca de ellas y ahora es culpa de ustedes, ¿no?”. No. A lo que me refiero es a que sí hay un elemento, por experiencia, que meten bastante orden y cuidado y hacen observaciones en este tipo de notas… Han ayudado a detener… porque tiene que ser una cuestión que ni siquiera sea de género, que sea pareja, y que todos seamos conscientes de que no tenemos que escribir en ese enfoque.
No estoy cargando la responsabilidad en las mujeres, nuevamente, sino diciendo que son una ayuda, y que para nosotros, por lo menos en mi experiencia personal, me ayudan a ver cosas que yo, como pobre hombre que soy, no veo. Recuerdo el caso de esta niña Cintia o Rebeca, no me acuerdo, en Baja California… Paulina que le prohibieron abortar, que fue un caso que generó mucho… No sé si ustedes lo recuerdan, fue hace como unos 5 años o 6 o 10… qué memoria la mía. Y le prohibieron abortar las autoridades. Yo recuerdo que se hizo un debate, ahí sí que cubrieron con mucho morbo…
Ana Ávila: Sobre todo porque era una niña indígena, que se metieron a robar en su casa, la violan a ella, a la hermana, creo que la mamá también y la embarazan y le niegan el aborto. El médico llama a unas provida que la aleccionen y le digan que no aborte. A la mamá le dicen que si su hija aborta se va a morir y finalmente no aborta.
Alejandro Jiménez: Recuerdo que en esos casos pico, como el que yo hablaba de cuando se libera el aborto en el Distrito Federal, o en el caso de Paulina… ¿Cómo?
Ana Ávila: Como el de la Corte hace poco con el tema de Baja California.
Alejandro Jiménez: Se generan debates y cuando hay reportajes se publican. A lo que me refiero es que quiero quitar un poco la imagen de que todo lo que se publica en todos los medios del país es en sentido negativo. Cuando hay debate y cuando hay participación, y que nos hace falta más en esos temas, sí somos capaces y lo hemos demostrado los medios de comunicación de que se puede hacer una discusión fuera del tema de la nota roja. No estamos hablando de un asunto de blancos y negros, de villanos y de santos. Estamos hablando de que hay que avanzar en la profesionalización y que cuando llegan los momentos álgidos de los debates sí se han dado en medios, aunque hace falta que sea de manera cotidiana, no nada más cuando haya esos picos.
Ana Ávila: Yo quería un poco abundar en lo que decía Alejandro de cuando estaba una mujer en la redacción o en la mesa de redacción, no sé si conozcan las dinámicas de los periódicos, pero por lo general cuando llega a haber una mujer editora es de las noticias que nosotros le decimos “soft”. Son las noticias sociales, gente, cocina, salud, pobreza. Y los temas duros no son para mujeres. Cada vez más lo son, pero no en los puestos de dirección. Ahora El Universal tiene una editora de política que es mujer, pero realmente no es algo que se dé con frecuencia y también, como decíamos ya, el que sea mujer no es garantía.
Yo creo que además de la profesionalización, si los hombres están en los puestos de dirección de los diarios y son finalmente los editores de las noticias, creo que sería muy importante que los hombres periodistas se dieran cuenta y las mujeres periodistas también, que los temas de mujeres son temas de hombres. Por ejemplo, cuando se estaba discutiendo la reforma a la Ley del Trabajo que se estaban pidiendo licencias de paternidad de 10 días. Bueno, ningún papá va a poder ser papá activo con 10 días de licencia. Nunca va a haber un balance entre la maternidad y la paternidad si el hombre no puede estar en su casa con sus hijos. Ese tema que podría parecer un tema de mujer es un tema de hombre, porque el hombre también tiene derecho a estar con sus hijos y debería de tener la posibilidad de poder convivir con ellos. Los temas de mujeres son temas de hombres y no hay temas de mujeres y hay temas de hombres. Eso creo que ayudaría muchísimo si los periodistas lo pudieran entender así y si la sensibilización fuera en torno a eso.
Otra cosa que quería decir sobre la cobertura de las noticias, en el caso que veíamos hace rato de la mujer de Veracruz, la policía la encuentra porque sigue un hilito de sangre que iba hasta su casa. La mujer había abortado en un lote baldío cerca de su casa. Fue facilísimo de encontrar y no opuso resistencia, se entregó y la procesaron. Ahí, yo creo que la profesionalización de los periodistas también debería de ir un poco no solo a la hora de cubrir la conferencia de prensa, sino tratar de abstraerse un poquito más, salirse un poco del evento noticioso y pensar cómo le hacen el caldo gordo al poder judicial. Es mucho más fácil arrestar a una mujer en esa situación que a una persona del crimen organizado. Es mucho más fácil tocar la puerta que abra una mujer y le digan: “Señora, está usted arrestada” a enfrentarse con ametralladoras y granadas, donde probablemente el propio policía corra riesgo.
En esta situación, el poder judicial exhibe a la mujer como carne de cañón y como para demostrar a un nivel de discurso político que está cumpliendo con su deber y que aquellas personas que cometen delito son detenidas y son exhibidas y sentenciadas. Aquí si el periodista pudiera abstraerse un poco de esa situación y darse cuenta cómo está legitimando un discurso donde la autoridad quiere que se reafirme su acción, ahí solamente el periodista está cumpliendo un trabajo de intermediario. Ahí sí es un medio. Solamente reproduce lo que la autoridad quiere que reproduzca, que suele suceder con lo que decíamos hace rato del periodismo de declaracionitis, en donde, si se toca cubrir el Senado, estás esperando que salgan los senadores y el punto de acuerdo que termine la comisión, que salga el dictamen y solo reproduces eso que, por lo general, son acuerdos de hombres que deciden hombres y acabamos otra vez reproduciendo un discurso oficial de los temas que el Senado quiere o los que la presidencia quiere o que el poder judicial quiere, sin ningún tipo de cuestionamiento. También estoy de acuerdo con Alejandro que no todos los periodistas lo hacen, que no siempre es así, que si no fuera gracias al periodismo no nos enteraríamos de muchísimas cosas y que, si los medios no estuvieran ahí todos los días, váyase a saber qué no pasaría en el Estado. Pero bueno, también hay una parte donde los periodistas son complacientes y cooperan a legitimar un discurso que al poder le conviene que sea legitimado.
Alejandro Jiménez: Acabo de ver un estudio de la Cámara de Senadores sobre cómo estuvo el reparto de comisiones ahora que empezó la nueva legislatura y coincide mucho con lo que estabas comentando, Ana, con respecto a los estereotipos de que las senadoras mujeres iban a las comisiones de salud…
Ana Ávila: Derechos humanos, a los de grupos vulnerables…
Alejandro Jiménez: No había la de cocina y corte y confección, sino también ponen ahí a alguna mujer. Los estereotipos que colocamos los medios a la editora de viaje o la editora de social, la editora de moda, editora política o editora de sociedad y justicia… Siempre andamos en déficit.
La idea de este tipo de mesas es hacer planteamientos diagnósticos y propuestas. Aquí he anotado varias que yo creo que son como que también: “Bueno, ¿y cómo salimos de esto?”. A mí me parece propositivo, pero no solamente destructivo de que aquí todo el mundo que es periodista no sirve para nada, sino de cómo podemos hacer que esto pueda mejorar. Insisto, si hay opiniones de parte de ustedes aquí hay un micrófono que podemos ir pasando. Si alguien quiere tomar la palabra, por favor díganlo e interrúmpanos o si ya se durmieron y no los veo bien, una disculpa.
Yo no sé si coinciden conmigo, Thelma y Ana, de que hace falta capacitación de los medios, en general, hombres y mujeres. Estamos hablando de capacitación en las redacciones, capacitación con este enfoque. Cumplir los códigos de ética, segundo punto. Todos los tipos de información de las mujeres no vayan directamente a la nota roja, que haya una cobertura con enfoque de género y dicha cobertura se garantiza capacitando a los directivos y a los reporteros, porque un mejor reportero cubre con enfoque de género [inaudible].
Una mayor fiscalización ciudadana de los medios y me refiero también a las organizaciones, que suelen ser en algunos casos muy rudos con los medios, pero particularmente el caso de discriminación, enfoque de género, derecho a decidir, son muy blandas con los medios. Sí se mencionan en foros como este, pero no directamente al medio tratando de obligarlo a cumplir el código de ética.
Aquí van cuatro puntos que se me ocurren que pueden ser como el principio de un manual o de un postulado, de un decálogo, de cómo debemos los medios hacer esta cobertura. ¿Alguna opinión o comentario?
Thelma Gómez: Yo ahí incluiría en la parte de la profesionalización y demás, bueno, y es cierto, esta parte que mencionas que cuando a una mujer se le asciende dentro de una redacción es para ocupar el puesto de editora de una sección soft, pero también es curioso ver que en las fuentes que se reparten en los medios, las fuentes sociales siempre se las dan a mujeres y son muy pocos los compañeros hombres que cubren estas fuentes. Y también desde ahí, el asunto de repartir fuentes y decir: “Bueno, quien cubre política, es una fuente de mayor responsabilidad y prestigio. Por lo tanto, lo va a cubrir nuestro reportero hombre”. También ahí en el reparto de fuentes que sea equilibrado el asunto, porque permite que en estos temas vayan entrando tanto hombres como mujeres. Y no solamente es que se cumplan los códigos de ética. Yo creo que sí es necesario que los medios den a conocer los códigos de ética y siempre estén en este continuo pensamiento y abiertos a propuestas también de los ciudadanos.
Alejandro Jiménez: Que se den a conocer, que estén abiertos, disponibles para el propio escrutinio de medio siempre y todo el tiempo y todos los días. Si no quedan ahí atrás, al fondo, olvidados. Yo insisto, quisiera su participación, por favor.
[Mujer en el público]: En este tema de fiscalizar a los medios de comunicación, yo no sé, en este caso El Universal dónde tiene su código de ética. No lo sé. Yo soy una lectora de El Universal y de Milenio, de Reforma muy poco, porque no estoy suscrita, pero lo que pensaba era cómo puedo fiscalizar, cómo puedo decirles a los medios que su nota, por ejemplo, en el caso de la de la niña de Jalisco tiene cierta tendencia que está mal, que no está respetando un derecho de las mujeres. ¿Cómo me puedo hacer escuchar cuando entre todos los comentarios que ahí se hacen de las notas son misóginos, son estereotipados, son groseros? Y dije: “¿Cuándo me van a escuchar?”. De repente, al menos a mí en redes sociales hay notas que publican con toda la intención amarillista, no estoy diciendo que El Universal, pero sí en general hay notas que son muy amarillistas y que la gente se desborda en ofender, en molestar y muchas veces sí es originado por cómo se aborda la nota. Mi pregunta es: ¿cómo me hago escuchar? Yo, como ciudadana. Me siento como sola contra el mundo cuando veo de 70 comentarios, 85 están en contra o están a favor en este sentido tan misógino, tan estereotipado y tan espantoso. Lo veía en Twitter que hasta ahí hacían chistes sobre el caso de la chica de Jalisco, que no voy a repetir y que no retuiteé, por ejemplo. Y muchísimas cosas, pero ¿cómo le hace una ciudadana que consulta a los medios de comunicación y que sí tiene esa perspectiva de género, de los derechos de las mujeres, de los derechos sexuales, de los derechos de homosexuales, lesbianas, etc., cuando desde la nota salen cosas horribles y además la gente, los que más hablan y comentan es para ofender, para criticar? Ese es mi comentario, mi pregunta.
Alejandro Jiménez: Participando, es que no hay de otra. Finalmente es eso. Tú dirás, soy yo contra el mundo. Ahora, quiero hacer la aclaración que con los comentarios que pone la gente abajo no es parte de la línea editorial del periódico y lo que pone la gente en Twitter, menos. Lo que sí es que esta participación es una participación organizada vía estas organizaciones. Siempre un tuit negativo o de algo que hicimos mal los medios, lo registramos y estamos midiendo tendencia. Aunque no creas en los medios todos los días, porque podemos medir en internet, en Twitter, Facebook, te permite medir y nos mientan la madre a cada rato, nosotros estamos midiendo cuántas mentadas de madre nos dijeron hoy. Sí, se hace la evaluación de qué no les gustó a la gente en nuestra cobertura y empezamos a hacer una labor porque hay toda un área de redes sociales de discernir: “¿cómo nos fue hoy en la opinión pública?”. No sobre el secretario que le gusto mucho la nota, sino: ¿nos tundieron o no nos tundieron? Sobre todo en qué. Qué nota fue particularmente la que más objeciones tuvo de la gente. Y de ahí discriminamos opiniones que son solo insultos y quedamos con las opiniones informadas: “es que esta nota es machista, es racista” y quitamos las que nos dicen que somos unos tales por cuales, porque no está aportando un elemento adicional.
La fuerza que ha tomado, por ejemplo, ese tipo de medios ha obligado a funcionarios… Por ejemplo, el otro día obligaron al presidente a regresar de Punta Mita cuando se fue de vacaciones y estaba explosionado Pemex, y tiene mucha mayor fuerza de lo que te imaginas. Antes, mandar una carta al periódico yo les decía: “de aquí a que me la publiquen, de aquí a que influya yo, ciudadana común y corriente silvestre de metro y de a pie en la línea editorial de un medio de comunidad. No, pues jamás”. El problema es una actitud de no participación, así sea individualmente, así sea de granito uno y uno. La gota va haciendo el hoyo. Y los medios o somos sensibles o no somos sensibles, y están denunciando todavía que El Universal el día de hoy hizo esta atrocidad. Y que Guili lo diga ese día y que la organización va a saber si el periódico no lo piensa dos veces. Si hay ese tipo de sanción moral-social sobre los medios, y sé por los compañeros que también pega en el Milenio y hay compañeros de otros medios que dicen: “A mí sí me da pena decir que vengo de tal medio, por lo que hicimos hoy en la portada…”. Sí existe ese tipo de sanción social. No es todavía como para mover toda la línea editorial, para tirar al director en la tarde, pero es peor la lucha que no se hace, como en todo, como la de la basura, como la del agua, como la del medio ambiente, por ejemplo.
[Mujer en el público]: ¿Entonces sí les llega?
Alejandro Jiménez: Sí llega. No es tan oídos sordos, incluso medios que yo consideraba más abiertos son menos receptivos y otros más que yo consideraba más cerrados… En fin, ya conociendo a los medios por dentro somos bien raros. Y sí influye, y compañeros de medios como mucho más liberales, por ejemplo, pueden tener unos niveles de recepción mucho más altos. No hay medios perfectos. Todos cometemos errores, excesos… No hay medios completamente santos y medios completamente infernales, sino que somos una mezcla de todo. Por supuesto, uno en la posición de ciudadanos es: “¿cuándo me van a hacer caso?”, “¿cuándo me van a escuchar?”, “¿cuándo voy a poder cambiar la realidad?”. No es nada más en este caso, parece así como monumental, pero la acción individual en la que va cambiando la acción colectiva.
Thelma Gómez: Y yo sumaría que ahora, y gracias a Facebook y todas estas redes sociales, los medios también se han visto obligados muchos a poner ya direcciones directas de sus reporteros y de directivos. Entonces yo lo que te sugeriría es que cuando tú notes esto le escribas directamente al reportero, porque muchas veces los mismos compañeros o nosotros como reporteros, como periodistas, no nos damos cuenta de los errores que estamos cometiendo, de verdad. O es por omisión, por ignorancia o por carga de trabajo o por lo que tú quieras, pero yo sí creo que el tener esa comunicación con la gente a la que está llegando nuestro trabajo es vital. Y si tenemos esas herramientas, si estás en Twitter, pues escribir directamente a quien escribió la nota, porque es una forma de decir: “a ver, aguas con esto”. Y a lo mejor, nunca se había cuestionado que el poner la dirección, poner el nombre, no era algo profesional y ético. Y en ese momento, si alguien se lo hace saber le va a caer el 20, porque de verdad, cuando hemos estado en talleres con compañeros que es la primera vez que van a un taller de capacitación o de ética, hay transformaciones tremendas. Por eso el asunto de la capacitación creo que es importante y la capacitación continua, totalmente continua y no solamente para los reporteros que están empezando, sino para los directivos y para todos, porque sí hay cosas que por el día a día y por el trabajo que se tiene en las redacciones, pues se van. Yo utilizaría esas formas de comunicarse directamente con los reporteros.
Alejandro Jiménez: Y argumentando. Si empiezas: “eres un asqueroso…”. Ya empiezas a perjudicar la relación, pero si dices: “oye, esto no me pareció. Creo que eres bastante falto de ética”, pero con argumentos. Creo que eso ayuda a atender. No digo que los apapaches. Más bien que sea: “te manifiesto mi inconformidad en esto. La verdad, estoy muy molesta con tu nota o con lo que hiciste o con lo que publicaste”, pero en un ámbito de diálogo, para poder llegar a acuerdos, poder conseguir algo.
[Risas y diálogo inaudible] Exacto, ponerlo arriba. Ya estamos en un rediseño y esa es una propuesta para hacerlo.
Juan: Mi nombre es Juan. Me gustaría hacer un comentario en relación con el tema de la exposición pública, además de este tema de los derechos reproductivos de las mujeres. Hay una recomendación, que es la recomendación 1212 de la Comisión de Derechos Humanos del D. F. que trata el tema de cómo podría establecerse una ética general para las personas que están expuestas a los medios de comunicación. Y esto tiene que ver con varios aspectos que creo que toma lo que dice la compañera en relación con el estigma social que pesa sobre muchas franjas de la población. Puede ser población con discapacidad, población indígena, población migrante, mujeres.
Entonces, yo creo que la categoría editorial de todos los periódicos que quieran reflejar fielmente la realidad en el ejercicio periodístico deberían tener en cuenta ese perfil de no discriminación en general. No solamente en el caso de… Hasta pareciera chunga, pero recuerdo en el tema de los perritos acusados de… [inaudible] La exposición de los perros pensando que no son personas, pero el principio es el mismo. El tratamiento es… inmediatamente se genera un estigma en el cual al reportero quizás le hacen falta herramientas para reflejar mejor esa realidad.
Y yo quería sugerir que quizás estas herramientas van al parejo con lo que decía Thelma en relación con principios básicos que ya están puestos desde hace muchos años, y que esos principios, por ejemplo, ya son obligatorios para el Estado mexicano. Y aunque los periódicos no son parte pública del Estado mexicano, pero su función es tan importante que creo que podrían ejercer una política editorial basada en lo que son los principios rectores de derechos humanos a nivel internacional y que ya están puestos, la CEDAW, la Belén do Pará… Es decir, que los reporteros, las reporteras cuando tengan que referirse a algo o a alguien tengan muy presente que generalmente hay estigmas, hay estereotipos y, sobre todo, que hay en el caso de México una costumbre de linchamiento público, medieval, que ahora se da en muchos medios de comunicación.
Yo lamento mucho, por ejemplo, cuando veo en El Gráfico la fotografía de un apachurrado y luego inmediatamente después la fotografía de solo chicas con las pompis afuera: Y entonces esa cuestión de Eros y Thanatos, que suele estar en todas las esquinas, como que es la parte extrema de lo que a veces vemos en algunas notas como lo que estaba viendo.
En resumen, yo creo que el ejercicio periodístico debe ser un ejercicio documentado desde una perspectiva igualitaria y desde una perspectiva de presunción de inocencia. Y desde una perspectiva de cuidar, aunque no sea mujer. Aunque sea un hombre acusado de secuestro, debe tener un tratamiento que sea específicamente limpio en materia de derechos humanos, porque si no, las mujeres sí y los demás no. En cambio yo creo que es un paralelismo integral que podría ser parte de las discusiones al interior de los periódicos.
Alejandro Jiménez: Fíjate que, para la construcción de esa recomendación, cuando menos en el caso de El Universal, y sé que se hizo con otros medios, se nos consultó cómo estábamos viendo el tema de cobertura de violencia y seguimiento… Todo derivaba en lo que ahora se conoce, que es lo que están chateando ahora en redes sociales, que es el debido proceso. El cuidado de los derechos humanos a la hora de la presentación de presuntos inocentes, de presuntos culpables, de presuntos… Es el caso de Florence Cassez, en el caso Gordillo, en el caso de cualquier persona que cae, que es presentada ante los medios.
El caso de la protección de la privacidad, en el caso, por ejemplo, los accidentados, los apachurrados o un hecho de sangre, por ejemplo, o del cuerpo, la misma identificación, el pixeleo de menores de edad involucrados, el pixeleo de la cara de las imágenes de menores de edad involucrados en hechos de sangre o nota roja, se construyó a partir de opiniones paradójicamente de periodistas y de un marco comparativo: ¿cuál era la experiencia en otros países respecto de ese tema? Y sí, con la teoría somos rebuenos, la parte de la práctica. Conocemos las mejores prácticas del periodismo internacional y llevarla a la práctica es lo que a los medios les cuesta un poco más de trabajo.
En el caso de El Gráfico, podríamos hablar horas, porque ha sido uno de los temas débiles donde la sociedad nos ha pegado, aunque la compañera lo dude y es la parte, digamos, más difícil de defender. En el caso de El Universal, hemos ganado cosas internamente, la nota roja solamente son las dos páginas centrales. Dos de todo ese periódico y pareciera que todo el periódico está lleno de sangre. La parte de pornografía, que está el debate de los comercializadores: “No es pornografía, es erotismo, como la bonita cosa acá”.
Ana Ávila: La bonita cosa, efectivamente.
Alejandro Jiménez: Y si es un debate de comercialización en El Gráfico y son nada más ya dos páginas de interiores, ya no se presentan detenidos. No digo que seamos la panacea, digo que estamos en un proceso en construcción porque los mismos medios tenemos mucha sinergia y hay medios donde ni siquiera están en ese debate y tenemos absolutamente toda la razón y, ya existiendo la Recomendación 1212 estamos todavía más obligados a cumplir.
Ana Ávila: Quería decir que no solo está la recomendación. O sea, si tú buscas en Google donde quieras buscar hay manuales de estilo, manuales para la no discriminación, manuales para la cobertura noticiosa con perspectiva de género, bueno, infinidad. Si un reportero quisiera, los tiene al alcance de su computadora. Nada más falta que en cualquier buscador los baje y podría respetar los derechos humanos y al alcance de sus manos, nada más con leerlos.
Sobre el estigma y las etiquetas de las que tú hablabas, hay un tipo de periodismo que no es periodismo, pero se le dice periodismo a aquel que reproduce estereotipos e ideas preconcebidas que se acomodan fácil en la mente de las personas, porque son ideas fáciles de digerir. Es mucho más fácil interpelar a las emociones de la persona y entrarles a las personas o a las audiencias por ideas viejas o ideas con las que nacen… Ideas preconcebidas con las que ya nacemos como “El aborto es malo. Eres una asesina”. Es un tipo de prejuicios y de estimas que uno ya nace con esa idea flotando y los medios la reproducen.
Alejandro Jiménez: Es cultural.
Ana Ávila: Es cultural. Y es una manera muy fácil de darle a las audiencias o a los lectores lo que quieren, hablando de una audiencia general, no estoy hablando de muchas audiencias críticas y muy buenas lectoras. Pero hay una teoría que se llama “La noticia deseada” y otra que se llama “La agenda setting”. Hay montones de teorías, una nueva que se llama “Periodismo de afirmación”, que solo reproducen ideas que ya la gente acepta y que no motivan a la reflexión, sino que se hacen para que sean fáciles de digerir y de consumir.
El problema con eso es reproducir los estigmas, los prejuicios. Estar etiquetando personas, exhibiéndolas y no salir del círculo vicioso de la violación a los derechos humanos.
Thelma Gómez: Bueno y a la par de que hay también todas esas teorías de fórmulas para hacer ese periodismo, también y aclarando un poco lo principio que tampoco yo decía que somos buenos o malos los periodistas o todos los medios son malos. Creo que hay muy buenas excepciones, y que el asunto es estarnos pensando para ir hacia adelante y en ese pensarnos hay toda una corriente también a nivel mundial de diferentes propuestas de periodismo que lo que busca es cumplir con nuestra responsabilidad social y es el periodismo de esperanza, el periodismo de paz. En Europa hay un montón de manuales que están saliendo para códigos de ética, para hacer periodismo en el caso de niños, en el caso de mujeres, en el caso de grupos que han sido vulnerados por la historia.
Entonces, sí hay toda una corriente de periodismo que está pensando cómo hacer las cosas mejores, y que está dando cosas… manuales y códigos que yo creo que es necesario que sí los tengamos muy presentes.
[Mujer en el público]: Como muchos problemas que convergen entre ellos, a mí se me hace que el principal puede ser… En el caso del periodismo, que los periódicos tienen una línea editorial y que… yo sé que ha habido veces que si las autoridades le dicen al periódico “oye, eso no sale”, el periódico no lo puede sacar porque se mete como en más problemas y también creo que nos iríamos al tema de todos los periodistas desaparecidos, toda la violencia que hay contra periodistas por querer denunciar las cosas de buena forma.
Pero ahorita se me ocurría también que lo que se puede hacer justo con esta nueva corriente de periodismo es ver a los periodistas como aliados de la sociedad. Incluso con este caso de la mujer de Veracruz que el periódico o algún periodista podría en vez de exhibirla a ella, igual y sí como dar un poco por ese lado, pero exhibir a las autoridades que están teniendo un trato medieval con la persona. Eso de exhibirlo es casi ponerle la horca y: “Véala cómo la apedreamos todos y cómo la matamos”.
Concuerdo con la compañera que muchas veces sin tener tú un poder periodístico en tus manos no sabes cómo reaccionar. Entonces, si todos como ciudadanos vemos al periódico y a los periodistas como aliados nuestros y que nos van a ayudar a denunciar de una mejor forma, creo que se podría hacer algo mejor.
Y de El Gráfico quiero hacer un comentario rápido. Tengo varios conocidos que desafortunadamente se enteraron de la muerte de algún amigo o algo así y lo vieron luego en El Gráfico o se enteraron por El Gráfico. O sea que no sabían todavía y vieron la foto de su amigo ahí y fue como un shock, algo muy fuerte.
Alejandro Jiménez: Por supuesto que la idea sería trabajar como aliados, pero obviamente marcando en el medio este tipo de cosas de manera insistente y es cada vez más mayor ese reproche a ese tipo de cobertura, sobre todo en la portada o en interiores de El Gráfico.
Eso para la parte de las relaciones personales hay todo un trabajo. El año pasado se trabajó la parte de quitar los anuncios que promocionaban servicios de prostitución disfrazados de masaje o a veces no tan disfrazados, compromiso contra la trata de personas, porque mucha gente u organizaciones que nos llevaron a niñas que habían sido prostituidas con anuncios que se publicaban nuestro periódico.
Los señores administrativos sacaron la calculadora de cuánto nos puede costar o quitar este tipo de denuncias, pero con la primera reunión que tuvimos con una de las víctimas que nos contó su caso, ya el señor de la calculadora ni entró en la discusión. Había que quitarlos, costara lo que costara, y es parte de gente que se organizó. En este caso era la diputada Rosie Orozco, protagónica y rara señora, muy extraña, pero que con ese compromiso y que nos llevó a estas víctimas que decían: “Sí, en El Gráfico me anunciaban”… Y ese tipo de cosas cambian líneas editoriales. Es la parte de presión social que a los gobernantes o los medios hace falta que nos lo están recordando todo el tiempo.
[Mujer en el público]: Personal para Alejandro Jiménez. ¿Cómo le hace un lector común y corriente, sencillo y de a pie para creer en una casa editorial que tiene dos caras? Que tiene un periódico como El Universal con columnistas que pueden promover el respeto a los derechos humanos, la reflexión, bla, bla, bla, y al mismo tiempo tiene El Gráfico o como el Reforma que tiene el Metro. ¿Qué hace un lector ante una casa editorial que tiene dos caras? ¿A quién le cree?
Alejandro Jiménez: Yo creo que los medios de comunicación estamos buscando lectores. No estamos buscando fieles. Es decir, no estamos como: “créeme, crea en mí como organización”. Creo que está esto suficientemente segmentado como para que tú digas: “Bueno, yo leo la parte de Derechos humanos de El Universal o su página de personas con discapacidad cada 15 días, sus espacios de opinión plurales”. En fin, tú tienes esa opción. Nadie te está obligando, y aparte lo que te obligamos a leer El Gráfico, porque tienes que creer en nosotros como un todo.
Evidentemente, si tu opinión personal como ciudadano es: “No le creo a esa casa editorial, porque es dos caras”, estarás en todo tu derecho y esa es una sanción: no te compro, no te consumo, no hay tráfico. No es cosa de que nosotros tengamos que responder a las preguntas, sino que tú nos tienes que sancionar. “Yo no les creo. Son dos caras, por un lado, me vende una cosa u otra”. Hay quienes dicen: “Mira, yo voy a aprovechar esto y voy a denunciar aquello”. Como el alimento, me quedo con la proteína y desecho lo que tengo que desechar. O de plano no lo veo, lo ignoro y estás en tu derecho de hacer un boicot personal ciudadano a un medio que ni vale la pena denunciarlo por dos caras.
Creo que es un ejercicio que tiene mucho que ver con las libertades ciudadanas, y no es cosa de que yo les diga: “Me tienes que creer por esto”. No, yo estoy hablando de que mi medio es un organismo vivo y tú estuviste ahí y cruzábamos y habíamos… bandos en la redacción. Ahí hay opiniones encontradas, hay grillas, hay líneas editoriales opuestas en todos los medios, o sea, no hay un medio perfecto. Ustedes han pasado por muchas redacciones y no me dejarán mentir. Son entes en construcción. Lo que pasa es que desde afuera se ve como monolíticos. Es “El Universal”, “La Jornada”, “Milenio”, como si todos los que trabajáramos en ese medio fuéramos cortados por el mismo molde. Y puede haber tendencias similares, pero no necesariamente todos somos lo mismo. Hay debate interno y a veces algunas las ganamos y otras las perdemos. No apelamos a buscar que nos creas como creer en una religión, sino que tú como ciudadano pensante, decidas qué tomar y qué no tomarnos nosotros.
[Mujer en el público]: Creo que más allá de si el periódico emite o algo así, creo que tanto el lector como los periódicos o los medios están perdiendo el punto de vista social, de conciencia. Al final del día, un medio lo que busca es vender y eso va a hacer. Tú como emisor debes de tener la consciencia para detenerte a pensar si esa nota te está dejando algo o por qué la lees o simplemente estás leyendo nada más para verte nice.
Me quedé pensando un poco respecto a las imágenes que pasaron al principio que decía Ana. Entonces aquí no importa si una mujer aborta, ¿no? Pues sí, a nadie le importa. El mensaje que está más allá de concientizar de qué es lo que está llevando a esta persona a abortar, lo que están haciendo es marcar el error. Como mujer me pongo a pensar: “Cuando yo… espero no verme en ese caso… cuando yo tenga que verme en esta situación, voy a tener que esconderme mejor”. En vez de hacerme a mí como lector conciencia de: ¿por qué en esa comunidad se dan este tipo de violaciones? ¿O por qué las chicas y los chicos no están teniendo un cuidado anticonceptivo? Híjole, mejor tengo que buscar un mejor lugar donde hacerlo. Creo que se está perdiendo más bien el sentido de conciencia.
Ana Ávila: Es un acto de la voluntad y no una imposición. Tienes razón, depende de dónde te hayas embarazado es cómo te va a ir. Si te pasó aquí en el Distrito Federal y quieres interrumpir tu embarazo, estarás ejerciendo tu derecho a interrumpir un embarazo. Si estás en Ciudad Valles, como vimos en la noticia, eres una asesina. Depende mucho del Estado donde estés para el enfoque que tenga el ejercicio del derecho. Creo que lo que dices tiene un poco que ver con lo que comentaba Thelma hace rato. Es un problema, no se habla de los problemas estructurales del país ni de los problemas sociales de fondo, sino que se cubre con que el Papa ya no es Papa, que (…) esté en la cárcel, que Peña hizo esto. O sea, hay ciertas esferas del poder que se cubren y lo demás no es noticia.
Al principio, cuando yo estaba pasando las imágenes, les decía que el foco de la noticia, como mencionabas tú ahorita, es la mujer. Como si la mujer hubiera incurrido en un error o en una falta y no en el ejercicio de un derecho. ¿Por qué se le pone el foco en la mujer y por qué no se pone el foco en la incapacidad, como decías tú, del Estado de proveer de métodos anticonceptivos o de educación sexual? La decisión de un aborto es una decisión última. Ya estás contra la pared, no hay otra. Estás embarazada y no hay término en medio. ¿Por qué no hay educación sexual? ¿Por qué no hay anticonceptivos? ¿Por qué a las mujeres no se les da esa preparación para no tener que llegar a esa decisión? Hay una responsabilidad del Estado. También hay muchísima pobreza. En los casos que atiende GIRE, nunca hemos atendido a ninguna niña fresa en la cárcel, nunca. Una niña fresa o aborta en el D.F. o se va a Estados Unidos a abortar. Nunca hemos sacado de la cárcel a ninguna niña rica. Abortan en sus Estados con médicos privados, que se los hacen de manera ilegal, porque en ese Estado es ilegal y les resguarda la privacidad al costo que eso implica, porque el médico cobra por estar encubriendo un delito en ese Estado.
Nosotros sacamos de la cárcel a mujeres pobres, mujeres indígenas, muchas que no hablan castellano. Ahí hay un problema de pobreza, un problema de educación, de marginalidad, de discriminación. Por supuesto que es un problema estructural. No es un problema aislado donde la culpa que se maneja como esa culpa que carga la mujer por no haber querido ser madre cuando la maternidad está santificada en este país. Ese tema es gravísimo. ¿Por qué la maternidad debe ser impuesta? ¿Por qué la maternidad tiene ese halo ahí? Si la mujer no quiere tener un hijo, ¿qué? Pero todos los demás problemas que conllevan a eso, a la decisión extrema del aborto, se ignoran.
Era lo mismo que decía Thelma hace rato. Todo lo que ya dije: la salud, la pobreza, la educación, la falta de anticonceptivos, la falta de acceso a los servicios de salud simplemente. Todo eso no se habla, sino que se dice: “mató a su hijo”.
Thelma Gómez: Ahora yo quisiera regresar y retomar estos dos comentarios para hablar de los medios. No hay que olvidar que al final los medios son empresas, pero empresas que tienen una responsabilidad también, una responsabilidad social. Y regreso con lo que empecé, y en los códigos de ética está planteada la responsabilidad social del periodista, del periodista que es empleado también de una empresa al final de cuentas, pero yo creo que tanto periodistas como ciudadanos tenemos mucho trabajo por delante para construir mejores medios, exigirles y buscar mecanismos de presión para que los empresarios que, al final de cuentas son los que tienen estos medios, asuman parte de su responsabilidad social. Y construyamos entre todos y esta es una responsabilidad, les digo, de ciudadanos y de periodistas. Construyamos medios mejores, medios que cumplan más.
Y yo creo que al final es un camino largo, pero yo creo que al final se están viendo acciones que van a llevar a eso, porque en la crisis que existe ahora en los medios de comunicación, en la crisis económica en la que están metidos muchos grandes medios, están surgiendo iniciativas de periodistas que sí están tomándose esta parte en serio de su función social y que están eliminando la parte del intermediario, que es la empresa, que es el medio. Y en Estados Unidos, por ejemplo, que es donde yo lo he visto más adelantado, aunque en México ya empiezan a surgir algunos, pero los periodistas de investigación que en Estados Unidos fueron despedidos de los grandes medios de Washington Post, del New York Times durante la crisis en Estados Unidos, ellos empezaron a hacer iniciativas y ahora internet y toda la tecnología que hay permite que estos periodistas suban a sitios especiales sus propuestas de reportajes y que les pidan a los ciudadanos y que si ese ciudadano quiere que yo, periodista de investigación, haga un reportaje sobre, por ejemplo, uno que se hizo sobre la atención médica que tuvieron las víctimas del huracán Katrina… Saco esa iniciativa, los ciudadanos aportan desde un dólar, dos dólares, para que yo reportero haga ese trabajo y se hizo y el reportaje ganó un Pulitzer.
Esas iniciativas están cada vez más reproduciéndose, y es una forma también ir construyendo medios diferentes, ir construyendo un periodismo que aporte, que permita dar, que permita tener discusiones, que permita tener elementos para tomar decisiones. No un periodismo que satanice ni un periodismo que reproduzca prejuicios, sino un periodismo que los ayude a tener elementos e información para tomar una decisión. Y creo eso, o sea, que al final de cuentas es una responsabilidad de los ciudadanos al decidir si se compra o no un periódico, si se sintoniza o no un canal de televisión, si se escucha o no a un locutor en la radio que parece pontífice y no periodista. Eso al final son decisiones de uno como ciudadano y de apoyar aquellas iniciativas en donde uno encuentre un periodismo más serio, un periodismo responsable y, sobre todo, rescatar esa parte que creo que se ha perdido mucho del compromiso social que tiene el periodismo.
Ana Ávila: Y yo nada más quisiera agregar un poquito de lo que dijo Thelma. Una cosa es que el dueño de la empresa tenga un fin económico y la empresa sea privada, y la otra cosa es que sea portadora del derecho a la información y de la libertad de expresión, porque ahí sí se topa con límites. El ejercicio del derecho tiene unas implicaciones sociales y una responsabilidad muy grande, tanto el derecho a la información como de la libertad de expresión, aunque el fin sea el negocio. Ahí tiene un límite, que es el derecho.
Alejandro Jiménez: Eso fue lo que nos pasó lo que decía de la trata de personas, que las calculadoras se tuvieron que ir a su casa. En relación, muchas teorías existen que mencionó Ana hace rato: número uno, hay una que tiene mucha fe en las audiencias críticas y en la sanción social, es decir: “Yo no creo en ese medio, pero a ver, dame dos” y mañana lo vuelve a comprar, a ver si cambió, y ahí estoy comprándolo como dice Thelma, es como hasta necio estar viendo…
La sanción social tiene que ser el alejamiento, y los medios vivimos todos de la credibilidad. La credibilidad es el ingrediente que nos permite a todos ser consumidos o vistos. Sin credibilidad en ellos, hay medios que dicen: “tienes falta de credibilidad”. Es la peor sanción que puede tener cualquier medio que vivimos de eso desde el periodista. Entonces, no necesariamente de toda la organización, hay un periodista que miente, un periodista corrupto. Y en la credibilidad está nuestra línea de flotación y por ahí nos tienen que pegar cuando no cumplimos y nos tienen que premiar cuando estemos cumpliendo.
[Mujer en el público] Mi comentario se basaba un poquito parecido a lo que había comentado Thelma. Vamos a tratar de poner un ejemplo a los periódicos. Hay tantos periódicos como modelos de zapatos y al final uno escoge el que le acomoda, el que le gusta, el que le fascina, el que se le ve mejor, etcétera. Afortunadamente, podemos tener ese clic de acuerdo a nuestro poco o ampliado conocimiento de la vida e información, alguien diría que la educación como tendencia católica, con tendencia política, hasta en inglés lo hay y a veces ni siquiera lo entendemos, pero lo podemos ver. Entonces esa es una de las ganancias de este pobre país que existe la oferta y la demanda. Qué desgraciados seríamos si nada más hubiera dos televisores, para los que quieren, lo prendemos y si no, no. Y así para muchas cosas [inaudible].
[Cynthia] Sí, también creo que en muchas de las notas lo que hacen es atomizar la nota. Es decir, en este lugar ocurrió esto y se describe el hecho casi a detalle. Creo que también algo que se puede hacer, es decir, ocurre esto, pero utilizarlo como pretexto para decir: “Ocurre en un lugar donde la violencia de género está con estos niveles y ocurre donde también está ocurriendo eso”.
Justo también hay muchas situaciones que lo único que hacen es atomizar la noticia. Pareciera que ese es un hecho aislado, que quién sabe por qué pasó, pero bueno, ahí está y se deja de contextualizar todo esto. Creo que lo que se puede hacer es justo condensar el evento y utilizarlo como un pretexto para informar de muchas otras cosas que están ocurriendo y que tienen que ver con eso. Hay muchas personas que no toman casi nunca un periódico, no ven casi nunca una nota, pero cuando lo leen, si yo leo, digo: “Ah, bueno, está ocurriendo esto, pero ya veo que también está relacionado con muchas más otras cosas…”. Y no solo me dan eso, sino también me dicen: “¿Saben qué? Hay organizaciones que están apoyando eso”. Con una vez que lo lea, puedo tener más elementos.
[Diana Flórez]: Diana Flórez, estudiante de periodismo. Se ha estado hablando acerca del código de ética empresarial como parte de las políticas de una empresa que finalmente son los medios de comunicación. Considero que el código de ética más fuerte sería el personal, el del periodista. A modo de consejo, ¿cómo mantener ese código de ética en el periodista? A pesar del medio y de la exigencia que te pida cubrir una nota o al tener una tendencia hacia ciertas notas, ya sean amarillistas o ya sean hacia algún lado político, ¿cómo mantener ese código de ética personal en el periodista?
Ana Ávila: Llega un momento en que dices: “aquí no le entro”. Es tan personal y hay coyunturas que son muy duras. Tenemos compañeras que han sido madres y han estado en una situación ética complicada y no tienen otro soporte económico familiar más que el de ellas mismas y la situación dilemática se vuelve funesta, porque o doy de comer o, éticamente correspondería irme, ¿me voy o no? Es muy duro y es muy difícil.
Como estudiante de periodismo, te diría: tú sabes dónde están tus principios y tú sabes cuándo vas a cubrir una nota si lo que estás haciendo tiene el balance correcto, el nivel de investigación indicado, si pudiste haber dado más o no, si no comprobaste ese dato y lo publicaste porque ya no te dio tiempo. Tú sabes lo que hiciste, pero también sabes cuándo se va a pedir algo que no estás dispuesta a hacer en dónde está tu límite.
Thelma Gómez: Hay una máxima del maestro Kapuscinski que dice que este oficio no es para cínicos, aunque en México vemos que luego sí. Pero sí es una postura personal, es una postura profesional interna, una reflexión todo el tiempo de siempre estar preguntándote si tu trabajo lo estás haciendo bien o no. De estar muy informada, de meterte a leer y a conocer todos estos códigos de ética que hay, que se están formando, de recurrir a otras organizaciones de periodistas, tanto nacionales como fuera que están pensando todo el tiempo en el asunto de la ética.
Y creo que es difícil, pero no imposible. Que uno puede trabajar en medios nacionales, en medios pequeños, como dice Ana, nosotros hemos recorrido varias redacciones en algunas nos hemos ido porque lo hemos decidido, porque no hemos estado de acuerdo con algunos criterios de medios que incluso ya desaparecieron, que no tuvieron mucha vida. Pero es una postura y es un asunto de esta profesión pensar que uno está en esto porque a uno realmente le apasiona, no porque vas a hacerte rico o… que hay quienes sí lo hacen y ahí se demuestra que sí hay cínicos en esta profesión.
Por ejemplo, en el Código de FOPEA, insisto, otra vez, con el Código de FOPEA de los argentinos porque es un código que para mí está muy completo, hay un apartado en donde ellos dicen que el periodista tiene que recibir un sueldo que le permita vivir dignamente, pero que no debe perseguir el enriquecimiento. Ese es uno.
Y dos, que el periodista puede denunciar cuando se le obligue a hacer un trabajo con el que no está de acuerdo, que puede negarse a firmar sus notas. Obviamente que, si esto se hace en muchos casos en México, al otro día estás fuera del medio, pero es algo que te vas a estar jugando. Entonces ahí tú te juegas eso. Entonces, los corren de los periódicos y de periódicos con un gran renombre. Y entonces cuando están fuera ya no saben qué hacer porque ya no son de Reforma, ya no son de El Universal, ya tienen que andar por la vida siendo solamente “Pepito Pérez”. Entonces uno tiene que trabajar para tu nombre, para tu prestigio.
Alejandro Jiménez: Fíjate que en el caso en el que si tú te profesionalizas en cobertura de género o en cobertura de la no discriminación, por ejemplo, cubras lo que cubras, tendrás ese enfoque y lo pondrás en tus notas. Y la experiencia es que en los medios no hay alguien que está parando que no escribas de género y se va a las notas… No sé la experiencia aquí de dos reporteras experimentadas.
El enfoque que tú le das a tus propias notas… Puedes batallar a lo mejor con tu jefe inmediato, de por qué pusiste aquí primero a las mujeres y no a los hombres… Y entonces tú tendrás que argumentar muy bien por qué y si argumentas bien y eres buena en tu trabajo, no es nada más porque estés con las mejores causas en este país, sino porque seas efectivamente buena reportera para cubrir con enfoque de género, con enfoque de no discriminación una nota informativa.
Tampoco existe que todos los días los medios te pidan hacer dignidades. Creo que tampoco es una batalla de todos los días, un dilema ético cada vez que me levanto porque… No, tampoco. Irse haciendo nombre en cualquier medio chico o grande implica tu profesionalización. Más que tu posición política o tu posición ante la vida tienes que ser una buena periodista y eso te va a garantizar, como dicen las compañeras que tienen experiencia en esto, que tú puedas sobrevivir y poder superar cuando llegan esas situaciones límite que tampoco son todos los días.
No sé si hay alguna pregunta más para despedirnos, porque ya tenemos que entregar la sala si no hay algo más. Si no, pues les agradecemos su paciencia para escucharnos y pues agradecerles a ustedes que hayan estado aquí.
María Consuelo Mejía: Me da mucho gusto que hayan venido a la mesa que tiene lugar hoy como parte de la exposición temporal “Nuestros cuerpos, nuestras vidas. Cuatro décadas por el derecho a decidir en México” que está aquí arriba de nosotras y nosotros, y que se inauguró el 26 de noviembre del año pasado. Va a estar hasta abril de este año y que ha sido muy exitosa.
Esta exposición fue posible gracias a la iniciativa de Linda Atach y el apoyo de Jacobo Dayán y Sharon Saga, quienes son los directivos aquí en el museo. Gracias a la sensibilidad y a la idea que nosotras compartimos que en el tema de la decisión de las mujeres sobre su maternidad hay muchas facetas, muchas caras, y que una de ellas es la discriminación y la violación a los derechos humanos. Este museo tiene como misión trabajar estos temas. El Museo de la Tolerancia y de la Memoria y por esa razón nos buscó Linda y con Mari Carmen de Lara, que ha sido una documentalista de la lucha de las mujeres en este país, empezamos un proceso de casi un año para culminar en lo que es hoy la exposición.
Un equipo muy muy joven y muy entusiasta de museógrafos, dirigidos por Ignacio Vázquez Paravano, con la participación de Claudia de la Garza y Maximiliano pudieron plasmar, de una manera muy creativa y muy espectacular desde nuestro punto de vista, un tema que es muy difícil de poner de esa manera. Haber logrado juntar el tema de lo que ha sido la lucha por la despenalización del aborto en la Ciudad de México. El haber puesto énfasis en un aspecto que compartimos también todas, que es que ojalá nunca hubiera abortos. Ojalá ninguna mujer tuviera que enfrentarse a la situación de un aborto y para eso se necesita que haya educación sexual, que las mujeres tengan acceso a métodos anticonceptivos, que tengan la fuerza y el poder para resistirse al marido que llega tomado y las obliga a tener relaciones o que les prohíbe usar métodos anticonceptivos. Que tiene que ver con un cambio cultural necesario para que realmente las mujeres podamos decidir sobre nuestra maternidad.
Para mí estar aquí hoy con Marta Lamas y Anilú Elías… Yo soy María Consuelo Mejía, directora de Católicas por el Derecho a Decidir. Gracias Marta. Estar aquí con ustedes, Marta Lamas y Anilú Elías, es muy significativo. Cuando yo hice un poco mi tránsito de ser activista por los derechos de indígenas, por ser activista por los derechos de las mujeres, fueron estas dos mujeres con quienes en primer lugar hablé. Hace unos cuantos años podemos decir, unos cuantos años y es muy importante tenerlas hoy aquí y traerlas, y les agradezco muchísimo que hayan venido, porque sabemos las ocupaciones y el tiempo, la locura de esta ciudad para compartir con ustedes con quienes se mostraron interesados, interesadas en lo que ha sido este proceso de lucha por la despenalización del aborto, por el derecho a decidir de las mujeres en la Ciudad de México.
Lo que queríamos un poco con este formato, estar aquí sentadas, etcétera, es hacer una especie de conversación. Yo les pedí que trajeran algunas ideas, les voy a pedir que cada una plantee un primer acercamiento al tema, lo que ha sido para ellas ver hoy esta exposición aquí, o sea saber que existe esta exposición, el tema de su involucramiento en esta lucha, en este trabajo y luego, tengo una serie de preguntas que pueden cambiarse en el camino y ustedes también los que y las que los quieran hacer.
Marta Lamas participa desde 1971 en el movimiento feminista. Es etnóloga de la Escuela Nacional de Antropología e Historia. Tiene un doctorado en Antropología por el Instituto de Investigaciones Antropológicas de la UNAM. Es investigadora del PUEG de la UNAM y profesora del Departamento de Ciencia Política del ITAM. Es integrante de los comités editoriales de antropología del Fondo de Cultura Económica y del Programa Universitario de Estudios de Género de la UNAM. Es directora de su fundación en 1990 de la revista Debate Feminista, un journal, una revista libro independiente de crítica, cultural y política que lleva 23 años de publicación ininterrumpida.
Es Marta también editorialista de la revista Proceso y fundadora del Instituto de liderazgo Simone de Beauvoir y del Grupo de Información en Reproducción Elegida (GIRE). Ha publicado varios libros, entre los que destacan Feminismo: transmisiones y retransmisiones de editorial Taurus, Miradas feministas sobre las mexicanas del siglo XX, del cual es compiladora y autora de uno de los ensayos. Recibió el Premio Pen Club por su trayectoria periodística en 2010, el Premio Nacional por la igualdad y la No Discriminación 2011, otorgado por el CONAPRED y el Premio Amalia Solórzano junto con Eduardo Galeano en 2012.
Anilú Elías es cofundadora con Esperanza Brito de Martí del Movimiento Nacional de Mujeres en 1972. Ha trabajado ininterrumpidamente teóricamente y como militante en el grupo hasta 1992 y en proyectos específicos hasta la muerte en 2007 de Esperanza Brito. Es cofundadora de la Coalición De Mujeres Feministas y promotora de la libre entrada para todas las mujeres en el foro del Año Internacional de la Mujer en México en 1975. Pionera de la lucha pro aborto libre y gratuito y coorganizadora de la primera jornada Pro Aborto Libre y Gratuito en octubre de 1976.
Primera mujer en aparecer hablando de violencia intrafamiliar y de violación en medios masivos de comunicación en 1977. Es miembro del Consejo Editorial de FEM de 1982 a 1892 y enlace permanente entre los medios y los grupos feministas de 1972 a 1992. Cofundadora del grupo plural Pro Víctimas y su primera presidenta desde 1988 y 1990, y productora y conductora del programa de radio Esta Boca Es Mía, en radio Red. Autora del libro La rebelión de las mansas, publicado por la editorial Libros para todos. Estamos esperando que llegue también Teresa Incháustegui que se unió a la mesa en el último momento, porque Patricia Mercado que iba a estar con nosotras tuvo un problema de agenda también de último momento. Bueno, ¿quién quiere empezar?
Marta Lamas: Empezamos casi juntas al mismo tiempo Anilú y yo. Tendríamos que echar un volado, pero… A ver [suspiro]. ¿Qué significa para mí venir al Museo de Memoria y Tolerancia y ver una exposición donde se habla de la despenalización del aborto? Es una sensación rarísima, porque digamos a partir de 1972, más o menos 1973, el tema de la despenalización del aborto fue una de las reivindicaciones del grupo al que yo pertenecía que primero se llamó Mujeres en Acción Solidaria y luego, en 1974, cambió de nombre y se puso Movimiento de Liberación de la Mujer.
Y en ese momento éramos bastante ingenuas, porque nos parecía tan sensato que se despenalizara el aborto que pensábamos que simplemente el Gobierno no lo había hecho, pues porque eran hombres y andaban volando en el espacio y que en el momento en que les dijéramos: “Miren, es un problema de justicia social; es un problema de salud pública” iban a decir: “Ah, sí, claro, vamos a despenalizar”. Para nosotras fue bastante sorprendente, no sé si para nosotras, para mí. Voy a hablar en personal, no puedo hablar por mis compañeras. Pero para mí fue cada vez más sorprendente ver la cerrazón y la resistencia al tema de la despenalización. Y ya más o menos por 1990, que fue cuando intentamos hacer la coordinadora feminista de la Ciudad de México y nos dimos cuenta las dificultades también que había en el propio movimiento en donde teníamos unas reuniones… 50 mujeres llegábamos a un acuerdo y a la siguiente reunión como éramos tan democráticas y tan horizontales, alguien que no había venido a la reunión anterior planteaba un punto que ya se había discutido, ya llegó Teresa Incháustegui.
[Risas]
Marta Lamas: Nuestra salvadora.
[Voz de mujer] Bienvenida.
Marta Lamas: Y salvadora porque como no venía Patricia viniste de emergencia y se te agradece.
Y, en esas reuniones a mí me pasó una cosa de, llevaba yo ya 20 años en el movimiento de 1971 a 1990 y me entró un ataque de desesperación de: no es posible que cada vez que llega alguien tengamos que empezar con el aviso de nuevo y a discutir todo de nuevo. Yo dije: yo ya no estoy para trabajar en una cosa tan colectiva. Voy a hacer algo más chiquitito con una intención y una mirada distinta. Y ahí fue, entre 90 y 91 que junto con Patricia decidimos fundar GIRE, el Grupo de Información en Reproducción Elegida, cuyo objetivo fue, primero que nada, dar muy buena información con las estadísticas que daba el Gobierno. En esos momentos me acuerdo, nosotras decíamos: “Mueren 100 000 mujeres de aborto al año en México”. No, no mueren 100 000 mujeres de todas las enfermedades y horrores de todas las cosas, entonces…
[Voz de mujer] Hablas de feminicidio.
Marta Lamas: De muchas cosas mueren, digamos. Y ahora han cambiado, pero en ese momento eran cifras que nosotras usábamos para transmitir lo grave de la situación sin darnos cuenta que al inflar las cifras no resultábamos creíbles. Entonces hubo toda una estrategia de decir: “Agarramos las cifras de la Secretaría de Salud a ver cuántas mujeres mueren por causas reproductivas”. Hagamos otro tipo de abordaje sobre la problemática y decidimos… El movimiento está vivo y coleando, hay muchísimos grupos, por lo menos aquí en la Ciudad de México trabajando muy bien. Hay que trabajar con los abogados, con los médicos y con los periodistas. Entonces decidimos reorientar nuestro activismo en el sentido de tratar de cambiar el discurso de cómo se hablaba de aborto y tratar de tener una influencia en los tomadores de decisiones.
Eso lo empezamos a hacer a finales de 1991, que fue el año cuando Salinas de Gortari impulsó la reforma del artículo 130 para permitir la existencia legal de las iglesias y nos dimos cuenta que, si ya de por sí la Iglesia tenía un peso impresionante, simbólico y económico y demás, que con esa reforma iban a poder estar saliendo en la televisión o teniendo un canal como ocurre ahora para todas sus proclamas antifeministas y anti el derecho a decidir.
Entonces dijimos: necesitamos un organismo que tenga una respuesta rápida. Nos pasaba que de repente el obispo “X” decía una barbaridad, entonces citábamos a una reunión, llegábamos a la reunión, discutíamos sobre, se hacía una comisión para redactar algo y cuatro semanas después, con suerte, podíamos contestar. Y había que contestar al día siguiente. Necesitábamos otra manera de operar. Entonces un poco ese fue el sentido de la creación de GIRE, que fue una cosa que empezamos Patricia y yo sin un centavo en el estudio de mi casa y poco a poco empezamos a escribir proyectos y a conseguir financiamiento básicamente de financiadoras norteamericanas, tipo la Ford, la MacArthur, etcétera.
Y de esa manera fue, digamos, el profesionalismo del activismo con respecto al aborto se fue profesionalizando y fue llegando a ciertos espacios. Entonces, en el camino sí nos dimos cuenta que los adversarios eran muy fuertes, que tenían un poder económico impresionante. Me acuerdo que, en 1991, en ese programa de Lino Novás Calvo, ¿Usted qué opina?, hubo un debate sobre aborto, un programa que empezaba a las 9:00 de la noche y solían ser dos o tres horas de debate. El día que fue el programa de aborto duramos hasta las 5:00 de la mañana y la gente hablaba por teléfono para decir: “Estamos a favor o estamos en contra”. Ganamos quienes estábamos a favor de la despenalización y a partir del día siguiente los grandes empresarios, tipo el señor Cervid Geremingo, etcétera, dijeron a las televisoras: “Si vuelven a transmitir un debate sobre aborto, retiramos la publicidad”. Y desde 1991 no ha habido un debate en la televisión mexicana como lo hubo en Italia en 1978 que durante un año se estuvo discutiendo. Un abogado a favor, un abogado en contra, un médico a favor, un médico en contra, para que la comisión estuviera conociendo todos los argumentos a favor y en contra, y luego se pudo despenalizar con todo y que en Roma está el Vaticano y con todo que también la Iglesia operó. Pero aquí, desde 1991 ha habido una censura, por lo menos en la televisión, no tanto en la radio y no he vuelto a ver un debate como ese de Lino Calvo.
Entonces han sido distintos momentos: el momento de decir: “Ay, es muy fácil. Se van a dar cuenta” al momento de decir: “Híjole, se nos va a venir encima en chahuistle con la reforma del 130 y con todo el poder de la iglesia” a de repente hace 10 años más o menos darnos cuenta que habíamos varias organizaciones civiles que decidimos unirnos en una cosa que se llamó la Alianza Nacional por el Derecho a Decidir y que decidimos repartirnos el trabajo para llegar al tema de la despenalización. Y entonces fue empezar a trabajar entre nosotras de otra manera, manera complicada porque no es fácil de repente trabajar en alianza con grupos que también son muy distintos.
Pero se pudo y se pudo en una coyuntura política que fue después de las elecciones del 2006 que había una herida en términos de que el PR de la izquierda sentía que con la diferencia mínima que se había contabilizado, había que volver a contar los votos. Cosa que no se hizo y eso permitió que el PR de la izquierda de repente, como para marcar su diferencia y su proyecto de nación distinto, dijera: “Ahora sí vamos por todo”. Habíamos ido ganando, con Rosario Robles en el 2000, con López Obrador en el 2004, hacer una serie de reformas. Teníamos una estrategia de ir reformando y reformando la ley para llegar a la despenalización. Y las organizaciones feministas pensábamos en el 2006 que había que poner una causal más, que era: el aborto no debe de ser penado ya no solo por violación o no solo por grave daño a la salud o no solo por malformaciones de productos, sino cuando afecta tu proyecto de vida. Y nos llevamos la sorpresa que los periodistas dijeron: “No, vamos a despenalizarlo por la libre voluntad de la mujer. Vamos a hacer la cuestión de los plazos”. Entonces ahí sí quedó como el darnos cuenta que, por un lado, que viene todo el trabajo que habíamos venido haciendo y que nos había vuelto las interlocutoras de ese grupo político. Por otro lado, cómo pesaba el contexto. Si no hubiera habido el conflicto postelectoral del 2006, ¿quién sabe si la despenalización se hubiera hecho en abril del 2007?
Entonces yo creo que, digo, muy rápido y simplemente como para dar un vistazo, ya que se hizo la despenalización era “no nos la creemos” y cuando empezamos a ver las clínicas del Gobierno del D. F. cómo dan el servicio y cómo ahorita ya hay más de 90 000 mujeres que han tenido abortos libres, gratuitos y cuidamos en estas clínicas. Además, no sé cuántos miles más en las clínicas privadas porque ahí no se lleva la contabilidad, pues sí es como una sensación así de: “Estoy viviendo eso que soñé hace 40 años que pensé que no íbamos a conseguir”. Y es una sensación muy sabrosa, pero también un poco rara así de: “¿Y ahora por dónde nos va a caer el chahuistle? Nos iba a caer antes de una cierta manera, pero ahora, ¿qué es lo que va a pasar?”.
Entonces, ha habido piedritas en el camino, las reformas que se hicieron en los Estados, que, por cierto, son reformas… Todos los países europeos que tienen despenalizado el aborto, todos tienen la protección a la vida y sus constituciones, porque es un valor abstracto y no excluye. [Sonido de ambulancia] Es decir, se puede en un momento determinado aceptar la legítima defensa o el aborto. Entonces ha habido también aquí todo un tema como de no entender que esas reformas no deberían de ser un obstáculo para que, para empezar, se cumpla la ley en los Estados y, en segundo lugar, para llegar a despenalizar el aborto en todo el país. Yo creo que ya, para primera intervención me parece que ya es too much, así que…
María Consuelo Mejía: Sí, Marta, un panorama muy, muy completo, muy amplio. Bueno, le doy la bienvenida a Teresa Incháustegui y aprovecho para seguir con los agradecimientos, reconocimientos. Esta exposición se hizo como una iniciativa del Museo con colaboración de Católicas por el Derecho a Decidir, pero también con la colaboración de GIRE, de Afluentes, Asociación Civil de Calacas y Palomas, por supuesto, cuya directora es Mari Carmen de Lara y no hubiera sido posible sin el apoyo de la Fundación Ford. Eso siempre lo queremos reconocer y les queremos agradecer el que tengan esta visión de apoyar este tipo de trabajo y que hayan sido tan generosos con nosotras.
Teresa, un poco lo que hablamos es que cada una va a tener 5 minutos. Ahora le voy a dar la palabra a Anilú para dar un panorama general y tengo una serie de preguntas que Marta ya casi contestó todas, pero voy a tratar de elaborar [Risas] otras para hacer además una conversación, porque el tiempo se pasa rapidísimo y que pueda haber más participación de quienes vinieron hoy a escucharnos. Gracias Tere por estar aquí, de verdad.
Teresa Incháustegui Romero es licenciada en Sociología y doctora en Ciencias Sociales por FLACSO de México. Cursó el diplomado en Análisis Político. Fue diputada federal en la 61 legislatura donde presidió la Comisión especial para el seguimiento a los feminicidios, secretaria de la Comisión de Seguridad Pública e integrante de la Gobernación y Género y Equidad. En el sector público fue integrante del Consejo de Evaluación de Desarrollo Social del Distrito Federal en el 2008 y ha trabajado como consultora durante 5 años. Fue directora fundadora del CEAMEG, Centro de Estudios para el Adelanto de la Mujer y la Equidad de Género en la Cámara de Diputados, en 2007. Directora de Estudios Especiales de la Academia Nacional de Seguridad Pública en la Secretaría de Seguridad Pública y en el Inmujeres Nacional fue directora general de Operación y Monitoreo de Evaluación y Desarrollo Estadístico.
Es feminista desde su más tierna edad, participante del grupo de la A la Z y participó también en la formación del partido México Posible con Patricia Mercado. Fue fundadora diversa donde fue integrante del Comité Ejecutivo Nacional de diversa asociación política, también con Patricia Mercado. Ensayista y autora de artículos de más de una treintena sobre género, política social, infancia y actores políticos y laborales. Recibió el premio Jesús Silva Herzog 1997 de la Facultad de Economía y ha sido profesora en el Diplomado de Género y Políticas Públicas de la FLACSO, de Género en Instituciones Modernas en el Colegio de México. Actualmente es investigadora a tiempo completo, Posgrado de Humanidades y Ciencias Sociales de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México. Gracias, Tere.
Pero bueno, Anilú, yo quería que tú nos dieras esta primera impresión general de las ideas que pensaste cuando te pedí y te invité para que estuvieras con nosotros.
Anilú Díaz: Bueno, lo que más gusto me da es que Teresa diga que ella ha sido feminista y creo que es de las primeras palabras feministas que escucho con tanto entusiasmo hoy en la tarde. Quiero decir que me da mucha tristeza que muchas mujeres profesionistas de hoy día, mujeres destacadas, cuando las entrevistan en algún medio, se apresuran a decir: “Yo no soy feminista”. A mí me viene inmediatamente a la cabeza la pregunta: “Mi reina, y entonces, ¿por qué no estás en tu casa lavando pañales, haciendo frijolitos o tendiendo la ropa y barriendo?”. O sea, si cualquier mujer hoy día en el mundo, no solo en México, está fuera de su casa haciendo lo que le gusta y no la misión que le encargaron el patriarcado y similares, pues se lo debe al feminismo, les guste o no les guste. Entonces yo sí quiero reivindicar, como María Teresa, yo digo, yo soy feminista de mi más tierna infancia. Me peleé con un chavito cuando yo tenía 5 años. Me ganó, obviamente, pero sí le saqué sangre como quiera que sea, porque estábamos hablando de qué quieres ser de grande yo dije: “Yo quiero ser aviadora” y no de hacienda, eh, por cierto. [Risas] De avión. Y él me dijo: “No hay viejas aviadoras”. Casualmente el año que yo nací, Amelia Earhart se perdió en el Pacífico, sobrevolando el Pacífico, entonces ese tipo de cosas marcan y afortunadamente se me quedó.
Cuando yo entrevisté a Octavio Paz en 1975, fui a hacerle una entrevista porque trabajaba yo en un periodiquito y estaba haciendo mis pininos en periodismo, el señor me dio una entrevista de nada, de 5 minutos, y ya que se vaya esta babosa. Pero ya desesperada de que no me estaba dando muchas respuestas, le dije: “Bueno, le puedo nada más hacer una pregunta, ¿usted qué opina del movimiento de las mujeres?”. Y entonces sí se puso muy serio, me miró, así como a los ojos y me dijo: “Junto a su movimiento todas las demás revoluciones de la humanidad quedarán como meros epifenómenos”. Eso me dijo el señor Octavio Paz. Como decía Marta, yo me quedé muy sorprendida. Éramos un puñado de locas que todo mundo pensaba que estábamos locas. No nos hacían caso ni nos combatían, porque pensaban que éramos un puñado de locas y como todas las locas, que han existido muchas a lo largo de la historia, un día se van a aburrir o las vamos a hacer a un lado y no va a pasar nada y nadie se va a dar cuenta.
Solo que este puñado de locas tuvimos una maravilla, a la que quiero agradecer hoy día, que fue el apoyo de los medios. En ese momento todavía no se daban cuenta del peligro que, como bien señala Marta, luego se dieron cuenta y luego dijeron: “Se acabó”. Pero en ese momento no se daban cuenta, o sea, todavía pensaban: “Bueno, las bolas de locas van a levantar el rating porque dicen cosas chistosas”. Y gracias a eso nos invitaban y decíamos todas nuestras locuras al aire o en el periódico o en la televisión, y eso ayudó muchísimo. Ayudó a dar difusión, porque es muy importante que nos demos cuenta hoy que estamos en este maravilloso Museo de la Tolerancia, que me conmueve mucho estar aquí porque Ayaan Hirsi Ali, la diputada somalí a la que amenazaron de muerte por sus críticas al islam y se tuvo que ir de Holanda a Estados Unidos y vive escondida, dijo que cada cuatro o cinco años se produce un holocausto de mujeres similar al Holocausto nazi, de los judíos a manos de los nazis. Que cada cuatro o cinco años mueren cinco o seis millones de mujeres en el mundo por el simple hecho de ser mujeres.
Creo que, si no vemos la panorámica general, el aborto siempre va a quedar descontextualizado. Parece lo más sencillo del mundo que una mujer reclame el derecho a decidir sobre su cuerpo. Sin embargo, nosotras, las de entonces que ya no somos las mismas, como diría Neruda, nosotras mismas no sabíamos que esto era un anatema, que esto era un sacrilegio. O sea, que el cuerpo de la mujer no le ha pertenecido nunca y que tomar decisiones sobre su cuerpo puede ser lo más peligroso que se le pueda ocurrir.
Nos han negado no solo el uso de nuestro cuerpo, hasta de nuestros sentimientos. María Urqui y yo nos colamos en una ocasión había una reunión de médicos en el auditorio del centro médico, el que luego se cayó por el temblor, al que no estábamos invitadas. Nos colamos. De hecho, no teníamos que haber estado ahí, nos trataron de sacar dos veces y no nos dejamos y en un momento dado los médicos del panel, dos de tres que estaban ahí dijeron que las mujeres nunca jamás querrían que se legalizara el aborto, porque el aborto dejaba secuelas de depresión y de tristeza para toda la vida. Entonces yo me paré, con la frescura de ser ya loca con título, y dije: “A mí nunca me dolió ni nunca me pareció triste. Me quedé muy contenta como todo ser humano normal cuando le resuelven un problema, se siente muy aliviado. Y me sentí muy aliviada. No me he arrepentido nunca y aquí estoy”.
Y entonces el médico se paró y me dijo: “Eso no es posible. Eso que está usted diciendo es imposible”. Entonces me di cuenta que, hasta nuestros sentimientos y nuestras reacciones a las cosas, pues resulta que nos están vedados. Resulta que yo no tenía el derecho a haberme sentido bien y haberme sentido aliviada. Tenía que haber cargado con esas culpas que el patriarcado nos ha hecho cargar, pero que no son reales, o sea, que no son culpas verdaderas, son culpas inculcadas, culpas que convienen. ¿Qué es la Iglesia finalmente? La Iglesia es una fábrica, es una fábrica. ¿Qué producto produce? Se llama “perdón”. Si yo no me conflictúo ni me siento pecaminosa, no le compro su producto. Por lo tanto, me tiene que hacer sentir culpable para que vaya y le compre su producto, pero todo esto lo tenemos que ver en el contexto amplio. Cuando empezamos a luchar por el aborto en aquella famosa jornada de 1976 nos parecía que era lo normal, como dice Marta: “Bueno si el cuerpo es mío, y he sido invadida, como cualquier país cuando lo invaden tiene derecho a hacer una guerra, tiene derecho a pelear, tiene derecho a salir y defenderse”. Pues no, resulta que la mujer no tiene ningún derecho o eso nos han dicho y nunca nos cuentan en cambio, las entretelas tremendas que hay debajo de todas estas corrientes.
Por ejemplo, una de muestra, que gracias a Católicas por el Derecho a Decidir en Estados Unidos, Frances Kissling lo supe. Cuando en Estados Unidos la mafia se enteró por sus contactos con todos los congresistas que se pensaba legalizar el aborto en 1973, cuando el famoso Roe versus Wayne, que fue lo que hizo que se legalizara en Estados Unidos, pues la mafia tenía tres negocios importantísimos: el primero, la droga y sigue siendo; el segundo era el aborto clandestino; el tercero, la prostitución. Entonces, iban a perder un negocio muy lucrativo. Entonces la mafia católica y siciliana se acercó a la Iglesia católica de Estados Unidos que era una iglesia con muy poco poder. Era una iglesia finalmente minoritaria. Si mucho en Estados Unidos sería el 20 % de la población, y no llegaba a eso la población de católicos. Entonces la Iglesia católica de Estados Unidos no era nadie, no figuraba. Pero con el dinero de la mafia empezó a tener acceso a televisión, a radio y compraron la gran bandera del derecho a la vida.
Entonces compraron una cantidad de figuritas que hablaran de este famoso derecho a la vida. No importa los que se mueran en las guerras ni las mujeres asesinadas ni golpeadas hasta la muerte, no, no, todo eso no. La única vida, como bien dice Marta, es la vida intrauterina, pero este argumento a la Iglesia le dio visibilidad, le dio poder, le dio presencia en los medios, se volvió importante. De ser una iglesia minoritaria pasó a ser una iglesia con mucho poder, y se dieron cuenta que el numerito del aborto les daba mucho poder. Entonces aunque perdieron el asunto, porque finalmente sí se legalizó, y aunque se quedaron sin ese negocio, sí se dieron cuenta y por eso siguieron con lo del derecho a la vida y por eso aquí ustedes verán que empresas que yo conozco y he visto en sus escritorios las calcomanías esas “Di sí a la vida, di no al aborto”, pueden hacer productos que nos enferman a todos, pueden hacer productos llenos de contaminantes, pero son muy buenos porque defienden la vida intrauterina, claro.
Los niños que en la calle piden limosna por ellos se pueden morir de hambre. Esta falacia nos lleva a algo muy importante que fue el corolario de lo que me dijo Octavio Paz y con esto cierro. Después de que me dijo que, frente a nuestro movimiento todas las demás revoluciones de la humanidad quedaban como meros epifenómenos, yo me quedé así un poco desconcertada y pensando: “Pues este señor alucina. ¿De qué habla?”. Y me dijo: “Oiga, ¿y están preparadas para la contrarrevolución?”. Si lo anterior no me había caído bien el 20, pues esto menos. Y creo que en esas estamos. Estamos en esa contrarrevolución, o sea, los feminicidios, los castigos ya desechados en países musulmanes que están volviendo a usar, como latigazos, como lapidación, que en algunos países como Egipto ya habían sido desechados cuando Nasser fue Presidente abolió esas cosas y ya volvieron. ¿Por qué? Dice una feminista española, Rita Segato, tenemos que darnos cuenta que todo lo que está ocurriendo contra la mujer, toda esa violencia desatada que produce esos holocaustos cada cinco o seis años, solo tiene una frase detrás “Aquí mando yo” y eso es lo que los poderes fácticos, lo que la Iglesia, lo que el Gobierno, lo que el patriarcado nos quiere decir. Y por eso, aunque estamos encantadas de que se haya legalizado el aborto y es un gran triunfo, no podemos bajar ni un instante la guardia, porque la lucha está ahí. La contrarrevolución está vigente y tenemos que seguir siendo verdaderas luchadoras, verdaderas soldadas de esta lucha que no termina, empieza, tristemente. Gracias.
María Consuelo Mejía: Muchas gracias. Anilú, muchas gracias. ¿Teresa?
[Conversación inaudible de fondo]
Teresa Incháustegui: Bueno, muchas gracias, María Consuelo, por la invitación de bateadora emergente. Qué bueno que no vino Patricia, porque ustedes dos platican todo el tiempo y qué bueno que tuve tiempo de venir yo y platicar y estar aquí con todas las amigas que hoy en la tarde nos acompañan.
Bueno, llegué tarde. Perdón, no tenía en cuenta todos los tiempos del metro. Subí y bajé más peldaños que subiendo la pirámide del sol. [Risas] Con un paquete cargando aquí, así que bueno, llegué agitada y tarde para escuchar desde un principio a Marta. Bueno, de lo que alcancé de la charla y del tono en el que estamos esta tarde, pues a mí, bueno, me gustó mucho su relato, porque es como el relato de la constitución de una política, de una agente feminista como Marta Lamas y todo el movimiento que se nucleó en torno a la defensa del derecho de las mujeres al aborto y escucharlo cómo pasa de las barricadas en donde se gritaba en la calle consignas de “Mi cuerpo es mío” y todo esto a un proceso en el que tiene el movimiento la madurez, el grupo, la coyuntura se presenta y se logra finalmente plasmar en una política pública un tema de agenda. Creo que esto nos ha pasado en dos o tres cosas, pero no en más.
Si analizamos en realidad los temas que el movimiento feminista ha logrado colocar y efectivamente hacer transitar no son muchos. No son menores, pero este sin duda es uno de ellos. Y a mí me parece, además, uno en el que se ve la consistencia del actor y de las estrategias construida a lo largo del tiempo y de las diferentes coyunturas políticas del país, porque creo que esa parte es muy clara en el relato de Marta, en donde dijéramos se aprovecha una coyuntura de fin de régimen que se presenta anterior a la alternancia de decadencia y anteriormente de apertura de la última apertura… Una apertura muy sui generis del salinismo, por ejemplo, con el tema de las mujeres, incluso con el tema del aborto. Y por el otro lado, haberle dado a la Iglesia, haberle revuelto el reconocimiento de un Estado y de tratamiento hasta el momento en el que cuaja una situación en la que en el Distrito Federal un Gobierno de izquierda puede hacer finalmente el decreto que no solamente tematiza de nuevo el problema del aborto en términos del derecho a elegir la mujer. Además, también tematiza o retematiza el caso del embarazo al definirlo de distintas formas para poder dar ese espacio de las doce semanas que es en donde se pone el límite, ¿no? Y eso es una cosa de una ingeniería, dijéramos desde el punto de vista técnico en el sentido de muy bien hecha, de expertos que la construyen de esa manera. Y luego finalmente, este decreto de 2007 que además lo crea el derecho al elegir el derecho al aborto gratuito a los cinco días de haberlo solicitado máximo, que es como se plantea, por un aborto libre, seguro, gratuito que es, dijéramos, la coronación de esa política.
A partir de ese momento, el Distrito Federal se convirtió en lo que va a ser o que empezó a ser, y hay que ver si seguimos siendo, una isla en medio del conservadurismo rampante en todo el país. Eso fue muy importante. Y bueno, hay que decir también que hay muchas cosas en esa parte, pero no hay muchas políticas que se hayan estructurado así. Ahora, dicen: “¿Qué va a pasar?”. Lanzan la pregunta leninista del qué hacer, un poco cuando hay programas institucionalizados ya, supuestamente, que garantizan derechos reproductivos de las mujeres. Todavía la existencia en algunos lugares de estas causales de aborto, las legales y en otras, creo que en 16 estados, en donde está penalizada algunas formas, porque tampoco es que se haya penalizado del todo. Dicen: “Bueno, ¿qué hacer?”. Hay, obviamente, una lucha ideológica. Toda la perorata de que la mujer es fundamentalmente reproductora y, si no es reproductora, no es mujer.
De plano, esas definiciones de en donde el maternalismo está exacerbado y la mujer no existe si no es madre. Al menos esa es una tendencia muy fuerte. Afortunadamente no estamos aquí muchas de las que pensamos así, pero esa es una manera muy corriente de pensar y que está además enraizada en todas las formas simbólicas, en todo el lenguaje simbólico de nuestra cultura popular y de todo tipo. Llevado incluso de la mano de marianismo, en ese sentido, dicen: Bueno, yo creo que efectivamente, además de esa hipocresía de querer defender la vida antes como principio, pero que valga verdaderamente gorro la vida de los que ya viven, porque una de las cosas más críticas que hay en este momento en nuestro país, y no solo aquí, sino en otras partes de América Latina, es cómo las formas de trabajo y de vida están agotando los límites de la propia reproducción humana. Para descansar, para trabajar, para comer, para hacer ejercicio no hay tiempo.
La gente vive trabajando con horarios muy extremos o con horarios muy cortos, pero con trayectos de vida muy largos, y entonces toda la reproducción está en crisis. Nos hablan de que nosotras tenemos que mantenernos en esa línea de reproducirnos, porque sí, pero al mismo tiempo vivimos en una sociedad, en un sistema económico en donde la reproducción de todos en realidad no importa y es cada vez más costosa para la gente, para las personas mismas, pero no para los empleadores, pero no para el Estado, pero no para los que dicen que les importa la familia y que les importa la vida. No hay realmente consistencia en esa parte. Ahora, ¿qué podemos hacer? Dijéramos, además, por supuesto, de mantener la bandera de la mujer como sujeto político, filosófico, ontológico, que puede decidir por sí misma y que es dueña de sí, empezando por su cuerpo, porque si no nos constituimos desde ahí no somos sujetos con derechos y autonomía, sino somos siempre, como dice Anilú, un apéndice que tiene que siempre debe de estar allí disponible.
Por otra parte, creo que significa como que empezar a demandar los costos de la maternidad, los costos también de la paternidad, los costos que significa tener una familia, tener hijos. Yo estaba viendo ahora unas estadísticas laborales y resulta que hay entidades del país en donde hay al menos 15 % de mujeres que tienen más de 10 hijos. Hay entidades que están así. ¿Qué puede hacer una mujer con 10 hijos en este momento? Entonces, el tema de la pobreza, todo lo que está ligado a esta idea de la fecundidad de la mujer a como Dios lo quiera, ahí es el costo social. Hay que plantear de nuevo todas esas demandas, hacerlas visibles así como contabilizamos por primera vez ya con precisión con la Secretaría de Salud cuántas estimaba, porque sigue siendo una estimación, el cálculo de cuántas mujeres mueren por abortos mal practicados, ahora tenemos que contabilizar también cuánto le cuesta a cada mujer cada hijo. Y cuánto le cuesta de vida, de tiempo, de energía, cuánto requiere y cuánto se les da.
Creo que esa parte yo la pondría en un punto importante para que saber, y yo creo que eso daría una cierta responsabilidad en esta idea de los incentivos de ver efectivamente los costos en pobreza, en atraso, en rezago y en injusticia de vida para las mujeres el estarnos reproduciendo como si fuéramos cabras.
Entonces esa es una parte que me parece fundamental. Ahora, yo diría que tenemos que tener ese frente de lucha, pero felicito aquí a Marta, al grupo y nos felicito a todas las que hemos estado de alguna u otra manera haciendo esta parte de la lucha Y hay otras cosas que luchar y me gustaría que en otras ocasiones pudiéramos hablar de otras políticas y otras subjetividades políticas del movimiento en qué han quedado. O sea, me suscitó Marta y lanzo yo esta provocación, la idea de que hagamos una revisión de los temas que han sido parte de nuestra agenda y que analicemos qué hemos hecho en esa trayectoria como movimiento. Qué se ha logrado, qué no hemos logrado y cuál es el camino, porque yo sí creo que hacer un balance de lo que llevamos caminando en el movimiento desde el momento en que empezamos a construir otros desde otro lugar y desde otros espacios las alternativas y qué se ha logrado, cómo se ha logrado y qué es lo que sigue para adelante, porque me parece que necesitamos tener muy clara la agenda y muy clara las prioridades. Muchas gracias. [Aplausos]
María Consuelo Mejía: Muchas gracias, Teresa. Me da mucho gusto haberlas escuchado las tres. Creo que con todo y que hemos compartido una causa y hemos compartido muchos momentos hay miradas diferentes y énfasis diferentes. A mí de las cosas que se dijeron me parece muy importante destacar algo que está implícito en lo que las tres dijeron. Bueno Anilú mencionó el patriarcado; Marta lo dijo, la resistencia de los hombres, el rechazo; Teresa, el tema de la desigualdad, el tema de la imposición, de alguna manera la imposición de la maternidad, etcétera.
Es un tema que nos parece central, el tema de cómo la situación en la que viven las mujeres, la condición de las mujeres está atravesada por el tema de la desigualdad, y eso significa opciones diferentes, posibilidades diferentes para todos los aspectos de la vida, específicamente para lo que tiene que ver con la vivencia de una sexualidad responsable, una sexualidad placentera y de poder decidir sobre la maternidad.
El tema de la maternidad que todas aquí lo han trabajado y que lo han mencionado, es un tema central cuando nosotras decimos “el derecho a decidir”, el derecho a decidir cuándo ser madre y cuándo no, y que en el siglo XXI afortunadamente hay muchas posibilidades que, desafortunadamente, no están al alcance de todas las mujeres para poder tomar esa decisión. La maternidad no puede ser una imposición. Eso lo hemos escuchado en muchas formas y de muchas maneras, pero eso pasa también por toda una serie de situaciones.
El otro aspecto, me gustaría un poco que pensaran sobre eso, yo sé que Marta está trabajando el tema, Teresa también un poco, bueno eso cómo es posible y real en este momento en este país, porque como bien lo decía Teresa, como lo mencionaron Marta y Anilú, hay todo el discurso de que las mujeres solamente son mujeres, si son madres. Es la exigencia, es el estereotipo del género, es el modelo y está también el planteamiento de la falta de acceso a las posibilidades de tomar esta decisión.
Y al lado de esto, muy muy relacionado con el tema de la maternidad como imposición o como esencia, o como única posibilidad de las mujeres, está el tema del estigma. El estigma social, cultural, el estigma que se genera hacia las mujeres que deciden no ser madres, nunca. O que deciden interrumpir un embarazo porque se enfrentaron a una situación de un embarazo no deseado o que deciden tener dos hijos y no más, y los demás los interrumpe. Es decir, toda decisión que se da sobre la posibilidad o no de ser madres está estigmatizada, a menos que sea la de tener 10 hijos, todos los que Dios nos mande.
Eso me parece importante que se tome ahora en su segunda intervención para después darle la palabra… Mis preguntas ya se quedaron en la mitad. Otras dos cosas que quería que tocaran es, bueno, en su participación, en su involucramiento en este movimiento desde hace tantos años que nos cuenten alguna anécdota, algo simpático. Marta, su grupo de música. Es decir, algo relacionado con lo que ha sido, estamos aquí hoy y se han vivido, hemos vivido momentos muy complicados, momentos muy álgidos y momentos muy divertidos, una anécdota.
Finalmente, y ahí le daría la palabra al público: el qué hacer. Las estrategias, ¿son las mismas hoy que las de hace 40 años, hace 20? ¿Cuáles son las opciones que nos dan las nuevas tecnologías? ¿Qué sería lo que diríamos que se requiere hacer para que esto que vivimos en la Ciudad de México, la isla de las libertades, se alinearon los planetas, cerca de 90 000 mujeres que no han tenido que poner en riesgo ni su vida, ni su salud ni su dignidad para poder tomar una decisión respecto a la maternidad? Ni pagar un centavo, y unos servicios que han hecho un esfuerzo inmenso. Les ha tocado muy difícil para poder ofrecer estos servicios a todas las mujeres que lleguen, no solamente a las de la Ciudad de México. ¿Qué tenemos que hacer para que eso sea posible para el resto de las mujeres de este país? Por lo menos, pero debería ser para todo el continente. El ejemplo de la Ciudad de México, el modelo de la Ciudad de México se está considerando un ejemplo que debe ser replicable. ¿Qué creemos así, muy por encima, que deberíamos hacer para que esto sea posible? Para que esa experiencia de libertad de la que hablaba Marta cuando empezó la despenalización que nunca nadie le va a borrar a las mujeres de esta ciudad sea posible para el resto de las mujeres de este país. ¿Marta?
[Diálogo inaudible y risas]
Marta Lamas: Yo me quiero centrar en dos cosas. O sea, ¿te acuerdas, Anilú, cuando arrancamos luchábamos por la maternidad voluntaria, no tanto por la despenalización del aborto? La maternidad voluntaria tenía cuatro componentes: educación sexual amplia y accesible a todos los niveles; acceso a anticonceptivos seguros y baratos; el aborto como último recurso y un rechazo a la esterilización sin el consentimiento de las mujeres, que sabíamos que en ciertas comunidades indígenas se estaba haciendo de que una señora que llegaba en su cuarto o quinto embarazo le ligaban las trompas sin avisarle.
Luego, los grupos se fueron como especializando y decantando y hubo unos que agarraron más educación sexual, otros que agarraron más aborto, otros que agarraron orientación sexual, el placer… En la medida en que iba creciendo el movimiento los grupos se iban diversificando, pero la parte que yo creo que es bien importante es el tema de la mistificación de la maternidad. A mí me sigue alucinando cómo en estos 40 años, el 10 de mayo se ha convertido en fiesta nacional. Hace 40 años no era fiesta nacional, los bancos no regalaban una florecita a las mujeres que trabajaban ahí, la UNAM no [inaudible] a las trabajadoras… Es parte de la contrarrevolución que señalaba Anilú, porque yo tengo una mamá, una mamá feminista y con todo y que la quise mucho digo: “Hay mamás de todo. Hay mamás gruesas, hay mamás crueles, hay mamás abandonadoras…”. Entonces, esta mistificación de que la maternidad es lo máximo, sí. Yo soy mamá y supongo, mi hijo tampoco me cantaría las loas, pero somos primero personas. Somos primero quién somos y después podemos ser otras cosas.
A mí me sorprende este festejo en el que entra todo mundo con el tema del 10 de mayo. Marta Acevedo que fue una de las que arrancó los primeros grupos hizo un libro, una investigación de cómo surgió el 10 de mayo y surge como una iniciativa del arzobispado mexicano y del periódico Excélsior cuando en Yucatán empieza una campaña sobre anticonceptivos en los años treinta o una cosa así… No me acuerdo la fecha, pero era como los treinta. Entonces fue como para contrarrestar lo que se veía como estas locas mujeres que quieren métodos anticonceptivos en vez de seguir pariendo hijos y duró como 40 o 50 años el festejo a unos niveles donde se festejaba a la madre que había tenido más hijos soldados, a la que había tenido más no sé qué y se hacían en el toreo unos festivales impresionantes. Iba Pedro Vargas a cantar y todo lo que significó eso y cómo ahora hay una comercialización y una refuncionalización, pero no hay una mirada crítica sobre por qué festejamos tanto el Día de la Madre y un poquito menos el Día del Padre, mucho menos, no sé, el Día del Amigo o del compañero o la compañera, otro tipo de cosas, ¿no?
Creo que ahí hay señales importantes. La Corte Interamericana acaba de resolver hace unas semanas en un pleito que hubo de ciudadanos en contra del Gobierno de Costa Rica, que el Gobierno de Costa Rica con estas estrategias que tiene el Vaticano de ir en los países latinoamericanos tratando de meter prohibiciones y que se festeje el día del no nacido y eso, había hecho que el Gobierno de Costa Rica prohibiera la reproducción asistida porque era antinatural. No era ya de todos los hijos que Dios te mande, sino ten los hijos que la probeta te ayude a tener.
Hubo unas parejas que querían tener hijos con reproducción asistida, le pusieron pleito al Gobierno y lo acaban de ganar. Y la Corte Interamericana hizo una sentencia maravillosa en donde dice que no se puede equiparar al embrión con un feto y a un feto con una criatura recién nacida y un… en fin. Y en donde hay no solamente, que en la vida no es que empiece desde la concepción o no, sino que no se puede considerar personas hasta que no haya implantación, lo cual le abre las puertas a todo este tema de la anticoncepción de emergencia, etcétera.
Entonces, para mí lo que habría que hacer, regresando la pregunta de María Consuelo, es mucho más debate público. O sea, yo estoy feliz de estar hoy aquí con ustedes y ojalá ustedes vayan y cuenten esto en más lugares y nos inviten a más lugares a dar conferencias. No tenemos una televisión pública y una radio pública en donde hacer este tipo de debates o hacerlo con más orden. Hemos perdido la televisión pública que teníamos, el Canal 13. Ojalá y volvamos a tener una televisión pública, pero cuando yo veo el efecto que tuvo en Italia con todo el Vaticano, con todo y Papa en Roma, que durante un año hubiera un debate público con todas las posturas para informar a la gente y luego cómo el 78 % de la población igual de católica que los mexicanos votó por la despenalización del aborto, digo: “¿por qué no estamos exigiendo esos espacios públicos?”. Para mí el tema del debate público, la información, el conocimiento, es por donde tenemos que jalar.
El tema que planteaba Teresa, la CEPAL lleva años hablando de cómo hay una diferencia entre las jovencitas en las zonas rurales que se embarazan más pronto a las de zonas urbanas y cómo el embarazo temprano, además muchas veces no elegido, sino como consecuencia de una violación o de una relación no muy consentida, impide que sigan estudiando, lo cual va a impedir que luego consigan buenos trabajos. Y entonces verlo como un tema de desventaja, así lo usa la CEPAL y ha hecho unos estudios impresionantes. Las chicas en zonas rurales se embarazan a los 14, a los 15, a los 16, a los 17. Las chicas en zonas urbanas después de los 20, y no solamente hay diferencia en cuanto a cuestiones de salud, sino luego esas oportunidades de vida.
Entonces, sí creo que en México en este momento no sé si ya subimos al primer lugar o estamos en el segundo. Somos el país con más embarazo adolescente que hay, por lo menos en América Latina así es. Y muchos de estos embarazos no tienen que ver con las ganas de asumir un hijo, porque tener un hijo es una chinga, es un placer, pero es una chinga y es un chorro de trabajo, sino con una cosa de la doble moral, porque tenemos tal nivel de desinformación y de estigma, regresando al tema del estigma, que para las jovencitas es muy difícil decirle al novio: “¿Sabes qué? Vamos a cuidarnos” porque por el machismo, el chavo puede decir: “Ah, tú ya lo hiciste con otro, ¿verdad?”. Y reconocer ellas mismas que tienen ganas de tener una relación sexual es muy difícil porque no se tienen relaciones sexuales a los 14, 15, 16 años, se supone.
Entonces este nivel de desinformación, este nivel de doble moral hace que muchas de ellas en un momento determinado en una fiesta o algo se entreguen al novio como una prueba de amor y al entregarse espontáneamente no llevaban ni el condón, ni habían tomado la pastilla anticonceptiva. Y ese es el origen de muchísimos de los embarazos adolescentes.
Entonces, necesitamos hablar mucho de esto, de sexualidad y de reproducción. El aborto es, ante todo, la posibilidad de libertad y de autonomía de las mujeres y poder decidir. Nada más es eso. Y sería mucho mejor prevenir que remediar en vez de luchar por despenalizar el aborto, no digo “en vez”, sino “además de” y a lo mejor “primero” habría que luchar por esta información, esta educación sexual, este uso de anticonceptivos que impidan que haya embarazos no deseados.
Entonces hay toda una discusión con los embarazos no deseados y lo que son los hijos que crecen cuando no han sido deseados. Y no son solamente como dicen a veces los chavitos que vemos en la calle. No, no, no. Estoy segura que, en bosques de las Lomas, enchufados enfrente de televisión con nanas y choferes hay muchos niños no deseados también. Hay una problemática de qué tipo de sociedad queremos ser y en ese tipo de sociedad esta cómo vamos a tener hijos, cómo los vamos a criar, cómo vamos a cuidarlos y es un gran debate, el gran debate del cuidado, que también es ahora una de las prioridades del movimiento feminista.
[Aplausos]
María Consuelo Mejía: Gracias, Marta, sí. Debatir es esencial. Anilú.
Anilú Díaz: Siento que en esta mística de la maternidad que Marta retoma y hace muy bien en hacerlo porque finalmente el aborto está dentro de esa mística de la maternidad y por eso, no solo a hombres, que en el caso de los hombres es este grito de libertad que es el aborto les es insufrible, pero incluso en mujeres es porque esta visión de la maternidad como lo más noble, la que nos amó antes de conocernos, todas estas historias son una lápida. Y sí digo “lápida”. Es una lápida que nos cae encima y nos entierra. Nos remite a un solo sueño en la vida, mientras los seres humanos tenemos la capacidad de soñar hombres y mujeres, por lo menos soñar, tener fantasías de qué quiero hacer con mi vida, qué quiero hacer cuando sea grande. Esta lápida, que a las mujeres nos cae desde muy pronto, anula cualquier posibilidad de sueño que no sea ser madre y esto es tan terrible que tiene vertientes que ni siquiera empezamos a ver. Por ejemplo, en Estados Unidos hicieron un estudio muy interesante porque autoridades racistas, que siempre habrá, postulaban que las adolescentes negras se embarazaban mucho más. Tenían más embarazos no deseados que las adolescentes blancas o de otras etnias.
Sin embargo, se vio que esto es, como siempre, una falacia que aunque dicen que no se deriva de palo, parecería que sí. Entonces, esto es porque para muchas mujeres, y creo que sería aplicable a México si se estudiara, si no soy nada, si no soy nadie, si además mis oportunidades, porque me cuesta trabajo estudiar, porque no se me da, porque no tengo el dinero, porque mi familia no tiene ni para mandarme en el camión a la primaria o a la secundaria… Si no soy nadie ni voy a ser nadie, por lo menos ser la mamá de Juanito o la mamá de Lupita, ya eres alguien, o sea, ya en ese momento tu vida tiene un significado que no tendría de ninguna otra manera.
Entonces ese embarazo no deseado, que más bien sería no planeado, se vuelve una razón de vida, aunque como dice Marta es una chinga tener escuincle y el trabajo y el camión y el metro. Sí, pero les da un sentido, y eso también tendríamos que entenderlo, porque en la medida en que como los chavos se van de sicarios y se van de narcos porque tampoco su vida tiene sentido y porque aunque sean los tres o cuatro años que van a durar vivos, van a tener el dinero que nunca tendrían y a lo mejor el coche que jamás, pero ni en sueños ni trabajando 50 años se iban a poder comprar, es igual en el caso de las mujeres. Y tendríamos que revisar también qué oportunidades de vida les estamos dando, ofreciendo a las mujeres en nuestros países subdesarrollados.
Si en Estados Unidos que, comillitas, un país primermundista les ocurre eso, ¿qué no será con nosotros en ese lumpen suburbano que vemos todos los días que se va acumulando? Porque todavía a lo mejor en el pueblo, con su raza, con su etnia, con su grupo, con sus raíces, a lo mejor tendrían una posibilidad de desempeñarse en otra forma, pero cuando se vuelven una masa amorfa en la ciudad, yo creo que tienen todavía menos posibilidades de ser personas, de tener un sentido.
Y lo otro es este mito adorado, incluso por hombres, de un aparente refinamiento. Hace poquito, hace menos de un mes, leí una entrevista que le hicieron al filósofo muy de moda ahora en Francia, Comte-Sponville, que, hablando de la maternidad y de no sé qué caso de una mujer que había rechazado a un hijo, no me acuerdo cuál fue el detonador, dijo: “Bueno, son casos muy insólitos. Las madres siempre aman a sus hijos”. Yo me quedé pasmada que un hombre universitario, en Francia hoy día, pueda hoy con esa frescura afirmar algo que siniestramente falso porque, como dice Marta, todos los días sabemos de madres que maltratan a los niños, los queman, los fracturan, los abandonan, les hacen cosas horribles, física y psicológicamente. No es factible que hoy día un señor contemporáneo sostenga con esa ingenuidad, porque no cabe, no sé, no lo puedo tachar de estúpido, pero me parece increíble que alguien pueda afirmar con esa galanura que toda madre ama a su hijo, que las que no son una excepción rarísima.
Y como estamos llenos de mitos, yo siento que la propuesta de Marta es muy valiosa, que hubiera miniforos, pero constantes. O sea, ¿tú te acuerdas cuando teníamos la Casa del Lago los domingos? Bueno, llegar a la Casa del Lago con las familias que iban con sus niños y los globos o comiéndose un plátano era muy interesante porque nos acercábamos con estos grandes argumentos a las personas que no lo han pensado. No se conflictuaron a lo mejor con estas cosas o no han tenido el problema o si lo tienen, lo vivieron como Dios les dio a entender y salieron más o menos adelante.
Entonces es muy interesante que pudiéramos retomar pequeños foros, incluso improvisados, a lo mejor hasta sin pedir permiso, porque todo eso era muy complicado. Había que tener permiso de las autoridades y todas las historias, pero que tuviéramos pequeños foros en el atrio de una iglesia si a eso me llevan. Ser subversivas como lo fuimos hace 40 años. Éramos muy subversivas. Yo me acuerdo en una ocasión en Casa del Lago que iba a hablar de mujeres golpeadas y casualmente me había roto un brazo, lo cual fue perfecto porque llegué de brazo en cabestrillo. Era ahí un ejemplo maravilloso para hablar de mujeres golpeadas y otra vez que fui a fuimos a hablar de aborto…
Marta Lamas: Y aquí cuento una cosa, perdón que te interrumpa. Anilú estaba casada con un personaje cuyo nombre era bastante famoso y en televisión se atrevió a decir que su marido la golpeaba, lo cual fue un escándalo en todo el mundo intelectual. Entonces era la única de nosotras, de las feministas, por lo menos que reconocía que el marido le había golpeado, a lo mejor había otras y no se atrevían a decirlo.
Pero, además, el hecho de dar el nombre del marido en público, ustedes saben lo que fue, fue una llamarada, fue un escándalo, entonces ya para cuando llegaste con el brazo cabestrillo ya todo el mundo sabía.
[Risas]
Anilú Díaz: Sí, bueno, pero esto si ya no fue él. Auténticamente fui yo. Pero sí fue muy bueno y luego otro día de un foro sobre aborto, también en la explanada de la Casa del Lago y no tuve con quién dejar a mi hijo que tenía entonces como 4 años. Yo no los llevaba a cosas feministas porque me habría encantado, pero sentía que tampoco tenía yo el derecho, pero me lo tuve que llevar. Y entonces llegamos temprano el grupo de mujeres que íbamos a montar todo esto, y yo llegué con el chavito de 4 años y había un grupo de hombres que había llegado temprano para precisamente para agredirnos, y empezaron a gritarnos: “Viejas, locas. Lo que pasa es que como no tiene nadie que las quiera, como no tienen hijos”. Entonces yo me callé, porque la correlación de fuerzas que decía Monsi, el amado Monsi de Marta era totalmente desproporcionada. Eran como 8 o 10 hombres y éramos 3 o 4 las que habíamos llegado y dije: “Me callo”. Entonces él seguía diciendo cosas y cuando siento un codo aquí y era mi hijo: “Tu dile mamá, tú dile, pues ¿cómo que no tienen hijos? ¿Yo qué?”. [Risas] Entonces estas cosas eran pequeñas provocaciones no planeadas. Surgían, pero pueden ir surtiendo en esta interacción.
A mí me encantaría, sobre todo, interactuar con mujeres. Ya sabemos que la jerarquía eclesiástica es un negocio que no va a perder. Esto de la maternidad… mientras más conflictuadas las mujeres con más hijos, más clientas tienen para sus misas y sus santos y sus este… ¿Cómo se llama el de los días 28? San Juditas, que es el de las causas desesperadas. Claro, sino ni vendo estampitas, ni vendo misas ni vendo flores. A esos no los vamos a convencer. A ciertos jerarcas gubernamentales tampoco los vamos a convencer. A muchos legisladores, inclusive. A nosotros nos tocó cuando… ¿te acuerdas cuando íbamos a hacer el proyecto de ley de despenalización del aborto que hubo una diputada que nos preguntó, pero que en realidad cuándo entraba el alma al cuerpo? Caray, una diputada metida en asuntos teológicos que creo que Santo Tomás, además, ya contestó hace muchos siglos. A esas gentes no las vamos a convencer.
Yo sí quisiera, aunque fuera una de cada cien de las mujeres que están en contra del aborto o dicen estar en contra del aborto, porque a mí me sorprende que para empezar, te diría sin ser descortés, que las mujeres solteras y jóvenes que no han tenido ese problema se abstuvieran de debatir ardientemente. De acuerdo que tienen derecho a su opinión, pero alguien que no ha vivido de cerca en la línea de juegos es difícil que opine. Nadie que no se haya enfrentado a un embarazo deseado o no, y desconoce la problemática no veo que tengan que ir las niñas de las escuelas, pancarta en mano, crucifijos colgando diciendo “No al aborto” no tienen idea de lo que hablan.
Entonces, que por lo menos concientizáramos a las mujeres de no ser borregas, de que tengan una opinión, por lo menos que les digamos como dicen los italianos: “La mente y el paracaídas solo sirven si están abiertos”. Por favor, eso es lo que tenemos que empezar poquito a poco, de nuevo volver a nuestra primera revolución. Gracias.
[Aplausos]
María Consuelo Mejía: Gracias, Anilú. Tere y a ver si nos dan 15 minutos para hacer una serie de preguntas, algunas preguntas de ustedes y poder subir a ver la exposición por media horita.
Teresa Incháustegui: Cuando dijeron, bueno, qué hacer y cómo le podemos hacer, dijo Anilú, las mujeres para acabar con esto o para contrarrestar todo esto, lo primero que se me ocurrió fue decir: “Bueno, hay que tomar Televisa”. [Risas] Porque realmente, dijéramos, una de las agentes, ahora sí que voy a sonar como de la Guerra Fría, pero uno de los agentes propagadores de esta idea del maternalismo y de otras más que tienen que ver también con relaciones entre hombres y mujeres marcadas por la violencia, por la subordinación, por la denominación, es obviamente Televisa.
Televisa a través de las telenovelas, a través de los programas de chiste, el único programa de Televisa que no es así es el de Brozo, porque ahí hay otra voz, pero todo lo demás es así. O sea, efectivamente contrarrestar esa presencia cotidiana, masiva, sistemática requiere efectivamente formas de comunicación social alternativa entre nosotras, entre la gente, entre otras cosas que además de tener rendimientos en esta parte tienen rendimientos en muchos otros.
Con lo que dice Anilú y lo que decía Marta, yo no pude dejar de evocar la figura romántica de las sufragistas inglesas o americanas que llegaban a un teatro con un cartel y poniendo pláticas de superación femenina, porque yo creo que además hay muchas mujeres en todas las ciudades, que ante cuestiones como cómo poder superar, cómo entender lo que estoy viviendo, cómo ubicarme frente a estas presiones y dilemas que todas las mujeres tienen, porque el 60 % de las mujeres que trabajan en este país son madres. Son madres, de 1 a 5 hijos y hasta más de 10, pero todas son madres y todas se debaten diariamente en esos conflictos de la maternidad y del trabajo, de la vida y de todo lo demás y no tienen más que al cura que pues en realidad nomás llega a… Que el cura, pues ya ni atiende, o sea, es una burocracia, simplemente que te dan el chance de pasar a la otra ventanilla donde te dan la hostia, pero dijéramos el tema sí es hacer estos espacios, crear estas jornadas de charlas en los viejos cines de los principios del siglo XX, los teatros, en cualquier lugar estas charlas de superación femenina. Es decir, cómo estamos las mujeres ahora, qué estamos viviendo y cómo tomar toda nuestra vida actual y en qué dilemas estamos y cómo nos estamos planteando superarlos.
En ese sentido, creo que esta vocación que dice Anilú, volver a nuestra primera revolución obviamente a nosotras nos agarra un poco cansadas. [Risas] Pero lo bueno es que hay muchas mujeres que pueden seguir en esa trayectoria. No es que no estemos, podemos estar, pero realmente tener la energía para reiniciar la primera revolución o la tercera que sería en este caso, es muy importante, porque creo que efectivamente estamos viviendo momentos coyunturales las mujeres como los que se presentaron también en los años cincuenta y sesenta. Que es justamente el surgimiento de la segunda ola de feminismo, cuando las mujeres ya habían ido a las universidades, ya habían regresado con títulos, ya habían cambiado muchas cosas su vida, pero seguían encontrando una serie de limitaciones que no las dejaban pasar.
Aquí, aunque hay mucha libertad ganada, esa libertad fundamental sobre el propio cuerpo que supone además también la libertad del deseo, que es lo que señalaba Marta, el tema de la sexualidad y del deseo está también atravesado aquí como algo autónomo también de la mujer. Y eso es parte fundamental de este proceso y es retomar de ahí y ver otra vez en qué conflictos estamos, en qué situaciones estamos y el malestar femenino de esta época en donde aparentemente hemos ganado mucho, pero hay barreras que no se rinden. Porque tenemos a veces la impresión que en cosas en las que se avanza de repente no es tan cierto, como de repente que nos pasa como en el cuento de Monterroso que el dinosaurio patriarcal todavía está ahí.
Además, en algunas cosas está incluso con ansias de restauración, porque se sabe que las fronteras que ganan los movimientos, como el movimiento feminista en la vida cotidiana, en las instituciones, en las políticas se están debatiendo diariamente. Se están disputando diariamente por miles de mujeres que viven atravesadas también por los conflictos cotidianos de la distribución de tiempo, de trabajo, de libertades, de posibilidad de ser, de estar, de transitar entre hombres y mujeres. Y la libertad de decidir sobre el propio cuerpo y sobre el propio deseo sin duda es una libertad constitutiva que no puede ser aplazada ni rendida.
Marta Lamas: Yo diría que viven con culpa, culpa de trabajar porque no están en la casa ocupándose todo el tiempo del hijo, culpa las que no trabajan por no estar trabajando y estar en la casa. Hay un libro precioso que salió en el siglo XXI, que se llama ¿Son culpables las madres que trabajan? de una psicoanalista francesa está en español y dice: “Son culpables, se sienten culpables cuando trabajan y se sienten culpables cuando no trabajan”. El tema de la culpa es un tema que tenemos que ver.
María Consuelo Mejía: Lástima que el tiempo es terrible, porque ya quisiera que hubiera preguntas de parte de ustedes. De verdad que lo que aquí se ha esbozado, ojalá tuviéramos más espacios como el Museo de Memoria y Tolerancia. Sinceramente que la apertura que nos ha dado a este tema podemos proponer otra serie de charlas, pero vamos a tener todos los jueves hasta el último jueves de marzo, el 28 de marzo, no sabemos porque es Jueves Santo, tenemos que chequear, pero por lo menos hasta el jueves 21 de marzo, lo vamos a seguir.
[Risas]
Vamos a tener aquí… Ojalá vengan, porque de verdad que, así como han escuchado a las colegas aquí la profundidad, la posibilidad de tantos campos, tantos aspectos que se hablan y que sería necesario profundizar. Entonces quiero pedirles que, si a ver tenemos unas 5 preguntas.
Claudia: Hola, soy Claudia Esperanza de CIMAT Noticias y mi pregunta va un poco para saber si como movimiento feminista tienen planeado algo o cómo se reacciona frente a las propuestas de ley que ya están en muchos Estados para proteger la vida desde el nacimiento… desde la concepción, perdón, que ya se han aprobado y pues se están proponiendo en muchos otros. Gracias.
[Risas, organización para pasar el micrófono]
Patricia: Buenas tardes, mi nombre es Patricia Benítez, soy psicóloga, imparto capacitación en temas de género. Mi pregunta, y esto es porque es un argumento como muy presentado cuando hablamos de estos temas, es el derecho a la vida que de pronto está ahí como empalmándose con el derecho a decidir sobre nuestro cuerpo. Entonces el planteamiento social es bueno si el derecho a la vida está incluido dentro de la Carta de los Derechos Humanos en el artículo tercero, ¿cómo resolver esta parte en donde se tiene derecho a la vida y dicen, bueno, desde la concepción tendría derecho a la vida, pero al mismo tiempo las mujeres tienen derecho a decidir sobre su propio cuerpo? Entonces este es un argumento que yo he escuchado muchísimo. Es una pregunta, así como de en términos sociales y bueno, básicamente eso es como mi pregunta, es decir, ¿cuál es la respuesta apropiada a esa pregunta que se plantea socialmente?
Ángeles: Hola, yo soy Ángeles, soy estudiante y mi pregunta es: ¿cómo hacer para que se legalice en el país? Se dice votar por el PRD si se sabe que en los demás Estados han estado integrantes del PRD y también han estado no a favor de la despenalización del aborto y también ahí me entra la pregunta, ¿despenalizar es igual a legalizar?
Jonathan: Buenas tardes, soy Jonathan González, vengo de Básico Organismo Certificador y mi pregunta es en el sentido de… comentaron un tema que para nosotros en lo que nos dedicamos es muy importante y es la cuestión laboral de las mujeres hoy en México, cómo las condiciones que los centros de trabajo tienen las mujeres no favorecen esta cuestión reproductiva ni tampoco el desarrollo de ellas en lo profesional ni en lo personal.
En ese sentido, aquí en México tenemos una herramienta, una política pública, la NMX 25 de igualdad laboral entre mujeres y hombres. Mi pregunta es, ¿qué opinan al respecto? Nosotros nos dedicamos a trabajar en esa norma y a impulsar su implementación en muchas empresas en nuestro país. Sí hemos visto cambios, pero quisiera saber desde su punto de vista, ¿qué opinan al respecto?
Y un último punto sobre los foros. Estamos planeando un congreso internacional sobre prácticas laborales en México que promuevan la igualdad laboral para hombres y mujeres y bueno, pues yo creo que sería muy interesante que nos pudieran acompañar, porque estoy seguro de que tendrían muchísimo que aportar en el tema del impulso que se le debe a la mujer en nuestro país respecto al ámbito laboral. Gracias.
Ivonne: Buenas tardes, mi nombre es Ivonne Silva y yo vengo de Menstrual y son dos preguntas. Primero es: ¿cómo perciben a las nuevas generaciones? Es decir, a las jóvenes mucho más jóvenes con respecto a estos de la interrupción legal del embarazo. Mencionaban hace rato que la cuestión económica o la cuestión académica sí influye en zonas urbanas o zonas marginadas, pero yo trabajo con jóvenes y de pronto aún en jóvenes está la información equivocada con respecto al aborto, con respecto a la interrupción y me preocupa un poco el que los mismos conservadores influyan más sobre estas ideas.
Y la otra parte, es ¿cómo perciben en nuestro nuevo Gobierno la situación de la ILE? Sabemos que en el D. F. tal vez porque está Mancera no habrá tanto problema, pero en los Estados, o sea, ¿qué dificultades nos vamos a enfrentar con este nuevo Gobierno?
Marta Lamas: Voy a contestar a las tres primeras y un cachito de la última en una sola para darle también tiempo a mis compañeras y la del trabajo te lo digo muy rápido. El problema no es la igualdad del hombre y mujer en el trabajo asalariado, el problema es la desigualdad en el trabajo en la casa. Todos los rollos de conciliación trabajo-familia ya hay leyes, ya los hombres están agarrando la onda, las empresas, las instituciones.
El problema es que los hombres no hacen la mitad del trabajo de cuidado doméstico en las casas y no hay ni una política de Estado, ni hay flexibilidad, ni hay servicios sociales, no solo guarderías, cuidado para viejos, para personas enfermas. Entonces, ahí el tema no es tanto eso, que ahí sí hay adelantos y hay normas, sino que culturalmente las mujeres hemos ido ocupando los espacios de los hombres y luchando por igualar en esos espacios. Los hombres no hacen nada por ocupar los espacios entre las mujeres y hay un nivel de resistencia y no se entiende que van de la mano. Que si quieres igualdad afuera, tienes que tener igualdad adentro. Esa es la pregunta.
A ver, ya no vamos a hacer como movimiento feminista, contesto como activista feminista a la primera pregunta de [inaudible]. El tema de las reformas es de nuevo un tema de la que las reformas fueron hechas con una mala intención. No fueron hechas para proteger la vida, porque tenemos que en mil cosas no se está protegiendo la vida en nuestro país. Entonces esas reformas se hicieron para obstaculizar que hubiera procesos de despenalización como el Distrito Federal y lo que han creado es una incertidumbre jurídica porque las personas han pensado que al existir la reforma de protección a la vida desde el momento de la concepción y hasta la muerte natural se cancela el Código Penal del Estado, cosa que es falsa. Lo dije en un momento determinado, todos los países europeos, Canadá, Australia, que tienen despenalizado el aborto no solo por 12 semanas, por 18 y hasta por 20 y 24 tienen en sus constituciones la protección a la vida, porque es un valor abstracto que acepta excluyentes y que no es necesariamente todo el tiempo y además de qué tipo de vida hablamos.
Con respecto a cómo hablar del asunto, de la contradicción que puede haber. Hay un debate, si quieres te doy bibliografía, de que el derecho a la vida es para las personas ya nacidas, no para los embriones. Hay toda una discusión. Ya sé que los grupos muy conservadores dicen que también hay que proteger la vida de los embriones, pero los grupos neurológicos plantean que los embriones no tienen todavía en corteza cerebral, ni sinapsis, ni nada que haga que puedan sentir. Tú te puedes deshacer de un embrión sin que sienta lo que sentiría una persona.
No hay contradicción desde una perspectiva científica, informada y razonable y con respaldo de la bioética entre el derecho a la vida, que claro que debe de estar allí, y el derecho de las mujeres que interrumpieron un embarazo. Está el derecho a la vida y si un ladrón entra a una casa y el señor de la casa le da un balazo en legítima defensa, por mucho que exista el derecho a la vida, como decía Anilú, el atropellamiento, la invasión, nadie le va a decir al señor que lo hizo en legítima defensa: “Ah, no respetaste la vida que tienes que respetar”. No, se vale la legítima defensa y se vale interrumpir un embarazo en los países democráticos y esperemos que en nuestro país lleguemos un poco ahí.
Yo sé que el PRD de dos Estados hubo algún diputado baboso y que además el PRD le está costando trabajo en donde gobierna despenalizar. Yo lo decía porque de todas maneras el PRD lo tiene en sus documentos, en sus fundamentos, está a favor de la maternidad voluntaria desde 1997. Y es más fácil presionar cuando en tus propios documentos fundacionales está que estás por eso, que cuando lo que está es la agenda teológica del Vaticano, como están en los documentos del PAN. No digo que todos los periodistas, no fue fácil convencer a muchos. María Consuelo tuvo que hacer todo un trabajo con los periodistas católicos para que entendieran lo que dijo el obispo auxiliar de Madrid que yo siempre digo que hay que aprendernos de memoria lo que dijo ese señor que cambió la votación en España en 1985 y se llama Monseñor Alberto Iniesta y dijo: “Mi conciencia rechaza totalmente el aborto, pero mi conciencia no rechaza la posibilidad de que la ley no lo considere delito”. El separó el tema moral, es decir, el aborto te parece un horror y un asesinato, que te parezca lo que te quiera parecer. ¿Para qué sirve tenerlo penalizado? Entonces a la hora que un obispo dice “Mi conciencia rechaza el aborto, pero no rechaza que la ley ya no lo considere delito” está planteando otra cosa.
Entonces el tema no es fácil. Tampoco tenemos tres Estados gobernados por el PRD y vamos a ver si es penalización o no despenaliza, pero va a ser distinta la presión que podemos hacer. Y después del éxito que ha sido la despenalización en la Ciudad de México, que sí ha sido un éxito, y que hay que difundirlo y contar, ir a las clínicas y ver cómo salen dichosas esas chavas y esas mujeres después de que les dan sus pastillitas para que se hagan su aborto con medicamentos en su casa, ¿verdad?, y luego regresen a la casa.
La última cosa de las jóvenes, yo tengo alumnas de 19-21-23 años y luego los de posgrado y hay un tema menos informado o más conservador. O sea si en tu secundaria te pasaron el grito silencioso por los fetos sangrantes a los 13-14 o 15 años, sí te queda el impacto y esa campaña de la derecha y de PROVIDA sí ha calado ejemplo. Entonces, cosa también de dar debates. Muchos de mis alumnos del ITAM cuando toman clase conmigo llegan así como: “Híjole, viene la abortista, horrible, ¿quién sabe qué nos va a decir?” [Risas] Y al final entienden de qué va el asunto, pero sí hay un problema de desinformación. Por eso: debate público, foro público y pequeño grupo pensaba yo cuando hablábamos de esto. Cuando las feministas empezamos a juntarnos en grupos de 10, de 12, de 15 mujeres a hablar de nuestras cosas, no en foros públicos, en la casa de una, en un lugar, en un jardín.
Anilú Díaz: Como bien dice Marta es derecho a decidir. O sea, no todas las mujeres que se plantean tener un aborto lo tienen. Muchas mujeres que se lo plantearon deciden que no. Es una decisión y creo que sería importante retomar lo que dijo Nietzsche: “El hombre es un animal que decide” y dijo “Oye, la mujer no decidía nada, todo estaba decidido por ella desde que nacía”. [Risas] Entonces todo desde ahí. Bueno, el derecho a decidir, es una libertad del ser humano. Ya no somos aquellas del siglo XIX de las que habló Nietzsche. Si tenemos derecho a recibir en otras cosas qué voy a estudiar, qué vestido me voy a poner, igual pueden tener un derecho a decidir sí o no. No siempre sí saquen la bandera del no, en un país donde el aborto es legal también tienes la posibilidad de decir: “Lo quiero tener, aunque el señor diga que no, y aunque la señora me esté diciendo que no lo tenga. Yo sí quiero”. Eso también es una libertad de decisión y yo creo que por ahí puede uno agarrar un camino que a uno no lo enfrenta a las patadas.
Teresa Incháustegui: Yo le diría a Patricia que el planteamiento en el fondo es una falacia, porque está planteando toda la cuestión como si fuera una disputa entre dos sujetos de derecho: uno que decide qué hacer con su cuerpo y otro que está reclamando la vida. Y esa es una falacia, porque no hay ningún sujeto del otro lado.
Como decía Marta, los derechos subjetivos son personales. Los ejerce y los reclama una persona. No hay una persona en una célula. Una persona es un ser social, tiene que no solamente nacer, crecer, sino desarrollarse también como persona, porque un ser humano no puede estar en condiciones de nunca ser persona, pero nunca poder siquiera tener la libertad de decidir, la libertad de ser, etcétera.
Entonces, bueno, de todos modos, eso no significaría que no tuviera derechos, pero ser personas es otra categoría. Y el sujeto no existe en el caso del derecho a la vida. No hay nadie que reclame ese derecho, porque además los derechos personales son de los vivos y el derecho a la vida así, como un asunto, como un principio sí puede ser, pero eso solamente, bueno, no sé, también podríamos demostrar que mientras se celebra el derecho a la vida se practica la muerte. Muchos teóricos actualmente demuestran cómo es la muerte la que se está generando y produciendo por los Estados en guerra, en poluciones, en exterminios, etcétera.
[Mujer del público: Los daños colaterales.]
Los daños colaterales, exacto. El tema es también el derecho de los vivos a vivir y a vivir una vida buena que es algo importantísimo y entre esa vida está la libertad, ¿no? Ahora, la parte de las cuestiones laborales, en efecto, las normas de la igualdad no son suficientes en el trabajo. No son suficientes para producir la igualdad sustantiva de hombres y mujeres, porque justamente la cara desigual de la mujer supone restarles competitividad en el trabajo. Las estadísticas más recientes, por ejemplo, de jornadas laborales analizadas del año 2000 al 2012 nos demuestran que las mujeres, cada vez más en este último decenio han ido a tener trabajos de menos de 35 horas, porque no pueden sostener trabajos de 35 horas con la doble jornada que tienen y todos los traslados que implica vivir en las ciudades o pasar de un municipio conurbado a otro a conseguir trabajo. Porque lo estamos viviendo además, ya casi la mayoría de la población de México en ciudades conurbadas mayores a un millón de habitantes.
En ese sentido no va a poder nunca competir. No va a poder nunca tener los mismos resultados en términos de ingreso trabajando 15 horas que es el mayor porcentaje de jornada en el que están trabajando las mujeres. Esto es algo completamente distinto a lo que está ocurriendo en los hombres que trabajan más horas. De hecho, los varones están trabajando jornadas de más de 40 horas. Es decir, que lo que está pasando en la organización del trabajo y en la forma de explotación del trabajo, de la fuerza de trabajo en México en este momento es una sobreexplotación de un grupo masculino que está full-time, full-life en el trabajo y en todos los movimientos del trabajo y mujeres que no pueden tener empleos mejor remunerados porque tienen esa carga. Y en la medida en que este varón esté sobreexplotado y nunca llegue ni siquiera con ganas, pero ni de coger [Risas], no hay posibilidades de repartir nada.
Además, la vida se vuelve un conflicto. Por eso aquí no es solamente el problema de cómo se distribuyen las cargas los hombres y las mujeres dentro de casa, porque al final nos vuelven a rebotar el problema de cómo fregados nos vamos a arreglar los dos si los dos trabajamos tú en Tlalnepantla y yo en Cuautitlán o en Iztapalapa o donde sea, y vamos a llevar a la escuela a los niños, regresar, viajar, etcétera. No manches. A nadie le alcanza el cuero para eso.
Entonces ese problema de la visibilización de los costos humanos y económicos, de salud, etcétera, lo que sea, e incluso en términos de capital humano, de esa forma de vida y de trabajo entre hombres y mujeres, y que se redistribuya la carga de la reproducción, que se reconozca la carga de la reproducción y que se redistribuya también entre el Estado, entre los empleadores y entre los trabajadores.
Necesitamos darle la vuelta a este tema, porque bueno, claro, a la hora de los costos sociales, de la violencia, de las drogas, de todo, las mujeres tienen la culpa porque no están criando a sus hijos, porque no los cuidan y bueno, o los alimentan o los cuidan. Ahora, porque como dicen: “No se puede andar echando cohetes y cargando a la Virgen al mismo tiempo”. [Risas] Ahí está el tema de lo que está como problema laboral, mientras eso no pase en la estructura, en la organización de las actividades cotidianas, en la protección y los derechos, no hay ninguna igualdad que pueda ser posible a través de normas. Las normas siempre se van a quedar como las tiene la OIT, creo que están en el 29 o en el 19. Es el convenio más viejo de todos, los convenios de la OIT. Gracias. [Aplausos]
María Consuelo Mejía: Bueno, como ven, esto es bastante complejo. Yo solamente quiero decir tres cosas: una que parte de lo que surge de este panel es la necesidad de foros como el que el Museo de Memoria y Tolerancia nos ha proporcionado. Recalcarlo porque no hubiéramos podido llegar a ustedes si no hubiera sido por esa acogida y esa apertura.
La otra, que la población católica mexicana no está de acuerdo con lo que dice la jerarquía sobre sexualidad y reproducción, hemos hecho encuestas nacionales válidas, estadísticas científica y demográficamente que nos dicen claramente que más del 60 % de la población mexicana cree que las mujeres deben tener el derecho de decidir la interrupción de un embarazo ante determinadas circunstancias, que pueden tener relaciones sexuales prematrimoniales, usar condón anticonceptivo, divorciarse, etcétera, etcétera, y que no quiere que la Iglesia católica se meta en las políticas públicas.
Y la tercera, que tenemos una serie que hicimos en Católicas con una contribución a esta deconstrucción de los mitos que nos están construyendo y que nos están intentando someter, no creo que lo estén logrando. Se llama “Catolicadas”. La pueden ver los jueves con Brozo en el espacio de Marta Lamas a partir del 7 de marzo la tercera temporada y la pueden ver en YouTube y en la página de Católicas por el Derecho a Decidir, www.catolicasmexico.org. Creo que les va a gustar, estoy segura.
Ana: Esta discusión forma parte de una serie de mesas que acompañan la exposición: “Nuestros cuerpos, nuestras vidas”. Actualmente, se exhibe en este Museo de Memoria y Tolerancia y estará aquí hasta no sé si es abril o todo marzo.
Hemos abierto una serie de mesas discutiendo el tema de aborto, interrupción legal del embarazo y, bueno, esta es una de las mesas que integran esta serie. En esta ocasión vamos a hablar del aborto desde una perspectiva bioética. Ya nos explicarán nuestros panelistas qué es eso y qué aspectos tenemos que ver en torno al aborto desde la perspectiva bioética.
Tenemos a 3 invitados de lujo que han trabajado el tema del aborto desde esta perspectiva desde hace muchos años. Me gustaría presentarles, darles la bienvenida, agradecerles su presencia y la dinámica va a ser que cada uno va a exponer 20 minutos y después abriremos un período para preguntas y respuestas.
Empiezo con el doctor Rubén Lisker, él es médico de la UNAM. Posteriormente, realizó estudios de posgrado en Chicago, entre muchas otras cosas. Desde 2003 fue nombrado profesor emérito de la UNAM, su principal actividad ha sido la investigación, habiendo trabajado en la estructura genética de la población mexicana en deficiencia de lactasa intestinal. En los últimos años, en asuntos relacionados con los dilemas éticos de la práctica médica. Ha publicado más de 250 trabajos y 3 libros, recibiendo múltiples reconocimientos por su labor, destacando que en 1997 fue nombrado emérito por el Sistema Nacional de Investigadores, doctor honoris causa en 1998 por la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, Premio Nacional de Ciencias y Artes en 2004, entre muchas otras cosas que podemos mencionar. Muchas gracias, doctor, es un placer trabajar en esta mesa.
Tengo el honor de presentar a la doctora Patricia Grether también es médica por la UNAM y se especializó en genética médica en el Instituto Nacional de Pediatría. Estudió diagnóstico prenatal en Estados Unidos y en Reino Unido, es directora del laboratorio de genética desde 1995, ha publicado 21 artículos científicos y ha dictado más de 70 conferencias. Muchas gracias, doctora.
Y por último presento a la maestra Mina Piekarewicz, ella es socióloga y maestra en Ciencia Política, tiene un diplomado en Bioética y después un máster en Bioética y Derecho en la Universidad de Barcelona. Ha trabajado en varias organizaciones de la sociedad civil, entre ellas el Grupo de Información y Reproducción Elegida (GIRE) y también es parte del Colegio de Bioética. Muchas gracias a los tres y, bueno, empezamos con el doctor Rubén.
Rubén Lisker: En el Proyecto internacional del genoma humano, que es un megaproyecto que se hizo desde 1990 al 2003, que pretendía averiguar la posición que ocupan todos los genes en nuestros cromosomas, se convino que una cosa importante de hacer era la que está en último lugar aquí en las diapositivas [señala diapositiva]. Que conviene contar con una guía ética para otorgar servicios de genética. Los servicios de genética son cada vez más comunes y más importantes en la medicina actual y se convenía que esto es algo que debemos tener.
[Siguiente diapositiva] Esta guía ética, la Organización Mundial de la Salud, lo compró como algo que tenían que hacer ellos y se hizo con los principios éticos generales que van a aparecer aquí y pongo tres de ellos: Uno es el respeto a las personas, que es la obligación de respetar las decisiones de las personas autónomas y proteger a aquellas con autonomía disminuida como retrasados mentales o niños. El principio de beneficencia es la obligación de actuar a favor de las personas buscando su máximo beneficio. Y la tercera, el principio de norma de eficiencia que es la obligación de evitar daño a las personas. Estos son los principios con los que celebra el Código de Genética por la Organización Mundial de la Salud.
[Siguiente diapositiva] Ese tiene 10 puntos: distribución equitativa de los servicios de genética; respeto a las decisiones reproductivas, que nos interesa para la charla de esta tarde; la confidencialidad intrafamiliar y fuera de la familia, que es la que sigue; qué es lo que debe informarse a los enfermos; indicaciones controversiales de diagnóstico prenatal; participación voluntaria versus obligatoria en los programas de genética de la población; el consejo genético no debe ser coercitivo, o debe ser neutral; la terapia génica experimental y, la última, la investigación de genética humana a qué se debe dedicar.
De estas diez grandes cuestiones voy a dirigirme nada más a unas cuantas que son las que directamente nos interesan.
[Siguiente diapositiva] La segunda de ellas es que deben respetarse los deseos de las parejas y a lo que se refiere eso es que no es suficiente que las parejas puedan tomar una decisión, sino que es necesario implementarla, desde dar a luz a problemas genéticos graves, a niños con problemas genéticos graves hasta el aborto electivo. Y que, en caso de desacuerdo familiar, la decisión de las mujeres tiene más fuerza porque se trata de su cuerpo y lleva el peso del cuidado de los hijos. Y esto es lo que se considera a nivel internacional.
A nivel nacional, la historia no es igual. Hace más de 10 años no había información fehaciente sobre qué se opinaba en México en relación con el aborto inducido, qué opinaba la población y los médicos.
Hicimos una encuesta en la que encuestamos a médicos de cuatro institutos nacionales de salud, 30 % eran pediatras; 30 %, internistas; 14 %, neurólogos y el resto, obstetras. Y a estas personas se les hizo las siguientes preguntas… La primera…
[Siguiente diapositiva] Todas se referían al final del primer trimestre del embarazo. La pregunta era si era aceptable el aborto voluntario, entendiendo por eso la solicitud de los padres. La segunda era si era aceptable el aborto solo por la presencia de un producto enfermo. La tercera, qué aconsejaría según su diagnóstico prenatal [inaudible]. Esta es una malformación grave de la ausencia de la masa encefálica [señala la pantalla]… No hay cerebro, no se formó. La cuarta pregunta, si solicitaría un aborto si usted o su cónyuge tuviera algún producto con una enfermedad letal.
[Siguiente diapositiva] La que sigue muestra el resultado de esta primera encuesta en que del 15 %-16 %, la primera columna a mano izquierda de la diapositiva estaría de acuerdo con el aborto voluntario. O sea, muy pocos, y esto es nada más a solicitud de los padres. La segunda, cuando hay un producto enfermo o una malformación, el 57 % aceptaría el aborto y esta cifra sube a 89 % cuando la malformación es grave como la anencefalia. En la situación personal pasa a 78 %. Y, esto en cierta forma, habla bien de algunos de los médicos que contestaron porque supieron diferenciar entre la pregunta del enfermo, qué es lo que el enfermo debería hacer según su opinión y qué es lo que ellos harían. Porque en esta respuesta intervienen no solo la parte médica, sino los principios que puedan tener las distintas personas aquí y respetarían un poco la decisión de los enfermos.
Este tipo de encuesta la hemos desarrollado por años en muchos sitios y la primera línea se refiere a lo que les acabo de mostrar. Son los que son médicos especialistas en distintas cosas que, recibiendo por solicitud de los padres, muy poco, 15 %; por anencefalia, que sería la tercera columna, que una malformación grave. Y la última es si fuera situación personal. Vean la primera columna de resultados: por su solicitud de los padres no pasa del 20 % que están de acuerdo con ello. Excepto por el grupo que hace genética médica, este grupo de profesionales están muy acostumbrados al problema o la solicitud del aborto y, de alguna forma, la práctica o la vida nos han vuelto un poco distintos al resto de los médicos con menos experiencia en esto.
Esto se ha extendido a varias otras ciudades del país y el patrón es el mismo: menos del 20 % aceptaría por solicitud de los padres, más del 80 % cuando es una malformación grave y esto se ve en general en todas las encuestas que hay.
[Siguiente diapositiva] Tomando en cuenta las distintas diferencias entre los médicos, no tuvo ningún caso el género, lo mismo opinaban hombres y mujeres. No tuvo una importancia la especialidad, la edad o la experiencia. Lo único que tuvo importancia y mostró diferencias muy significativas era el grado de religiosidad de la gente. Aquí en azul está el grupo de gente que declaró ser muy religiosa y el rojo, los que no eran religiosos, nada o muy poco. Las diferencias son muy claras, vean en el primer par de columnas en el aborto voluntario: menos de 10 % del grupo de religiosos estarían de acuerdo. O sea, cerca de 40 % estarían de acuerdo con el aborto. En el segundo par de columnas desaparece la exigencia de la religiosidad cuando aparecen enfermedades como la anencefalia, aquí es muy alta la proporción que está de acuerdo con el aborto. Es un dato sorprendente, por lo menos para mí lo fue, ver cómo se va perdiendo el efecto de la religiosidad cuando el padecimiento interfiere gravemente con la salud del producto y de la posibilidad de vida a futuro.
[Siguiente diapositiva] Esta serie de diapositivas se realizaron antes de que despenalizaran el aborto en la Ciudad de México. En México el aborto inducido era y sigue siendo un delito en muchos estados de la república. La mayoría, tanto para la madre como quien lo ayude a hacer, salvo en dos excepciones que son: que el embarazo sea producto de violación o que el embarazo ponga en peligro la vida de la madre. En los estados del Distrito Federal y los estados que ahí se mencionan también se permite el aborto con la presencia de malformaciones graves en el producto. Esto es lo que se ha dado a llamar “aborto eugenésico”. Esta es una mala palabra, me parece muy pobremente escogida, porque la palabra “eugenesia” se asocia a algo malo y de forma automática, cuando se oye la palabra eugenesia, se asocia a los crímenes cometidos por los nazis en la Segunda Guerra Mundial. “Esto ha de ser malo” y entonces, al ponerle este adjetivo al aborto se le califica de malo o que no se debe hacer, cuando en realidad es un aborto por embriopatía. Podría llamarse “aborto embriopático” y no eugenésico, porque representa más la realidad de lo que sí es.
En Yucatán, además, por pobreza se permitía el aborto para la mujer que tiene ya tres o más hijos. Repito un poco lo que teníamos en la encuesta más vieja que encontré, era de 1994. Una encuesta de población abierta, con 725 personas. Mostró que el aborto debería de ser legal en el caso de violación, cuando hay peligro en la salud de la madre y si hay malformaciones, las tres causas que luego han persistido. En 1997 mostraron lo que ya les enseñé. En el año 2002 se veían resultados similares a los que ya les presenté. En 121 médicos residentes de ginecobstetricia en un hospital del Distrito Federal. En el año 2004, una encuesta nacional mostró que 82 % de los encuestados pensaban que el aborto debía ser legal cuando peligra la vida de la madre, 64 % en caso de violación y 53 % en riesgo de problemas fatales.
[Siguiente diapositiva] En 2006 mostramos que, de 302 médicos estudiantes de medicina de Cuernavaca, León, Mérida, Puebla, San Luis Potosí, Torreón de Zacatecas solo 15 % estaban a favor del aborto por solicitud de los padres y más del 70 % cuando había una malformación congénita. Se puede decir que en el gremio médico en general hay aceptación del aborto cuando hay un problema serio en el embarazo.
[Siguiente diapositiva] Las encuestas mostradas por nosotros, realizadas por nosotros, demuestran que el grado de religiosidad de los encuestados es lo que más influye en el rechazo del aborto. Es lo único que claramente influye.
[Siguiente diapositiva] Y para que usemos las palabras con el mismo sentido, les voy a decir lo que entiendo de unas cuantas palabras. La ética sería una parte de la filosofía que trata de la moral y las obligaciones del hombre. Ético es correcto, lo que está conforme a la moral.
[Siguiente diapositiva] La moral es una ciencia que trata del bien en general y de las acciones humanas en orden de su bondad o malicia. Se define como relativo a las acciones de las personas desde el punto de vista de si son buenas o son malas. No hay que ser filósofos para entender de esto. Todos creemos saber lo que es bueno y lo que es malo, y esto es lo que tiene que ver directamente con la moral.
[Siguiente diapositiva] Y la bioética sería la disciplina que estudia los aspectos éticos de la medicina y la biología, así como las relaciones del hombre con el resto de los seres vivos. Es la aplicación de la ética a las ciencias de la vida.
[Siguiente diapositiva] Y desde un punto de vista ético, el problema central radica en cuando un cigoto se debe considerar como persona. Ahí está el centro de la cuestión y hay varias opiniones: la primera es en el momento de la fertilización, por dos motivos principales, porque tiene completa su dotación genética, lo cual es cierto parcialmente porque hasta el día 14 se puede partir el huevo en dos y da lugar a gemelos genéticos que son dos personas diferentes, no es una sola. Y es cuando el alma entra al cuerpo, lo que puede estar bien para quien crea que hay alma dentro del cuerpo, pero ya es un concepto de tipo religioso.
Cuando se implanta el blastocisto en la matriz que ocurre a los 6-8 días de la fertilización. Esto tiene sentido lógico porque antes de que se implante el cigoto en el útero nadie sabe que hay una persona embarazada, ni siquiera la propia interesada. Lo único que puede saber es que tuvo relaciones sexuales no protegidas, pero no tiene ningún dato que haga el diagnóstico de embarazo.
A los 14 días, en que se forma la estría primitiva, después de… ya no hay abortos gemelares. Cuando la mujer siente al feto, suele ser por ahí a las 20 semanas. Cuando se desarrolla un cerebro funcional, entre las 20-24 semanas, que es lo que más se propone ahora, por lo menos en el Colegio de Bioética, hay una fuerte corriente proponiendo que es lógico pensar que es cuando empieza la persona, no antes. Porque antes no hay ningún atributo con el que se pueda identificar a un cigoto o a un embrión como persona. Cuando el feto es viable es otro criterio, pero la viabilidad del feto depende mucho de dónde nace. Una cosa es en una población aislada donde no hay ninguna modernidad de atención médica y otra cuando se nace en una situación hospitalaria. Al nacer o cuando se adquiere conciencia de sí mismo, y esto con suerte, hay gente que nunca la adquiere.
Ana: Muchas gracias al doctor Lisker, creo que nos pone varios puntos importantes sobre esta discusión, que parece que no termina, de cuándo empieza la vida, cuándo se considera una persona. Además, nos pone sobre la opinión desde la práctica médica, creo que nos da muchos elementos y quiero agradecerle. Ahora le paso la palabra a la doctora Patricia.
Patricia Grether: Muy buenas tardes, muchas gracias por estar aquí con nosotros y gracias a los organizadores y a GIRE por la invitación a participar con ustedes en esta mesa en la cual queremos poner muy diferentes aspectos y visiones de lo que es el desarrollo de la vida humana y los enfrentamientos que tenemos con la terminación de un embarazo. Con el aborto elegido por mujeres por muy diversas razones.
Me dedico al diagnóstico prenatal. Trabajo con mujeres que, por una u otra razón, tienen un embarazo con un feto enfermo o que no han logrado un embarazo y quieren lograrlo. Quisiera plantearles una panorámica general de lo que es el análisis de algunos aspectos éticos de este encuentro con la enfermedad de un feto o de un embrión.
Vamos a hablar un poquito del principio de la vida, llamar a las cosas por su nombre y tratar de ser estrictos en lo que significa cada palabra en el desarrollo humano. Un poquito más sobre reproducción asistida, sobre los cigotos, sobre qué hacer con esos cigotos que sobran y están en el laboratorio y sobre aquellos que son portadores de enfermedades genéticas. Si se deben transferir o no transferir, y un poquito más sobre el diagnóstico prenatal y el aborto por enfermedad letal.
Desde muchos años antes de Cristo, desde la época de Aristóteles, se hablaba de cómo podía surgir un individuo y entonces había dos teorías principales: el modelo preformacionista, en el cual se pensaba que ya estaba el ser humano chiquito y ya hecho, y lo que hacía era desarrollarse en el seno materno. Mientras que el modelo epigenético nos hablaba de una masa sin forma, sin estructura, pero que debería irse moldeando y desarrollándose para dar lugar a una persona.
Estamos hablando de 300-400 años antes de Cristo. Para 1694, muchos años después, todavía había esta discusión. No se tenían las herramientas para saber cómo era el desarrollo inicial. Sin embargo, lo que prevalecía era la idea de que el hombre reunía los espermatozoides y que ya de alguna forma se habían visualizado como un humano chiquito que llegaba al seno materno. Y era el hombre la semilla y la mujer la incubadora de este personaje chiquito que iba nada más a crecer dentro del seno materno.
Cien años después, todavía se sigue hablando de esto en la historia de la generación de los hombres y de los animales; y el espermatozoide pues ya cobra vida pensándose en un individuo que está contenido en cada espermatozoide y que llegaría a desarrollarse dentro del seno materno.
Si pensamos que un varón tiene cien millones de espermatozoides en cada eyaculación (por milímetro cúbico) … Puede tener 3 o 4 o 5 milímetros cúbicos. Sería terrible pensar que cada espermatozoide fuera una persona. Pero, bueno, la idea de concebirlo con pocos elementos biológicos científicos era esa. Entonces había un enorme desperdicio, si se le puede llamar así, de personas que venían en los espermatozoides para lograr formar a una persona.
Y de ahí nos brincamos ya a la época actual, a la reproducción asistida, a los laboratorios que vemos ahora. Entonces se habla de cosas que vemos en la vida diaria y se habla, por ejemplo, de transferencia de embriones, de congelar embriones, de las 10 cosas que usted debe saber sobre la transferencia embrionaria, en fin. La palabra embrión está en boca de todos y, así como antes se pensaba en ese homúnculo como un espermatozoide que lleva un individuo, ahora quisiera hacer algunas precisiones sobre cómo debemos llamar a esas células que están ahí, en un proceso evolutivo.
La idea del homúnculo que es el espermatozoide chiquitito a veces se traspasa en nuestra mente con lo que estamos oyendo de los embriones, a esto que vemos de este lado, que es una persona chiquita que está en la mano de alguien y que pareciera que así está en el útero tal cual. Y es un poco de truco que se ha puesto en esto porque parece es la imagen de un feto casi en el tercer trimestre de la gestación, pero haciéndolo parecer con un tamaño muy chiquito. Insisto nuevamente que todo esto nos lleva a poder llamar a cada cosa como debe de ser.
Y así, en la lotería, la jugamos y decimos: “El negrito, el payaso, la sirena”. Y acá, si no sabemos el nombre de cada cosa, lo aprendemos. También aquí tenemos que saber cómo se llama cada una de estas [imágenes de la diapositiva]. Y, bueno, saben que el primero es un espermatozoide y saben que el que está abajo del espermatozoide es una persona.
[Siguiente diapositiva] Este es un ovocito, el otro es un cigoto, el otro es un cigoto fragmentado en el desarrollo. Ese es un embrión, el que está ahí señalado. Esto se llama mórula, lo que sigue es un óvulo fecundado y lo que sigue es un blastocisto. Entonces, no podemos llamarlos a todos “embriones”. Claro, antes de nacer todo es embrionario, pero si ya sabemos cómo es cada una de las estructuras, llamémosle por los nombres.
Y durante el desarrollo embrionario vemos todo eso hasta… Vamos desde el cigoto, la mórula, el blastocisto y demás, hasta que aparece el embrión.
Aquí vemos una fotografía de lo que es un óvulo que ha sido fecundado allá y se ven como dos marcas redondas que están sumidas que son los núcleos: la parte de los cromosomas que pone la mamá y la parte de los cromosomas que pone el papá. Es un óvulo fecundado o cigoto, se empieza a dividir y entonces le llamamos “cigoto en sedimentación”. Y cuando ya tiene muchas células le llamamos “mórula”, entre 8 y 16 células.
[Siguiente diapositiva] Esto se llama mórula, que parece como una zarzamora, tiene muchas células alrededor, pero todavía no se distingue un embrión.
[Siguiente diapositiva] Aquí vemos que empieza a acumularse el líquido en el centro y este líquido es el responsable de que se le llame “cisto”, que es esa cavidad llena de líquido. Es un blastocisto porque va a generar algo más y vemos allí una prominencia en aquel lugar y de allí se va a desarrollar un embrión.
[Siguiente diapositiva] Y, luego, vemos a ese blastocisto que está en la cavidad uterina y que se pega a la cavidad uterina, por ahí el día 6 o 7 después de la fecundación. Queda ahí pegado y a veces se pega, otras veces no se pega y otras veces se va.
[Siguiente diapositiva] Y después de que esto ocurre, que empieza a invadir hacia la cavidad endometrial. Cuando hay un éxito en la fecundación, entonces aparecen algunas capas, que aquí se ven en azul, que se llama[n] “epiblasto”. Y esa capa azul es la que después va a generar al embrión propiamente dicho. Y todo lo demás son estructuras extraembrionarias que van a servir para formar la placenta, la membrana amniótica y otras estructuras del desarrollo.
En este momento podríamos decir que las primeras células embrionarias que aparecen propiamente, que van a dar lugar al embrión propiamente, aparecen alrededor del día 7-8 de después de la fecundación.
[Siguiente diapositiva] Esto sí es un embrión. Hablamos de 6 semanas de gestación y todavía le falta mucho por desarrollar, pero ya vemos esa estructura que llamamos embrión.
[Siguiente diapositiva] Así lo vemos también en muchas especies: el cigoto, segmentación, mórula, blástula, gástrula. Y después aparece el embrión.
Entonces, si podemos llamar a esto “embrión” hasta el momento en que hay embrión, no le llamaríamos a un óvulo fecundado “embrión” ni “transferencia de embriones” porque no estamos transfiriendo personas chiquititas. Estamos transfiriendo una célula fecundada que tiene un enorme potencial, un potencial extraordinario y maravilloso que a veces incluye la formación de un ser humano, pero muchas otras veces no está incluido eso en el destino del cigoto. Un cigoto tiene muchos destinos, a veces es la formación de un humano, otras veces lo que vamos a ver ahora.
[Siguiente diapositiva] En el desarrollo entre el día 7 y el día 12 aparecen las primeras células embrionarias, aun así esto no nos asegura que se vaya a generar un recién nacido vivo.
[Siguiente diapositiva] Esta es la pregunta que nadie puede contestar: ¿en qué momento del desarrollo ya podemos considerar que es ya una persona?
[Siguiente diapositiva] Desde el momento de la fecundación en adelante hay una enorme pérdida de estos cigotos, de estos óvulos fecundados, porque hay muchas fallas que pueden ocurrir: desde exceso de genes o falta de genes o falta de ese relojito. Tenemos como un reloj que va marcando los momentos del desarrollo y a veces ese reloj no está bien acompasado con las células que se están diferenciando y se desorganiza: o no se forma el embrión, o no se forma en placenta, o no se forma ninguna estructura vital. De manera que muchos de los óvulos fecundados, se calcula que más o menos el 40 %, se pierden antes de que falte la primera menstruación. Y, después, cuando una mujer ya se hizo la prueba y sale positiva, cerca del 15 % en los primeros 3 meses se pierde en forma de un aborto espontáneo; esto ocurre normalmente.
[Siguiente diapositiva] Entonces, que un óvulo sea fecundado va a tener diferentes caminos y lo sabemos ahora mucho mejor por lo que hemos aprendido de los laboratorios de reproducción asistida en donde podemos ver al óvulo, podemos ver a los espermatozoides alrededor. Como uno de ellos entra y se cierra la puerta y queda nada más uno dentro y empieza su desarrollo. A veces es como lo que vemos en el recuadro negro abajo, como células muy parejas que se van desarrollando. Y otras veces se ve como esto que vemos acá: una enorme desorganización, las células no se dividen de manera simétrica, hay unas chiquitas y otras medianas.
[Siguiente diapositiva] Si estudiamos cada una de estas células, vemos muchos de los cigotos en desarrollo y podemos ver diferentes anomalías. Aquí estudiando las mórulas, cada una de las células de la mórula, vemos a veces cuando todas están normales y otras veces vemos que todas son anormales. Por ejemplo, ahí le sobra un cromosoma 21 y le falta un cromosoma sexual y en las otras que vemos abajo vemos mezclas. Mezclas de células normales o anormales, o como esta última, en la cual es caótico porque cada célula o tiene cromosomas de más o tiene cromosomas de menos. Y no lleva a ningún lado. Esto no puede desarrollarse de ninguna manera más que unos cuantos días y después de manera espontánea se pierde. Entonces, muchos de los óvulos fecundados terminan así, terminan de esta manera, como en una forma caótica de desequilibrio del material genético que contiene.
[Siguiente diapositiva] Cómo vemos en reproducción asistida los números. Y esto hago referencia en particular a lo que se está legislando sobre reproducción asistida, en donde dicen que solo deben tener dos óvulos para ser fecundados. O sea, en cada mujer fecundar dos óvulos. Y, entonces, tener dos cigotos en desarrollo, mismos que deben de ser transferidos y ninguno debe de ser conservado en un laboratorio.
[Siguiente diapositiva] En una mujer, y esto es un ejemplo clínico claro de éxito de reproducción asistida, a esta mujer se le tienen 12 ovocitos, como se llama en la etapa previa.
[Siguiente diapositiva] De los que se ponen los ovocitos con los espermatozoides alrededor y no todos los ovocitos son fecundados. A veces, es muy curioso, es increíble verlo, pero hay ovocitos que atraen a muchísimos espermatozoides, que si lo han visto es como un sol radiante. Y hay ovocitos super atractivos y se pegan los espermatozoides, pelean por su lugar. Hay otros ovocitos que se los pasan de fila, o sea, va el espermatozoide así y le da la vuelta y sigue, se va para otro lado. Entonces algunos ovocitos no son fecundados y no sabemos por qué, algún atractivo deben tener los que sí son fecundados. Pero en este caso fueron fecundados 9 de 12 que parecían sanos.
[Siguiente diapositiva] De esos, se ponen en los mismos medios y con una incubadora, pero solo 7 progresan y otros se detienen en su desarrollo y las cédulas se mueren.
[Siguiente diapositiva] Tenemos, más o menos, tres cigotos que son de aspecto normal y los otros cuatro son de aspecto fragmentado, irregular, anormal. Se ven feos y los que se ven feos no se transfieren. Y los que se transfieren, es decir, se sacan de su cajita en el laboratorio y se ponen en la matriz de la mujer y escogemos a dos. No se deben transferir más de dos para evitar los embarazos múltiples. Entonces transferimos dos y se congela uno, se transfieren los dos y esperamos a ver si alguno de ellos logra implantarse. En este caso, ninguno de los dos se implantó.
[Siguiente diapositiva] Hasta el final se guardó uno congelado y ese congelado se pasó después. De tal suerte que esta mujer que tuvo éxito en su proceso de reproducción asistida tuvo un embarazo único en una segunda transferencia de un cigoto que había estado congelado y que esperaba este momento. Entonces la reproducción asistida es así, no podemos limitarlo a dos óvulos fecundados porque eso es condenarla al fracaso.
[Siguiente diapositiva] Esto es bien interesante. En un laboratorio de reproducción asistida con mucha experiencia, siendo muy buenos en un altísimo control de calidad se requiere transferir aproximadamente cinco cigotos para lograr un recién nacido. Y en un laboratorio medio chafón que más o menos va jalando, no tiene todo, se requieren 5 a 15 o más cigotos para lograr un recién nacido. Entonces, legislar sobre dos óvulos fecundados como única alternativa para una pareja de reproducción asistida es condenarlos a que no tengan un hijo. Realmente así no estamos resolviendo ningún problema de esa manera.
[Siguiente diapositiva] Y, bueno, ya que avanzó y ya que se implantó, hay muchos que tienen cromosomas de más o de menos y terminan en un aborto espontáneo. Lo que vemos al nacimiento de niños con estas enfermedades es solo la punta del iceberg, porque la mayor parte se pierde antes de nacer.
[Siguiente diapositiva] Y aquí vemos un embrión con la patología que comentaba el doctor Luis, la anencefalia, en donde realmente no se desarrolla el cerebro. Vemos como esto que está muy negro son los ojos, pero aquí se desarrolla nada más el encéfalo. Y si crece no va a tener cerebro, pero tiene zonas anatómicas que le permiten desarrollarse de manera autónoma, pero con nada de conciencia, no hay corteza cerebral, no hay nada. Tienen un corazón que late, tienen unos brazos que se mueven, pero no tienen un cerebro que les permita vivir más allá de unos días después del nacimiento.
[Siguiente diapositiva] Y otro de los destinos de un cigoto puede ser esto que se llama “[inaudible] tiriforme”, en la cual no hay embrión, sino que hay placenta. No se desarrolla nada más que la placenta. No hay un cordón umbilical ni nada más y lo que se desarrolla de la placenta está todo muy hinchado. Los pedacitos de la placenta se ven como uvas, como un tejido que es muy bonito, pero está lleno de líquido ahí adentro y está formado en la mayor parte de las veces solamente por cromosomas paternos y no hay componente materno. Esto a veces llega a invadir más allá de lo que es la parte permitida en el útero y se forma un cáncer, una coriocarcinoma, que son tejidos embrionarios muy muy muy agresivos y pueden llegar a producir la muerte de la madre. Entonces, esto que fue un cigoto, pero no tenía posibilidades de llegar a producir un recién nacido o un feto o un embrión sí puede producir un tejido que puede malignizarse y que puede llegar a producir graves consecuencias en la salud de la mujer.
Entonces esto es un panorama muy general de algunos de los caminos o destinos que puede tener un cigoto, en donde, insisto, a veces es una persona, pero muchas veces no es una persona y es algo diferente o es un individuo que tiene muchas anomalías congénitas e incompatibles con la vida.
[Siguiente diapositiva] Y, bueno, ya lo habíamos comentado. De cada 100 cigotos, 40 se pierden al inicio, luego 15 se pierden después y luego 3 a 5 de los que sí nacen tienen graves anomalías congénitas.
[Siguiente diapositiva] Las ideas antiguas, infundadas, porque no había los elementos para fundamentarlas correctamente, sobre el inicio de la vida humana ya deben descartarse y debemos empezar a asumir que es lo que a la luz de lo que hoy sabemos es el desarrollo de la vida humana. Y las cosas las debemos llamar como deben de ser, con el nombre anatómico, no con el nombre ideológico. Tiene muchos destinos el cigoto más allá de la formación de un ser humano y, lo que decíamos, también limitar el número de cigotos para cada pareja es limitar muchísimo la posibilidad de una reproducción asistida.
Para plantear una situación que vemos, vivimos ahora en la actualidad y es lo que se llama el diagnóstico preimplantación. A nivel de mórula podemos sacar una o dos células de esta mórula y estudiarlas por diferentes métodos para saber si hay ciertas enfermedades.
[Siguiente diapositiva] Y esto se ha utilizado, por ejemplo, para transferir o decidir si se transfiere o no se transfiere un cigoto. Si se ve muy feo, como eso que les mostraba, como fragmentados, no se transfiere. Si hacemos la biopsia y ahí se ve que hay enfermedad fetal, la respuesta lógica sería no se transfiere. Es decir, no vamos a transferir cigotos que tienen graves padecimientos genéticos, no vamos a transferir padecimientos que se presentan en la vida adulta. Sí hay enfermedades genéticas que se ven en un individuo de 45-50 años, que no tiene mucho sentido hacer el diagnóstico antes porque puede tener una buena vida.
Sin embargo, si cualquiera de ustedes, papá o mamá, saben que se hacen el diagnóstico para decidir si el hijo que cuando tenga 45 años va a tener retraso mental o va a tener una condición neurológica degenerativa grave y tienen para escoger delante 6 o 7 cigotos en desarrollo o mórulas y, de esas, cuatro no lo tienen y tres lo tienen creo que lo lógico sería pensar que uno dijera: “Bueno, transfieran los que no tienen esta enfermedad, los que no tienen evidencia de enfermedad”. Entonces, vamos ampliando la lista de enfermedades que nos ayudan a tomar una decisión sobre cuáles cigotos se transfieren y cuáles no. Después vamos a tratar también predisposición a enfermedades. Si va a tener predisposición de enfermedades, ¿qué enfermedad les gustaría que fuera lo suficientemente fuerte como para que no se transfiriera un cigoto?
[Siguiente diapositiva] O si el sexo… ¿Ustedes piensan que sí se vale escoger el sexo? En todos los grupos en donde se habla de ética prenatal decimos: “no se vale hacer una amniocentesis en el segundo trimestre para decidir, si es hombre lo aborto o si es mujer, lo aborto. Finalmente, si alguien decide abortar por la razón igual a cero, por nada, porque no quiero, nomás porque no quiero a seguir… Pues sería: “Bueno, esta razón ahora es porque quiero una niña y no quiero un niño”. Esta razón suena como que no es lo mismo, no se vale.
Pero aquí no estamos hablando del aborto, estamos hablando de transferir o no transferir una mórula y entonces no es que no valga nada una mórula, pero si la opción está entre varias mórulas y, si ya sé el sexo porque iban a identificar si iba a ser síndrome de Down o no, si ya conozco el sexo y tengo cuatro, ¿se vale que escoja si quiero que transfieran los femeninos o los masculinos?
[Hombre en el público] Sí, porque en ese caso, como usted lo plantea, no es una decisión que está trascendiendo a nada más a la cuestión de decir: “Es que tiene que ser hombre porque quiero que sea hombre o mujer” sino porque es tu deseo, tu posibilidad de lo que tú deseas cuidar, asumir como responsabilidad de persona. Y la otra sería, por ejemplo, en el aborto, como le hacen los chinos: “Si no es hombre hay que abortarla porque queremos hombres”. Pienso que no sería esa decisión.
[Voz de hombre] Yo no estoy de acuerdo, creo que es una discriminación de géneros [inaudible].
Patricia Grether: A lo mejor en China sí, por otras razones, pero en México sí puedo decir que es muy variado. O sea, depende, si ya tiene un hombre, quiere una niña, quiere la pareja. No siempre se inclina hacia un sexo. O a veces podrían decir que como se transfieren dos podrían decir: “Pásame uno y uno, quiero una femenina y uno masculino”. Los otros se van a congelar y eventualmente se permitiría que se transfirieran a otra pareja que no puede tener un embarazo o se donarían a investigación. Pero están allí y la pareja solo decide un embarazo y se van a transferir dos de cuatro. Y si tengo dos femeninos y dos masculinos… A veces dicen: “No, lo que sea, no me importa”. Entonces el médico decide porque el médico sí sabe lo que va a transferir. O decir: “Yo preferiría estos y estos no”. Pero no es lo mismo hacer un aborto que no transferir un cigoto que está en la incubadora.
No hay una respuesta, pero es un planteamiento que nos lleva también a pensar que el valor de la vida humana no es el mismo en las diferentes etapas de la gestación y esto es algo que se va adquiriendo poco a poco. El valor de un feto de 8 meses y medio de gestación es diferente al valor de un embrión de 6 semanas de gestación.
[Siguiente diapositiva] Y, bueno, nos lleva también a cosas con las cuales estamos totalmente en contra. Las características que son convenientes para una sociedad que sí nos pondría ya en la raya, como del otro lado, si nos pasamos a un lado en donde caeríamos precisamente lo que comentaba el doctor Lisker de la eugenesia.
Ana: Tenemos que agradecerle a la doctora Grether especialmente por hacernos accesibles todos estos términos y explicarnos de esta manera tan sencilla algo que sabemos que es bastante complicado. Y, bueno, ponernos a discutir brevemente estos debates bioéticos en torno al aborto y la reproducción asistida, que son temas de gran importancia y que se están legislando actualmente. Entonces creemos que es importante todo lo que nos ha planteado y, sobre todo, hacernos accesibles estos términos. Muchísimas gracias.
Mina Piekarewicz: Me da mucho gusto poder formar parte de este ciclo de conferencias y tratar de aportar algo desde la perspectiva bioética. Parto de la pregunta: ¿qué aporta la bioética al debate sobre el aborto? La bioética aporta conocimientos, muchos conocimientos, conocimientos científicos que ha costado tiempo y trabajo alcanzar y que una buena muestra de lo que es el desarrollo del conocimiento científico nos la han dado el doctor Lisker y la doctora Grether en sus ponencias.
La bioética también aporta un conjunto de valores para poder tomar decisiones en el marco de los dilemas que se presentan en las situaciones en las que el ser humano puede intervenir a través de biotecnologías y decidir, ya sea la implantación de un embrión o de unas células identificadas como masculinas o femeninas. Y muchas otras cuestiones que se ven en el campo de la bioética, como lo vamos a ver un poco más adelante.
Y la bioética también aporta propuestas de soluciones a este tipo de problemáticas. Soluciones que han de ser viables, soluciones que han de ser públicamente debatidas y consensuadas para beneficio de aquellos que se encuentran en las problemáticas que aborda la bioética y una de ellas, y a la que se refiere este ciclo de conferencias, el aborto.
Quiero empezar por decir de qué hablamos cuando hablamos de bioética. El doctor Lisker ya nos dio algunos elementos, yo voy directamente a la definición del creador del término bioética: “Es la síntesis de conocimiento científico y valores”. Lo que decíamos anteriormente, estos conocimientos logrados hasta el momento actual y más adelante veremos a qué nos referimos cuando hablamos de valores. Esa es la definición de Potter, biólogo norteamericano del cual les hablaré un poco más adelante.
Por su parte, el Observatorio de Bioética y Derecho de la Universidad de Barcelona, que se ocupa de analizar este tipo de problemáticas, es un órgano multidisciplinario y es un organismo que produce una gran cantidad de materiales para incidir en los tomadores de decisiones, en la opinión pública, en función de la elaboración de leyes. Leyes que permitan a los ciudadanos optar en cada una de estas problemáticas que aborda la bioética. Y esta definición se refiere al análisis científico e interdisciplinario de las implicaciones éticas, sociales y jurídicas de las biotecnologías. Por lo tanto, vemos que la bioética no solo tiene que ver con aspectos científicos relacionados con la vida, con las distintas ciencias de la vida; ciencias de la salud humana, ciencias que tienen que ver con el reino animal, con la vida vegetal, con los ecosistemas, sino que tiene que ver también con el derecho de manera muy importante. Por las regulaciones que se generan en torno a estos temas, pero también la parte social y sus implicaciones en la vida de los individuos o de sectores amplios de las poblaciones.
¿En qué contexto surge la bioética? ¿Por qué? ¿Cuándo? ¿Cómo surge esta nueva disciplina? Durante el siglo XX hubo un gran desarrollo en investigación científica y en la creación de biotecnologías en los más amplios ámbitos de la vida. Y no necesariamente el desarrollo científico garantiza el bienestar o una vida mejor. Se ha visto que en numerosas ocasiones la obtención del conocimiento y la aplicación del conocimiento no respeta esquemas éticos que se han dado los mismos profesionistas, en este caso me refiero a los médicos, y que atentan contra los derechos humanos de los sujetos de investigación o de sus pacientes. Esto sucedió en los Estados Unidos en los años treinta cuando se realizaron investigaciones en trabajadores del campo negros y en una comunidad de ancianos de origen judío que tenían problemas de demencia y fueron utilizados como conejillos de Indias. Esto suscita un gran escándalo y un cuestionamiento fuerte a la profesión médica. Después, y como ustedes lo han podido ver, y quienes han visitado el Museo Memoria y Tolerancia, en general saben del uso de la ciencia, de la medicina, de la química, de la física, del conocimiento en general para realizar actos criminales durante la Segunda Guerra Mundial. Y con ello me refiero específicamente a la utilización de personas como conejillos de Indias para medir la tolerancia humana en condiciones extremas de frío, de dolor. Se experimentó con humanos y se les sometieron a las pruebas más inhumanas de las que se ha tenido conocimiento en mucho tiempo. Se utilizó la ciencia para el exterminio masivo de hombres, mujeres y niños. Conocemos aquí de las cámaras de gas y del gas ciclón que fue especialmente utilizado para aniquilar más rápidamente a las personas. Se utilizó el conocimiento científico con fines militares y llegó a su punto extremo con el lanzamiento de la bomba atómica sobre centros de población civil indefensa de Hiroshima y Nagasaki.
Todo eso motivó una reacción de horror en la comunidad internacional y todo eso motivó que, por un lado, se cuestionara el uso de todo ese conocimiento adquirido por el ser humano. Por otro lado, que se tratara de imponer ciertas restricciones, ciertos límites para la utilización del conocimiento y evitar que se repitieran este tipo de sucesos.
De ahí, Potter, en el año de 1971, voy a leer brevemente lo que él planteó, nos planteaba que la bioética es la síntesis de conocimiento y valores. Potter, en el 71, planteó la urgencia de que la humanidad se dotara de una nueva sabiduría que le proporcionara el conocimiento de cómo utilizar el conocimiento para la sobrevivencia de la humanidad y el mejoramiento de su calidad de vida. Justo cuando estaba sucediendo lo contrario, cuando eran millones y millones quienes perdían la vida en las guerras y todos estos crímenes, cuando se estaba destruyendo el medio ambiente, cuando se estaban violando una serie de principios éticos, Potter habla de que esa nueva sabiduría es necesaria desesperadamente. Que el conocimiento biológico y los valores humanos tienen que contribuir a la sobrevivencia de los seres humanos, del reino animal, del reino vegetal, sobre el planeta. De otra manera, estamos condenados a deteriorar nuestro hábitat y a dejar una herencia devastada a las próximas generaciones.
Y Potter hablaba de algo más. Hablaba de políticas públicas y decía que la nueva disciplina, la bioética debe aportar modelos de formas de vida que se comunicarán y entenderán entre sí para proponer y explicar nuevas políticas públicas que permitan construir un puente al futuro. Puente sostenido en dos pilares: el conocimiento científico y los valores. Cuando hablamos de valores, cuando hablamos de ética, nos metemos en un territorio difícil. Porque en un mundo plural, en un mundo diverso existen diversas perspectivas y no solo diversas, sino encontradas y contrapuestas. En mi opinión, creo que los valores que nos han de regir son aquellos que construyó la humanidad justamente después de esa Segunda Guerra y que figuran en la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Valores que respetan las distintas creencias, pero valores que defienden, en primer lugar, al individuo frente al Estado y proporcionan elementos para vivir en paz, para una convivencia pacífica entre las naciones y al interior de cada una de estas.
Son conjuntos de normas y principios de carácter civil, político, social, económico y cultural que, de cumplirse, nos permitirán alcanzar niveles superiores de convivencia y de manejo de todos esos conocimientos que el hombre ha adquirido, que el ser humano ha adquirido, para su propio beneficio.
Me traslado al territorio de las Naciones Unidas, no solo con la Carta de los Derechos Humanos o la Declaración Universal de los Derechos Humanos, sino también con un planteamiento específico que se dio en el año de 1994 en la Conferencia Internacional sobre la Población y el Desarrollo. Muchos de ustedes han de estar familiarizados con esto, quienes han estudiado la problemática del aborto y sabemos que en esa conferencia se presentó un programa de acción en cuyo capítulo 7 las Naciones Unidas abordan por primera vez el cuidado integral de la salud como un derecho humano fundamental y temas de salud reproductiva, salud y derechos sexuales y reproductivos.
No voy a leer los textos que aparecen en la pantalla anterior, pero allí tenemos la importancia que se le concedió en esa conferencia internacional al tema de la salud reproductiva, que se refiere al estado general de bienestar físico, mental y social en todos los aspectos relacionados con el sistema reproductivo y sus funciones y procesos. Se habla de planificación de la familia y se habla también de regulación de la fecundidad. Este punto de salud reproductiva hace referencia también a la salud sexual a fin de procurar que los seres humanos tengan un desarrollo íntegro en su vida y en sus relaciones personales a través del respeto a sus derechos sexuales y reproductivos.
En cuanto a derechos reproductivos, ya la Constitución mexicana en su artículo cuarto incorporó algunos elementos de lo que se menciona en esta diapositiva: se reconoce el derecho básico de las parejas y de los individuos, no necesariamente las parejas, pueden ser individuos en lo particular, no tiene que haber una pareja, derecho a decidir libre y responsablemente sobre el número de hijos, espaciamiento de los nacimientos y momento de tenerlos a fin de que alcancen el nivel más elevado de salud sexual y reproductiva. Y en un apartado que es el 8.25 del Programa de Acción se refiere específicamente al tema del aborto y hay varias ideas importantes que mencionaré brevemente.
En primer lugar, no tomar al aborto como un método de planificación de la familia, sí como un aspecto central de la salud de la mujer y un compromiso de los Estados de procurar que las mujeres que deciden tener un aborto lo realicen en condiciones adecuadas. ¿Qué quiere decir “condiciones adecuadas”? Hay un párrafo muy específico que es el 825, quien no lo ha leído, aquí tiene los elementos para después buscar esta información y aquí, alerta, que el aborto realizado en condiciones no adecuadas es el procedimiento para terminar un embarazo no deseado, ya sea por personas que carecen de capacitación o en un ambiente que no cumple con los estándares médicos mínimos o ambas situaciones.
Desde luego que la legislación restrictiva, la legislación que prohíbe el aborto no logra evitar los abortos al penalizarlos, al criminalizarlos. Las mujeres que han decidido interrumpir un embarazo lo hacen de todas maneras por una infinidad de razones que se han tratado seguramente en las sesiones anteriores de este ciclo. Pero la prohibición no garantiza y el castigo tampoco garantiza que las mujeres ya no recurrirán al aborto. Lo hacen en condiciones de clandestinidad y lo hacen en las peores condiciones las mujeres con menores recursos, recursos educativos, recursos materiales, recursos económicos. De allí la enorme problemática de salud pública que se genera en torno del aborto y particularmente en aquellas sociedades, en aquellos Estados que lo prohíben.
Siguiendo con el tema del aborto, el Programa de Acción de la Conferencia de El Cairo destaca que es importante la educación preventiva y que los procesos legislativos, algo de lo que también se ha hablado aquí, deberán ser establecidos por cada Estado nacional o por localidades al interior de ese Estado. El Programa de Acción de la Conferencia de El Cairo no dice cómo deben legislar los Estados, pero sugiere, invita, a los Estados a tener la legislación más avanzada para que las mujeres puedan elegir su embarazo en las mejores condiciones y, si deciden interrumpirlo, que también sea en condiciones adecuadas. Pide que se otorguen servicios de calidad y que se promueva más que nada la planificación de la familia para evitar el aborto o la repetición de abortos una vez que la mujer decidió tener un primer aborto.
Si todo esto ya está consagrado en documentos internacionales, ¿por qué no se cumple? Y el problema de que esto no se cumpla tiene que ver mucho con la cultura, la cultura política, el mayor o menor grado de desarrollo democrático de los países, la mayor o menor influencia de la religión entre la población y entre los propios tomadores de decisiones, con ello me refiero a legisladores, a jueces o a políticos encargados de distintos despachos.
El debate, la polémica, la controversia sobre aborto es una de las más fuertes en el ámbito de la bioética y, como ya lo dijeron anteriormente el doctor Lisker y la doctora Grether, tiene que ver con el estatus del embrión, el estatus legal del embrión tiene que ver con cuestiones como el inicio de la vida. En este debate se plantean dos posiciones extremas, dos posiciones absolutistas: de un lado, quienes están totalmente a favor de que la mujer decida sobre continuar o interrumpir un embarazo en cualquier momento del proceso de gestación y sin limitación de ningún tipo. Por el otro lado, están quienes sostienen que el embrión tiene derecho a la vida desde el momento de la concepción y sin restricción alguna, sin condición alguna. Son dos absolutos que chocan entre sí y este choque de absolutos impide, desde luego, la posibilidad de un debate racional con elementos científicos, elementos éticos, elementos jurídicos que establezcan en qué condiciones sí y en qué condiciones no y cuáles podrían ser los límites dado que ambos se plantean como cuestiones absolutas: derecho absoluto a decidir, derecho absoluto a la vida del embrión desde el momento de la concepción.
Aquí hay un paréntesis pequeño, la doctora Grether nos habló de lo que sucede con las células, el cigoto, la mórula, la blástula, en todo el proceso de desarrollo de un embrión y cuántas veces esto termina en distorsiones, en fetos con deficiencias graves como la anencefalia o en tumores cancerosos. Por lo tanto, no hay manera de que la ley o la ética garanticen la vida del embrión desde el momento de la concepción. Durante el proceso de desarrollo fisiológico suceden muchas cosas en las que hay una enorme pérdida de embriones y se habló aquí de los porcentajes en los que la fertilización de un óvulo no termina en un individuo, sino que en el camino se pierde un porcentaje muy grande de estos óvulos fecundados.
De tal manera que este choque de absolutos impide la discusión y en ese espacio vacío que queda en el centro no hay posibilidad de establecer acuerdos. Hay una diferencia entre la mujer y el embrión, la mujer es una persona, un individuo titular de derechos. El embrión es un bien jurídicamente tutelado; no es persona, no tiene los derechos que tiene una persona ya nacida y a eso voy con argumentos.
Esta controversia sobre el supuesto derecho absoluto de la mujer para decidir en todo momento y sin restricciones de interrupción de un embarazo y el supuesto derecho absoluto del embrión a la vida desde el momento de la concepción sí se ha podido resolver en el ámbito jurídico mediante dos requisitos: el primero es reconocer que en derecho no existen absolutos. Yo tengo derechos, tú tienes derechos. Mi derecho está condicionado a no perjudicar a terceros. Yo puedo llegar hasta el punto en el que no afecte a un tercero. Los derechos absolutos no existen y en esta polémica hay que empezar por reconocer que no hay derecho absoluto ni de la mujer a la interrupción del embarazo en cualquier momento y en cualquier circunstancia, ni de la célula fecundada a la vida desde el momento de la concepción y hasta la muerte natural. Son dos extremos entre los cuales hay que encontrar una solución. Y la solución nos la proporciona el gradualismo, lo que decía la doctora Grether hace unos momentos, el embarazo es un proceso y en sus distintas fases el óvulo fecundado evoluciona, se transforma y estos distintos momentos, distintas fases, han sido reguladas en numerosos países del orbe de manera en que la protección sea progresiva.
¿A qué me refiero? La mayor protección la tiene la persona, el individuo, en este caso la mujer. Después el feto, después el embrión y después incluso las células en la fase previa a su implantación, porque tienen un propósito, como decía la doctora Grether, para efectos de fecundación in vitro. Entonces, todos deben tener un cierto grado de protección jurídica, pero esta es gradual y va de la persona al feto, al embrión, a la célula.
En un mapa que les pongo aquí podemos ver cómo un buen número de países del orbe y que tienen la población mayoritaria ya han regulado en función de la despenalización del aborto, ya sea en ciertas circunstancias o mediante plazos. Todas las áreas, las áreas más claritas es desde Norteamérica, de Río Bravo del Norte, Europa Central, Europa del Este, incluso grandes territorios de Rusia, China, Australia, ya han flexibilizado sus leyes para que las mujeres puedan interrumpir legalmente el embarazo. Y justamente en esos países es donde se producen menores abortos inseguros, menores abortos con riesgo. Porque la ley proporciona a las mujeres las condiciones de salud, de higiene para poder terminar un embarazo.
Entonces estamos viendo que la prohibición es inversamente proporcional a las condiciones de salud de que la mujer puede realizar o solicitar que se le realice un aborto. ¿Por qué estas zonas tan oscuras? Y un poco más adelante veremos que son los países donde los fundamentalismos de todo tipo, musulmán, católico, etcétera, tienen mayor influencia.
¿De qué se trata la interrupción legal del embarazo conforme a plazos? Durante el primer trimestre la mujer tiene pleno derecho a decidir, de eso se trata este ciclo de conferencias. “Nuestros cuerpos, nuestras vidas, nuestro derecho a decidir”. Durante el primer trimestre y eso sucede aquí en el Distrito Federal, la mujer tiene pleno derecho a decidir sobre la continuación o interrupción de su embarazo. Y si decide interrumpirlo la ley la ampara y el Gobierno ha creado las condiciones de infraestructura, de personal calificado para darle la mejor atención. No solamente quienes tienen recursos, las mujeres sin recursos también pueden recibir esta atención e interrumpir un embarazo en términos legales. ¿Por qué esta protección es considerablemente superior a la mujer? ¿Por qué basta con el deseo de la mujer para interrumpir un embarazo? Porque, sencillamente, en este periodo el embrión no tiene viabilidad alguna fuera del organismo femenino. Un embrión en las primeras 12-14 semanas, o primer trimestre, que son equivalentes, no tendría ninguna viabilidad fuera del organismo de las mujeres. A ella le compete entonces tomar la decisión en ese primer trimestre.
En el segundo trimestre las cosas ya no son así. La mujer ya no puede decidir por voluntad propia si quiere interrumpir el embarazo. Para eso se pone en condiciones y las condiciones suelen ser el que, tanto la mujer como el producto presenten algún problema de salud que requiera de la aprobación y seguimiento médicos para que se pueda realizar el aborto. En ese contexto, el aborto es legal conforme a cierto tipo de indicaciones o causales de despenalización por motivos de riesgos a la salud o a la vida de la mujer o por malformaciones graves del producto que impidan el desarrollo de su vida fuera del organismo de la mujer, como nos lo mostraban en el caso de la anencefalia.
En el tercer trimestre, ya prevalece el interés, no el derecho, pero sí el interés de que el embarazo se ha llevado a término. Ya no es momento en que la mujer puede abortar sin exponerse gravemente. Ya el feto, a su vez, ha desarrollado su corteza cerebral, inician las condiciones neuronales. Ya se puede empezar a hablar de sensaciones de frío, calor, dolor y este proceso de maduración del feto en este tercer trimestre le permite viabilidad fuera del organismo de la mujer. Entonces tiene lógica y es una valoración, una ponderación que jurídicamente se ha realizado entre los derechos de la mujer, los intereses del embrión por desarrollarse y se ha encontrado esta solución que prevalece ya en muchos países.
Finalmente, hay argumentos fuertes a favor y en contra. Allí les presento algunos que utiliza el Vaticano y que mucha gente que desconoce el desarrollo científico, los conocimientos que aquí nos han proporcionado los colegas, pues piensan que, si el Vaticano dice, que el ser humano debe ser tratado como persona y se le debe reconocer los derechos de la persona. Y en una segunda diapositiva se dice que las intenciones de aborto y el uso de medios anticonceptivos y abortivos son parte del pecado de aborto. Bueno, mucha gente se deja influenciar por este tipo de creencias y están en su total libertad de actuar conforme su opinión les dicte, pero no imponer este tipo de opinión a otros a través de la legislación. Este es un tipo de planteamiento.
Hay nuevos argumentos que a quienes estén interesados en este tema les pueden servir de mucho. Son los que nos proporciona la Corte Interamericana de Derechos Humanos en un documento que salió a la luz recientemente a finales de noviembre del año pasado y en el que la Corte Interamericana de Derechos Humanos, que es el máximo órgano jurídico a nivel del continente americano, analizó una controversia presentada en Costa Rica por algunas parejas a las que se les prohibió recurrir a la fertilización in vitro.
El tema es distinto, pero hay algunas cuestiones que son fundamentales porque finalmente la Corte precisa términos importantes como “persona”. Muy distinto de lo que plantea la Congregación para la Defensa de la Fe del Vaticano. O sea, frente a este tipo de planteamientos, la Corte Interamericana nos da recursos al definir el término y nos dice: “El concepto de persona es un término jurídico, pero ya que en el contexto en el que se le analizó tiene que ver con la concepción, que es un proceso biológico, más vale referirse a la literatura científica”. La Corte se allegó de recursos científicos para analizar esta controversia y emitir su sentencia.
Habla de que fundamentalmente se debe proteger a la mujer embarazada, dado que la defensa del no nacido se realiza esencialmente a través de la protección de la mujer. Importante que en un continente como el nuestro se le dé este peso a la mujer embarazada y que no se le ponga al mismo nivel o por debajo del feto que suele suceder en muchos textos, sino que, si hay alguna prioridad, es la defensa del interés y la salud de la mujer.
Reconoce que hay concepciones que atribuyen poderes metafísicos a los embriones, pero que ello no justifica que se impongan este tipo de creencias a quienes no las comparten. Cada quien que esté en libertad de creer, pero quien no comparte estas creencias no está obligado a cumplirlas. La ley es otra cosa; las creencias son para el ámbito privado del individuo, la ley regula las relaciones en la sociedad.
Y, finalmente, respecto de la controversia de cuándo empieza la vida humana, otro de los temas que hemos visto aquí, cito textualmente: “La Corte considera que se trata de una cuestión valorada de diversas formas desde las perspectivas biológicas, médica, ética, moral, filosófica y religiosa, y coincide con los tribunales internacionales y nacionales en el sentido de que no existe una definición de consenso sobre el inicio de la vida”. Es un tema que sigue abierto al debate, es un tema en que la Iglesia tiene sus creencias y la ciencia sigue avanzando.
Por todo lo anterior, la Corte concluyó que no es procedente otorgar el estatus de persona al embrión. Embrión no es persona, mujer y embrión son dos entidades distintas y aquí se priorizan los derechos de la mujer respecto a la interrupción de los embarazos no planeados o no deseados.
Finalmente, un cuadro que creo que es muy útil que conozcamos, son cifras de 2008 porque no conseguí más actualizadas. Pero aquí nos plantean, si alcanzan a ver, la tasa de aborto y los números en millones de abortos a nivel mundial y cómo evolucionan. Hay una flechita marcando el año 2008 y el área de América Latina. América Latina, donde la ley no permite el aborto, donde las restricciones son extremas y donde se producen las más altas tasas de aborto a nivel internacional. Si vemos, por ejemplo, en los países desarrollados están en 29, en Oceanía están en 17, en nuestro subcontinente latinoamericano estamos en 32. América del Norte, Estados Unidos, Canadá están en 19, eso quiere decir que el aborto se sigue dando pese a todas las leyes, pese a todas las amenazas de excomunión y castigos por los pecados, se sigue dando y se da más en zonas… Proporcionalmente, la tasa de aborto es mayor en zonas como la nuestra, en donde el aborto no es legal.
Finalmente, sobre las leyes de aborto en América Latina, allí tienen en qué categoría se dividen los países donde está totalmente prohibido, donde la única consideración que permite a una mujer abortar es para salvar su vida, en donde el aborto se permite para proteger la salud física de la mujer.
En Colombia, que hubo avances hace un par de años, no solamente la salud física, sino también la protección de la salud mental de la mujer y sin restricciones durante el primer trimestre. En todo el continente, solo en Cuba y en la Ciudad de México. Saliendo del Distrito Federal ya sabemos que ahí está la situación en nuestro país. Espero haber podido aportar algunos elementos de análisis desde la perspectiva bioética [Aplausos].
Ana: Creo que justo nos habla de cómo este debate bioético en torno al aborto se traduce en leyes políticas y documentos internacionales concretos. Entonces creo que ha sido muy enriquecedora la mesa. Ahora vamos a abrir una ronda de preguntas y respuestas.
[Adriana Ortiz] Soy abogada victimal y lo que he visto en mi experiencia y después de lo que he escuchado y lo que yo estoy viendo es que el problema no es solamente legal, no es el enfoque legal. Si no, como lo abordó bien la doctora Mina, decir que es un problema político, social y económico, inclusive religioso. Entonces todos estos factores, que son multifactoriales, es lo que está limitando la posibilidad de salvar vidas y están restringiendo o controlando, más bien, la forma de gobernar a la mujer. Es una forma de control. Yo más que jurídico y todo esto, yo creo que es un problema complejo en sí o me gustaría saber por parte de ustedes si hubiera alguna propuesta que pudiera decir: “Con esto se solucionaría”. Pero como ustedes lo exponen, es multifactorial y esto habrá que atacarlo desde diferentes formas y empezando también, como bien lo ha dicho la doctora Mina, la cuestión ideológica y religiosa.
[Celine] Es un comentario, más bien, a la ponencia de la maestra Mina Piekarewicz. No estaría tan de acuerdo en el concepto de choque de absolutos por lo siguiente, y creo que las personas que estamos a favor, no estamos a favor del aborto, el aborto es un último recurso.
Estamos a favor de que las mujeres, cada mujer, pueda decidir libremente y con información sobre si va a interrumpir o no su embarazo. Por lo tanto, no es absoluto porque cada mujer va a poder decidir y no se le impone a ninguna mujer tener que abortar.
Mientras que la posición en contra sí es una postura absolutista porque impone a todas las mujeres no poder abortar y tener que llevar a cabo un embarazo sin ningún tipo de ayuda psicológica, médica, legal o financiera. Entonces ahí sí me parece que no hay un choque de absolutos y sí hay una posición absolutista de las personas que están en contra.
Cuando hablaba también de la solución gradualista. Realmente esa solución gradualista no es solución para estas personas porque estas personas no están de acuerdo en la gradualidad. O sea, están diciendo que desde que hay… eso que explicó, que desde que hay… entre los cigotos y todo que… ya me perdí… pero desde que el espermatozoide ni siquiera ha llegado al óvulo en cuestión que se va a fecundar… Ya están diciendo que es una persona. Y eso también se teme muchas veces. En realidad, debe de prevalecer que la mujer es más importante, porque es persona, que un cigoto, pero muchas veces no es más importante porque la mujer en nuestra sociedad es totalmente desvalorizada, es una cuestión cultural. Entonces vale mucho más el cigoto, porque aparte todo el mundo piensa, bueno, me da la impresión de que todo el mundo pensamos que ese producto cigoto va a ser varón, por eso es más importante. Por eso, en la concepción de estas personas religiosas, o sea, pseudorreligiosas piensan que la mujer no es persona. Y luego vemos en muchos países donde realmente las mujeres no tienen los mismos derechos, ni siquiera hablamos del ejercicio de los derechos que para eso falta muchísimo, pero ni siquiera las mujeres tenemos los mismos derechos.
Mina Piekarewicz: Ciertamente, el aborto es un problema multifactorial y qué bueno que se abrió este ciclo de conferencias para poder abordarlo desde sus múltiples facetas y la profundidad de la problemática, etcétera. ¿Cuál sería la solución a este problema tan complejo? Yo no sé si hay una solución que reduzca el índice de abortos a cero, no creo que eso pueda suceder. El ser humano comete errores, suceden embarazos no deseados, entonces, reducirlo a cero es muy muy difícil. Yo creo que es una utopía, pero sí se requiere y, piénsenlo, pensemos en el hoy, en el ahora y en el aquí: ¿qué tanto hay de campañas para la prevención de embarazos no deseados? ¿Qué tanto hay de educación sexual a los jóvenes justamente en la edad en la que el embarazo adolescente ha crecido de manera desproporcionada y sigue creciendo?
Entonces, estas cuestiones que tienen que ver con el ámbito de la cultura, del conocimiento, de la información, de la educación, estamos muy atrasados en este tipo de cuestiones y cuando se trata de divulgar esto masivamente, inmediatamente salen los grupos a favor de lo mejor, provida, etcétera, para que no se toquen estos temas. Entonces, sí hay mucho trabajo por delante, no te voy a decir que es un tema fácil, no lo es. Pero de que hemos avanzado, hemos avanzado.
De lo que sucedió y sucede en el D.F. creo que tenemos que pensar en cómo vamos a contribuir a que se consolide esta política pública para que las mujeres puedan seguir recurriendo de manera legal a la interrupción del embarazo.
En cuanto a las leyes, voy al segundo caso y también al tercero. ¿Qué pasa con estos dilemas bioéticos? Ni yo voy a convencer al otro, ni el otro me va a convencer a mí. Allí no hay entendimiento posible. Cada quien cree en lo que cree y cada quien se atrinchera en su posición y no quiere escuchar de la otra. Pero ¿qué consecuencias tiene esto para las mujeres que desean interrumpir un embarazo? Cientos de miles de abortos diariamente a nivel internacional, cifras que publican distintos institutos y que pueden ser fácilmente consultadas. Y ¿cómo lograr un consenso? Si nos empeñamos en que mi posición es la correcta, no nos movemos para ningún lado.
Yo no dije lo que ella dijo que dije. La cuestión del choque de absolutos no es un concepto mío. Tengo que reconocer que hay un teórico del nombre Ronald Dworkin que es el que creó este concepto. ¿Hasta qué grado es cierto lo que él dice? Yo coincido, sí hay un choque de absolutos, porque hay quien dice: “Mi cuerpo es mi cuerpo, yo decido sobre mi cuerpo, a mí no me ponga límites, no me pongan plazos, no me pongan condiciones. Si yo quiero abortar en el penúltimo día del octavo mes, lo voy a hacer”. Esa sí es una posición radical, que la hay, no es la única, no es la preponderante, pero la hay y entonces plantea el derecho absoluto de la mujer a decidir sobre la interrupción de un embarazo en todo tiempo y bajo cualquier circunstancia. Por eso lo puse bien hacia un extremo. Y por el otro lado está la que ya conocemos que es la posición religiosa que te habla de la defensa de la vida desde la concepción hasta la muerte natural. Que tampoco es válido y que ya científicamente nos explicaron las inconsistencias que tiene esa postura. Pero de que existen, existen y para poder legislar se requiere de muchísimo trabajo de elaboración de propuestas y ni tú vas a ganar el 100 ni yo voy a ganar el 100.
La propuesta más avanzada diría yo, y me pueden contradecir, es una opinión, y yo coincido con quiénes la sostienen, es la de los plazos porque identifica los momentos del proceso y ve que en un primer momento el embrión no tiene ninguna viabilidad, la mujer tiene todo el derecho a decidir. En un segundo momento, hay riesgo para la salud de la mujer y no se puede hacer por la libre, necesitas la participación y el diagnóstico médico y la ayuda del médico para interrumpir un embarazo con grave riesgo para la salud o para la vida de la mujer o en el que el feto tiene estas malformaciones grandes. Entonces allí también hay un equilibrio, el feto va avanzando en su desarrollo, hay mayor protección, no es porque yo quiera interrumpir el embarazo en el segundo trimestre, sino que hay ciertos condicionamientos. En el tercero ya prevalece el interés, no sé si lo dije muy rápido, pero allí no es el derecho, es el interés de ese bien jurídicamente tutelado a concluir el proceso y ya al momento de nacimiento será persona, adquirirá derechos y todo lo demás. Pero creo que vale la pena analizar esta propuesta de los trimestres.
Y finalmente le voy a pedir al doctor Lisker, que le ha tocado estar en la comisión para la elaboración de la Declaración Universal sobre el genoma humano y los derechos humanos, de la UNESCO, que nos relate: ¿cómo se pone el debate para lograr un documento de consenso? Olvídense de la unanimidad, consenso.
Rubén Lisker: Me parece que no se puede, hay temas en los que no he visto que se logre ningún consenso. El ideal mío es, si llega el momento, que será muy difícil, que a cada quien se le permita actuar conforme su conciencia, sin que sea molestado por ello. Eso lo veo muy difícil que se logre. Pero más allá no está en la naturaleza humana, habría que acabar con toda la humanidad.
Patricia Grether: Con relación a todos estos comentarios, desde luego estoy de acuerdo en que es una condición multifacética, en donde intervienen muchas cosas para tomar una decisión. Considero que el valor que se le da al cigoto, al embrión, al feto, al recién nacido es un valor gradual que se va adquiriendo gradualmente en dos aspectos: en el apego, en el afecto y en lo que consideramos que es su valor intrínseco, su valor humano.
Pero también quisiera poner otro ingrediente en la discusión y es que cuando los teóricos hablan, se dicen muchas cosas. Pero cuando estamos frente a frente en la consulta, una pareja, una mujer, una chiquilla de 15 años que está embarazada o una mujer que ha deseado toda su vida un embarazo y ahora ese feto tiene graves malformaciones que le van a llevar a una vida de 40 o 50 años, pero una mala calidad de vida que requiere muchos recursos, que tendrá que hacer un fideicomiso para que cuando ella se muera o él se muera pueda subsistir de alguna forma, porque nadie se hace cargo de los individuos que tienen graves discapacidades, nuestro país no está preparado para atenderlos. La gente que tiene muy escasos recursos, literalmente, deja amarrado al muchachito con retraso mental a la cama porque tienen que salir a trabajar. No es maltrato, es que de alguna manera tienen que hacer funcionar esa vida. Cuando la gente lo vive, opina diferente. Y a veces quisiera seleccionar a los que han tenido la experiencia, los que han vivido el dolor de decidir interrumpir un embarazo por “x” circunstancias y separarlos de aquellos que son teóricos del embarazo y teóricos del aborto. Y no estoy excluyendo a los hombres, los hombres viven con sus parejas esta situación de angustia, de miedo, de dolor, de separación, de luto y lo que veo es verdaderamente una sociedad muy muy muy hipócrita en ese sentido.
Se paran los legisladores a hablar y no solamente ellos, mucha gente en la sociedad y cuando ellos lo están viviendo y vienen a la consulta, opinan diferente. Nos falta un poquito de congruencia entre lo que es bueno para mí y lo que es bueno para los otros y tratar de hacer las cosas un poquito más uniformes, en ese sentido. Nuevamente, pues es una utopía, no creo que lo alcancemos.
[Hombre en el público]: Los hombres también llegan a abortar a sus hijos cuando se van, cuando no se preocupan por ellos. Entonces no hay una sanción. Es decir, si alguien no reconoce a mi hijo no pasa nada, pasará un juicio y tendrán que olvidarlo y hasta ahí.
Algo que me preocupa mucho es ese retroceso que hubo en este país en muchos estados de la república. Me preocupa por dos cosas: primero porque fuimos muy apáticos, o sea el Distrito Federal sintió que ya teníamos como mucho avance y todos los demás estados que venían en ese retroceso, como que no hubo mucho movimiento. Y me preocupa porque creo que va a ser muy complicado que se pueda retroceder y puedan decir: “Ahora sí se va a permitir el aborto”. Y se va como a reformar esta parte de la Constitución en donde se reconoce que ya es persona o, bueno, se da la protección a las personas no nacidas. Y ahora pienso, ¿qué podemos hacer con esta propuesta de Peña Nieto? Te dice que quiere hacer un código federal único ¿Él qué piensa hacer en este tema? ¿Cómo lo va a tratar? Va a dejar o va a ser el Distrito Federal el único que siga así y los demás estados cómo los vas a tratar o va a ser que en esta parte va a decir: “Entonces me voy contra estas normas de la Constitución que primero tendría que reformar para poder volver a quitar esos candados”. Pero creo que como sociedad tendremos que unirnos. El Distrito Federal y, si bien hemos sido parteaguas de toda esta situación, y una tensión como de ciudadanos de primera, entre comillas, a ciudadanos de segunda, de tercera que son los estados. Entonces sigue discriminándose a la mujer en ese sentido. Entonces, ¿qué se puede hacer? Y creo que es una cuestión de conciencia de todos los ciudadanos.
[José Mendoza] Soy médico, yo estaría de acuerdo en esta posición gradualista. De hecho, nuestro país la tiene en este momento y en la Ciudad de México es lo más avanzado, hasta la semana número 12. Pero un día después muchas mujeres están metidas en un verdadero problema y regresan 7 años en la historia. Me refiero cuando la decisión de ellas es imposible o se ve muy limitada sobre una cuestión ilegal, clandestina, muchas veces insegura. Creo que la ley en nuestro país permite interrumpir el embarazo hasta la semana 20 por las dos razones: violación y por malformaciones congénitas; y por el riesgo a la salud de la madre no hay límite, incluso.
Mi pregunta es: ¿por qué en otros países esta cuestión gradualista ha avanzado más? Es decir, en los Estados Unidos se permite la interrupción, en Inglaterra, hasta la semana 24 por voluntad de las mujeres. En otros países como en la India son hasta 20 semanas. En Nepal también y se puede hacer de manera segura esas interrupciones hasta la semana 24. Se sabe que después de la semana 20 el riesgo es un poco mayor, pero no es imposible y es mucho más riesgoso tener un hijo en un parto normal, en condiciones ideales que interrumpir un embarazo hasta la semana 20-24 en condiciones ideales. ¿De qué dependen estas situaciones? De la cuestión política, la cuestión moral, la cuestión religiosa. Pero es algo que, como dice la doctora Grether, cuando uno está justo enfrente y oyendo esa historia, esa vida, es cuando uno no entiende a estos teóricos de la defensa de la vida en favor del embrión.
Entonces sí tenemos una ley gradualista, pero en la realidad no existe. Existe en el papel, pero para que se lleve a cabo esto es sumamente difícil. Y más, como dice el compañero, con estos 19 estados que han ido hacia atrás. Los médicos no saben qué hacer. Hay casos en todo el país de estas situaciones de anencefalia que les niegan la atención, a pesar de que la Constitución Política de nuestro país dice que se podría hacer. En los estados dicen: “No, en mi estado no es legal”. Entonces aquí tenemos una cuestión jurídica verdaderamente compleja.
[Hombre en el público]: Me parece que el ejercicio es al revés, le apostaría más a como lo hizo el señor y me gustaría escucharlo, a lo mejor que pudiera repetir otra vez con las mismas palabras. ¿Cómo le dices a una mujer de los estados: “Tú puedes abortar, tú lo puedes decidir?”. Sin mucha discusión; teóricamente, a mí me quedó claro todo lo que plantearon, me quedó muy claro. La mórula no es un bebé.
A mí me servirá mucho para cuando yo debata esto en las redes con la gente, decirle: “La mórula no es un bebé”.
Rubén Lisker: Bueno, muy brevemente, el problema de lo que decidieron 19 estados era contra lo que ocurrió en el D.F., es un problema ya de naturaleza legal. El Colegio de Bioética se reunió con dos miembros de la Suprema Corte de Justicia a preguntarle qué se puede hacer para dar marcha atrás a eso y la respuesta es muy clara, nada. Eso ya es la ley, hay que buscar otra alternativa, esto va a servir para que la gente se pueda amparar, pero nada más. Hay que buscar otra oportunidad para poder darle marcha atrás. Esa es mi opinión.
Patricia Grether: Sumando a lo que usted comenta hace un momento, solemos caer en el error gravísimo de decir: “¿Cuántos bebés tengo?”, cuando uno les dice que tienen 10 cigotos en la incubadora. No hay ni uno. No sabemos si va a haber alguno de esos, el destino de esos óvulos fecundados, cigotos, mórulas y demás. No sabemos siquiera si en su programación está contemplada la generación de un recién nacido al cual sí le vamos a llamar bebé.
Pero antes no podemos decir que eso es lo que está allí. Desde luego, en la decisión de interrumpir un embarazo está el conocimiento y la seguridad en la mujer y sí seguimos viendo, creo que, en todos los estados, cuando le decimos: “Señora, ¿usted decidiría interrumpir el embarazo con esto?”. Voltean a ver al marido y le dicen: “¿Tú qué crees?”. Y si el marido, a veces aun cuando la mujer decida que realmente sí quiere, en caso de que el marido o compañero o el que la acompañe le dice que no, pues no.
Entonces sigue habiendo todavía mucho dominio sobre la voluntad de la mujer. Creo que es tratar de lograr que ella acepte su poder, su fuerza, su individualidad, su autonomía para tomar decisiones y eso es un proceso que cada quien tiene que vivir.
Mina Piekarewicz: Yo les diría que hay muchísimos desafíos por delante y que no debemos minimizar el logro que significa la interrupción legal del embarazo en el D.F., pero que tenemos que partir de la realidad concreta que vivimos. La Iglesia en América Latina, por no hablar de otros fundamentalismos, es el caso mayoritario de las creencias en nuestro continente, es un factor que no solamente impide, sino que promueve este tipo de retrocesos a los que se refería el señor que se encuentra ahí atrás.
No es una cuestión de deseo, la cuestión de elaborar leyes como la del D.F. para todo el país está muy muy cuesta arriba. ¿Por qué? Porque aquí la religión católica es mayoritaria y ya saben cómo piensa la Iglesia al respecto. Porque aquí, en cada pueblito, el más alejado, hay una capilla y hay una gente que repite estos planteamientos. Porque es mucho más difícil en los estados, incluyendo Sonora, que haya respeto a la diversidad y a la pluralidad como lo hay aquí en el Distrito Federal. Es algo que se ha ido construyendo poco a poco y no siempre avanzando, sino con avances, retrocesos y eso es lo que en política a veces se llama “correlación de fuerzas”. El que tiene la fuerza puede hacer lo que quiera hasta donde uno lo permita.
Tenemos que ser una sociedad mucho más participativa, más informada, más educada, más exigente. Y desde luego, saber mucho más para tener mejores herramientas para promover lo que creemos que es importante en nuestra sociedad.
Aidé García: Les damos la bienvenida y ya vamos a dar inicio a este ciclo de conferencias que se realiza en el marco de la exposición “Nuestros cuerpos, nuestras vidas. Cuatro décadas por el derecho a decidir en México”, que se presenta aquí en el Museo de Memoria y Tolerancia, un lugar emblemático que además nos parece muy importante que estos temas los estemos analizando en este espacio.
Y bueno, hoy la mesa es titulada: Discriminación, derechos humanos y aborto. Nos acompaña Luis González Plascencia, Hilda Tellez y Jacqueline L’Hoist. Ellos van a ser nuestros presentadores. [Conversación ininteligible] Vamos a comenzar con Jacqueline L’Hoist Tapia. Jacqueline ha trabajado en diversas organizaciones no gubernamentales en temas de derechos humanos en las comunidades eclesiales de base del Distrito Federal. Fue fundadora del Partido México Posible donde se desempeñó como presidenta nacional de la Comisión Autónoma de Contraloría y Transparencia. Fue candidata a delegada en Coyoacán en el 2003 y ha sido fundadora de otras organizaciones, como Alianza Cívica, Propuesta Cívica y también ha colaborado en diversas organizaciones. Tiene toda una amplia trayectoria y trabajo en el tema de derechos humanos y actualmente es presidenta del Consejo para Prevenir y Eliminar la Discriminación en el Distrito Federal, COPRED. Le damos la bienvenida a Jacqueline y tienes la palabra.
Jacqueline L’Hoist: Muchas gracias, Aidé, Hilda, Luis. Qué gusto estar acá en la mesa. A todas y todos ustedes muchas gracias por la invitación. Consuelo, muchísimas gracias, que además es parte de la Asamblea Consultiva del Consejo. Muchas gracias. Trataré de hacer varias cosas a la vez. Hablar por el micrófono, pasar el PowerPoint [la presentación no se muestra en pantalla] y leer lo que tenga que hacer. No soy muy hábil para este tipo de cosas, pero haré mi mejor esfuerzo.
Me gustaría empezar la participación de hoy poniendo en la mesa un poco de historia y un poco de antecedentes. Estoy cierta que mucho de esto se ha conversado durante todas estas mesas. Tuve la oportunidad por la mañana de ver dos de ellas, pero bueno, sí es importante retomar esta parte de recordarnos continuamente que es una acción afirmativa que fortalece el derecho de las mujeres a decidir sobre su propio cuerpo y que nos empodera para tomar decisiones sobre nuestra vida y sobre nuestras opciones de nuestro propio desarrollo.
En ese sentido, la línea de lo que ha hecho el Gobierno de la ciudad, el programa para la interrupción legal del embarazo y sigue en esta visión y este reto hacia adelante que tiene que ver precisamente con cómo tenemos que instrumentar las condiciones que nos permitan que efectivamente las mujeres podamos decidir. La reforma del Código de Procedimientos Penales es una herramienta que nos llevó a toda esta normatividad en la Secretaría de Salud. Es decir, una norma penal nos hizo poder modificar la política pública en la Ciudad de México. Pero no nos podemos imaginar como un hecho aislado solamente la modificación al Código Penal. La verdad es que hay que reconocer que se fueron agrupando varios diseños dentro del Gobierno de la ciudad, como lo fue la ley para erradicar la violencia entre las mujeres, como fue el presupuesto con equidad de género. Es decir, no es una acción aislada que se da, sino es una serie de modificaciones legislativas, de política pública y presupuestaria que acompañan esta decisión. Entonces, bueno, me parece importante traer esto a la mesa para que se vea cómo ha sido una conducción avanzada en ese sentido.
La siguiente parte… Me gustaría que nos imagináramos, y es el sentido de este ejercicio que quiero que hagamos ahora, ¿cómo son las mujeres que han podido ejercer este derecho? Hay una serie de datos duros, de datos estadísticos, en donde más de 91 000 mujeres que han sido atendidas en la interrupción del embarazo, donde nos dicen que tienen estudios de preparatoria, de secundaria las que se lo han hecho. Pero no es cuestión de números que se convierten en estadísticas, sino me parece que es cuestión de un perfil. Es esto lo que los invito ahora a que tengamos en la mente para poder entender el problema de estigma y de discriminación que veremos más adelante. Que nos imaginemos a esas mujeres que están acá, que son las que han acudido a ser sujetas de este derecho. Son mujeres urbanas, mujeres entre 18 y 25 años. Cuando hacía esta cuenta recordaba yo a los 18 y 25 años, por supuesto que no tenía yo acceso a una ley como esta, lo que nos hace pensar que muchas de estas mujeres, pensando en las mujeres de secundarias son mujeres que han crecido ya con una legislación que ya las arropa y que les da este tipo de facilidades.
Si pensamos en 4 años atrás, estas chicas seguramente estaban en primaria y cuando empezaron a ejercer sus derechos reproductivos se encontraron con que ya había todo un marco que las arropaba y que les daba esa garantía. Entonces, muchas de ellas, el 46 % tienen pareja y eso también nos habla de los varones. No solamente nos está hablando de las mujeres, sino que no sabemos si ellas le preguntan a su pareja o no, si es una decisión en pareja o no. Eso no lo sabemos, pero por lo menos podemos intuir que el hecho de tener una pareja no es una limitante para ellas para poder tomar esta decisión. Muchas de ellas también nos dicen estos mismos datos que el 33 % de las usuarias no tienen hijos.
Sin embargo, el 29 % tienen entre uno o dos hijos. Entonces, esto también nos está hablando de un cambio y de un avance hacia el concepto de familia. Es decir, cómo las mujeres nos estamos imaginando ahora todo el tema que tiene que ver con la planificación familiar. Entonces, bueno, estas son las mujeres que han hecho ejercer sus derechos.
Desde el COPRED, hemos distinguido dos elementos que dificultan que las mujeres puedan hacer el acceso a la ILE. La primera tiene que ver con todo lo relacionado con las necesidades de eficientar el programa que lo hace operativo. Por eso es que yo decía al principio que era muy importante recordar que esta modificación penal lo que hace es que la Secretaría de Salud norme toda una normatividad, instrumente administrativamente y pueda efectivamente garantizar el derecho.
Por un lado, nosotros lo que identificamos es que uno de los impedimentos está colocado precisamente ahí. Ojo, no me refiero a la atención, sino de lo que estoy hablando es a la armonización de instrumentar efectivamente el acceso y un buen ejemplo de esto decíamos que, por ejemplo, no se presta estos servicios en todas las delegaciones, ni siquiera en todos los hospitales. La otra parte, ahorita voy a profundizar más en eso, lo otro es la parte central que tiene que ver con lo relacionados con una cultura de inequidad y de discriminación que impide, efectivamente, que las mujeres nos podamos empoderar para el ejercicio de este derecho.
En la parte de infraestructura, lo que nosotros hemos encontrado y solamente lo traemos a la mesa, es que las medidas que avanzan en los criterios y en la eficiencia de aceptabilidad para garantizar el derecho, por un lado, lo que hemos encontrado es que se han reducido el número de hospitales donde se podía ejercer este derecho. Es decir, teníamos inicialmente 19, ahora tenemos 13. Sí tiene que ver mucho en un tema presupuestario. Nosotros lo que hemos encontrado es que no ha crecido el presupuesto en el programa. Hay que meterle más dinero porque si analizamos cómo exponencialmente las mujeres nos hemos acercado a este acceso proporcionalmente las 91 000 mujeres con el presupuesto nos quedamos abajo. Hay una clara reducción, o por lo menos no incremento, en el presupuesto que necesita la Secretaría para seguir garantizando este derecho.
Por otro lado, encontramos en datos que nos dieron que solamente 25 médicos están autorizados para aplicar el procedimiento, 21 de ellos enfermeras y 19 trabajadoras sociales. Nos parece muy bajo. Nos parece realmente muy muy bajo. Entonces, una mujer que vive en Iztapalapa, en la colonia campesina, si ahí no hay una clínica, a lo mejor esto desestima su interés a poder ejercer su derecho.
La otra que es la que el Consejo para Prevenir y Eliminar la Discriminación que la vemos y es la que tiene que ver en esta segunda parte es que una situación muchísimo más compleja de atender. Porque tiene que ver con la erradicación de las prácticas que limitan a las mujeres para tomar decisiones en diferentes ámbitos de su vida. Estas limitaciones son de diversas naturalezas, lo veremos más adelante, pero en general tienen que ver con las restricciones sociales que no nos consideran a las mujeres como sujetos de derecho y que nos marginan y nos excluyen en la toma de decisiones. Es decir, no estamos hablando de las instituciones de gobierno, estamos hablando de la ciudadanía. Estamos hablando de las personas, de los pares con los que convivimos. Y desde ahí lo que estamos viendo es que las mujeres sufren discriminación en lo relativo a esta toma de decisión, porque a pesar de los evidentes avances sigue siendo considerado como una práctica moralmente condenable.
También, porque el ejercicio de la sexualidad plena sigue siendo un tema difícil de abordar en lo familiar, en lo social y especialmente en el caso de las mujeres. Yo les pedía que cuando hablábamos de estos datos de 18 años, 24 años, nos imagináramos a esas mujeres, porque yo quiero que ahorita nos empecemos a imaginar cuál es ese perfil de esas mujeres que no han podido ejercer ese derecho aunque han querido. Esa formación que traen, el entorno social que traen no se los ha permitido, aunque ahí está la ley, aunque ya dejó de ser un crimen, ya dejó de ser un delito, de todas maneras muchas de ellas no se siguen acercando por este estigma social que hay en las mujeres.
Hay un estudio muy interesante del cual voy a hacer alusión brevemente. Ellos hacen una comparación muy interesante entre el VIH, el sida y la ILE. Platicaba hace poco con la directora de la Clínica Condesa y me decía que una razón de mucho peso por la cual los hombres y las mujeres no se hacen la prueba del VIH es por el estigma. Porque dicen “Si sale positivo, socialmente me van a etiquetar”. Y por eso, no se lo hacen. Es profundamente grave. Ahí se toca un poco el tema cuando estas mujeres que no son de este perfil y no caen en estas 91 que se lo han hecho, ¿por qué no se lo han hecho? Si es que esa hubiera sido su intención y lo que encontramos ahí es que hay un impacto negativo de sí mismas y en la sociedad para ser estigmatizadas.
Hay tres maneras de visualizar este estigma social. Uno es lo que se ha llamado el “estigma percibido”. Se define el grado en que las personas creen que la mayoría de los demás las van a devaluar o las van a discriminar. Es decir, es un estigma del cual yo me cargo. Yo misma me lo creo por lo que he visto y ese estigma lo que me hace a mí es no arriesgarme a hacérmelo por el miedo de lo que puede pasar. Ni siquiera ha pasado. Es lo que van a pensar de mí, lo que mis amigas van a pensar de mí, lo que mi pareja va a pensar de mí, lo que mi familia va a pensar en mí. Entonces, lo primero que se tienen que enfrentar es a echarse para adelante y pasar este primer estigma que está en la percepción que yo tengo de lo que los otros o las otras van a pensar de mí.
La segunda es la real. Es la que tiene que ver precisamente con el estigma experimentado. Es decir, sí efectivamente, el hacérselo a lo que los ha llevado es a que les digan frases como “asesina”, “mala”, “anormal”, “Dios te va a castigar”. El mismo estudio dice que si alguna de estas mujeres (tiempo pasado) tuviesen cáncer o cualquier otra enfermedad, les dicen: “Claro, es que te acuerdas que te hiciste el aborto. Fue por eso”. O por alguna otra manera no se vuelven a embarazar: “Porque te hiciste uno primero, claro”.
Realmente sí lo sufren, sí lo padecen y sí socialmente sigue construyéndose este estigma alrededor de las mujeres. Lo que es muy interesante acá es que tanto en el estigma de la percepción es que las mujeres nos volvemos profundamente valientes y es dar el paso. No solamente es dar el paso de ir a la clínica e írmelo a hacer, sino es realmente este paso social que las llena de valor. Y dicen en el estudio cuando les preguntaban a las mujeres mexicanas decían: “No vamos a hacer caso de chismes, que digan lo que digan de nosotras. Es nuestro derecho y lo vamos a ir a ejercer”. Entonces, bueno, muchas sí dan este paso importante.
El otro es el que tiene que ver con la vergüenza y los sentimientos de juicio. Estas dos emociones a menudo se asocian y es lo que se llama el “estigma internalizado”. Aunque el aborto es legal y se sabe que no es un delito, lo siguen haciendo en la clandestinidad. Es decir, las mujeres van, se lo hacen, pero que nadie sepa, que no vaya a saber nadie de mi familia, que no sepan mis amigas, mis amigos, que no sepa mi pareja, que no sepa nadie.
Lo que ocasiona esto es que lo viven en profunda soledad. Nos decían que la mayoría de las mujeres posiblemente no experimenten un estigma de frente. Es decir, muy posiblemente las mujeres que se hagan la ILE no o muy pocas de frente alguien les va a decir lo que piensan de ella o se los van a reclamar, pero es suficiente que se sientan avergonzadas o que se sientan con sentimientos de culpa. Es decir, el pecado, el 82 % de las mujeres que se lo hacen se declaran como católicas en un país que por lo menos se dice así, esta cultura sigue estando en la calle y en lo que se vive.
Estos tres ejemplos que les quisimos compartir nosotras hoy desde el COPRED es lo que hemos visto. Es lo que hemos visto con las denuncias, con las quejas que nos llegan. Yo les quiero decir que me llegan muchísimo más por mujeres embarazadas que las corren de sus trabajos que por el tema de estigma que en un ambiente laboral les hagan algún tipo de rechazo. Lo que se vive es como es lo que se vive en familia, lo que se vive en la comunidad, ahí es en donde nosotros hemos detectado que está este estigma y por supuesto, si no limita el que se lo hagan, sí logran hacer que te la pases muy mal.
Las conclusiones que nosotros o lo que nosotros nos imaginamos acá, es que la Ciudad de México es indiscutible el avance notable que ha tenido en relación a las otras entidades del país y que seguramente seguiremos avanzando en la Ciudad de México. Lo que nos parece fundamental es que tenemos que fortalecer los programas de interrupción legal del embarazo, que se deben continuar ampliando el acceso al servicio a todas las unidades médicas del D. F. y que tenemos que presupuestar para garantizar que efectivamente todas las mujeres se lo puedan hacer sin tener que ir a otra delegación, sin tener que ir a una clínica que no les queda cerca y que eso limite su posibilidad de accesibilidad a este tipo de derecho.
Por otra parte, es trabajar mucho por el cambio de cultura. Yo, de manera personal, estoy convencida que la discriminación es una conducta antisocial que sí se puede cambiar. Por supuesto que se puede modificar. Y desde aquí es que nos parece que hay que fortalecer la educación, la información para que efectivamente podamos erradicar estas prácticas de estigma y de discriminación hacia las mujeres que deciden interrumpir el embarazo.
Viéndolo en un mediano plazo, en un plazo largo, podemos ir avanzando para que ya no sea solamente en el espacio del Gobierno, del legislativo o de la política pública, sino ahora lo que nos toca mirar y lo que nos toca empoderar y lo que nos toca modificar es la cultura, es a la sociedad. Somos las y los que vivimos en la Ciudad de México. Esas somos las y los que construimos los estigmas a las mujeres que deciden hacerse la interrupción. Entonces, por ahí iba la participación. Muchas gracias a todos.
[Aplausos]
Aidé García: Gracias, Jacqueline, y bueno, efectivamente, creo que apunté algunas cosas importantes, sobre todo el que ahora en el Distrito Federal contemos con la Comisión contra la Discriminación en el Distrito Federal y que independientemente que también el acceso a las mujeres a un aborto legal y seguro ya sea parte de un derecho fundamental, seguimos viviendo la discriminación y el estigma desde esta visión que hemos vivido también desde la cultura judeocristiana. Cuando hablabas de la educación, también tendríamos que hablar, que la educación tendría que ser laica, ¿no? Justamente porque cómo se va contribuyendo a eliminar esta discriminación.
Ahora voy a dar la palabra a la maestra Hilda Tellez Lino. Y ella es licenciada en Derecho y maestra en Derechos Humanos y Democracia con especialidad en Litigio Estratégico por la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, FLACSO. Desde el 2002 es presidenta y fundadora de Apoyo y Solidaridad a la Mujer, organización encargada de proporcionar asistencia, representación y patrocinio legal a mujeres víctimas de violencia familiar.
Durante 15 años laboró en la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal ocupando diversos cargos y desde el 2010 es nombrada en la Junta de Gobierno y es directora general adjunta de Quejas y Reclamaciones del Consejo Nacional de para Prevenir la Discriminación. Bienvenida.
Hilda Tellez: Muchas gracias, Aidé. Muchísimas gracias. Muy buenas tardes. Jacque y Luis, para mí es un honor impresionante poder estar con dos personas conocedoras del tema. Básicamente vengo en representación de Ricardo Bucio, presidente de CONAPRED, que también por actividades relacionadas con el trabajo del Consejo está fuera de la Ciudad de México, pero con muchísimo gusto y además, me da gusto de que estén aquí en un horario que de pronto puede ser complicado después de la comida, pero eso también nota muchísimo la preocupación por abordar y conocer muchísimo más de estos temas.
Yo quiero hablarles del panorama que ahora Jacque nos hacía como un recuento en el Distrito Federal donde realmente hay un gran avance, un gran avance normativo para la interrupción legal del embarazo. Hay muchos desafíos todavía por cubrir: la parte de la atención médica, el trabajo de las barreras social y los estigmas que se crean, y todo. Pero a mí me gustaría hacer este ejercicio de imaginación que Jacque ahora nos decía en donde nos planteábamos a las mujeres el día de hoy, una mujer 18 años en este entorno. Hacer el mismo ejercicio, pero trasladarlo al ámbito nacional.
Si bien es cierto, en el ámbito nacional hay un gran marco normativo. Está la reforma constitucional de 11 años hacia acá, la ley amplía muchísimo más la protección de los derechos, particularmente en el primero constitucional al señalarse el derecho a la igualdad y a la no discriminación de las personas, la reforma constitucional de 2011 también, que apuntalan muchísimos más términos esta protección e igualdad de los derechos de las personas. Cuando esto lo trasladamos a una realidad fuera del entorno de la Ciudad de México, hablando de la interrupción legal del embarazo, pasa a ser letra. Pasa a formar parte de otra historia, porque la normatividad en el país es sumamente variada. Uno de nuestros grandes problemas ahora es justamente la armonización normativa para que las mujeres puedan tener condiciones de igualdad en cualquier lugar del país. En este ejercicio de imaginación, justamente las mujeres que estamos en el Distrito Federal podemos gozar de garantías prerrogativas para ejercer ciertos derechos y otros colectivos también. Cosas que han ido avanzando en materia legal pasando los límites de la ciudad esto no ocurre.
En muchas de las entidades federativas el asunto de pensar en la interrupción legal del embarazo o incluso una pérdida espontánea puede llegar a ser constitutivo de un delito. El asunto de criminalizar una conducta y que esto haga una desigualdad entre las mujeres dependiendo la entidad federativa, sí marca claramente una condición de desigualdad legal. A eso le podemos llamar de entrada que es una barrera normativa. Una barrera que desde la ley está impidiendo que en igualdad de condiciones, a pesar que desde la Constitución federal se encuentre garantizado la igualdad de todas las personas a ejercer derechos sin discriminación alguna, hoy tenemos esa barrera normativa que se encuentra.
Hablamos de las barreras socioculturales. Justo qué pasa con esta percepción que se tiene con este pensamiento para ejercer los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres y quien así lo considere poder tomar la opción de una interrupción legal del embarazo. Durante 2010, el Consejo junto con el Instituto de Investigaciones Jurídicas realizó la Encuesta nacional sobre discriminación. La encuesta está en la página web, la pueden consultar. Y donde se ha venido desagregando la información a partir de diversos grupos de población y en particular cuando se desagrega esa información en el tema de mujeres y se habla del acceso a los derechos sexuales y reproductivos, ¿cuál es la percepción que se tiene? 13 % de las mujeres adolescentes y de las adultas que se encuentran entre 18 y 59 años piden o han pedido permiso para hacer uso de un método anticonceptivo. 44,9 % de la población en el país apoya en algún grado la imposición de un castigo a las mujeres que decidan abortar.
El poder lograr este cambio social, que también impide, por eso en muchas entidades federativas lo que se ha hecho es modificar la ley de tal suerte que la posibilidad de interrumpir de manera legal el embarazo sea cada vez muchísimo más complicado y esta armonización legislativa pase por procesos más complejos es también a partir de esto. De esta percepción de la sociedad de criminalizar una conducta que está estrechamente relacionada con el ejercicio de los derechos de las mujeres.
Y en el plano de las barreras institucionales también nos podemos encontrar eso. Una, desde las entidades donde evidentemente la interrupción legal del embarazo no existe. Entonces, ¿qué pasa con esto? Una, que quien de pronto decida interrumpir el embarazo lo tendrá que hacer bajo condiciones clandestinas, seguramente insalubres, seguramente sin ninguna garantía de que el proceso que va a realizar le pueda garantizar un pleno acceso a la salud en los posteriores días o incluso poniendo en riesgo su vida o su salud reproductiva para el resto de sus días. Entonces, todo este tipo de esquemas se tiene que trabajar y ahí es donde el Estado mexicano tiene un gran desafío desde las organizaciones de la sociedad civil que mucho trabajan e impulsan para que este tipo de derechos vaya teniendo un reconocimiento efectivo como también por parte de las autoridades estatales.
El proceso que ahora se sigue a partir de la de la reforma constitucional y del rango que adquieren los tratados internacionales obliga al Estado mexicano a tener que hacer un ejercicio, sin duda alguna, de armonización legislativa para que sea una realidad y una realidad en todo el país: la igualdad de los derechos de todas las mujeres para poder ejercer este tipo de procedimientos.
Bueno, estas condiciones, además, por si fuera poco, no solamente en el plano legal marcan una clara desigualdad entre las mujeres a cómo ejercer sus derechos y se acentúan muchísimo más en mujeres con condiciones de desigualdad económica, con condiciones de desigualdad educativa, y es lo que las hace muchísimo más vulnerables.
Pensando en una mujer en el Distrito Federal promedio que puede hacer la interrupción legal del embarazo va a tener medios en la ciudad muchísimo más accesibles para realizarlo. Una mujer similar que se encuentra en otra entidad federativa si tiene los recursos quizás pueda viajar al Distrito Federal o pueda viajar a otro país para hacer el procedimiento. Pero si no lo tiene, todas las condiciones que le van a rodear para poder realizar una interrupción legal del embarazo la van a colocar en un grave riesgo. Esto incluso hace una desigualdad mayor entre las propias mujeres, entre aquellas que pueden acceder con mayor facilidad, sencillez a este recurso y quienes no lo pueden hacer y que, el hacerlo les puede originar una condición de grave riesgo.
Al respecto, también hay una serie de recomendaciones que se tendrían que hacer para que estos procedimientos en breve pudieran ser lo más accesibles para todas las personas y en todo el país. Como recomendaciones, podemos hablar que la legislación heterogénea que regionalmente se observa en materia de derechos sexuales y reproductivos y también en relación con la interrupción legal del embarazo, legal y voluntaria, coloca a las mujeres que habitan en zonas distintas del país en circunstancias asimétricas e injustas.
La igualdad de trato por parte del Estado mexicano debe pasar por asegurar derechos, libertades y garantías similares en todo el territorio nacional, siempre a partir del principio que otorga la mayor protección a las mujeres y a las personas. Hoy, el Estado mexicano se encuentra en esa parte en un desacato que se tiene con las recomendaciones que se han hecho de los comités. Al menos dos comités de Naciones Unidas, el Comité de Derechos Humanos y el Comité de la CEDAW han pedido a México que armonice la legislación relativa al aborto en los niveles federal y estatal a la luz de la Reforma Constitucional de Derechos Humanos y a la recomendación general del Comité de la CEDAW.
Como un desafío adicional, habría que promover que la atención médica hacia las mujeres, sobre todo aquella que está relacionada con las especialidades de Ginecología y Obstetricia, sea conducida por mujeres, personal femenino capacitado y sensibilizado en el tema. La salud sexual y reproductiva es un tema fundamental de salud de las mujeres y debe ser considerada por el Estado mexicano como un tema prioritario, como una política amplia e integrada para evitar condiciones de discriminación en el ejercicio a la salud.
En relación con el aborto clandestino, se requiere una estrategia amplia que incluya el acceso efectivo a los servicios de abortos seguros y a las circunstancias previstas en la ley, a métodos anticonceptivos y medidas de concientización sobre los riesgos de los abortos realizados en condiciones peligrosas y campañas nacionales de sensibilización sobre los derechos humanos de las mujeres dirigidas en particular al personal sanitario, pero también al público en general. El ejercicio del derecho de la mujer a la salud requiere que se supriman todas las barreras que se oponen al acceso a los servicios de salud, educación e información, en particular en la esfera de la salud sexual y reproductiva, haciendo prioridad a los derechos de las mujeres indígenas y a quienes la cobertura y calidad de los servicios de salud afectan severamente, especialmente en este tema. Por mi parte, es todo y seguimos con el debate acá.
[Aplausos]
Aidé García: Gracias, Hilda. Y bueno, ahora le pasamos el micrófono a Luis González Plascencia. Él es doctor en Política Criminal, egresado, aprobado con grandes honores [risas y conversación inaudible] del Instituto de Sociología Jurídica en España. Y bueno, me pidió que hiciera un resumen. Tiene una amplia trayectoria y experiencia, sobre todo en la vida académica que me parece muy interesante en la Universidad Autónoma de México, en la Comisión Nacional de Derechos Humanos, en el INACIPE y bueno, él actualmente es presidente de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal y un aliado muy importante.
Luis González Plascencia: Gracias, Aidé. Muy buenas tardes a todas y a todos. Es un honor estar aquí, con Jacqueline, con Hilda y contigo Aidé. Gracias a Consuelo, por la invitación que me hace para estar en esta mesa, donde además me siento muy honrado porque soy el único varón que está aquí y creo que de los pocos que hay en el auditorio, porque la gran mayoría son mujeres. Así que eso es un reto. Siempre es un reto hablar desde el punto de vista de un varón.
Bueno, yo estaba pensando cómo explicar esta relación que es la que da título a la mesa sobre derechos humanos, no discriminación y el tema del aborto. Y creo que puedo hacerlo un poco a partir de la experiencia que hemos tenido en el propio país con estos tres temas que están íntimamente relacionados. Ya Hilda hacía referencia a las reformas constitucionales que desde el año 2000 se han venido dando en el país, en el 2000 con el artículo primero constitucional y luego en el año 2005, 2008 y 2011 con otra serie de reformas que culminan con la del 2011 en materia de derechos humanos.
Pero esas reformas no son resultado de un momento en el que de pronto se despertaron los legisladores y pensaron “Vamos a reformar la Constitución”, sino que son resultado de procesos que llevan muchos años. Son procesos que vale la pena recapitular de manera muy muy breve porque ayudan a entender precisamente cuál es la relación entre derechos humanos, discriminación y aborto.
Me voy a referir a dos grandes procesos. Uno está relacionado con la evolución misma del pensamiento jurídico. Es decir, con la manera en la que los propios juristas se han posicionado frente a los temas del derecho y de los derechos humanos en particular, y fundamentalmente a partir de lo que los propios jueces empezaron a reflexionar por lo menos después de la Segunda Guerra Mundial, cuando se hicieron un cuestionamiento serio sobre lo que significaba eso que llamaban simplemente Estado de derecho. Porque se dieron cuenta de que un estado de leyes no necesariamente es un Estado que protege a todas las personas, un estado de leyes puede ser un Estado excluyente también y una reflexión seria sobre lo que ocurrió con el derecho penal, lo que ocurrió con el derecho laboral, con el derecho civil, con el derecho familiar deja ver cómo, desde la perspectiva del derecho puro y duro, se cometen y se institucionalizan injusticias. Concretamente frente a identidades que son significadas como identidades que de alguna manera están en desventaja frente a otras que tienen más poder.
La otra historia la hacen las organizaciones sociales, los movimientos sociales. Esa es una historia que, por lo menos desde la segunda mitad del siglo pasado ya se ha hecho mucho más clara a partir de la necesidad de ir evidenciando cómo determinados discursos, el jurídico es uno, por supuesto, el médico es otro, el discurso científico en términos generales… Determinadas identidades fueron desvalorizadas, fueron invisibilizadas, fueron sometidas, fueron colonizadas a partir de justificaciones que, para decirlo de manera muy resumida, podríamos plantear en dos grandes términos: una, de origen más bien moral que termina calificando a ciertas identidades como inmorales y otra, de carácter más bien científico, que hace esta calificación de esas identidades como “desviadas” o como “anormales” o como “patológicas”, etcétera.
Entonces estas dos historias convergen precisamente en la necesidad de reconocer que esas identidades habían sido sometidas justamente a partir de discursos que generan exclusión. En el caso del discurso jurídico, ya comentaba yo es muy claro cómo tanto el derecho penal como el derecho civil, particularmente hablando de los derechos de las mujeres, por mucho tiempo crearon justificaciones que permitieron hacer pasar, ya sea por inmoral o bien por anormales comportamientos que las personas hemos tenido a lo largo de siglos, pero que en razón de las ópticas que en cada momento se van planteando no son aceptados. Y que están además asociados con la necesidad de controlar directamente a esas identidades.
Entonces todos esos discursos han constituido lo que algunos autores denominan “centrismos”. El adultocentrismo, por ejemplo, que tiende a ver con mirada adulta al mundo de la infancia, lo coloniza, lo controla desde esa propia perspectiva. Y lo mismo pasa con el patriarcalismo; es decir, un discurso que se construye desde la visión masculina que tiende a ver en las mujeres a sujetos de control, a personas a las que se puede controlar ya sea a partir de discursos morales o a partir de discursos científicos.
Afortunadamente estos movimientos que van evidenciando la posibilidad de autonomizar estas identidades, de darles luz, de hacerlas cada vez más visibles van evolucionando en la medida en la que podemos dejar entonces todos esos discursos biologistas y los discursos de naturaleza moral, para poder arribar a un momento en el que las identidades se construyen a partir de los derechos.
Voy a decir una cosa que ya ustedes me la criticarán si es criticable, pero creo que a partir de este nuevo siglo, del año 2000, y como resultado de estos procesos que son mucho más viejos, hoy podemos decir que las identidades se construyen mucho menos por la biología o por la morfología de las personas, y mucho más por los derechos humanos. Es decir, las mujeres son mujeres no solamente porque tienen cuerpo de mujer, sino porque hay un conjunto de derechos que las significa y que las define como tales, porque incluso podría darse el caso hoy en día de que alguien que tiene cuerpo de mujer no necesariamente sea mujer, porque los derechos a los que apela y la identidad que quiere que se reconozca de sí mismo no es la de una mujer, sino la de un hombre.
Este cambio es fundamental, porque este cambio implica es tener otra serie de herramientas y otra serie de criterios para definir a las personas. Justamente ahí es donde me parece podemos incardinar todo el tema de la discriminación. Porque aquello que en el pasado parecía justificado porque era anormal o porque era patológico o porque era inmoral, desde este discurso de los derechos, aparece como discriminatorio. Es decir, si estamos planteando una lógica en la que las identidades se construyen desde los derechos humanos, entonces también estamos planteando una lógica en la que las identidades tienen todas el mismo valor. Es decir, es una es una visión en la que más bien cada una, cada uno de nosotros forma parte simplemente de la diversidad humana. Una diversidad que se expresa de múltiples maneras, todas las cuales merecen el mismo respeto.
Eso ayuda a hacer una distinción que me parece a mí es muy útil en términos metodológicos para entender cuáles son las obligaciones del Estado frente a estos cambios. Y básicamente me refiero a dos conceptos: el concepto mismo de “identidad” y el concepto de “situación”. Porque el concepto de identidad genera una obligación negativa frente al Estado y yo diría frente a las personas en lo general. Esa obligación radica en un respeto absoluto a la identidad de las personas, de manera tal que la única persona que puede decidir sobre su propia identidad es la persona misma. Nadie puede desde el Estado o desde la familia o desde la propia sociedad decirle a alguien cómo debe ser. Tiene que respetar plenamente esa identidad. No se puede meter con ella.
Pero el otro concepto que es el de “situación”, viene aquí relevante, porque ese implica obligaciones de “hacer”. Es decir, porque la situación no es la misma para todas y para todos. La situación define el lugar en donde estamos parados, las condiciones socioeconómicas en donde desarrollamos esa identidad y las condiciones en general para que podamos ejercer nuestra identidad de manera plena. Ahí es en donde se aprecian las desigualdades. Es decir, cuando hablamos de igualdad y de diferencia, si lo referimos a la identidad no tiene mucho sentido, porque si decimos que somos iguales, ¿somos iguales a qué? ¿Las mujeres y los hombres somos iguales a qué? Las mujeres no son iguales a los hombres, ni los hombres son iguales a las mujeres, ni las mujeres y los hombres somos iguales…
Siempre el concepto de igualdad remite a un modelo, a un eje central frente al cual compararse. Somos diversos, que es distinto. Ahí hay una expresión clara de identidades que tienen el mismo peso y que tienen el mismo valor, pero si hablamos del tema de la situación, entonces sí se aprecian con claridad las desigualdades, porque no es lo mismo ser pobre que ser rico, tener acceso a la educación que no tenerlo, vivir en una cultura tolerante y respetuosa que en una cultura intolerante o irrespetuosa.
El tema interesante aquí es que, como decía, eso sí implica obligaciones positivas para el Estado, porque el Estado está obligado a modificar esas situaciones para entonces sí poder generar condiciones de igualdad o de equidad, mejor dicho.
Me parece que quienes mejor han vivido esta historia han sido precisamente los movimientos de mujeres. Yo digo que el movimiento general de derechos humanos les debe mucho a los movimientos de mujeres, porque con toda claridad desde hace mucho tiempo, pero digamos más claramente la segunda mitad del siglo pasado, los movimientos de mujeres supieron identificar muy bien cuál era el sujeto a proteger, digamos, a destacar, a visibilizar. De qué manera dotarlo de los atributos necesarios precisamente para poder desbiologizar el debate sobre la igualdad de las mujeres y los hombres, para poderlo desmoralizar y para ir, digamos, abonando en una lógica de protección a partir de una serie de criterios y de atributos que no dependen del sujeto que los coloca, sino más bien que tienen que estar claramente puestos en una serie de disposiciones y de instrumentos y de leyes y de normas que precisamente los hacen exigibles.
Creo que los movimientos de mujeres han tenido esta gran claridad de tener una agenda muy bien planteada, una agenda que sabe claramente a dónde hay que ir, hacia dónde hay que dar el siguiente paso, siempre en esta lógica de ir autonomizando la propia identidad y haciéndola valer frente a otras identidades que históricamente la han sometido.
La historia del aborto, creo, es un muy buen ejemplo de esta agenda de la que estoy hablando. Porque si bien es cierto en el Distrito Federal tuvimos este cambio en el Código Penal en el año 2007, si no me equivoco. Lo cierto es que el tema y el debate sobre el aborto debe tener más de 100 años. Y no es sino hasta este año 2007 cuando se logra que en condiciones como las que tiene la Ciudad de México se dé la posibilidad de hacer una reforma en el Código Penal, que es una reforma que como ya hemos podido ver, ya decía Jacqueline, en el resto del país no solamente no ha podido darse, sino que incluso ocasionó un movimiento de rechazo tal, que generó una serie de cambios para blindar la posibilidad de cambios constitucionales en los Estados. Para blindar la posibilidad de que se reformaran los códigos penales a nivel estatal. Y me parece que eso es significativo: primero, porque da cuenta de la labor… de la importancia que ha tenido la labor de las organizaciones de derechos de mujeres para ir generando conciencia sobre la necesidad de ir creando un concepto de Estado, una visión de Estado que sea afín con estos procesos de los que he venido hablando.
Las reformas del año 2000, todas las que han tenido que ver en esta década hasta llegar al año 2011 son reformas que tienen que tener como resultado un cambio en la óptica de Estado que sea congruente con lo que las propias reformas plantean. En el Distrito Federal, me parece, hemos avanzado mucho en ese sentido. Creo que en el Distrito Federal tenemos efectivamente lo más cercano que existe en el país a un Estado laico.
¿Qué significa un Estado laico? Significa un Estado que no se compromete moralmente en ningún sentido. Es decir, un Estado que es capaz de respetar la multiplicidad morales que pueda haber, de aproximaciones religiosas que pueda haber, de creencias en un espacio geográfico delimitado, pero sin comprometerse con ninguna de ellas, porque sabe que si se compromete con una de ellas cancela la posibilidad para las demás. Esa es la importancia que tiene el Estado laico. Un Estado laico es un Estado que se compromete con el respeto y con el blindaje del espacio público. Lo público tiene que ser público precisamente para que garantice la posibilidad de participación de todas y de todos a partir de los intereses que cada quien tiene, de las creencias que cada quien tiene y de las posibilidades que cada quien tiene. Siendo respetuoso de todo ello, pero al mismo tiempo garantizando que ninguna de esas aproximaciones morales o creencias religiosas o creencias políticas, prácticas políticas cancelen la posibilidad de acceso a los mismos derechos para quienes no condividen de esas mismas aproximaciones morales, políticas o religiosas.
¿Qué pasó cuando se reformó el Código Penal del Distrito Federal? Lo que pasó es que se detectó en principio que había una norma, como ha ocurrido en otros casos, una norma que generaba exclusión. Una norma que por la razón que sea y por la ideología que sea, en los hechos se convertía en un obstáculo para que aquellas mujeres que deseaban abortar pudieran hacerlo en condiciones salubres, en condiciones que no pusieran en riesgo su vida.
El aborto, como ustedes saben, ha existido siempre, y seguramente seguirá existiendo. El tema aquí no era hacer una reflexión sobre por qué existe el aborto, por qué las mujeres deciden o no abortar, sino simple y llanamente aceptar el hecho de que es una práctica que se daba además en condiciones tales que ponía en riesgo la vida de las personas. No solamente era un obstáculo para poder tomar una decisión, que es una decisión personal, que es una decisión que le compete precisamente y solamente a las mujeres y concretamente aquellas que están en esa situación. Pero además de eso, o sea, no solamente es un obstáculo para esa decisión, sino que además se había convertido en una condición de riesgo muy importante. En una condición que pone en riesgo la vida misma de estas mujeres.
Entonces, cuando se modifica el Código Penal, lo que se genera es una condición de inclusión. El Estado se sale del debate acerca de por qué las mujeres abortan, si deben abortar o no deben abortar y simplemente termina admitiendo que dado que existen mujeres que deciden abortar es obligación del Estado no colocarlas en una situación que las ponga en desventaja. Es decir, respeta la identidad de aquellas personas, la decisión como parte de la identidad de aquellas personas que deciden abortar y al mismo tiempo genera condiciones de igualdad, es decir, resuelve las situaciones, genera equidad en las situaciones, para que la negación en la obstaculización del aborto o la criminalización del aborto no se convierte también en un riesgo para la vida o para la libertad de las mujeres.
No hay un debate moral en el fondo detrás del tema de la Reforma al Código Penal debió ser o no debió ser. Es un debate de derechos humanos, tal cual. Es un debate que se hace cargo, digamos, de este valor que tienen estos derechos, de la definición de la identidad de las mujeres a partir de estos derechos y de la necesidad también de no comprometerse moralmente, políticamente, socialmente con una posición que termina siendo un obstáculo para el ejercicio de esos derechos.
Me parece, por lo tanto, que esta agenda que he comentado tienen muy clara los movimientos de derechos humanos de las mujeres ha sabido colocar el tema de manera tal que en este momento hayamos arribado a un cambio legal de esta envergadura, a pesar de que existe o pueda existir una parte importante de personas que generan un rechazo al mismo. Tú dabas una cifra que me parece interesante que es: una de cada dos personas piensan que debería de castigarse a una mujer que comete abortos. Sería interesante saber cuántas son mujeres y cuántos son hombres. Probablemente haya muchas mujeres, inclusive. Pero eso da cuenta de que el cambio legal no es suficiente. Es importantísimo y a mí sí me parece que es fundamental dejarlo claro en una sociedad como la nuestra responde mucho a los cambios legales.
El debate podría haber continuado por mucho tiempo y si esperamos a que existan condiciones de mayor aceptación, probablemente el cambio no se da nunca. Obviamente hay una serie de factores importantes que hicieron posible que ese cambio se diera, pero justo por eso es valioso los movimientos asociados con los derechos de las mujeres, porque estos movimientos han sabido hacer política, han sabido llevar a las mujeres al Congreso, han sabido llevarlas al Senado, han sabido llevarlas a la Cámara de Diputados, han sabido llevarlas a la Asamblea Legislativa del Distrito Federal, han sabido sobrepasar incluso el debate partidista porque en muchos momentos hemos podido ver cómo con independencia de a qué partido pertenecen determinadas representantes, diputadas, senadoras, asambleístas, etcétera, hay como una agenda en común que han llevado adelante y que por lo pronto en el Distrito Federal dio como resultado este cambio fundamental. Pero me parece que el pendiente que queda o los pendientes que quedan son muchos todavía.
Primero, porque estaba buscando el número de quejas que tenemos en la Comisión de Derechos Humanos por temas relacionados con la interrupción legal del embarazo y me sorprende ver que no hay ninguna queja. Desde el 2007 para acá se presentó una queja en algún momento que tuvo que ver con un fallecimiento, desafortunadamente. Pero en los últimos años no ha habido quejas a la Comisión por algún tema relacionado con el ILE. ¿Quiere decir eso que no hay violaciones a derechos humanos relacionadas con la interrupción legal del embarazo? No. Me inclinaría a pensar, más bien, que todavía nos hace falta crear condiciones para que estos estigmas de los que hablaba Jacqueline puedan irse superando, para que las personas que puedan tener complicaciones con la Secretaría de Salud porque se obstaculiza su derecho se sientan lo suficientemente empoderadas como para ir a la Comisión y decir claramente que fueron víctimas de una violación a derechos humanos.
No obstante, es decir, sin el temor, sin la vergüenza que pueda significarles ir por haberse practicado un aborto. El pendiente que queda, por lo tanto, es de una gran envergadura y lo hemos platicado en muchas ocasiones y a Consuelo le decía yo en varias ocasiones: “Tenemos que aproximarnos a las no convencidas”. Porque ya creo que se ha hecho una gran labor con una parte muy importante de la sociedad que está ya plenamente convencida, pero hay que acercar la información a quienes no lo están y ahí, termino con eso, recupero el tema de las obligaciones frente a los derechos. Porque así como decía que el Estado tiene la obligación de garantizar que las identidades se puedan desarrollar y que puedan ejercer sus derechos, eso también es aplicable a los profesores, a las profesoras, a los padres de familia con independencia de lo que nosotros pensemos acerca de lo que nuestros hijos deben o no hacer. Y ese es un tema complicado, pero lo que quiero decir con eso es que, si en mi fuero interno yo como padre estoy en contra del aborto estoy obligado a poderles hablar a mis hijos acerca del tema y poderles dejar con toda claridad sentado en que tienen derecho a recurrir a la interrupción legal del embarazo si esa es su decisión.
A mí me toca darles la información, por supuesto, al Estado mismo le toca dar la información, pero ya no vivimos en un tiempo, y eso es lo que creo que tenemos que ir consolidando, en el que unos decidimos por otros. Esas decisiones tienen que ser tomadas con plena conciencia, con toda la información necesaria, pero tomadas absolutamente con toda la libertad por las personas a las que les compete hacerlo. Creo que ese es el reto que tenemos por delante y bueno, con eso terminaría, muchas gracias.
Aidé García: Bueno, gracias Luis. Ahora por cuestiones de tiempo tenemos un breve espacio para algunas preguntas y vamos a abrir el micrófono para unas cuatro de inicio y vamos viendo los tiempos. Entonces no sé si alguien quiere hacer la pregunta, les pedimos que se presenten y les pasamos el micrófono.
Patricia Benítez: Buenas tardes. Mi nombre es Patricia Benítez. Soy licenciada en Psicología, me dedico a la capacitación de temas de género y derechos humanos. Agradezco su participación. Es muy importante para todas y todos, y mi pregunta va dirigida hacia una inquietud que no solamente es personal, sino también es una inquietud social y tiene que ver con el gran avance que hemos tenido a nivel de legislación en derechos humanos más grande que la institución misma que están siendo modificada y los tratados internacionales de los que México es parte.
El asunto es que eso no termina de cuajar en el país. O sea, muy bonito todo en el papel, todo está precioso en la Constitución, magnífico. Pero cuando uno voltea a ver el país y voltea a ver a Chiapas, Oaxaca, Tijuana… ¿Qué es lo que está ocurriendo? ¿O México solo es el Distrito Federal o qué es lo que está ocurriendo? Porque entonces podríamos decir que parcialmente estamos teniendo logros, pero la realidad es que a México le hace falta mucho. La pregunta es, ¿por qué si a nivel constitucional y México está firmando tratados internacionales, por qué los Estados siguen resistiéndose a modificar sus códigos penales y acatar lo que la Constitución está mandando? [Inaudible]
Laura Moral: Buenas tardes. Me llamo Laura Moral y soy estudiante de bachillerato a distancia. Me animé muchísimo a venir a esta plática. Soy una madre de una joven, tuve a mi hija teniendo 16 años. En algún momento pensé en un aborto, lógicamente el miedo… Hace 17 años que tuve a Sofi no había esa posibilidad. No porque me arrepienta de haberla tenido, pero siento que las circunstancias serían muy diferentes ahora si yo hubiera tenido a mi hija en la actualidad.
Ahora, creo que todo lo que plantean ustedes es cierto. La discriminación de un aborto es terrible. A nosotras como mujeres, no se estoy diciendo que un aborto sea un método anticonceptivo, porque pienso que también es importante hacer conciencia al ser humano para ser precavido y para no embarazarnos. Pero si llegan como en mi caso, a lo mejor por irresponsabilidad y falta de conciencia, por la edad también, creo que dentro del Distrito Federal está magnífico el avance a este derecho que también tenemos nosotras las mujeres y también los hijos para que no tengan que arrastrar a madres jóvenes como nosotras y lidiar con tantas cosas emocionales, porque el impacto de tener un hijo tan joven no todos los seres humanos tienen la capacidad de sacarlos adelante una forma sana.
Entonces mi pregunta es, ¿qué es más factible…? ¿Invertirle más dinero a promocionar métodos anticonceptivos o invertirle más dinero al aborto? Como decían que las clínicas son muy pocas, los médicos también. ¿Qué sería más válido? ¿Invertir más dinero a programas de métodos anticonceptivos o a la interrupción del embarazo?
María Consuelo Mejía: Gracias, soy María Consuelo Mejía, directora de Católicas por el Derecho a Decidir. Les quiero agradecer. Lo que ustedes han planteado hoy me da la idea de que tenemos que tenemos un seminario porque cada uno lo abordó desde una perspectiva diferente, pero creo que lo que dijeron es muy importante. Escuché hoy cosas que amplían o que abren camino para debatir, para el análisis, para la reflexión y en qué consiste el avance.
Me encantó la idea de la identidad que se define a partir de los derechos. El tema de los derechos humanos, el avance de los derechos humanos, el significado que puede tener, que sabemos que tiene y que ha tenido, pero poder articularlo con un tema tan importante [inaudible].
Los tres mencionaron de alguna manera el tema de la cultura, el tema del cambio cultural, del estigma, de la discriminación, de lo que se consideraba normal. Es decir, esa parte me parece que es un aspecto que estamos trabajando últimamente y que cuando miramos los avances, que sí hay muchos y también muchos rezagos, nos encontramos con el tema del cambio cultural está ahí, en el aire, no tengo mucha medida más que la encuesta que hace CONAPRED.
Realmente no tenemos más medidas sobre eso. No en políticas dirigidas al cambio cultural, al cambio institucional relacionado con la concepción de las mujeres como personas con la misma dignidad que los hombres con derechos. Ni siquiera en salud, o sea empezando por salud. Creo que el esfuerzo de la Secretaría de Salud del Distrito Federal… El cambio que tuvieron que hacer de 180 grados de un día para el otro, bueno, eso se traduce un poco en lo que señalaba Jacqueline los rezagos que hay todavía, pero a lo mejor nos habla mujeres que han podido acceder a estos servicios y por el riesgo su vida en su salud. Pero esa parte me parece muy importante [inaudible].
Adriana: Mi nombre es Adriana. Soy estudiante de sociología de la empresa Aragón. No es tanto una pregunta, sino una crítica o un comentario hacia mis compañeras. Yo no siento que se le tenga que invertir más dinero a la concientización de los métodos anticonceptivos. Las encuestas en los porcentajes que ustedes marcaron los mayores abortos son mujeres del Distrito Federal.
Cuestiones que nosotras sabemos. Somos conocedoras de los anticonceptivos, pero, ¿realmente utilizamos esos anticonceptivos? La pregunta es si todas nosotras y todos ellos realmente los utilizamos. ¿Cuáles son los que a cada una le hace efecto? No todas somos iguales. Es muy difícil que en una familia nos hablen de anticonceptivos y lo digo por experiencia. No nos hablan de anticonceptivos a los 18 años.
A mí me hablaron de sexualidad hasta los 22 y tengo 24. Cuestiones que a mí no me impidieron conocer los anticonceptivos mucho antes. Educación sexual: nos imparten la educación sexual en quinto grado, en un libro de ciencias naturales. Bueno, en el caso de mi generación, donde nos ponen una imagen de un aparato reproductivo femenino que ninguna de nosotros sabemos. ¿O alguna lo ha visto y dice: “Oh, esa es la foto de mi vagina”? Nadie.
¿Realmente nos conocemos? Y sí, agradecemos todos los avances legislativos y todas las mujeres que aprovechen eso, pero lo que realmente nosotras necesitamos es que nos hablen y nos eduquen más, porque de nada nos sirve que esté en un papel y que podamos hacerlo si seguimos pidiendo permiso para poder tomar un anticonceptivo. Si seguimos teniendo miedo de cómo expresar nuestra sexualidad, de que somos reprimidas ante una sociedad de doble moral. No es que seamos morales o inmorales. Es que tenemos una doble moral, ¿por qué? Por la educación que cada quien recibe en su casa y eso es lo que nosotros o por lo menos yo, quiero revolucionar. Que cada quien piense y que quiera seguir avanzando. No quedarnos en un papel, sino que se note. Ya sea que sea una, que sean veinte, sean mil mujeres, 90 mil mujeres, que sea todo el país. Muchas gracias.
[Voz de mujer]: [Inaudible] Y a lo largo de todo este tiempo nos ha tocado trabajar con la gran mayoría de adolescentes, mujeres casadas, etcétera. Soy trabajadora social, estuve en el área de psiquiatría. El gran problema que ya se ha venido presentando es el educativo. La educación sexual y la educación en general, respeto a todos los seres humanos, todo esto se da desde la cuna. [Inaudible]. Entonces, es un gran trabajo que nos corresponde a las madres, a los educadores, y bien nos dice la compañera que lo que se necesita es información sexual la que va de las escuelas y esa información la da una maestra, un maestro con una educación recibida hace 10, 15, 20 años y todo eso vamos hacia atrás y muchas veces vamos heredando como un error o un acierto, según nos vaya acomodando.
Además, esta educación que le damos a los hijos o que hemos recibido está respaldada por instituciones gubernamentales, por instituciones católicas, por relaciones culturales. Entonces tenemos que hacer toda una revolución como mujeres, todas las que estamos aquí, las que vamos a ser madres, las que todavía no son madres y bueno. Tenemos esa gran responsabilidad de leer y es algo que tampoco queremos hacer. No nos van a dar nada hecho, tenemos que leer cualquier panfleto católico, anticatólico, lo que sea y hasta una gran enciclopedia sobre sexualidad. Y es cómo vamos a ir formando nuestro criterio. La misma educación nos va a ir dando cierta seguridad y se nos va a quitar la vergüenza de hablar que tenemos vagina, no una cosita. De hablar que tienen pene, no un pajarito, o sea, esa es una gran idea errónea que se ha venido a lo largo del tiempo: “Es que es tu cosita”. No, es tu vagina. Hablar con la verdad, hablar directo y sin tabúes.
Jacqueline L’Hoist: Sobre la primera pregunta de por qué pese a tantos cambios en la Constitución y todo lo firmado no avanzamos, se me ocurriría contestar soez, por pendejos. [Risas] Teniendo todo ahí en la mesa. Y es que se liga con las otras participaciones. Lo que pasa acá en la Ciudad de México es muy claro. Los avances legislativos y de política pública que tenemos cuando tú volteas y ves a la sociedad te das cuenta que la sociedad está en otra tónica muchas veces.
Sin embargo, acá en la Ciudad de México se pudo armonizar. Me parece que hay una cultura ya de respeto, o sea, ya sobrepasamos la tolerancia que es “Nomás te aguanto”, sino ya hemos avanzado un poco en la parte de respeto. Pero la verdad es que no me siento con las herramientas suficientes para decirte por qué no. Son partidos, es cultura, es mirar hacia lo que me conviene a mí y no conviene al otro, en fin. Yo creo que tiene que ver con un análisis también de las y los políticos que se tienen de la impartición de justicia. Tenemos un problema muy muy serio en este país de acceso a la justicia y de debido proceso, y lo acabamos de ver con los últimos acontecimientos.
Lo otro, creo que la educación es deficiente, la educación que se da es deficiente. Excusa, podrían decir: “En la Ciudad de México que es que como no somos Estado, no tenemos una Secretaría, entonces no podemos incidir”, pero eso no es cierto. La verdad es que es bastante deficiente la educación que se da es meramente biológica, ya decía la compañera ya, pero no es de reflexión. Yo no sé, bueno, yo sí creo que al Gobierno, yo sí creo que al Estado sí le toca modificar esa educación que no solamente es cuantitativa. No es cuánto sabes si no, realmente es una educación de calidad que me transforme, que me fortalezca el conocimiento y que me dé la posibilidad de tomar decisiones. Yo así pienso cuando uno habla de educación. Tiene que ver con ese proyecto de vida.
¿A qué le daría yo más? ¿A la planificación familiar, a los métodos anticonceptivos o a la ILE? Mira, te lo digo sinceramente, no es por salirme. Ambas son igual de importantes. O sea, las dos son fundamentales. Estaba yo viendo acá en los datos que sacamos, que por cierto están en la página de GIRE y en el INMUJERES, ahí están, dice: “Por lo que toca a la composición de la familia, el 33 % de las usuarias no tienen hijos”. Entonces, uno dice: “Ah, pues claro, entonces hay que darles formación, métodos anticonceptivos, no sé qué”.
Sin embargo, el 29 % tiene entre uno y dos hijos. Ambas recurrieron a la ILE. Entonces, efectivamente, porque es el derecho a decidir, tú decides. El chiste es que lo que decidas haya suficiente de ambas para que sea la decisión más informada, más segura para mí. Y bueno, en este marco de ejercicio de derechos, por ahí lo dejaré.
Hilda Tellez: Respecto de este primer planteamiento que nos hacen sobre qué pasa si hay un avance legal ya bastante importante, está la reforma constitucional, tratados internacionales, ¿por qué esto materializarlo es muy complicado? No los mareo mucho, les hablo un minutito. ¿Qué pasó con el tema del primero constitucional? Como bien nos decía Luis, estos cambios no es que fueron hoy, despertaron y dijeron: “Vamos a reformar el primero constitucional y le agregamos un tercer párrafo donde se prohíbe la discriminación en México”. No es así. Por detrás hay un trabajo. Estaba el trabajo de la Comisión de Estudios Ciudadanos Contra la Discriminación, donde claramente se demostraba que en México había discriminación y entonces hay una negación también social, una negación institucional. Es decir: “No hay discriminación, porque en México no hay racismo, porque no hay negros”. Cuando realmente sí hay una cultura profundamente arraigada en discriminación, en racismo, en xenofobia, en misoginia, en homofobia y todas las fobias que le podemos colgar, ahí está. Se hace esta reforma constitucional en el 2000 después las que le siguen acompañando y la última reforma.
Realmente es muy nuevo. El avance normativo fue como mucho en estos últimos 10 años, digo, si lo pensamos 10 años es mucho tiempo, pero para generar ese proceso de cambio social y de cambio cultural y de asumirlo y armonizarlo y todo lo que tiene que adecuar para que todo funcionara perfectamente, es muy nuevo. Entonces, sí pasa por el rompimiento de muchas estructuras sólidas, construidas históricas muy complejas. En el tema de solamente el derecho a la no discriminación, sí pasa por un fenómeno donde hay creencias, percepciones, cultura, arraigo y educación preconcebida y creada en ciertos temas.
Aunque la ley diga claramente la Constitución, la Ley Federal, las leyes locales, el Código Penal “sanciona la discriminación”. A pesar de todo eso, cada quien tiene una manera de pensar y decir: “Pues está bien. Pero yo creo que eso no es así”. No es tan sencillo, por ejemplo, hablando de este derecho a la no discriminación como otro tipo de derechos que, medianamente el hacer o no hacer puede ser un poco más claro. Trabajar en este tema de romper estas construcciones es difícil. Trabajar en el tema de romper las construcciones de que si hay normas que de alguna manera protegen y le dan un marco para que las mujeres puedan acceder a sus derechos, aparentemente es fácil, pero traemos también una cultura muy arraigada donde la mujer era como una persona de segunda, donde tenía que pedir permiso para salir para casarse, para comprar bienes, para todo.
El poder romper esto es un proceso que resulta complejo y también les decía que nuestra modificación normativa realmente es joven. Entonces, el impulso de la sociedad civil desde las autoridades del Estado es complicado.
La propia reforma constitucional hace unos días con un servidor público de “X” dependencia nos decía y nos decían un ejercicio de razón muy claro. El día que de verdad todas las autoridades del Estado mexicano entiendan los alcances del primero constitucional, ya no digamos de todas las leyes y todo lo que hay, solo del primero constitucional no vamos a saber qué hacer, porque es amplísimo lo que tenemos que realizar.
Sería el poder entender el artículo primero constitucional hoy a partir de la responsabilidad del Estado en materia de derechos humanos parece podría resolver muchas cosas, pero es muy difícil, muy complicado que eso pase en lo automático solo por estar en la ley. Hay que impulsar muchísimas más acciones. Esta parte de la armonización legislativa es importante, pero también pasa por el proceso de quien hace cumplir la ley, de quien está detrás del escritorio, de quien está detrás del área médica, la trabajadora social, de la persona que recibe en el caso concreto de la interrupción legal del embarazo, de quien recibe a la mujer, de quien le da el primer contacto, de quien educa a los niños.
Claro, bajo la perspectiva en el tema de anticoncepción, no con una perspectiva de derechos, se los dicen así, pero con mucho cuidado: “Híjole, nomás para que tengas la información te aviso que hay métodos anticonceptivos, pero si puedes no los uses”. O sea, es también esa parte la educación complicada. Entonces pasa por varios momentos, pasa por el momento de la reforma legal, pero también pasa por el momento de quien materialmente hace la aplicación de la educación, de la prestación de los servicios de salud, de la impartición de justicia, de todos estos momentos.
Creo que los avances están. Falta mucho, lo que decía y mencionábamos es todavía un gran desafío del Estado mexicano, de las autoridades y de nosotros como sociedad ir impulsando desde cosas mínimas básicas como lenguaje, como decía la compañera, desde cambiarle el mito a la “cosita” y el “pajarito” y hablar por el nombre que son el aparato reproductor femenino y masculino decirle cómo es. Desde ese pequeño cambio hasta el cambio ya propiamente del actuar de la autoridad, yo creo que falta todavía.
Luis González: Estoy con lo que dicen mis amigas y compañeras, pero iría un poquito más allá porque yo decía que un tema estratégico importante de los movimientos de mujeres tiene que ver con el haber impulsado una ley. Si eso lo llevamos al movimiento de derechos humanos, también ha sido estratégico tener la reforma hoy, porque eso atiende a la posibilidad de hacer coercitivas ciertas cosas.
Coercitivas, a veces desde la perspectiva de obligación penal, a veces desde la perspectiva de obligación legal. Es decir, simple y llanamente a partir de las obligaciones que se tienen frente a esas nuevas leyes y la verdad es que esos actos se manifiestan en comportamientos cotidianos que en la medida en la que podamos ir denunciando vamos a poder ir avanzando para que se conviertan en comportamientos mejor establecidos.
Quiero poner un ejemplo. En el caso de los matrimonios igualitarios también tenemos una situación similar. Esto se da aquí en el Distrito Federal, no se da en otros Estados de la República. Pero alguna vez, en algún momento, una pareja de varones que quiso contraer matrimonio en Oaxaca llevó el tema a la Suprema Corte y en la Suprema Corte se determinó que era perfectamente constitucional, que ellos tenían ese derecho constitucional a acceder al matrimonio también en Oaxaca. Eso nos lleva al tema del litigio estratégico del cual tú eres maestra, porque es muy importante articular… No me voy a atrever a decir que eso es lo que tienen que hacer los movimientos de mujeres ahora, pero creo que es muy importante articular los procesos para empezar a hacer litigio estratégico sobre casos específicos en otros Estados de la República, porque ese es el modo de ir logrando que la ley se vaya cumpliendo.
Tú eres psicóloga y seguramente conoces la esta pirámide de Kohlberg y de Piaget. Cuando las personas no atienden por convicción al sentido de la ley, lo hacen por coerción. Hay situaciones en las que la defensa de los derechos de las personas implica poder tener que obligar a pesar de sus creencias o a pesar de sus costumbres o de sus estilos de vida a comportarse determinada manera, y eso creo que las abogadas, los abogados, pero en general las personas que se han dedicado a la defensa de derechos humanos tienen que apostarle al litigio estratégico porque eso tarde o temprano va generando buenos resultados.
Yo creo que esto que dice Consuelo es muy importante porque cómo le hacemos para que efectivamente logremos este cambio cultural. Voy a poner un ejemplo que creo que puede ser muy interesante, y es que las mujeres ya lo hicieron en su momento y lo han hecho. En realidad, lo han hecho en muchos momentos, pero fundamentalmente frente al asunto del divorcio. En los años setenta, ser divorciada o ser hijo de una pareja divorciada implicaba un estigma muy importante.
Hoy en día me parece que eso ya no pasa. Es decir, ya es un dato más. Es un estado civil simplemente. Pero creo que no ha dejado de pesar la decisión de divorciarse en la generación de un estigma para las personas y me parece que eventualmente eso es lo que tendría que ir ocurriendo también con el aborto. Seguramente no es un tema que se resuelva fácilmente, pero poco a poco tenemos que ir enviando el mensaje de que, el haber o no decidido interrumpir el embarazo no es un dato que sea relevante para la vida de las personas. Y eso, por supuesto, hay que irlo internalizando también, así como se internalizan los estereotipos negativos creo que se pueden internalizar los estereotipos positivos.
Bueno, las otras intervenciones iban un poco en el sentido de la educación y tal y creo que es importante aquí distinguir entre un concepto, digamos amplio de educación y lo que es simplemente la transmisión de información, porque casi siempre nos quedamos en este segundo plano. Déjenme hacer una metáfora que espero sea afortunada. Si estuviéramos hablando de una clase de cocina no es lo mismo estar frente a una receta de cómo se hace un platillo, el que más les guste, que estar frente al platillo mismo y degustarlo. Entonces el que las jóvenes, los jóvenes tengan información es importante, por supuesto, pero no es lo mismo cuando está ya en frente de la situación en la que tienen que decidir tener una relación sexual o no. Y digo “decidir”, lo pongo entre comillas porque me parece que un tema que hemos descuidado mucho es la parte emocional. La parte que tiene que ver con entender que la sexualidad pasa mucho menos por la cognición que por las sensaciones y por toda esa parte que es muy humana y yo creo que nos hemos negado, como bien decía alguna persona allá arriba, nos hemos negado a reconocer. Entonces hay que desprejuiciar la sexualidad para poder abordarla de mejor manera.
Aidé García: También invitarlos para la próxima mesa que es “Aborto y derechos humanos: aspectos jurídicos” que se va a llevar aquí nuevamente el próximo jueves a las 4:00 de la tarde y van a estar Pedro Salazar, Francisca Po y Javier Angulo. Entonces, creo que va a ser muy interesante y bueno, muchas gracias y también agradecemos mucho porque creo que quienes hemos estado aquí cada semana hemos visto rostros que han estado viniendo, entonces les agradecemos mucho su interés y su participación en estas mesas de análisis. Muchas gracias.
[Aplausos]
Aidé García: Quiero darles la bienvenida a todas y a todos y agradecerles el que estén acompañándonos en este ciclo de mesas y conferencias en el marco de la exposición “Nuestros cuerpos, nuestras vidas. Cuatro décadas por el derecho a decidir”. Y a nombre de la Alianza Nacional por el Derecho a Decidir, les agradecemos su presencia y también agradecemos a los directivos de este museo por la oportunidad y toda su disposición para, una, para que este tema del aborto mediante una exposición esté aquí en el museo que además es un museo que nos trae en lo simbólico en muchas cosas y que estemos también discutiendo temas como este tema que vamos a analizar hoy, que es “Los signos de la modernidad, el Estado laico y el derecho a decidir”.
Y bueno, voy a presentar a nuestro panel, que además también les agradezco su disposición por estar aquí compartiendo con nosotras y nosotros su experticia en el tema. Voy a presentar a Felipe Gaytán, que es parte de la Red Iberoamericana por las Libertades Laicas. Felipe Gaytán es originario de la ciudad de Guadalajara, Jalisco. Especialista en Teoría Social y Metodología. Estudió la Licenciatura en Sociología por el Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades de la Universidad de Guadalajara. También tiene el grado de Doctor por el Centro de Estudios Sociológicos en el Colegio de México y, bueno, él es profesor investigador en la Universidad de La Salle. Tiene una gran experiencia en el tema y bueno, le doy la palabra.
Felipe Gaytán: Bueno, antes que nada agradecer esta invitación y, sobre todo, agradecer la presencia de cada uno de ustedes y a mis compañeros de panel. Sobre todo, quisiera también hacer énfasis en este lugar emblemático. Estamos en el Museo de la Memoria y la Tolerancia. La memoria tiene dos facetas: recordar y olvidar. Y dice Humberto Eco: “Para olvidar hay que saber qué recordar y para recordar hay que saber qué vamos a olvidar”.
En ese sentido es muy importante, porque a veces en las discusiones sobre este tema nos olvidamos de la parte histórica de lo que nos ha marcado. La huella que ha sido de la lucha por la laicidad a lo largo del tiempo, a lo largo no solamente del siglo XIX, sino del siglo XX y lo que llevamos del siglo XXI.
Lo primero que me llama la atención y lo he dicho en diferentes foros es que estamos discutiendo un tema que parece del siglo XIX: la laicidad, un tema que llevó a liberales y conservadores, que llevó a la fundación prácticamente del Estado mexicano y que hace una discusión a lo largo del tiempo en América Latina. Se han entendido de diferentes maneras la laicidad. En Argentina discutiendo con los colegas, ellos hablan de laicidad como si fuera la descatolización del Estado cuando nosotros estamos discutiendo mucho más que eso, pero son velocidades, son visiones distintas.
Lo primero que quisiera hacer énfasis es que más que hablar del Estado laico tenemos que empezar a hablar por lo que es la “laicidad”. El Estado laico finalmente es una instrumentación de esto que llamamos “la laicidad”, y lo primero que hemos hecho hincapié siempre es en mencionar lo que no es la laicidad. Lo primero que no es, es reducirla a la separación entre Estado e iglesias. Es mucho más que eso, porque la laicidad apela sobre todo al individuo, al ciudadano, a sus libertades y a sus derechos. Y en el caso de la separación del Estado y las iglesias es una parte de la agenda. La libertad y los derechos de cada ciudadano no pasan solamente por las iglesias. Pasan por los grupos que a veces intentan imponer su agenda. Pasan por a veces los funcionarios que no atienden los reclamos. Pasan hasta por la familia. Es decir, tenemos que entender que la laicidad más que un fin, es un proceso.
Y en este caso, la laicidad es mucho más que la separación entre el Estado y las iglesias, y es mucho más que pensar que es una parte ideológica y casi podríamos decir jacobina. El laicismo poniendo el término “ismo” implicaría una posición jacobino, una posición ideológica, una posición anticlerical. La laicidad no es anticlerical. La laicidad tiene otra dimensión, y eso es lo que voy a empezar a definir.
Nosotros, junto con Roberto Blancarte, hemos estado discutiendo este tema y llegamos a la conclusión y parte es la gran aportación de Roberto, que dice: “La laicidad es un régimen de convivencia social donde impera la voluntad general”. Por voluntad general no hablo de mayorías, hablo de aquello que nos motiva a tener lazos de solidaridad, de respeto y tolerancia. Y más que de tolerancia en un sentido anterior peyorativo, sino tolerancia en términos de la aceptación y del entendimiento con el otro.
En ese sentido, la laicidad lo que hace es este régimen de convivencia que respeta cada uno de los individuos y ciudadanos en su dimensión. Lo que hace el Estado laico es condensar esto que llamamos la laicidad para instrumentalizarla, para volverla un hecho evidente, y nosotros hemos comparado el Estado laico como un semáforo que nos permite como organizar, respetar y, sobre todo, organizar las diferentes velocidades de la sociedad. Habrá grupos conservadores que reclaman espacio y tendrán espacio. Pero ojo, cuando se habla de políticas públicas, se habla de ciudadanos, no se habla de organizaciones ni de creyentes. En principio, porque son los ciudadanos los que tienen la voz dentro de una sociedad democrática, lo que hace la laicidad es reconocer la voluntad general en esos ciudadanos y tomar la voz de los ciudadanos. No trata con creyentes y no trata con organizaciones y en si alguien tiene su creencia lo podrá manifestar en espacios de lo público, pero no en la toma de decisiones que compete a todos los que participamos en la red pública, en el espacio público.
Se ha discutido mucho sobre la laicidad sobre todo pensando en que, y esta es una discusión que nos hemos encontrado y se dice: “La laicidad es parte de la democracia”. Entonces vemos de entrada a que participen todas las organizaciones religiosas y todos los grupos conservadores. Démosle cabida a todo. La pregunta es ¿quiénes deciden qué grupos entran y qué grupos no entran? Alguien diría: “Seamos democráticos y demos voz a todas las iglesias en la definición de las políticas públicas: los católicos, los evangélicos, los mormones, como si todos fueran iguales”. Ese no es un Estado laico. En principio porque el Estado laico reconoce a los ciudadanos, si fuera así, no sería un Estado laico, sería un Estado pluriconfesional.
Y en ese sentido me limitaría muchísimo lo que en este caso son la libertad y los derechos de las personas y otra cosa más aún si llegaran a aceptar a las diferentes organizaciones como parte de las políticas públicas, recordemos, y en el caso de las iglesias, las iglesias no representan a los creyentes, las iglesias representan a una entidad supranatural que da los designios que los creyentes tienen que seguir sus preceptos. Entonces, en realidad, si aceptáramos en el espacio público, en la toma de decisiones a todas las demás organizaciones, ¿con quién está negociando el Estado? ¿Con quién estaría dialogando?
El problema que tenemos hoy y que nos convoca esta mesa que es el Estado laico y las libertades y los derechos que tenemos las personas para decidir nos lleva sobre todo a un tema muy puntual: cómo construir la libertad, cómo construir los derechos en el respeto del otro y en la aceptación del otro y sobre todo, en la organización de lo que es común, lo que nos es común.
Y en ese sentido, lo que tenemos, sobre todo en el Estado laico y en la laicidad en general, es cómo organizamos estas libertades y estos derechos. Hay algo importante, el Estado laico a veces se ha pensado como si fuera un Estado neutral. No hay neutralidad en esto. Siempre he dicho que los únicos neutrales son los muertos y a veces ni esos, si no pregunten en Argentina Evita Perón o en México si los muertos en realidad son neutrales. No hablamos de neutralidad, hablamos de imparcialidad. En ese sentido el Estado laico debe de garantizar la imparcialidad y la imparcialidad implica dar espacio a todos los demás en la discusión, pero la toma de decisiones tiene que ser los ciudadanos lo que tomen las riendas.
Otra de las cosas que tiene que hacer el Estado laico, en los mínimos posibles, tiene que dar las garantías de una convivencia entre los demás ciudadanos y no se debe meter en principio en una discusión de carácter moral o de carácter ético. Tendrá que hacer el espacio si los ciudadanos deciden que sea en otro sentido, lo va a ser.
Cuando en el Distrito Federal se aprueba la ley de interrupción del embarazo el Estado se le obliga en este caso al Estado mexicano, el Gobierno del D. F., es a garantizar el acceso a los servicios médicos de una mujer que decide interrumpir su embarazo. No decide si está bien o está mal simplemente garantiza. Suficiente tiene la discusión de una mujer en su cuadro interno para saber si va a abortar o no lo va a hacer, para discutir con su familia, para discutir con su grupo como para que el Estado llegue y también intente como definir qué es lo mejor para ella.
El Estado tiene que ser garante solamente en ese sentido. Y el Estado, recordemos algo muy importante, el Estado tiene obligaciones, no tiene derechos. Los que tienen derechos son los ciudadanos. El Estado tiene una obligación y como obligación tiene que ofrecer y garantizar las libertades y los derechos de cada uno de nosotros. Si algún funcionario en objeción de conciencia decide no prestar el servicio médico, legal, etcétera, no importa. La discusión no está con el funcionario que está ahí, por supuesto que el Estado debe removerlo y colocar a un funcionario que sí cumpla en este caso la ley. Recordemos que a las personas, y eso es una discusión que se ha dado, no se le quita su creencia y se ponen de funcionario, no. Cuando está en el Estado representa al Estado mismo y debe ser muy clara toda esta discusión sobre la laicidad y, sobre todo, la organización de lo que le hemos llamado el Estado laico.
Como colofón de todo esto, porque también tendrán mucho que decir mis colegas, nosotros hemos abogado por la laicidad, pero más que por la laicidad es por las libertades laicas, que no es otra cosa más que las libertades civiles. ¿Cuáles son estas? La libertad de decisión, la libertad de conciencia, la libertad de participación, la libertad de información y la libertad de decidir sobre el cuerpo, pero también decidir su relación con los otros.
Nosotros hemos centralizado la dimensión de la laicidad en un principio: el principio de construcción de ciudadanía. La pregunta es, ¿cómo construimos ciudadanía hoy? ¿Cómo podemos hacer posible esta voluntad general en este mundo plural a veces distinto, distante y disperso podamos conciliar los intereses en algo que le hemos llamado bien común? El bien común se vuelve a veces algo etérico y no lo es tanto.
Por eso, y lo he mencionado en diferentes ocasiones, cuando se habla de tratar de entender esta dimensión ciudadana, tratamos de reducir o compensar todas las expresiones, toda la multiculturalidad, toda la diversidad de estilos, tendencias, pensamientos a uno solo y le llamamos “crisis de valores”. Este discurso ha dado lugar a que muchos grupos conservadores y a veces el Estado mismo pida auxilio para decir: “Ayúdame a organizar la sociedad porque se ha perdido la moral”.
En sociología tenemos un término que se llama “anomia”. Anomia no es pérdida de valores, es la baja en la densidad moral y la densidad moral baja porque el mundo se ha vuelto diferente, se ha vuelto múltiple. La pregunta es, ¿qué valores en realidad estamos apostando cuando hablamos de crisis de valores? ¿Cuáles? ¿Quiénes? ¿Cómo? Y fíjense que muchos grupos superconservadores han utilizado esto para imponer su agenda. Véanlo sino. En muchas ocasiones dentro de la propia Iglesia católica y otro tipo de iglesias promueven sus valores como si fueran los únicos y verdaderos en un mundo donde se ha vuelto disperso. Nietzsche decía que los dioses han muerto, pero de risa, porque un solo Dios se dijo el verdadero. Tenemos que aceptar que el mundo es hoy diverso y disperso. El reto de la laicidad y el derecho a decidir de cada uno de nosotros implica la posibilidad de re-conocer cada una de nuestras individualidades, pero también nuestra propia identidad, nuestro propio sentido de pertenencia.
La laicidad tiene un reto y es que tenemos que entenderla como un proceso, no como un fin. ¿Y cuál es el reto? Hasta ahorita ha sido construida en una dimensión liberal de un ciudadano con derechos, como si todos fuéramos iguales cuando ahora se reivindica la diferencia. La laicidad tiene que transitar este reto de reconocer lo diferente, lo distinto y ser capaz de generar redes de inclusión respetando la libertad de cada uno, de pensamiento, palabra y no omisión. [Risas]
Con esto concluyo por respeto también de ustedes, nada más tenemos que entender que cuando hablamos de laicidad hablamos de un régimen de convivencia. No hablamos de laicismo porque no es una postura jacobina anticlerical. No hablamos de separación entre Estado e iglesias y vean, siempre tenemos la trampa de poner relación iglesias-Estado, cuando en realidad la relación debe de ser discursivamente Estado e iglesias. Y curiosamente, el discurso de la laicidad se vuelve un discurso de los grupos más conservadores que exigen una laicidad, nada más que le agregan el adjetivo positivo. Uno de los discursos de Ratzinger en Francia fue: “Abogamos por una laicidad de corte positivo” ¿Cuál es esta? Reconocer los valores cristianos, católicos, particularmente en la concepción democrática y nadie niega eso, pero no tiene la potestad la Iglesia católica de decir que son los poseedores de estos valores cristianos en la construcción del Estado moderno.
La laicidad positiva, quitémosle los adjetivos “positiva-negativa”. Dejémonos simplemente en “construcción de la laicidad para una ciudadanía del siglo XXI”. Muchas gracias.
[Aplausos]
Aidé García: Gracias, Felipe. Bueno, le damos la bienvenida a Beatriz. [Aplausos] Ahora un anuncio antes de darle la palabra a Martha Tagle y es que vamos a terminar 15 minutos antes de las seis, porque posiblemente podemos dar un paseo por la exposición para quienes no lo han hecho, entonces esta es una buena noticia.
Ahora presento a Martha Tagle, que ella pertenece a un grupo defensor del Estado laico que es República Laica. Martha Tagle nació en Puebla y es egresada de las Licenciatura de Ciencias Políticas y Administración Pública de la Universidad Nacional Autónoma de México. Feminista por convicción, que se ha forjado al lado de las organizaciones feministas y de mujeres, comprometida con la defensa e impulso de los derechos humanos, luchadora social convencida de que las mujeres y los hombres solo podrán ejercer plenamente sus derechos en condición de igualdad, democracia y justicia.
Martha Tagle fue diputada, impulsora de la reforma constitucional del artículo 40 donde sube a rango constitucional la laicidad del Estado que justamente ahora también celebramos que ese artículo 40 ya fue reformado y, bueno, ella fue diputada en la 60 legislatura de la Cámara de Diputadas, también fue secretaria de la Comisión de Equidad de Género e integrante de la Comisión de Atención a Grupos Vulnerables y Fortalecimiento al Federalismo, así como del Comité del Centro de Estudios para el Adelanto de las Mujeres y la Equidad de Género. Y bueno, Martha Tagle ahora sigue trabajando arduamente por la defensa del Estado laico y los derechos de las mujeres. Bienvenida.
Martha Tagle: En primer lugar, un agradecimiento a la Alianza por el Derecho a Decidir por esta invitación y la oportunidad de compartir esta mesa con amigos a los que generalmente nos encontramos en mesas similares hablando sobre este tema tan importante para los derechos de las mujeres. Agradecerte a ti, Aidé y a Consuelo, la oportunidad de también encontrarme con amigas como Beatriz que está el día de hoy con nosotros y nosotras.
En este tema afortunadamente nos hemos ido encontrando varias personas en la misma dinámica, tanto políticos y políticas como personas integrantes de la sociedad civil que hemos venido trabajando de manera conjunta para poder ir en muchos de los casos batallando contra amenazas que a cada rato nos encontramos. Además de eso quiero agradecer la oportunidad por el marco en el que se da esta mesa. Hablar de “cuatro décadas por el derecho a decidir” se dice muy fácil, pero no ha sido una tarea sencilla y sigue sin serlo.
De hecho, todavía seguimos a diario batallando por el derecho a decidir de las mujeres y, en mayor o menor medida, han participado muchas organizaciones, muchas mujeres que además se han venido pasando una tras otra. Entonces la oportunidad ahora de recordar que ya se lleva un buen trecho avanzado en cuatro décadas por este derecho a decidir de las mujeres y poder tener la oportunidad de, como les decía, compartir esta mesa con personas que como ustedes han escuchado desde la Academia alguien como Felipe y Roberto han ido impulsando toda una serie de estudios y documentos que nos han sido fundamentales para dar argumentos a quienes nos dedicamos a la política de la mano de la Academia, que han venido haciendo estudios, foros y congresos sobre la importancia que tiene para nuestro país la laicidad.
También a Bernardo que ya lo escucharán, además de tener también toda esta parte académica sin duda es un conocedor de la historia contemporánea en estos temas y además las narra de una manera increíble. Hoy en día me recreo oyéndolo por Martha Debayle, por eso la escucho para escuchar a Bernardo y Héctor que viene en representación de María de Los Ángeles Moreno que sin duda ella ha sido una gran aliada en este tema que ahorita ya les platicaré como muy, muy
brevemente cómo se dio este tema de la reforma al artículo 40 constitucional donde María Los Ángeles Moreno, en ese entonces senadora, formó parte fundamental para que esta reforma pudiera concretarse y el día de hoy podamos celebrarlo formalmente. Ahora si dejo los agradecimientos para entrar de lleno en el tema.
Quiero decirles que de entrada me motivó mucho el poder participar desde el mismo nombre de la mesa: “Los signos de la modernidad: Estado laico y derecho a decidir”. Me motivó mucho porque hablar de la modernidad, siempre que hablamos de la modernidad o cuando se refiere uno a algo moderno, piensas efectivamente que es de avanzada, progresista, hacia adelante. Digo, si nos fuéramos a revisar el concepto. De hecho, lo estaba haciendo un poco antes de hablar y nos pueden hablar desde la parte histórica, filosófica, etcétera, pero en la parte de lo común hablar de lo moderno significa lo nuevo, hacia adelante, progresista.
Sin embargo, quiero proponerles estos signos de la modernidad hoy en día qué es lo que representan en este tema del Estado laico y el derecho a decidir. Los signos de la modernidad o como se construye nuestra realidad hoy en día en estos temas muchas veces son de avances y retrocesos. De dar un paso hacia adelante, pero también ver que hay varios retrocesos, y así se viene construyendo esta modernidad nuestra y es muy importante tener muy claro el momento en el que nos encontramos ahora para poder hacer un análisis muy a fondo de qué es lo que viene y estar alerta hacia adelante para seguir construyendo lo que viene, porque la modernidad no necesariamente en nuestro país, sobre todo ahora en el inicio de un nuevo sexenio, nos obliga a quienes estamos comprometidas con este tema de hacer un análisis muy serio de dónde estamos y qué es lo que viene. Porque ya vivimos 12 años de un Gobierno de derecha y pudimos ver lo que sucedió durante estos 12 años, pudimos avanzar en algunos temas, pero también hubo serios retrocesos y en diferentes medidas, en el país hay diferentes realidades. Entonces también eso es importante tenerlo muy claro para ver qué es lo que viene hacia adelante, insisto, de cara a una nueva administración y qué es lo que puede significar para quienes estamos trabajando en estos temas.
En ese sentido, los signos de la modernidad se han construido en nuestro país a base de avances, pero también de retrocesos y eso es lo que quiero que lo tengamos muy presente. Y así voy desgranando el nombre de esta mesa. También está el tema del Estado laico que ya aquí Felipe les daba toda una fundamentación sobre el tema de la laicidad. Yo he ido aprendiendo de ellos a utilizar incluso de manera correcta los conceptos y entender muy bien la importancia que tiene la laicidad para el ejercicio de nuestros derechos no solamente el derecho a decidir de las mujeres sino entender que la laicidad se constituye en una garantía de los derechos de todas las personas. Así como hay garantías constitucionales en nuestra Constitución, valga la redundancia, desde el amparo, nuestra Constitución tiene garantías.
Yo creo que el Estado laico debe de ser esa garantía para que todos podamos ejercer nuestros derechos, porque el Estado laico lo que garantiza es que independientemente de la forma de ser, de pensar, de vivir, de creer o no creer todos y todas las personas tenemos los mismos derechos y el Estado tiene la obligación de respetar esos derechos y por eso es que tiene que ser un Estado con esa visión laica, para que independientemente de cómo piensen, vivan, convivan las personas que vivimos en este país, el Estado nos garantice a todos los mismos derechos. Desde los más básicos, pero todos los que han sido reconocidos y aquí hay una parte fundamental de estos avances que hemos tenido como es el tema de los derechos humanos.
Ustedes saben que recientemente también se aprobó una reforma constitucional en materia de derechos humanos que dentro de otros importantes avances que esto significa, de entrada es reconocer el orden jerárquico de los derechos humanos. Eso quiere decir, todos los tratados y convenios internacionales en materia de derechos humanos que han sido firmados por México y ratificados por el Estado mexicano, forman ya parte de esos derechos reconocidos para todas las personas que vivimos en este país.
En ese sentido, tenemos este marco legal muy importante, porque sin duda en ese marco legal las mujeres hemos avanzado de manera importante. Hay una serie de convenciones y tratados internacionales que protegen y amplían los derechos de las mujeres, el reconocimiento de los derechos de las mujeres y ahora ya forman parte a partir de esta reforma constitucional de los derechos reconocidos para las mexicanas y teniendo la garantía del Estado laico justamente todas las personas podemos ejercer esos derechos. Son temas que van de la mano.
Decirles que, además, precisamente dentro del Estado laico en estos temas de la modernidad que creeríamos que ya no se tendría que hablar y que es un asunto como decía Felipe del siglo XIX el tener que hablar de liberales, conservadores, desafortunadamente nos topamos que eso no era una realidad y que estábamos viendo importantes retrocesos en este tema y aparte ver cómo se empezaban a mover los poderes con respecto a la laicidad del Estado, que empezaban a impulsar leyes contrarias a la laicidad del Estado con una visión muy particular de ver las cosas que tiene que ver con una visión religiosa que es muy respetable, pero en el ámbito de cada persona y que el Estado no podía asumir ese tipo de visiones, vimos la necesidad de entonces de impulsar una reforma al artículo 40 que finalmente es una reforma al artículo 40.
Pero cuando se planteó, de hecho, fue una reforma que era mucho más amplia e incluía más artículos con la intención de dejar en la Constitución la garantía de esta laicidad como una base para el ejercicio de los derechos de todas las personas, pero en estos procesos legislativos terminó creando una reforma el artículo 40 que establece a partir de esta reforma que México es una República representativa, democrática y laica. Me tardaré mucho contándole la historia de lo que significó esta reforma, y no puedo entretenerme tanto, pero sí debo decirles que es una reforma que nos costó mucho trabajo. Varios de los que estamos aquí compartimos el trabajo que eso implicó, los que están dentro del público también compartimos el trabajo desde idear la iniciativa. O sea, fue una iniciativa que no hicieron unos legisladores en el Congreso o en su escritorio, no. Católicas por el Derecho a decidir, el fuero eclesiástico, varias organizaciones nos convocaron a legisladores de diferentes partidos a sentarnos en una mesa y ver qué podíamos hacer para fortalecer la laicidad del Estado mexicano.
En esas mesas implicaron fácil 6 meses de reuniones para poder concretar en una propuesta de iniciativa que llevamos al Congreso y en el Congreso las cosas tampoco fueron fáciles. Estoy hablándoles de por ahí del 2007. Nos tardamos muchos años en que se concretara. De hecho, terminó la legislatura y no se aprobó en esa legislatura. Estoy hablando de la 60 legislatura que fue del 2006 al 2009, donde con Beatriz compartíamos, fuimos legisladoras ambas, fue una de las impulsoras que también firmó esta iniciativa.
Además, buscamos que fuera una iniciativa muy plural. La firmaron de origen como proponentes diputados de los 8 grupos parlamentarios representados en ese momento en la Cámara de Diputados y, sin embargo, a pesar de que era así tan plural, tan hecha con las organizaciones de la sociedad civil, no pasó esa legislatura. Fue por eso que acudimos a la siguiente legislatura, que era la 61 y además habíamos logrado que se aprobara en la Cámara de Diputados, pero tenía que pasar el siguiente turno que era en el Senado y fue justamente ahí donde coincidimos con María de Los Ángeles Moreno y con hacer toda una estrategia de cómo podía aprobarse esa reforma en el Senado de la República.
Y ahí se unieron muchas más organizaciones y muchas más fuerzas con intención de apoyar el impulso de esta iniciativa. Decirles que también implicó muchas reuniones y finalmente se aprobó. Pero ¿saben cuánto tiempo pasó para que esto se aprobara? Incluso yo casi lloro de la emoción, porque afortunadamente me tocó estar en el momento en el que en la Cámara de Diputados, el 8 de noviembre 2012, estamos hablando casi 5 años después de haber ideado la iniciativa, en la Cámara de Diputados leyera en los Estados donde ya se había ratificado esta reforma constitucional y se aprobara.
Formalmente se aprobó el 8 de noviembre de 2012, se declaró la constitucionalidad de esta reforma y se publicó en el Diario Oficial el 30 de noviembre del año pasado, recientemente. Pero no todo ha sido fácil, como les digo, hay avances y retrocesos y ahí está latente otra reforma que como en toda la política es toma y dame, pasaba la del 40, pero también pasó la una reforma que creemos regresiva que es la reforma al 24 constitucional pasó en el Senado y pasó en la Cámara de Diputados y está ahorita en el tema de las legislaturas locales.
Desafortunadamente yo no llevo el conteo exacto, pero estaba leyendo para poder hacer esta exposición y llevan 16 legislaturas, solamente falta una para que sea declarada constitucional esta reforma. Esta reforma constitucional, muy rápidamente, establece lo que se llama la libertad religiosa que escuchado así no parecería mal porque es garantizar la libertad religiosa, pero el tema de cómo han venido manejando el concepto y seguramente ahí quienes manejan los conceptos de manera mucho más profunda podrán explicar a mayor profundidad lo que esto implica, pero entre otras cosas es a través de esta reforma que la jerarquía católica ha buscado seguir influyendo en el ámbito de la vida pública desde el tema de la educación en espacios de medios de comunicación, en llevar afuera sus cultos religiosos, a tener mucho más mayor influencia en el ámbito de lo público y esta reforma ya está a punto de aprobarse.
Finalmente, porque ya se me está terminando el tiempo, el tema de derecho a decidir fue el que nos puso una alarma cuando afortunadamente después cuatro décadas de insistir en el Distrito Federal se logró que se diera la reforma para garantizar la interrupción legal del embarazo. Eso nos emocionó mucho a quienes estamos en este tema, pero no tardó mucho tiempo la reacción. La reacción fue impulsar contrarreformas en los Estados para establecer en las constituciones locales el derecho a la vida desde el momento de la concepción.
Tal cual, incluso también la concepción que tampoco implicaría un término jurídico, ni laico ni nada, sino “concepción” así tal cual que tiene sin duda muchas definiciones desde una visión religiosa, se estableció en 17 congresos locales en el lapso de 1 año y medio. ¿Se dan cuenta la diferencia? Mientras nosotros nos tardamos en impulsar una reforma constitucional 5 años, estas reformas en 17 Estados se dieron en menos de año y medio. No importando lo que las organizaciones hicieran por tratar de detener estas reformas y desafortunadamente siempre creemos que ya es una aduana que ya pasamos y ya no va a pasar más.
Las reformas contra el derecho a decidir se siguen dando, se siguen presentando los Estados. De hecho, la semana pasada se acaba de desactivar una en Aguascalientes. “Desactivar”, pero ahí sigue latente, o sea, no se ha muerto esa iniciativa, igual hay una en Zacatecas. Hay varias todavía iniciativas latentes de esta reforma para establecer derecho a la vida en el momento de la concepción, que entre otras cosas penaliza incluso el tema de métodos anticonceptivos textualmente no, pero se utiliza esa reforma para penalizar sin duda el aborto, para penalizar muchas cuestiones que tienen que ver incluso con investigaciones científicas en óvulos fecundados.
Y esta ha sido una herramienta que se impulsó desde la jerarquía católica y que sin duda hemos visto en estas contrarreformas un activismo directo de la jerarquía católica para que se aprobaran las contrarreformas al derecho a decidir y lo mismo que la reforma al artículo 24 constitucional. De hecho, la nota de quien hace el conteo de que llevan 16 Estados donde se aprobó la reforma el 24 constitucional la hace precisamente la arquidiócesis de Xalapa. O sea, ellos son los que están empujando las iniciativas y están muy en el cabildeo de estas reformas y tendría yo más que decirles, pero el tiempo se me ha acabado. Lo único que quisiera proponerles es que a las organizaciones con las que trabajamos es sí hacer un análisis de tipo FODA: las fortalezas, oportunidades, debilidades y amenazas que tenemos de frente, porque creo que es muy importante y es un buen momento para hacerlo, para poder seguir haciendo estrategia para avanzar en los derechos y estar en la posibilidad de seguir construyendo una sociedad que esté basada en derechos y responsabilidades y no en pecados y culpas. Muchas gracias.
[Aplausos]
Aidé García: Sí, creo que todavía nos queda un gran trabajo que hacer, ya ahora con el artículo 40 reformado, pero también es hacer que hagamos de verdad un ejercicio pleno de las libertades que el Estado laico garantiza y en ese sentido, habría que seguir trabajando en el tema.
Y bueno, ahora voy a dar la palabra a Héctor Casillas Martínez que viene en representación de la diputada María de Los Ángeles Moreno. Héctor es licenciado en Derecho y maestro en Gobierno y Políticas Públicas por la Universidad Panamericana, obteniendo en ambas mención honorífica y, bueno, cuenta además con especialidades en Derecho Administrativo y Derecho Constitucional por la misma Universidad. También ha sido docente en la cátedra de Estado laico en el diplomado de la escuela de políticos impartido por el Senado de la República y actualmente es asesor político del Partido Revolucionario Institucional y asesor de la diputada María de Los Ángeles Moreno. También es secretario técnico de la República Laica, Asociación cívica que defiende el Estado laico.
Héctor Casillas Martínez: Como siempre, un gusto, un placer poder platicar, poder dialogar en estos temas. Agradecer la invitación a mi amiga Aidé, a nuestras amigas de Católicas por el Derecho a Decidir. También saludando a todos los comunes amigos de esta gran lucha que hemos tenido, nuestros amigos del Foro Intereclesiástico, Enrique Davis también del Partido Revolucionario Institucional y también a la exdiputada Beatriz Pagés que también me honra mucho saludar. Bueno, quiero darles un fuerte abrazo, deseándoles un feliz año en este comienzo que estamos por trabajar esta misma causa. Saludo también a Felipe Gaytán y Bernardo Barranco y a Martha Tagle también de igual manera, muchas gracias.
Primeramente, lo que siempre es difícil para un servidor en estos casos, disculpar a alguien de la talla que lo es María de Los Ángeles Moreno, actual diputada, que en esta ocasión no pudo acompañarnos debido a un llamado desde el presidente de la República para un evento en el cual ahorita se encuentra. Ella se disculpa y me pidió mucho que reiterara el interés que tiene en este tema, el interés que tiene en que podamos seguir continuando con esta lucha, porque es una lucha constante que tenemos y que debemos cada uno poniendo nuestro pequeño o más bien grano de arena poder salir adelante.
Creo que también estoy hablando mucho y reiterando las dificultades, pero siempre es difícil teniendo como antecesores a Martha Tagle, a Felipe Gaytán, que son personas expertísimas en este tema y lo que un humilde servidor pueda comentarles. El interés que tenemos y que la diputada María de Los Ángeles me instruyó para platicarles qué fue lo que sucedió, un breve retroceso y todo lo que pasó para que llegáramos actualmente a lo que hoy tenemos como una reforma constitucional del artículo 40.
Ya lo mencionó Martha Tagle, creo que fueron reuniones muy fuertes y de mucho tiempo. Todos los que estamos aquí la mayoría creo que estamos conscientes del arduo trabajo, reuniones, trabajos, conferencias por todos los Estados de la República para poder lograr esta conclusión, este gran trabajo que es el artículo 40 constitucional. Desde inicios del 2005 cuando empezamos a reunirnos ya formalmente en 2006, que fue para consolidación de esta iniciativa, decidimos un grupo de personas autonombrarnos como una asociación civil que ahora que es República Laica. Este grupo, quisiera comentarles, es un grupo completamente rico, ya que se encuentra conformado por integrantes de sociedad civil, integrantes de diversos partidos políticos y quisiera decirle todos, creo que incluso de Acción Nacional también tuvimos ahí a dos integrantes, un grupo que realmente teníamos la finalidad de encontrar este Estado laico, un Estado laico material dentro de esta República Mexicana.
Entonces fue el momento en que decidimos a través de los entonces diputados que aquí se encuentran presentes Martha Tagle y Beatriz Pagés, y además de un número más de diputados que firmaron esta iniciativa, una iniciativa que ustedes sabrán para que se cambiara una palabra nos costó muchísimos años. Nos costó incluso como lo comenta Martha que culminara una legislatura para que hubiera mejores condiciones y unas condiciones idóneas en la conformación de la Cámara para que se aprobara.
Los que estuvimos ahí sabemos que esa legislatura no estaba conformada por una cantidad que nos favoreciera para que se aprobara, como lo necesita una reforma constitucional de las dos terceras partes, y en la 61 legislatura fue cuando hubo las condiciones posibles para que se aprobara y por una extensa mayoría.
Lo que a mí me correspondió en ese entonces estando con la entonces senadora María de Los Ángeles Moreno fue un trabajo sumamente difícil. Un trabajo que les debo decir fue incluso difícil para ella al interior del partido en el cual militamos, porque tuvimos una contrarreforma, quisiera llamarla así
del artículo 24 constitucional. El entonces diputado López Pescador, que nos movió bastante el panorama. Al parecer queríamos pensar que había confusiones en cuanto a lo que era el tema Estado laico, en cuanto a lo que eran las libertades o libertad religiosa que también son conceptos distintos. Sin duda alguna fue un tema importante y un tema que fue sujeto a negociación para que pasara nuestra iniciativa. Es decir, los que nos hemos dedicado al legislativo desde unos como legisladores y otros al lado de los legisladores apoyando sabemos que cuando hay una iniciativa tan importante o que conlleva tantos riesgos, sobre todo en ese entonces la agrupación de derecha, era poner de sostén una contrarreforma por la cual fuera motivo para una negociación.
Esta negociación tuvo que ser desafortunadamente la reforma al artículo 24 constitucional que hoy podemos decir que ya es una realidad, aunque no nos agrada creo que a nadie de los liberales que estamos aquí. Sin embargo, hicimos todo lo posible porque caminara en el Senado. En el Senado tuvimos también diversas circunstancias. El Senado con 128 senadores, necesitábamos de dos terceras partes en ese entonces, si mal no me ataca la memoria, eran 50 senadores panistas. Ellos tenían la mayoría completa y ni nosotros reunidos, es decir, el PRI, Partido Verde, Convergencia, Partido del Trabajo, PRD, podíamos lograr la votación de las dos terceras partes. Necesitábamos convencer por lo menos a 7 senadores panistas. Este trabajo fue sumamente difícil, luego en el momento también una coyuntura muy importante para el revolucionario institucional. El entonces presidente que dictaminaría esta iniciativa minuta es designado presidente nacional del PRI, se cambia a la vez el presidente de la Comisión de Puntos Constitucionales, hubo un nuevo senador también priista en el que también hubo dificultades, sobre todo con las negociaciones con confusiones de muchos legisladores en lo que recuerdo todavía en reuniones que tuvimos en las que decían: “Yo soy laico, pero sí a mí me dicen “libertad religiosa”, pues es un término laico”. Realmente no vemos todas las libertades que están notando que realmente jugarían para una contraofensiva que sería muy diferente y muy difícil para nosotros.
Finalmente se aprueba esta minuta en el Senado de la República, pero en el mismo momento se tenía que negociar con el 24 constitucional. Esa fue la condición. Algo que me enorgullece decir es que la entonces Senadora María de Los Ángeles Moreno no votó a favor del artículo 24 constitucional. A pesar de que muchos priístas lo hicieron. Esto es algo que sí me pidió la ahora diputada que lo recalcara, que ella siempre ha sido muy fiel a las convicciones ideológicas del partido, porque muchos priístas creo que han tenido una confusión, pero ella siempre ha sido consciente y ha sido objetiva con todo lo que es ser un Estado laico, como lo vienen los estatutos y en los documentos básicos de nuestro partido.
Ella siguió y continuará ahora en día despachando desde la Asamblea Legislativa del Distrito Federal, tenemos también proyectos para promover este Estado laico, para retomar el tema de las insignias de las letras de oro para que se encuentre como Estado laico en la Asamblea Legislativa. Estas dificultades tuvimos, este momento es en el que nos encontramos, es un momento actual hablar de Estado laico porque a pesar de que sea los antecedentes en el siglo XIX, hoy más que nunca en el siglo XXI debemos respetar la libertad de cada uno de nosotros. Debemos ser tolerantes y a la vez respetar la forma de pensar de cada uno, respetar las creencias, respetar la ideología, respetar si cada quien cree en algo o no quiere creer. Creo que es algo que lo tenemos muy claro, que no estamos ni en una cacería de brujas ni estamos tratando de estar en alguna ideología o doctrina alguna.
Esto es muy importante y ahora, en el marco de los derechos que se desprende del Estado laico, lo que me corresponde decir en esta mesa, el derecho a decidir, es un derecho fundamental, sobre todo para las mujeres. Mujeres de las cuales debemos siempre proteger y promover este derecho. El derecho a decidir sobre su cuerpo y, sobre todo, aclarar que nosotros no estamos a favor del aborto, estamos a favor de despenalizarlo, a favor de la libertad de cada una de las mujeres. La libertad de que cada mujer después de que haya tomado la decisión, todavía se le catalogue como delincuente.
Creo que es algo muy difícil y algo que no se debe permitir en una sociedad moderna del siglo XXI y progresista, debemos continuar luchando. Y creo que los liberales después de más de 150 años creo que debemos prevalecer y tener bien en claro lo que tenemos. Nada más me queda por concluir una frase que a la diputada siempre le ha distinguido y le encanta: “Sin democracia no puede haber Estado laico, sin Estado laico no puede haber democracia”. Muchísimas gracias.
[Aplausos]
Aidé García: Gracias y bueno, ahora quiero presentar a Bernardo Barranco. [Inaudible] Bernardo es sociólogo de la religión, es economista por la UNAM, cuenta con la maestría en Sociología Política de las Religiones por la Escuela de Altos Estudios en Ciencias Sociales de París, es articulista en La Jornada y en Milenio, también es conductor del programa radiofónico Religiones del Mundo desde hace 16 años. Y aquí tengo que, actualmente eres consejero electoral del Estado de México. Bienvenido.
Bernardo Barranco: Oye, muchas gracias. Como tenemos tan poco tiempo, no quiero consumirlo en agradecimientos, pero va de antemano el privilegio de tener este intercambio con ustedes, sobre todo viendo que son muchos activistas, gente que está metida y que conoce bien los términos. De tal suerte que gracias a la intervención última, tenía precisamente planteado el tema de Peña Nieto, una amenaza al Estado laico, una amenaza potencial al Estado laico, pero creo que con la intervención que se ha planteado más bien es el capítulo de un libro que va a salir próximamente.
Este título se llama “Peña Nieto entre la autocracia y el Estado”. Esta tentación potencial que existe ahí y vamos a ser testigos y actores en los próximos años, pero plantea algo que yo he insistido mucho en los últimos años, y es que no solo la Iglesia católica es una amenaza al Estado laico, sino digo la clase política en sí es una amenaza al Estado laico: su pragmatismo, su cortoplacismo y sobre todo esta especie de delirio electoralista le lleva a una pérdida de perfiles y de identidades cada vez más preocupante. Pero bueno, este ya es otro tema que hemos tratado en estos momentos y que ameritaría de una reformulación más teórica.
Yo quiero tener la intervención en tres puntitos básicos. Uno sería retomar el tema del concepto de laicidad, laicidad como un concepto dinámico, pero también hoy por hoy, como un campo de lucha que no solamente es una palabra, un concepto, sino también hay una disputa en términos filosóficos, en términos ideológicos y, por supuesto, en términos políticos.
El contexto de la modernidad y de la religión, ubicar bien en dónde estamos y algunos riesgos o retos que yo veo en el manejo y en el tratamiento que tenemos sobre el tema de laicidad. El primer punto sobre el concepto de laicidad hay que recordar que “laico” es un concepto profundamente religioso. Viene del mundo, de las primeras comunidades cristianas. “Laico” etimológicamente quiere decir “pueblo” y pueblo campesino, pueblo no letrado, pueblo miembro de la comunidad cristiana que no tiene una responsabilidad en las funciones eclesiásticas. Es decir, que no es un profesional o un administrador o un ministro de culto, sino es miembro de una iglesia que no tiene este tipo de responsabilidades. De tal suerte que es muy curioso ver cómo originalmente es un concepto religioso.
Después, en el siglo XIX, como ya Felipe lo trabajó bien, es un concepto que es reapropiado, es secularizado y abandera grandes movimientos, sobre todo a partir de la revolución francesa. Es un concepto que se opone al clericalismo excesivo, es decir, a los intereses eclesiásticos convertidos en poder. Y a partir de ahí hay una reelaboración. Ahora lo que estamos viviendo es un proceso reversivo y estamos viendo cómo la propia Iglesia católica se está empezando a reapropiar de un concepto que había sido previamente apropiado por la secularización, es decir, con esto quiero decir, con esos vaivenes, con estos péndulos que pueden llevar siglos los conceptos.
Cuando hablamos de laicidad no es un Santo y seña de progresistas, de liberales o de académicos, etcétera. Es un concepto que requiere ser permanentemente trabajado. Acabo de estar en Francia hace unas semanas y veo con mucha preocupación la reflexión de la derecha católica francesa que ha avanzado mucho y que, en nombre de la laicidad, prohibió a las mujeres tener signos musulmanes.
La derecha católica, incluso la Iglesia católica en aras de frenar estas expresiones, los hábitos y ciertos signos religiosos musulmanes en las escuelas, apelan a la dimensión laica. De tal suerte que tenemos que estar muy alertas y no conformarnos y decir: “Bueno, es una especie como de santo y seña de nosotros progresistas…”. No, es algo que hay que seguir trabajando. Me impresionó mucho la marcha que me tocó ver en París sobre el tema de las adopciones, y también están apelando en términos de su libertad religiosa.
Entonces son aspectos que tenemos que tomar en cuenta. La laicidad es un concepto que efectivamente es muy importante, tiene toda una herencia liberal, una postura no religiosa, pero que tiene que ser permanentemente retrabajada con nuevos contenidos, y eso es lo que me parece valioso que el señor senador no intente contentarnos, no conformarnos con lo que tenemos. Estamos en el inicio de un debate.
El segundo punto es ubicar el debate, porque luego a veces también nos gusta, por el hecho de ser minorías intelectuales o religiosas, diría hasta parlamentarias, [Risas] hacernos las víctimas. Hay que verlo en el sentido histórico, amplio del concepto. Cuando hablamos de modernidad tenemos también que ser rigurosos con el concepto de modernidad. “Modernidad” tiene muchas acepciones. Vamos a modernizar un partido de fútbol o una empresa que son una serie de herramientas de poner al día. Eso es la acción de modernización.
En la historia de la filosofía de historia, “modernidad” es un cambio de época. Es un cambio civilizatorio a la modernidad y la modernidad es un proceso por el cual surge de la Edad Media e introduce la razón, la iluminación. Por eso se llama “El siglo de las luces”, y es un proceso largo que viene desde el Renacimiento. Y es la introducción de una nueva manera de pensar y concebir el mundo, a partir de la ciencia que sustituye sobre todo a la teología que era el eje en la sociedad medieval; el Estado como estructura que sustituye a la Iglesia; la nación al feudo. En fin, una serie de elementos que se van configurando a lo largo de la historia.
Evidentemente, en todo este proceso hay una confrontación muy grande entre modernidad-razón-cientificidad frente al mundo de lo religioso. Y lo que tenemos que ver es que estamos en esta lógica bajo la era de la modernidad de estas tensiones y como señalaba muy bien de estas idas adelante y retrocesos, es un proceso permanente que no solamente se juega en lo político y hay que valorar muy bien todas las acciones que se hacen en el mundo parlamentario, en el mundo de las organizaciones, el mundo de la Academia y es una gran disputa que se da fundamentalmente en una perspectiva histórica en la cultura. Es decir, cuando hablamos de modernidad y religión estamos hablando de una relación de la cultura y de la identidad civilizatoria y en ese sentido es como tenemos que ubicarnos esas polémicas.
Cuando ubicamos nuestras polémicas, tenemos que ubicarnos que estamos bajo un momento en donde hay una severa e importante crisis de la vieja sacralidad, sobre todo una sacralidad católica. Hay una pérdida de este universo simbólico que se está dando y especialmente desde hace más de unos 80 años que estamos viviendo una especie de eclipsamiento de las grandes instituciones religiosas. Y hay, por lo tanto, nuevas prácticas que generan, sobre todo, nuevas concepciones y nuevos sentidos particularmente de lo ético y de lo moral.
En ese sentido es cuando tenemos que ubicar a veces los intentos desesperados, ya saben, es un debate que he tenido con las compañeras de Católicas, porque aparentemente pensamos desde el punto de vista coyuntural que la Iglesia católica va muy adelante y está amenazante, pero si uno lo ve desde una perspectiva histórica, más bien es al revés. La que está amenazada es la Iglesia católica y que tiene medidas desesperadas, que usa el poder que tiene sobre las diferentes conformaciones y actores, pero que en la cultura es donde está su debate más dramático. Y en ese debate más dramático está perdiendo centralilla, está perdiendo el terreno paulatinamente frente a un enemigo casi invisible. Un enemigo político lo tiene enfrente y tiene nombre, apellido, siglas, colores, pero frente a la cultura este antagonismo es como si peleara contra un gas en cierto sentido. Es difuso, es lento, es progresivo, pero es implacable también.
En ese sentido, tenemos que ubicar cuando hablamos de modernidad y de religión, la Iglesia si tuviera realmente o muchas iglesias utilizarían el poder de sus fieles. Utilizarían la incidencia que tiene en la base, pero como van perdiendo sobre todo en los medios urbanos, juveniles y cada vez más seculares, utilizan la fragilidad del poder. Utilizan los intereses de los poderes fácticos y utilizan la mezquindad de la clase política. Entonces, me parece muy importante el poder tener esta perspectiva. No quiero abundar más porque hay muchos ejemplos, pero lo que sí quiero plantear es que el fenómeno probablemente más importante es esta pérdida de centralidad y una creciente emancipación del sujeto, del individuo frente a un consenso moral tradicional. Esto es lo que me parece lo que está en juego. Y por lo tanto como recurso, muchas veces dramático que utiliza, es la repolitización de lo religioso en donde le demanda a los partidos: “No al aborto porque si no, no vamos a votar por ti” o entra en un terreno de chantaje o culpabilización que hablaba muy bien Martha.
Pero no quiero entrar, porque se me van a acabar los 15 minutos que tengo. Quiero entrar a retos y riesgos que sería mi tercer punto. Voy a identificar nada más por cuestiones de tiempo tres grandes retos. Uno, es el reto de reducir el tema de la laicidad a lo religioso. Creo que la laicidad no concierne a la austera de las iglesias, a las creencias en relación con la sociedad. Como decían muy bien Felipe y mis compañeros, el tema de la laicidad no solamente es una relación de iglesia-Estado, porque al entrar por ahí estamos clericalizando el debate y colocamos a la Iglesia en una centralidad que la cultura no se la está dando. Al contrario, todas las encuestas señalan que no quieren a la iglesia y he visto otras en donde repudian una excesiva presencia política de la jerarquía católica. Y a veces le hacemos el caldo gordo a la propia iglesia, los actores, porque colocamos a la iglesia como en enemigo central y al hacer eso estamos entonces colocándola en el centro del debate. Y eso es lo que yo llamo “clericalizar el debate sobre el Estado laico”, que hemos clericalizado el debate sobre el estado de la humanidad. La clericalizamos por varias razones: primero se martiriza de la Iglesia católica dice: “Los enemigos, los laicistas están encima de nosotros…”. [Video congelado] Son las fuerzas masónicas, la luz del mundo, etcétera. Y hay hasta mártires. Hugo Valdemar se autoproclamó el primer mártir del gobierno de Marcelo Ebrard. Esto trae un segundo efecto colateral que homogeniza la propia crisis, es decir, ante el enemigo externo, las diferencias internas se diluyen y presentan un frente íntegro externo y todo lo de heterogeneidad interna, de división, sobre acentos, posturas se concentra y se hace homogénea la iglesia católica.
La tercera, lo que ya señalaba entra en el centro del debate, es como el actor imprescindible y siempre está si usted ve todos esos debates está en la imaginaria permanentemente de lo que estamos discutiendo. Creo que tenemos que salir de esta lógica, porque como muy bien señalaba Felipe no solo y es por eso que yo insisto mucho en el tema de la necesidad que los tenemos que retrabajar con mucha frescura y con mucha audacia. No solo es un tema político, es un tema fundamentalmente cultural, es un tema que me parece central de definir bien que no solamente la laicidad, estamos hablando de la separación de lo político frente a lo religioso, sino el tema de la laicidad es fundamentalmente un tema de libertad de creencias, y ahí también tenemos un debate frente al artículo 24, porque ahora ya ni siquiera quejarnos porque el artículo 24 ya está.
Ahora hay que retrabajar los contenidos de lo que significa la libertad religiosa y eso significa la libertad de creer o no creer sino la libertad de lo que significa como cultura en la sociedad. Creo que ahí el liberalismo tiene muchos elementos que aportar en ese sentido y mucho más que el catolicismo, hay que recordar que el tema libertad religiosa en el Concilio Vaticano II que estaban hace 50 años los obispos rechazaron el concepto de libertad religiosa, porque atentaba sobre todo a los catolicismos mediterráneos y latinoamericanos de mayoría católica, atentaban con el concepto de Estado confesional. Por lo tanto, introducir el concepto de libertad religiosa amenazaba con los Estados [inaudible].
El segundo desafío importante que veo es el tema del propio Estado laico y es uno de los grandes retos que tuvo el panismo y que ahora va a tener Enrique Peña Nieto, sostener a una sola religión en detrimento de las diferentes creencias. Y creo que en ese sentido Enrique Peña Nieto ya entró con el pie izquierdo y aquí están algunos compañeros de Cienciología, el cual se niega y es ya absoluta responsabilidad del Gobierno actual su registro. Creo que ahí tenemos que estar muy pendientes y decir: “¿De qué manera el Estado no puede en función de proteger, privilegiar, apoyar, estimular, consentir a una religión en detrimento del conjunto de creencias en sociedades cada vez más plurales, en sociedades cada vez más multiculturales?”.
Hay un tema de simulación, igual acá en la clase política juega un papel muy importante. El tema contrario también. Así como el Estado no debe estar incidiendo o favoreciendo a una iglesia, las iglesias no deben estar tentadas a incidir o confesionalizar al estado moderno. Tiene que haber una especie de lealtad.
Tercer riesgo, el tema de la laicidad no es una cuestión de no creyentes. Ahí es donde tenemos que trabajar el tema de libertad religiosa, es decir, el tema de la laicidad tenemos que retrabajarlo como un principio republicano y tendríamos que avanzar mucho donde se puede ser laico y católico, se puede ser laico y judío, se puede ser laico y evangélico. Es algo que creo que es muy importante que lo trabajemos, no está disociado. Ser laico no significa ser ateos, son los anticatólicos, anticlericales, etc. No. En ese sentido, creo que los evangélicos tienen una enorme, sobre todo la rama protestante histórica, porque reivindicó a Juárez, reivindicó el carácter laico de la gestión gubernamental durante mucho tiempo.
Termino entonces con otro riesgo más. Fueron cuatro, no fueron tres. Sobre el riesgo también que tenemos que reconocer de un cierto tipo de anticlericalismo, porque no solamente son los otros, sino también nosotros como tal tenemos ciertas semillas de intolerancia que tenemos que retrabajar de manera muy crítica. En ese sentido, cuando hablamos de la dimensión anticlerical muy fuerte, porque nace, pero hay que recordar que el anticlericalismo de los liberales del siglo XIX no era un anticlericalismo antireligioso o antiinstitucional, sino era sobre todo los excesos que actuaron lo religiosos haciendo el poder. No era tanto frente a la iglesia o la creencia, sino era a las consecuencias en términos del ámbito público, de las políticas públicas. Claro, en la revolución francesa hubo más de 30 000 actores religiosos, curas, monjitas, etcétera, que fueron pasados por las armas. Me refiero es un tema que habría que repensar, pero cuando hablamos de laicidad también tenemos que reconocer ciertas raíces de intolerancia que hay de este lado y ciertas raíces también de anticlericalismo.
Concluyo con lo que se llama “Las tres L” que se sugiere para el tema de la laicidad. La primera “L” es el tema de la legalidad, es decir, la laicidad tiene que regirse fundamentalmente por el principio al marco; la segunda es lo que ya habíamos señalado, la lealtad institucional, la lealtad a las instituciones y a un proyecto de país, a la configuración de una identidad; la tercera “L” es lo que también hemos discutido y que tenemos que trabajar y es la libertad, la laicidad supone un espíritu de libertad. Muchas gracias.
[Aplausos]
Aidé García: Brevemente vamos a pasar a preguntas y respuestas, solamente les propongo recoger 3 preguntas.
Mujer en el público: [Inaudible] Mi pregunta va para Martha Tagle, con el Código Penal único que propone Enrique Peña Nieto, ¿puede haber riesgo de retroceso en la interrupción legal del embarazo en el D. F. en caso de lograrse?
Aidé García: Vamos a recoger las preguntas y al final las respuestas. ¿Quién más?
Diego Barrera: Mi nombre es Diego Barrera, soy estudiante de la Universidad Autónoma Metropolitana y la pregunta es para Martha Tagle. Mencionaste esta reforma del artículo 40 y 24, y creo que falta un poquito más de profundidad respecto a cuáles fueron los cambios y qué tipo de progresos o retrocesos hay con ellos. Bueno, lo que implica con esos cambios a los artículos 40 y 24.
Aidé García: ¿Alguien más? ¿Alguna otra pregunta que quisieran plantear?
Mujer en el público: Buenas tardes, mi pregunta es para Martha Tagle. Usted mencionaba algo sobre… Es que me parece, bueno, soy científica. Entonces me pareció muy importante lo que se mencionó acerca de las modificaciones en contra del artículo en donde menciona que también se están proponiendo reformas o maneras de controlar la investigación científica. Mi pregunta es la siguiente: ¿Qué papel juega la comunidad científica? ¿La comunidad científica está al tanto de estas reformas o de esas propuestas que se hacen a nivel político? Porque, bueno, me dedico al área de biología de la reproducción, no tenemos conocimiento de este tipo de cosas.
Entonces, ¿qué tan importante sería que la parte científica participara al momento de plantear estas reformas? Y también con sus conocimientos y su experiencia ayudar a darle un respaldo, por ejemplo, por qué la importancia de la investigación científica en células madres o en óvulos fertilizados o por qué la importancia o el concepto de la concepción o por qué es válido el aborto hasta cierto tiempo de gestación. Entonces mi pregunta es, ¿hasta dónde si es que participa la comunidad científica está activa?
Martha Tagle: Voy a tratar de ser breve. Lo primero con respecto al Código Penal decirles que el tema de la interrupción del embarazo es un asunto que formalmente ahora está en la parte del fuero común, o sea, son códigos penales locales y cada entidad federativa tiene diferentes causales que eximen de la penalidad. Prácticamente en todo el país está, por ejemplo, permitido la interrupción de embarazo en casos de violación, en casos de malformaciones o de riesgos en la vida de la madre, en fin, hay diferentes causales que exculpan la penalidad por la interrupción del embarazo. En la mayor parte de los códigos está establecido hasta las 12 semanas de gestación, hay determinadas condiciones.
En ese sentido, creo muy difícil que quisieran convertirlo en un tema del orden federal. Entiendo que siempre hay la amenaza y la tentación de que esto suceda y de quienes quieran llevar esto al Código Penal. Se ha hablado mucho del Código Penal Único, pero hasta el momento no se tienen todas las propuestas concretas. Creo que sin duda puede ser una amenaza de que haya esa intención de que pueda formar parte de este Código Penal, pero creo que habría o debería de haber una organización muy importante para no permitir que esto sucediera porque significaría un retroceso, porque ya en la mayoría de los Estados se ha avanzado el excluir de penalidad la interrupción del embarazo y en varios Estados también se ha ido avanzando en el tema del Código de procedimientos penales y que no solamente estén establecidas las causales que excluyen de penalidad, sino también cuál es el procedimiento, por ejemplo, en caso de que las mujeres que son violadas cuál es el procedimiento que deben de seguir para que la interrupción del embarazo sea atendida de manera oportuna y no llegue a una situación en la que ya se ponga en riesgo incluso la vida de las madres.
Entonces esto es un tema en el que sin duda siempre podemos verlo como una amenaza, pero hay muchos lineamientos legales que hablarían de un asunto de inconstitucionalidad si se intentara proponer algo así en el Código Penal, aunque siempre es una amenaza latente.
Con respecto a las reformas al 40 y al 24. La reforma al 40 quedó establecido en el artículo 40 constitucional el tema de que México es una República con todos los sustantivos que vienen antes: democrática, representativa y laica. El poder poner la palabra “laica” fue con la intención precisamente de fortalecer el carácter laico del Estado mexicano. Se buscaron varias opciones. En ningún lado viene como tal la definición de “Estado” por eso buscamos la posibilidad de que quedara en la República laica, y además insistimos mucho en la definición de “laicidad” que quedó en la exposición de motivos de la reforma constitucional, porque justo con todos los especialistas que formaban parte de la mesa insistían en que era importante que la definición de laicidad que quedara en la exposición de motivos de esa reforma la acompañara de la manera en la que se había propuesto, porque justamente en casos de controversias los ministros tienen que acudir a esa exposición de motivos.
Entonces nosotros insistimos mucho en que este concepto de laicidad como lo ha mencionado aquí Felipe. De hecho, Roberto Blancarte fue uno de los que ayudó a la definición de este concepto de “laicidad” en la exposición de motivos. Parece muy fácil que nada más se introdujo la palabra “laica” pero implicó toda una serie de definiciones y conceptos que quedaron ahí plasmados en esta reforma constitucional.
Por otra parte, en la reforma al 24 constitucional, se estableció no necesariamente las libertades religiosas, porque en el CMP de este último momento de jaloneos se quedó con convicciones éticas y religiosas. En los últimos momentos de negociación, porque como bien lo decía Bernardo, las libertades religiosas en algún momento fueron contrarias a la Iglesia católica, pero recientemente habían asumido este concepto de libertades religiosas para desde ese concepto ellos tener también libertades como jerarquía católica para impulsar otros proyectos en otras partes del mundo, desde la educación y tener mayor influencia en la vida pública. Aunque como bien lo dice también Bernardo, hay todo un debate todavía con respecto a esta reforma tanto de quienes están a favor de que estas reformas sí pasaran como de quienes no, precisamente por la definición y de lo que puede implicar estos conceptos que ya quedaron en esta reforma constitucional, porque va a estar casi a punto de ser reforma constitucional ante un Estado.
Finalmente, con el tema del derecho a la vida, que fue lo contrario al derecho de decidir que impulsaron en 17 Estados, fue una batalla muy en el ámbito de lo simbólico, porque al final de cuentas el estancial derecho a la vida al momento de la concepción en la Constitución hay una serie de otras leyes que protegen los derechos de las mujeres y todo este tema de las investigaciones, pero el poner este tipo de conceptos en la Constitución sirve para aquellos que promueven otras ideas dijeran que ahora estaba penalizado el aborto, la interrupción del embarazo, a pesar de que sabemos que los códigos penales están establecidas las reglas de qué condiciones se puede interrumpir el embarazo.
Sobre todo, es aquí también un tema de definiciones: qué entendían unos y otros con establecer el derecho a la vida desde el momento de la concepción. El implicar que sea desde la concepción es que tiene el Estado la obligación de proteger la vida desde el momento en que se une y se fecunda un óvulo, y eso legalmente incluso hubo abogados [inaudible] que decían que era jurídicamente imposible. O sea, cómo le vas a garantizar a un óvulo fecundado los derechos establecidos en la Constitución entre ellos el de la educación, vivienda, etcétera. Siendo un óvulo fecundado que todavía no es viable, porque para que sea viable tiene que pasar todo un proceso para que haya viabilidad y eso se convierta en una persona.
Entonces hay todo un debate y el Colegio de Bioética, por ejemplo, ha formado parte de estos debates y nos ha ayudado incluso a defender estos temas, y sí ha estado la comunidad científica siempre participando con nosotros. Hubo foros en los que han participado y han dado su opinión acerca de lo que han significado estas reformas.
Aidé García: Yo agradezco profundamente a los ponentes, de verdad, por sus excelentes exposiciones y a todas ustedes y todos ustedes, por estar aquí. Muchas gracias y nos vemos el próximo jueves que es la próxima mesa de análisis.
[Aplausos]
Ana Liguori: Quería empezar agradeciéndole al Museo de Memoria y Tolerancia que haya prestado este recinto para… bueno, más que prestado, ha sido socio nuestro en toda una serie de actividades que se han vinculado a la exposición “Nuestros cuerpos, nuestras vidas”. Realmente es un socio formidable y también han sido parte de organizar esta serie de conferencias. Y ahora estamos con la buena noticia que se va a ir a Argentina la exposición. Estamos muy contentos.
Bueno, yo quería enmarcar brevemente, antes de hacer la presentación de los panelistas, la discusión. Yo parto de la premisa y creo que los panelistas estarán de acuerdo conmigo que nosotros nos acercamos al tema con una visión integral, al tema de la salud y los derechos sexuales y reproductivos de una manera integral. Quizá puede variar un poco los elementos que uno consideraría que forman parte de lo que yo llamaría un paquete de derechos que incluyen acceso a servicios de salud sexual y reproductiva, a un marco normativo que permita una sexualidad plena, sin violencia. Consideramos que la equidad de género es parte de este paquete, el respeto por la diversidad sexual también.
Podría seguir mencionando elementos, pero creo que también una cosa que le da el carácter o que demuestra su carácter integral es la respuesta de nuestros adversarios. Están en contra de todos estos derechos con más o con menos activismo, pero no deja de ser sorprendente que son las mismas fuerzas que están en contra de que haya una interrupción legal del embarazo y también están en contra de que los jóvenes tengan acceso a la información que necesitan y el acceso a los anticonceptivos que necesitan para evitar un embarazo no deseado.
¿A qué conclusión nos podemos ir acercando? Realmente hay… no sé si odio sea la palabra de ustedes después me corregirán… hacia la sexualidad libre, hacia los jóvenes, hacia las mujeres. Entonces ese es el contexto más amplio dentro del cual se da una cierta disputa por cuáles son los valores democráticos con respecto a la sexualidad o la falta de ellos.
La sesión de hoy está dedicada a una parte muy central de lo que yo enmarco como este paquete, que es la educación sexual también integral. Vamos a tratar de dialogar sobre en qué consiste esta integralidad, qué requiere, qué obstáculos tiene para realmente poderse impartir a nivel nacional, inclusive a nivel de la Ciudad de México y cuáles son los componentes en su integralidad que los jóvenes puedan… jóvenes y todos tener acceso a servicios que permitan una salud también sexual y reproductiva.
Entonces, bueno, yo ahí dejaría la introducción. Aunque no esté Gabriela daré una nota biográfica de ella para que cuando venga solo se integre, porque como no van a ser ponencias, vamos de una vez para que sepan con quienes están platicando.
Empiezo por mí que estoy coordinando, soy Ana Luisa Liguori. Trabajo en la Fundación Ford. Soy asesora de dos programas: uno, de salud sexual y derechos sexuales y reproductivos, y otro de VIH y derechos humanos. Vamos a dejar a Gabriela al último, por haber llegado tarde [Risas].
Yadira Chávez Courtois es maestra en terapia familiar sistémica por el Instituto Latinoamericano de Estudios sobre las Familias (ILEF), uno de los institutos más serios en terapia sistémica y familiar. Y estudió la licenciatura en Medicina de la UAM Xochimilco, ha cursado diplomados de nutrición clínica y bariatría en el Instituto Politécnico Nacional y el Colegio Mexicano [Inaudible], Terapia Individual Sistémica en el INDEC, Sexualidad Humana, y me voy a saltar las universidades, y en la dirección de hospitales de la UNAM. Actualmente es directora del espacio interactivo en salud para jóvenes de los servicios de salud en el Distrito Federal en el que está operando el modelo de prevención y promoción de salud para adolescentes y jóvenes, que incluso que ayudó a diseñar.
José Aguilar es el coordinador general de Demysex, una red que tiene… ¿Cuántas?
José Aguilar: 200 organizaciones, como en 17 Estados.
Ana Liguori: En donde lo que los une es un compromiso por la educación sexual y por los derechos sexuales y reproductivos. Él es egresado de la Facultad de Medicina de la Universidad Veracruzana, en donde obtuvo el grado de médico cirujano. Es educador, consejero y terapeuta sexual por el International Council and Parenthood, con maestría en psicoterapia psicoanalítica y doctorado en psicoanálisis de la Universidad Intercontinental y maestría en Sexualidad Humana por el Instituto Humanista de Sinaloa. Es miembro de la asociación Psicoanalítica del Grupo AMPAG.
Gabriela Rodríguez es la coordinadora de la organización Afluentes y también con una gran especialización en educación sexual, social y cómplice de [Ininteligible] desde hace creo que décadas. Ella es psicóloga de la UNAM, maestra en Antropología Social por la Escuela Nacional de Antropología e Historia. Fellow Internacional en la Universidad de California y en la Universidad de Washington. Ha enfocado su trabajo en el estudio de la sexualidad de las y los jóvenes. Autora de 15 libros, 36 artículos y productora ejecutiva de 18 videos educativos muchos de ellos en el Estado, ¿no? Fue fundadora de la sala de sexualidad en el Museo Universitario de Universum de la UNAM y también colaboradora importante en la exposición que esperamos ya haya visto y si no no dejen de verla “Nuestros cuerpos, nuestras vidas”. Y es editora del periódico La Jornada.
Entonces yo les propondría empezar por una definición. Ya di un marco introductorio hablando de la integralidad. ¿Cómo conciben ustedes la educación sexual? Sé que están por la integralidad, supongo que tú también, Yadira, porque no nos conocíamos, pero hagan historia sobre cómo consideran ustedes la integralidad de la educación sexual. Ya después podríamos hablar de cuál es la dificultad de realmente ofrecerles a los jóvenes del país una educación sexual integral.
Solo también recordaría que en toda América Latina, y México no es la excepción, el número de embarazos adolescentes no planeados, no deseados es altísimo y que nosotros, que trabajamos en este campo nos interesa mucho un acercamiento a la sexualidad que incorpore el placer, pero inclusive aunque fuéramos unos duros, médicos encargados de políticas públicas, hay todas las razones también para tener una mejor educación sexual y mejores accesos a servicios, que tiene que ver con el VIH y justamente con la violencia juvenil, la violencia contra las mujeres y contra el embarazo no deseado. Les cedo la palabra, tratemos de hacer un debate y en algún momento, si quieren vayan apuntando sus preguntas, y les daremos oportunidad para que las hablen o las comenten sobre lo que estamos discutiendo.
José Aguilar: Empiezo con esto de la liberalidad, la educación integral de la sexualidad. Creo que la educación integral de la sexualidad tiene un enfoque holístico, eso es importante. Que también se está convencido que la sola información no basta, si bien es importante, y que hay que trabajar con la gente a partir de las actitudes, de las habilidades y de las acciones. Un dato importante que tiene que ver desde un marco de los derechos humanos, tiene que tener un carácter laico, científico también, determinante a estos derechos humanos dentro de los valores democráticos, un poco lo que decía Ana Luisa, por cierto. ¿Cuáles valores van a hablar? Generalmente quieren que hablemos de los valores personales o de los valores religiosos, cuando hablamos de educación integral de la sexualidad estamos hablando, vamos a hablar de los valores democráticos, y esos son los que nos toca como profesionales de plantearle a los chavos y a las chavas.
Entonces nosotros pues no nos vamos a meter. Podemos discutir acerca de ellos, pero no nos vamos a meter con ellos y esto marca precisamente esta parte de los derechos humanos de que ellos se abren a una amplia gama dentro de los derechos sexuales y reproductivos y Ana Luisa también nos planteaba: sí tenemos como enfoque en el placer, desde ahí han hablado de diferentes pilares. Y uno de los pilares: es el placer, en primer lugar. Otro de los pilares son las relaciones interpersonales; otro es de la lucha contra la violencia y de todos los sentidos: la violencia intrafamiliar, la violencia contra las mujeres, etcétera. La otra parte de la salud sexual y la salud reproductiva, que tienen que ver con todas estas infecciones de transmisión sexual y anticonceptivos, la prevención. La ciudadanía sexual es otro obviamente de los pilares y ahí está lo de derechos que yo iba a hablar en un marco más amplio. Y creo que eso nos da como una amplitud. Parte también de la educación integral de la sexualidad se ha ido construyendo el concepto durante muchas décadas y se hablaba tantito en un sentido político también, no solo interés, es un sentido técnico, es un sentido político y la guerra trata es, que hemos ido considerando y hemos también planteado desde una perspectiva de la construcción sociocultural en que la sexualidad y la educación se va construyendo a partir de los diferentes conflictos de la historia. Entonces también en ese sentido, digamos teórico y político. Yo diría eso para empezar.
Ana Liguori: ¿Quieren agregar algo?
Yadira Chávez: Agregar un poco también a esa parte que una la intención de integralidad también tenemos que ir contextualizando también. Es decir, yo siempre digo, no es lo mismo ir haciendo propuestas de acciones a jóvenes del Distrito Federal que a lo mejor del norte, que a lo mejor del sureste. Entonces mucho de los planteamientos también de las acciones de políticas públicas enfocadas a la salud sexual y en salud general se plantean de la misma forma, y entonces yo creo que también uno tiene que pensar en una diferenciación de sus contextos, de su cultura, de sus costumbres, de los mitos, cómo van significando ellos también a cada área, en cada región su propia sexualidad.
Entonces, creo que es una parte importante, esta parte holística que dice Teco y el modelo psicológico de salud establecido, que van encaminados a modelos que van introduciendo modelos de prevención y promoción a la salud.
Gabriela Rodríguez: (…) lo que dicen mis compañeros, pero creo que también lo importante es, ¿por qué se distingue esa integral de otro tipo de educación sexual? Porque educación sexual es una cosa nueva. Aseguro que todos hemos recibido educación sexual en casa toda la vida, yo en la escuela, estudié con monjitas y me daban educación sexual, pero no era integral.
Entonces creo que lo importante es distinguirla. ¿Cuál es? Cuando decimos “integral” es esta que de la estaban hablando mis compañeros. Esa que va por los derechos humanos. La equidad de género es un tema clave. Si no hay equidad de género no es integral, si no considera que la sexualidad es un derecho, no es integral. Y el tema del poder que yo creo que también no tenemos al consciente hace unos años, que este es un tema de toma de decisiones. ¿Quién toma la decisión sobre tu cuerpo? ¿Tu novio, tu marido, tu papá, el médico o tú misma o tú mismo? Entonces también es un tema político, de política del cuerpo, de toma de decisiones y es en términos de la política personal y un tema de la política amplio.
Ana Ligouri: La autonomía.
Gabriela Rodríguez: Con la autonomía y quiero que me ayudes sobre ese término de la autonomía. Y un tema de política en mayúscula que quiere decir hasta donde los Estados no nos permiten, no ayudan a promover y a dar a conocer los derechos humanos a las niñas, a los niños, para no tener sujetos autónomos que exigen libertades. Entonces ese es el tema de la política.
Ana Liguori: Varios de los que estamos aquí, Pepe y yo, trabajamos también en Centroamérica. Si comparamos México con Centroamérica, aquí estamos en la gloria. Aquí hay un contexto único que hay que seguirlo defendiendo porque en la época el país mismo tuvo embates terribles y hay un currículo nacional con respecto a la educación sexual. ¿Podrían ustedes fomentar qué le falta, cuáles han sido los aciertos, dónde están las limitaciones?
Gabriela Rodríguez: Bueno, realmente decir que esta educación integral, ya sea el currículum escolar desde hace 15 años y todavía sigue siendo: la identidad de género, están los derechos humanos, los derechos sexuales en el libro de texto, primaria y secundaria. Pero como toda la política de este país que deje de ser un discurso y pase a ser acción, yo diría. Eso es lo más fuerte y yo creo que sea algo de toda la política que hay en este país y muy en particular en la educación sexual, como dicen: “¿Otra vez el mismo texto?” ¿Por qué? Porque no es una realidad de las aulas escolares. En las aulas escolares no nos están informando con todos los detalles que necesitamos informar. No se capacitó a los maestros para saber cuál son los derechos para que le digan a las niñas y a los niños: “Estos son tus derechos, nadie debe violentarlos” o “tú niña tienes derecho a egresarte al igual que todos los hombres”. O sea, no se formó a los maestros, además de que había… Yo diría el lema “Ni siquiera es aumentar más el discurso, sino más bien llevarlo a la realidad”. Y eso para mí es lo que más cuenta.
José Aguilar: Sí, yo creo que uno de los logros y siempre lo hemos comentado, pues a Gabriela y a mí nos tocó SAT cuando se hace el cambio cuando en la época de Zedillo, precisamente, permite a través del licenciado Ramón Rojas que entre la educación como en El Cairo desde ahí se había planteado.
Nos toca tiempo de la educación sexual y la información ética y cívica, que fue muy cuestionada porque decían: “Bueno, ¿por qué entra ahí? Uno se queda en biología y está bien”. Y bueno, este es el peso importante que dice Gabi, finalmente, el que entre información cívica es que entra en el esquema de los derechos y eso creo que ha sido el logro mayor, y por eso los Gobiernos panistas lo querían sacar de formación cívica.
De hecho, lo sacan en primero de secundaria y logramos, porque ese fue un esquema de que logramos que no lo sacaran completamente, sino que entrara y se quedó en ciencia y en segundo, tercero de secundaria. Después hubo algunos datos y planteamientos que se hacen en primaria, la información ética y cívica en ciencias. Entonces yo creo que el currículum está. No está como quisiéramos, no tan actualizado como quisiéramos.
Yo digo que hubo en la época de Ramón Rojas como que sufrió la oportunidad de hablar en el libro de sexo, se hablaba el aparato sexual y se hablaba de pelvis, se hablaba de circuncisión. Recuerdo muy bien las discusiones en donde no se puso hombre o mujer, se puso “persona” que era muy importante para tomar la base posterior.
Entonces son detalles, digamos, muy interesantes porque sí marcaban toda una propuesta para una parte más libertaria del mismo secretario. De momento, bien los cambios, bien los gobiernos panistas y sí hay un cierto retroceso, no en el currículum, pero sí en los libros, y las discusiones con el libro en donde deben hablar de órgano de aparato reproductivo y una serie de cosas que parecen líneas pero que son determinantes en la propuesta. Entonces creo que sí, ha sido una lucha, yo quiero dejarlo muy planteado, estamos aquí y otros que no están en este momento, pero que ha sido una lucha con los Gobiernos panistas. Realmente fue pelearse para que se quedara.
Entonces ya lo que decíamos: “Bueno, pues por lo menos que se quede lo que está”. Entonces también eso nos ha impedido como tratar de una mayor actualización o de que se toquen los temas. Diversidad, por lo menos no está planteado como tal. Hay una cosita pero no se habla de homosexualidad o no se habla de transgénero. No se habla mucho tampoco de violencia específicamente. Entonces sí creemos que le falta. Durante estos últimos dos sexenios nos hemos luchado para que quede lo que sé y todavía de eso no lo han respetado como ya lo explique, unos son los maestros, otros son los directores y generalmente ha sido como la gente que ha tenido el nivel de autoridad que son los secretarios de Educación o los gobernadores mismos, en Guanajuato se quemó el Libro Oficial, por ejemplo, y en Sonora se acuerdan este cuate dijo: “No entra el libro en Yucatán”. Y hubo una serie de cosas en donde los mismos gobernadores, secretarios de Educación han ido en contra del currículum oficial que sí tiene unos avances, como ya lo hemos comentado.
Ana Liguori: ¿Quieres agregar algo?
Yadira Chávez: Quisiera enmarcar algunos aciertos en el sector salud, porque yo creo que también hay una parte importante de rescate, aunque sí efectivamente han hecho muchos intentos de programas en adolescentes desde los años setenta, ochenta, han habido propuestas de trabajo en la Secretaría de Salud. Muchas [Tos] en el año 2000, cuando se crea todo este programa es una forma también de empezar a mirar y decir: “Los jóvenes son importantes”.
¿Qué creo yo? Ya ha hablado del sector salud, es decir, si la normatividad en el sector salud, sin tocar con ella la remuneración de intervención para los jóvenes. Es decir, podemos hablar de materia de métodos anticonceptivos, la planificación familiar que esté estipulado, pero habrá mucha regulación respecto al cómo intervenir con los jóvenes.
Entonces, desde mi punto de vista muchos de estos programas, que es un logro como Servicios Amigables que son muy importantes a nivel nacional, se han quedado como una línea en la información solamente, pero en un aspecto de desarrollo de los jóvenes. Es decir, cómo agregamos elementos y herramientas para generar cambios de estilo de vida más adelante para ellos es una parte importante.
Entonces yo creo que en el espacio interactivo que estamos proponiendo ahora desde el Distrito Federal estamos tratando de dar un enfoque diferente con aspectos psicoeducativos, pero brindando elementos y herramientas a los jóvenes de cómo sensibilizar también para ser responsables ellos mismos. No solamente dejarle la chamba a las instituciones, porque a veces pasa eso, sino también cómo hacer esa corresponsabilidad con ellos, con la familia, con la comunidad, es donde está planteado tener este modelo.
Entonces sí hay cosas importantes que hay que vale la pena decir que sí se están haciendo. Sin embargo, la visión se ha quedado como un único puente. Salud es igual a pláticas, salud es la red de información y hasta ahí. ¿Y qué pasa con los otros niveles de atención? ¿Y en dónde estamos dejando a fuera?
Ana Liguori: Sí, yo creo que marcas una cosa interesante y es algo a lo que también hizo alusión Pepe, que no es suficiente dar información, porque esa información no se asimila y no permite un cambio de conducta. Entonces yo lo que les propondría es que, un poco como un ejercicio analítico separáramos algunos de los elementos que intervienen en el tema de la educación sexual, pensaría en los maestros, en los padres y en los estudiantes.
Empezando con los maestros, sabemos que hay una cultura conservadora y el centro ha ido cambiando un poco esa cultura y realmente la gente va conociendo, asumiendo más sus derechos y habrá que ver esto cómo se traduce después en un cambio de conducta. Pero en los lugares donde hay una tradición muy conservadora, ¿permea o no permea a los maestros y hasta dónde eso mismo se vuelve un obstáculo en que el maestro pueda realmente estar a la altura de lo que se requiere en la forma en la que él debería poder impartir una educación sexual integral como la que ustedes han descrito? ¿Cómo está la capacitación de los maestros para impartir educación sexual?
José Aguilar: Creo que no se puede hablar como de un programa o un proyecto pesado para capacitar a los maestros en este tema. Creo que podríamos hablar de cuáles son las direcciones que sí asumen la responsabilidad y que toman la experiencia de algunas organizaciones civiles para dar capacitación. Desgraciadamente sabemos que hay una operación firmada en 2008 en donde se hizo a nivel internacional. México fue pionero durante la conferencia de VIH y SIDA, se hace toda esta convocatoria a los ministros de Educación y de Salud y en el Caribe de toda la región y de alguna manera se firma, digo, se aprobó más bien una delegación que van a trabajar con salud y educación y va a dar influencia sobre salud y sobre la educación. En educación, en la participación de maestros y maestras. Ese compromiso que viene de atrás otros de la AUI, CAIRO finalmente no se ha logrado aterrizar. Tienen un todo atrás como persiguiendo a las autoridades para que se haga de alguna manera y hemos logrado alguna intervención [Ininteligible]. Por ejemplo, está la especialidad de la Universidad Pedagógica que se logró hacer y con mucho esfuerzo se hizo y entonces se capacita a profesores en servicio. Está un trabajo con garantías de la escuela formal, que también la directora apoya a nuestro secretario y nos ha dado la oportunidad de entrar a 19 escuelas, por ejemplo, y hemos tenido un grupo. Están otras cosas como más de conferencias, etcétera. Capaz [Inintelegible] lo explique mejor porque tiene un diplomado, pero es para el Distrito Federal en específico.
Entonces, hay algunos Estados que han aprovechado estas categorías para capacitar, algunos como Chiapas, Veracruz, Puebla, Michoacán, pero yo lo que considero es que no ha habido una integración y realmente una responsabilidad del Estado, de los actores y tenemos que capacitar a los profesores y profesoras. Ha sido realmente donde las ONG hemos entrado como un resquicio y nos ha abierto la puerta una autoridad sensibilizada y con ganas de decir “Sí es cierto, se necesita la educación sexual”. En ocasiones es una autoridad, en ocasiones es una profesora, quien sea, pero no, creo que no ha permeado y se ha responsabilizado, digamos, como desde la Secretaría de Educación Pública como debería de ser.
Gabriela Rodríguez: Sí, yo creo que hay un tema aquí que creo que está relacionado con mi edad, de que ya soy muy poco tolerante a que no se aterrizan las cosas y que solo se enfoca mucha acción a los discursos. Y eso voy a insistir mucho, porque yo siento que el problema en la educación sexual ha sido el aterrizaje en el aire. Ahí es donde tenemos que cambiar las cosas. Lo primero, cambio de aire escolar o la mamá y el papá, los padres de familia estoy de acuerdo, en tu casa. Eso es lo que no ha pasado.
El esfuerzo es el aterrizaje. Nosotros hemos estado buscando en las organizaciones, por un lado, a quienes las autoridades más altas de este país en los últimos 10 años han estado en contra de los derechos sexuales y reproductivos, abiertamente su agenda de salud en contra. Entonces hemos tenido que andar buscando de media luna, de directores, de educación, acá, la directora de educación indígena hemos hablado de entrada, por ejemplo, que es una de las áreas que hace parte de la educación en todo, la educación en la genética, en el español y por supuesto en la educación sexual.
Entonces, también la educación sexual arrastra con todas las debilidades de la educación de este país que está en situaciones muy atrasada, la educación en general. Nosotros entramos a ese sistema que ahora es levantar la calidad normas para tener una educación sexual, cuando ellos mismos están siendo violentados en sus derechos humanos, ni conocen bien sus derechos, ni entienden que eso es la Comisión de Derechos de la Niñez, aunque vienen en el plan de estudios.
Entonces ese esfuerzo nosotros estamos encaminando el ahora mucho a esfuerzos en línea, ya estamos ahorita con un alboroto todo un diplomado en línea para estos lugares, para llegarles a muchos, porque los rurales ni siquiera saben entrar al Internet, o sea, se quedaron en el siglo XX. No entraron este siglo de la información, o sea muy muy retrasada sus habilidades docentes. Los chavos saben más del internet que ellos… [Ininteligible]
Más allá de la ley, seguimos peleando sobre la ley de los adolescentes, lo que queremos es que cuando un adolescente llegue al centro de salud no lo regañen, no le digan: “Que está muy chiquito, que soltero, que por qué anda pidiendo condones…”. Y en la escuela, necesitamos cambiar la cultura, o sea, necesitamos que la maestra entienda que ella es una mujer con derechos y que ella ha sido explotada y que tiene condiciones solitas: Hay que hablar mucho con las maestras, no sé si hay maestros aquí, pero tenemos a las maestras con una condición que pone en evidencia cómo las maestras, la mayoría de las maestras, llevan 3 o 4 horas diarias de clase, con eso no van a… ¿Cuándo van a agregar la educación sexual? Si tienen 4 horas, necesitan 37 horas y pagarles el doble para un horario largo y también a las mamás cuando dejan a los niños necesitamos transformar la cultura de que tenemos que estudiar más de 3 horas de clase. Entonces ya pueden tener temas como la educación sexual, otros temas y pasa a ser que no priorizaron los nuestros, también matemáticas, español, y aun así estamos reprobando en esas materias ¿A qué horas van a entrar?
Entonces es un problema muy de la cultura institucional. Por eso tenemos que transformar desde queremos voluntad política desde los secretarios de Educación, pero lo hemos tenido en varios años. Estamos haciendo administración, pues le vamos a aportar a eso. Mientras tanto nos quedamos esperando, vamos a estar capacitando maestros y llevándolo al aterrizaje.
Ana Liguori: Pasamos a los padres, y creo que es un tema que puede ser polémico, porque cuando empezó la embestida en contra de la educación sexual, las organizaciones muy muy conservadoras lo que decían: “Es que son los padres los que deben de decidir la educación de los hijos. Entonces por eso hay que acabar con el libro de texto gratuito y por eso no hay que dar educación sexual”. Realmente yo creo que ahí era metáfora por decir, es la Iglesia la que debe de ir orientando a los padres en los verdaderos valores de los mexicanos.
Entonces, ¿qué hay de eso? ¿Sabemos qué piensan los padres? ¿Hay encuestas? Luego lo llevaría al terreno del acceso a Servicios Amigables, porque pasa ahí también un poco lo mismo. ¿Deben los padres autorizar que un chico reciba anticonceptivos o hay un derecho del joven a poder ir? Y ahora que hay interrupción legal del embarazo en la Ciudad de México, ¿puede un joven y una joven ir sin autorización de sus padres? Entonces, esto abre todo un ámbito de los derechos sexuales y reproductivos de los jóvenes y el tema de la patria potestad y de la recomendación que es respetar las capacidades incrementales de los niños en la información que reciben y los derechos que tienen, pero pues no sé ustedes dónde se ubican dentro de esta discusión.
José Aguilar: Yo creo que como tú dices, el tema es polémico y además tiene que estar colmado de leyendas urbanas rurales, indígenas acerca de los papás. Se vuelve algo de quiénes son los papás y quiénes son las mamás, finalmente porque se dice: “Ah, los padres están en contra, etcétera…”. Más bien yo digo que es como un arma a los que van en contra. Ha sido difícil checar quién están a favor, digamos en un sentido y cómo promover a los que están en favor, creo que los grupos ultraconservadores han tomado bandera de “somos los representantes de los padres y las madres”, aunque no lo sean, pero más lana, tienen más opciones en los medios y eso lleva a esta idea de que los padres están en contra.
Hay algunas investigaciones. Yo creo que no han sido sobre todo determinantes o lo suficientemente serias o que se difundan, pero yo me acuerdo, digo el Instituto de la Juventud tiene algo de la sexualidad y padres, pero yo me acuerdo cuando entró la educación sexual y Limón Rojas lo aceptó. Primero se hizo una encuesta que hizo la Federación de Padres de Familia que era la organización priísta en ese momento, se tenía al PRI como padres de familia, eran los padres y unos priístas, pero hicieron una evaluación, no sale todo, o sea, después de esa evaluación que hablaba más o menos casi un… No me acuerdo si era el 85 % y 90 % de papás y mamás que sí querían educación sexual.
Entonces cuando empezaron las discusiones en esa época con la jerarquía y todo, Limón sacó su encuesta y dijo “Los padres sí quieren” y por ahí hay otra que es Álvarez Gayou, ahí que también él la plantea mucho, no la conozco yo, pero él siempre habla que es el noventa y tantos por ciento de los papás y mamás que están de acuerdo.
Entonces yo sí creo que hay algunos elementos para decir que están de acuerdo o no, y también lo que hay que plantear es también cómo les han vendido la educación sexual. Generalmente plantean, yo estaba pasando por Internet una idea que decía “El homosexualismo es un peligro para México” como decían de López Obrador y planteaban “Es que están promoviendo y ya se unió Televisa, sacan actores que son homosexuales y los están soportando, etcétera”, y viene como toda una cosa que está presente y que a mí me llegó por el Internet.
Entonces, ¿cómo están promoviendo? Ah, la educación sexual para promover el homosexualismo, obviamente no se dice así, para promover las relaciones sexuales, para promover que los hijos se pongan en contra de sus padres, para romper con todos los valores, para que las mujeres no sigan los roles. Entonces yo sí creo que ha sido toda esa parte conservadora que ha llevado a promover la educación de la sexualidad como algo negativo y el placer como algo terrible. Y entonces, eso creo yo, que cuando llega a los papás y las mamás y no tienen la suficiente información, pues sí les asusta. A cualquier papá le asusta que se vaya a descomponer la situación, el esquema valórico de casa.
Creo que las ONG y también las financiadoras no nos han dado la oportunidad de tener una opción económica para trabajar con padres y madres porque ese ha sido lo otro. No hemos tenido opción. Digo, por ahí hemos trabajado con algún grupito, pero no hemos hecho una muy buena estrategia que abarque el trabajo con la información y sensibilización, con padres y madres de familia y que realmente nos dé esta opción de tener personas que saquen a flote la verdadera necesidad también de sus hijos e hijas.
Ana Liguori: Educación sexual como afrodisiaco.
Yadira Chávez: Siguiendo un poco del hilo que decía Pepe, yo también creo que esas campañas terribles, comunicacionales, que culpabilizan también mucho a los padres. Sí, parte del miedo de enfrentarse a los temas sobre sexualidad. Hay una carga muy fuerte. Yo quiero platicar un poco también de la experiencia que estamos teniendo, porque en el espacio interactivo llegan los papás con nosotros y hay una sala que tenemos donde trabajamos todos los temas de sexualidad, derechos sexuales, que se llama “3XY”. Así se llama la sala, libera tu cuerpo, son temas de relacionados a puros jóvenes.
Pero, ¿cuál ha sido nuestra experiencia? Que aparte de que estos padres no llevan esta información, cuando ellos llegan con los chicos también ellos se van informando y van viendo y entendiendo también sobre la importancia de recibir información de los jóvenes y muchas veces lo que nos dicen estos padres: “Oiga, yo le agradezco, porque sabemos que es una necesidad real de que mis hijos tienen que saber esa información, pero qué bueno que también yo me estoy integrando porque ahora ya puedo hablar con mis hijos”.
Entonces son cosas que nos van diciendo, ante un sistema también del sector salud, que yo hablo mucho del sector salud, porque ahí es donde yo he trabajado, también muy rígido. Por eso yo decía hace rato que aunque existen normatividades de atención, pero no se han enfocado a regulación en jóvenes. Esto que decías, ¿qué pasa si los jóvenes llegan y les dan métodos? Pues yo me atrevo, aunque no debe de ser a menores de edad. O le damos información. Y me acuerdo muy bien Gabriela la primera vez que fue, me dice: “Qué atrevida eres, de verdad te estás arriesgando”. Pues sí. Porque sí la normatividad en el sector salud es muy rígida. Es decir, si tú llegas con tu papá, con tus padres, no te puedo dar un método anticonceptivo, ya ni siquiera hablo de pastillas, hablo de condones.
Entonces sí hay una limitante muy fuerte y por eso es importante seguir trabajando. Es incorporar también en esos niveles de atención, no solamente a los jóvenes, sino también reflexionar y trabajar con los padres que no solamente es que tengan estos mitos, sino que tampoco hay información. Esto que decía Pepe, los papás no tienen recepción de información, pero tampoco nadie les ayuda a entender y reflexionar.
Gabriela Rodríguez: A lo mejor solo agregaría que hay un rol familiar y hay un rol escolar. Entonces la familia, por ejemplo, en la educación religiosa, la mayoría de la sociedad mexicana es religiosa por diferentes religiones, esa educación religiosa es un rol muy típico de la familia, por cierto, muy determinante. O sea eso se ve que la gente que se formó en una familia católica, pues es católica y la que se formó en otra familia cristiana… o sea, hay una cosa muy fuerte de influencia familiar que esa no cambia fácil. La religión no es algo que cambie fácilmente, sino que se sostiene casi independientemente de lo que esté pasando en la sociedad afuera.
Entonces ese es un rol que tiene la familia sobre la formación religiosa y de valores básicos. Y la escuela, ya lo decía José, están los valores democráticos. Ahí vamos a aprender, por ejemplo, los derechos humanos, esa es una cultura tan nueva que nadie sabe qué son los derechos humanos. Por supuesto que los maestros tampoco, por desgracia deberían saberlo a estas alturas y ya llevan 15 años con ese tema en los libros de texto. No sabe la gente que existen tratados internacionales, no saben qué dice la Constitución y cuáles son mis derechos. Nadie lo sabe, esa es la verdad, ni los papás, ni los maestros.
Los médicos creen que está prohibido dar anticonceptivos a los menores de edad y no existe mucho por reglamento que lo prohiba. Hasta donde vamos hoy el menor tiene todos los derechos humanos que los mayores. Tiene un derecho postergado de votar y que todos los demás son sus derechos. Entonces tiene el derecho a decidir, de manera libre, responsable e informada. Todos los derechos tienen, absolutamente todo el menor de edad, y no lo saben los médicos, no lo saben los maestros. No tenemos una cultura del derecho. Los padres tampoco sabemos de derechos porque es una sociedad que lo desconocemos y no saben que su hija y su hijo tienen derechos humanos más allá de ellos, que sus hijos tienen derecho a la información y si ellos no se la quieren dar, sus hijos no tienen más allá de ellos, del papá o de la mamá. No puede limitar la información de su hijo y eso es un rol escolar, la información científica. Además el efecto de esa educación sexual en la escuela va a propiciar una mejor comunicación en casa, entonces también es ignorancia cuando los papás dicen “Es que van a cambiar los valores de mis hijos”. No, no van a cambiar, no es cierto, porque por los valores que meten tu casa son bastante fuertes.
Probablemente sí va a tener más información el hijo y si conoce sus derechos va a ejercer mejor sus derechos, eso sí. Lo que es un efecto muy “liberativo” para tus hijos, independientemente de la religión, lo que tengas, pues es la ignorancia, eso sí.
Ana Liguori: Quiero hacer una pregunta más y luego ya vamos a abrir a un diálogo y ya hay una primera mano levantada. Bueno, aquí veo una respuesta diferente. Yadira dice que hay un marco normativo que no permite y tú dices no hay limitaciones. Mira, yo les recordaría… Hubo un estudio que mandó hacer IPAS. Se la mandó hacer a Pedro Morales sobre el marco legal que también incorporaba acuerdos internacionales del interés superior del niño y después las capacidades que van en evolución de los niños, pero aquí veo que ustedes no están de acuerdo.
Entonces yo no sé. Creo que ahí hay unas áreas grises y el último tema que quería proponer y ya nosotros discutimos y abrimos al público es, ¿qué sigue? ¿Cuál es la recomendación? O sea una cosa que salió aquí muy claro es, inclusive hay cosas ya muy positivas, no se implementan. Hay un marco internacional y no se conoce. Hay acuerdos internacionales firmados, no se cumplen.
Entonces, ¿qué sigue?, ¿qué pasa? Son esas dos cosas que ustedes resuelvan un poco y después que me dé cada su opinión sobre qué es lo que seguiría para realmente estar más a la altura ahora que los derechos humanos ya están en la Constitución y se han tratado de bajarlas, pero bueno. ¿Qué recomendarían ustedes? ¿Cuál es el papel de la sociedad civil? ¿Cuáles son las alianzas que hay que tener para seguir avanzando en la agenda progresista que se compromete con los derechos?
Yadira Chávez: Sí, yo estoy de acuerdo con lo que dices que, por supuesto las partes de todas organizaciones internacionales, del Distrito Federal está también para alimentar los derechos por esa parte. Hablando del sector salud, por eso yo decía, que el problema a veces no tiene que ver con la normatividad establecida, sino con la regulación en el sentido de que no está plasmado específicamente para jóvenes, aunque sabemos que tienen el mismo derecho de ejercicio, se llena de interpretación.
Es decir mucho de la interpretación para la atención de los jóvenes, por ejemplo, la norma de planificación familiar dice “libertad en los métodos anticonceptivos”, la interpretación es “la revolución mundial, tiene que venir el papá”. Es como los usos y costumbres que se van generando al interior de las instituciones. En ese sentido lo estoy planteando. No es que no exista esa libertad del ejercicio, sino en la operación como tal, en la aplicación. Y ese ha sido creo un problema limitante, hablando del sector salud, que entonces no se le ve como sujeto de derecho a los jóvenes, ni siquiera los miran. El chico depende del papá, depende de la mamá. No son sujetos de libertades. Cuando nosotros decimos “sí, si tienes” cuando el chico te iba a pedir un condón, claro que nosotros tenemos que darle ese chico ese condón porque es su derecho. El problema es a la operación interna, a eso me refiero un poco.
Gabriela Rodríguez: Porque es que es demasiado importante que los médicos sepan que el sector salud, que la norma oficial mexicana de planificación familiar explica que los papás deben autorizar una intervención quirúrgica, sí. Un medicamento, también. Eso es real. Un antibiótico no se le da a un menor sin autorización del papá o de la mamá, nada más que nosotros estamos hablando de métodos preventivos.
Entonces ahí no necesita, ni para píldoras ni con anticoncepción de emergencia. Tal vez para un aborto, es más, para un aborto la norma de la Ciudad de México exige la firma del adulto responsable, pero esa es la confusión de los médicos cuando saben que para autorizar medicamento o para una intervención. Hay duda de que si el DIU es una intervención o no es una intervención, ahí está con el DIU, por ejemplo, con las píldoras no cabe menor duda, no sea con el condón, ni la anticoncepción de emergencia, ni la menor duda y es específica la norma. La regulación del sector salud, pero sí lo desconocen y lo que creo que no podemos repetir nunca es decir que está prohibido. No está prohibido. Lo han intentado prohibir, lo están intentando porque el año pasado lo intentaron prohibir, pero no lo lograron.
José Aguilar: Y bueno, lo que yo quería comentar es que tú habías comentado, Ana Luisa, que íbamos a verlo del otro público que son los jóvenes y bueno, como siempre ya los dejamos ahí fuera. Hablamos de los papás y de los maestros, y yo sí quisiera hablar un cacho de eso y después lo que tú nos pedías. Yo sí creo que hay un desfase con los programas educativos, hay un desfase con la comprensión de los chavos. Los chavos están haciendo otra cosa en sexualidad. El que sepan un condón, el que los anticonceptivos y de alguna manera tengan la información, aunque no los usan en el porcentaje que quisiéramos, pero los chavos están en las redes sociales, los chavos están en los teléfonos celulares, los chavos están planteando el sexting, están grabando a las chavas que les maman el pito a un chavo en el baño, la chava de secundaria, se están embarazando algunas de ellas, están abortando algunas otras.
Toda esta parte de las redes sociales es muy importante y hemos dejado de fuera que nosotros estamos sobre ello, pero finalmente eso es lo que no se quiere ver. Es otra vez poner una venda mucho más cañona que la que hubo en otros momentos hacia la juventud, porque realmente mientras nosotros estamos discutiendo con el secretario si se pone el condón o si se pone aparato sexual o aparato reproductivo, los chavos andan en otro momento y nos lo dicen: “Tenemos un trabajo en secundarias y tenemos mucha claridad de lo que está pasando con los chavos”. Uno de los ejemplos, o sea el que están bailando en el salón de clases, el perreo, por ejemplo, y entonces los maestros estaban asustadísimos cómo le hacían con el perreo. Los maestros decían: “Bueno, ¿qué tal si tienen relaciones sexuales delante de nosotros y no vamos a saber nada?” Pasa el día del beso robado. Los viernes en la secundaria se plantea los besos robados y también se plantea el beso robado de las mujeres hacia las mujeres y entonces se vuelve como un bullying lésbico, digamos en un sentido, aprovechando la sexualidad como miedo para prueba.
Si nos ponemos a platicar un poco de lo que estamos viendo en la secundaria haríamos una listota y no tiene nada que ver con lo que por otra parte se está tratando de negociar, que se hable de la negociación que es muy importante, pero los chavos andan en otra. Yo sí quería como rescatar esa otra parte porque luego se invisibiliza y a veces por nosotros que estamos como en eso.
Lo último que preguntabas, Ana Luisa es, sí, creo que hay que plantearse la necesidad de los chavos y creo que hay que ir en paralelo con ellos para ir captando esas necesidades que se invisibilizan inclusive en las encuestas y en todo. Y en ese sentido, con esas necesidades que cómo llegar ahí estar proponiendo y hacer negociación con las autoridades con base en las necesidades reales de los chavos y de las chavas, y no solo de lo que nosotros pensamos y de alguna manera con esa experiencia que a nosotros nos ha dado el programa en secundaria que tenemos unas 40 escuelas secundarias y que estamos llegando a estos chavos directamente y que estamos viendo que sí tiene un resultado. Después de un año la materia que dan 3 horas cada semana durante todo el año lectivo hay un impacto importante en respeto y baja de la homofobia. Hay una parte importante en derechos sexuales, una parte importante en la imagen corporal, en equidad de género y vínculos afectivos, y hasta el último en donde impacta menos es en la utilización de métodos anticonceptivos.
Entonces, sí hay algo que podemos empezar y puede ser también llegar a los Estados y no empezar desde arriba como decía Gabi, sino a lo mejor con los Estados e ir poco a poco ir haciéndolo nacional sería como parte…
Ana Liguori: Gracias por recordarnos y bueno, obviamente, los jóvenes están al centro de nuestra preocupación y entonces, ¿qué sigue justo para que lo que sean así responda más claramente a lo que de veras necesitan? Porque se dice mucho “Mi hijo no hace esto” y la verdad es que ustedes ni saben, ni lo que piensan. Entonces bueno, ¿cómo poder incorporar a la preocupación de los siguientes pasos que habría que dar esta realidad de las necesidades de lo que…?
Gabriela Rodríguez: De lo que sigue se pueden decir muchas cosas. Vamos a preguntarnos de fondo, porque tenemos 40 años en educación, el año entrante son 40 años de una relación sexual oficial en ese país. Entonces, uno se pregunta “Bueno, ¿de qué sirvió?”. Sí sirvió para evitar embarazos, se redujo al 5 % la prevalencia del VIH, pero es lento. Es muy lento. Todavía tenemos un número de casi 20 % de embarazos tempranos, todavía tenemos el crecimiento del sida, o sea el moderado, pero sigue creciendo. La violencia crece, y ese es un tema que poco que hemos influido en la educación sexual, y hay que decirlo. La violencia y el abuso sexual y la trata crece.
Entonces, yo pienso, ahorita estoy pensando en voz alta, tal vez nos ha faltado integrar este trabajo de educación sexual, por ejemplo, con toda la lucha de derechos humanos. Porque esto tiene que ver con justicia del ejercicio y es un cambio cultural y no solamente hablo de educación sexual. Es un cambio de la cultura. Me gusta mucho como dijo Pepe: la institución está lejísimos. Los jóvenes, yo digo, van adelante de nosotros, que las instituciones en especial. La institución va muy atrás, ellos ya saben. [Risas y conversación ininteligible] Las instituciones, pues hay que seguirlas hablando para que acepten a los chavos donde están. Los medios están más cerca, pero los medios no tienen compromisos preventivos. Y si vende el sexo y vende la violencia vende, seguirá promoviendo.
Entonces hay que hacer un trabajo más articulado. En serio, tenemos que articularnos mucho más, aparte comprometer a los políticos porque no se han comprometido y como es cultura, no es que se cambie el libro. Es que la clase en el salón de clase ocurra otra cosa, es decir, que ahí se hable ampliamente de los derechos humanos. Se hable de la equidad de género, se discutan los problemas afectivos, hablar de la violencia, del bullying y del todo, la violencia sexual, todo lo que ocurre en muchas en las escuelas, en casa y que las maestras se dan cuenta que hay abusos en las casas. Que ahí sea un espacio en la escuela de rescate, de las que abusan, de apoyo del bullying que le hacen a un niño gay o lesbiana.
Tenemos que asumir que es cambio cultural, por eso hay que enfocar demasiado. Lo digo otra vez: seguir cambiando la cabeza de los maestros. Cada maestro de este país, está un año con un grupo de 30 o 40 chavos. Tiene un año. Entonces si ese maestro le cambiamos acá, va a poder cambiar su cotidianidad en su salón de clase cada día, cada pregunta, cada vez que se da cuenta. Es que es un tema que ahora sale mucho con los maestros o las capacitaciones que se dan cuenta que las niñas abusada sexualmente del papá, del tío, del maestro, esos temas que siguen espantando también porque nada más se espantan y no saben qué hacer. Entonces sí tenemos que seguir articulándonos más y con los derechos humanos, porque ya hablemos del caso, pero no tenemos contacto con la procuraduría para el caso del abuso, ni el sistema de Justicia que no funciona en ese país. Tenemos que articularnos más, porque si no seguimos abriendo un poco un poco frío, un poco superficial.
Ana Liguori: EL último comentario.
Yadira Chávez: Yo estoy de acuerdo que finalmente falta mucho que trabajar y lo que es el paradigma desde cómo se mira la educación sexual y la sexualidad de los jóvenes. Por otro lado, en cuestiones de salud y las instituciones ya se van quedando muy atrás también. Finalmente, proponiendo también programas hablando de salud de hace 20-30 años, cuando efectivamente las relaciones de los jóvenes son otras en este momento y se sigue planteando propuestas y actividades y programas, como si fueran generaciones del siglo XX, y estamos en el siglo XXI.
Entonces sí hay mucho trabajo. Las instituciones desde el punto de vista también son nada más un medio, un medio que tiene que acercar políticas públicas diferentes, pero que también hay que escuchar mucho a los jóvenes con respecto a sus necesidades, que no se hace en muchas instituciones públicas. Creo yo que un gran trabajo que ha venido haciendo son las organizaciones civiles y ahí sí hay que reconocer que van mucho más avanzadas. Ya tiene un recorrido más importante que las propias instituciones.
Entonces a nivel instituciones públicas falta mucho porque hagan, falta mucho picar piedra, sensibilizar también a las autoridades, pero hay propuestas que se están empezando a hacer y bueno, y ojalá que podamos seguir en ese picar piedra, ir logrando una visión diferente respecto a la atención de los jóvenes.
Ana Lugouri: Nos queda 1 hora para diálogo. Entonces, no sé si quieren que pasemos los micrófonos para…
[Voz de hombre]: Bien, creo que estamos viendo este problema precisamente en lo que yo destaqué que, de hecho, perdón por interrumpir. La alarmante noticia de que había una política, al parece. Me pareció realmente grave, no los menores de edad que va en contra de ciertos convenios, el Convenio Internacional por los Derechos Sexuales y Reproductivos, curiosamente firmado en el 2004 con Vicente Fox. Un caso rarísimo, pero… Perdón por la interrupción. Al final de cuentas, la pregunta va dirigida a todos los panelistas respecto a si la sexualidad debe ser abordada como asunto de salud pública o como de entretenimiento. ¿A qué me refiero? Creo que hay una política de Estado que va más que enfatizada precisamente hacia la cuestión de salud pública, olvidando esta otra parte del entretenimiento. Es decir, la presión comercial existe. Esto se convierte en mercancía, pero no sé si estoy enfatizado la pregunta. ¿Cómo debemos educar sexualmente? ¿Haciendo énfasis en qué?
Ana Liguori: Era un poco lo que decíamos, placer o salud pública o ambas cosas.
José Aguilar: Creo que el planteamiento del grupo, nosotros estamos aquí, hemos llegado, hemos pasado por varias etapas y a lo mejor hemos pasado por informar después por meterlo en una línea de salud o de educación. Creo que va a dar el marco el que nos está rigiendo son los derechos humanos. Yo sí creo que ese es nuestro marco más amplio, y dentro de los derechos humanos y los derechos sexuales, el derecho al placer es importante.
Ahora, yo digo que se confunde, pero acá mis compañeros me dirán si no, es como cuando tú… el Estado sí lo ve en un sentido de salud o así lo percibo, lo ve exclusivamente como salud. Entonces nosotros tenemos que ir como vendiendo los programas desde las ONG y como estrategia para que los acepten. Hemos hecho la crítica hacia nosotros y no es fácil, pero si no, no te los aceptan. Si tú no dices: “bueno, vamos a educación sexual porque abusan sexualmente de las niñas”, “vamos a dar educación sexual porque se están infectando”, “vamos a dar educación sexual porque hay muchas embarazadas”, es muy complicado que los gobiernos… Si tú llegas: “vamos a dar educación sexual para que sea la propia autoridad moral, para que sean sujetos de derecho” van a dudar.
Entonces para me entiendas, creo que hemos estado haciendo como una estrategia que nos permita cubrir esa parte que les importa a los gobiernos o los mismos padres y madres de familia y que les atormenta, que sus hijos se infecten o se embaracen, entonces hemos logrado entrar por allí, pero nuestra línea en la que estamos trabajando es marco derechos humanos, marco de derechos sexuales y, dentro de esto, pues en el placer como una línea importante.
Imagínate si así ya nos traen de bajada de que queremos que todos se masturben, que todos tengan relaciones y todo, si decimos “queremos promover el placer” ya no nos ves para la otra. [Risas]
[Voz de mujer]: Soy licenciada en Derecho, abogada victimal y catedrática de la UNITEC. Bueno, yo pienso que estos planteamientos que se han hecho ahorita en esta mesa son muy importantes. Definitivamente la panacea no la vamos a encontrar ahorita, pero sí tenemos que empezar, como dijo, no sé bien porque llegué un poco tarde, [Risas y conversación inaudible] la antropóloga desde el punto de vista que lo abordó, pero es muy importante porque yo pienso que como se da la nueva corriente y crítica ahora en los enfoques técnicos es multifactorial, multifactorial y multidisciplinaria, no “inter”, sino multidisciplinaria donde todos deben de abordar y podemos empezar. Yo teniendo una hija de 12 años que la traigo aquí procuro estar con ella, me cuestionaba: “pues yo no sé por qué te preocupas, me preocupa que yo quedé embarazada”, me hizo el comentario. Y que no me preocupa eso. Me preocupa que habiendo tanta información tú no tengas los medios para resolverlo. Eso en primera instancia. En segunda, yo pienso que podríamos empezar también… hay muchas partes para abordar, pero para empezar a jalar el hilito por parte de los profesionales, sobre todo los médicos.
Como abogada victimal se ve, y mencionando el sexenio de Fox, el caso de la niña Paulina, que de 9-10 años la embarazaron, y ahí tenemos ahí al honorable señor del PAN… Fernández de Cevallos, que andaba pugnando por la habilidad de la niña por la vida del niño, quién de ellos a la fecha le dio más que promesas a una niña que pudo haber perdido la vida y en condiciones infrahumanas ya de vida, de por sí ya una víctima de la vida. Y aparte de esa persona que la violó. Entonces hay que empezar por modificar a los médicos. Vimos ese caso en donde ya estaba autorizado y no con las nuevas reformas, sino por casos de violación, y en este caso, ya no por derechos humanos, sino por humanidad que a la niña se le practicara el aborto, ningún médico quiso hacerlo.
Ya fue difícil lo suyo, los ministerios públicos por la ignorancia y aparte, los médicos que debían tener ese compromiso social de ver a la niña y aventarse, no la rompen, porque ya estaba ahí la autorización legal. Entonces hay que empezar por cambiar esa mentalidad. Yo a mi chiquita la tengo en una escuela particular que son de monjas que ya veo en esta área que tienen un poquito de apertura porque les dan algo. Si ya ellas avanzaron, digo, ¿qué más? Pero aun así su maestra que no es una religiosa todavía sigue tachando de locas a las niñas cuando tienen una comunicación con los niños. Entonces ahí hay una deformación también, pero empezando, primero, ya llegamos los maestros, pero los doctores, y como dice también antropóloga, no hay legislación que distinga. Y la ley dice: “Donde la ley no distingue nadie más tiene por qué hacerlo ni interpretarlo”. Con la interpretación, la deformación sexual que tenemos de: “No vaya yo meterme en problemas, etcétera, etcétera”.
Entonces hay que empezar a capacitar, es cierto. Hay que presionar a los legisladores, en efecto. “¿Sabes qué? vas a meter tantas horas de sexualidad”. Y si no puedes pagar hay que empezar por gente que dona tiempo muy amablemente. Sí, hay que pagarlo, yo estoy de acuerdo, pero hay que empezar a empujar a decir: “Esta escuela pública o privada va a tener que cubrir esa cuota de horas de sexualidad” y no solo a los niños, a los maestros como bien se dijo, porque seguimos pensando que entre 50 años, gente de 30 años, que qué barbaridad. Dios me libre de si mi hija va a tener una relación con mi hijo. Entonces hay que modificar esta mentalidad.
[Nallelys]: Soy Nallelys, soy antropóloga y de la red nacional de Católicas por el Derecho a Decidir. Bueno, yo encontré este material que quiero felicitar me parece muy muy bueno. Me preguntaba, ¿qué están haciendo para…?
Ana Liguori: ¿Qué material de ese podrías compartir?
[Nallelys]: El de Conéctate, de Pepe y de Gabriela. Estaba pensando cómo es que están haciendo para difundir ese material que me pareció muy bueno a mí en lo personal y si había alguna forma de hacerlo llegar a las escuelas públicas y, bueno, y privadas también de alguna forma hacer llegar este material a los jóvenes.
[Voz de mujer]: De católicas, y quiero preguntar sobre cómo están mirando la voluntad política en esta nueva administración.
[Voz de mujer]: Herminia Hernández, abogada, catedrática de la Universidad Autónoma de Tlaxcala. A mí me gustaría que abundaran un poquito más en la cuestión que comentaba Pepe en la situación de cómo es que le podemos entrar más a los jóvenes, como bien lo dijiste. Ellos están en su onda, van mucho más adelantados que nosotros como papás, como autoridades, como personas que tenemos el uso de la voz, alguna responsabilidad lógicamente con ellos, pero ¿cómo entrarles? Realmente eso es lo que ocupa, como bien mencionaron, insisto, ellos están más adelantados y ahora, ¿cómo hacerlo? ¿Cómo llegarles?
José Aguilar: Ojalá, como dice Ana Luisa, se pueda tener mayor cantidad de papás y mamás que podrían pensar como tú. En cuanto a la voluntad de Shopen, al fin dijo, o sea, es que yo creo que Shopen fue puesto ahí por algo maquiavélico, lo están haciendo ya, pero que no sabemos cuál es el feeling específico. Ahora, además de meter a la cárcel a Chucky. Y yo creo que nos puede dar confianza es las personas que están a nivel como de los puestos de subsecretaría. Está un Roberto Tuyán, por ejemplo, en Secretaría Superior, está la maestra Alba Martínez. Eso sí nos puede dar si es cierta confianza a nivel federal o en Secretario de Salud, la doctora Juan, que estuvo en FUNSALUD llevó todo el proyecto del Fondo Global Prevención de VIH y SIDA. Patricia y algunas otras autoridades que se reintegren. Entonces yo diría que por allí podemos tener una posibilidad, una esperanza de trabajo y yo sí creo en eso. Creo que es algo ahí que no sabemos cuál es la cosa perversa que está ahí.
Ana Liguori: Yo no creo que obstaculizaría la verdad no, digamos esa vieja guardia del nuevo PRI son laicos, son bastante liberales, no creo que obstaculizaran. Acuérdense de Abascal en gobernación. Acabaron con CONAPO.
José Aguilar: Ahora en el sexenio de Zedillo, priísta y todo, es cuando entra la educación sexual. Realmente sí era la vieja guardia, pero entró en el sexenio de Zedillo. En cuanto al usuario, yo creo que tenemos que hacer uso de las tecnologías. En primera hay que meternos a eso en las tecnologías, porque es donde los jóvenes están teniendo la opción de comunicarse, de plantearse, de tener amigos, de tener novias, novios y de ser una línea, una red para la información y para el intercambio de opiniones, de acciones, de sexo y de todo. Entonces, así como algo práctico habría que entrarle por ahí. Nosotros el 26 hicimos algo con la pastilla en cuestión de emergencia y lo hicimos por Twitter y por teléfonos celulares, etcétera, y nos funcionó muy bien.
Entonces yo creo que las ONG que estamos dedicados a estos medidos debemos ocupar más estas herramientas en primera, y luego cómo llegar a los contenidos ahí es otro. No es reto, pero es una oportunidad de llegar a los contenidos de esa manera. Más bien yo cambiaría como la forma y lo otro. Yo me he encontrado con que falta la misma información que en otras generaciones, toda la tienen distorsionada, etcétera.
Pero creo que los medios estos que están, digamos la brecha tecno-generacional nos ha dividido y creo que había que entrarle en ese sentido como una herramienta para incluir estos temas que siguen siendo de pregunta y de duda para estas nuevas generaciones. No es que tengan mucha información, sino que tienen más distorsionada y están haciendo algunas otras acciones que no se habían hecho, no se estaba pensando. Los chavos gay hablando de que ya son gais de los 12 o 13 años, cosas que no habían sucedido y había otros que tienen relaciones sexuales con los mismos chavos entre ellos, pero que no se aceptan como gais porque dicen que quizá sean bisexuales. Por ejemplo, hablando de ese tema de las relaciones sexuales como viendo porque no es un problema la virginidad para las chavas pequeñas ni es algo que les angustie.
Entonces, es ir tocando todos esos temas, que son los mismos, pero de diferente manera y de acuerdo a las posibilidades que los jóvenes tienen ahora y reitero, tenemos que entrar a las tecnologías para poder brindar la información.
Yadira Chávez: Bueno, tiene toda la razón, abogada. En el sector salud hay que trabajar mucho, muchísimo. Primero, porque en ese marco de los derechos humanos, los mismos médicos no lo miran. No ven a los jóvenes con sus objetos de derecho como decía hace rato. No hay médicos con esta visión capacitada para la atención de los jóvenes. Hay un retraso importante en el establecimiento de programas sobre cómo intervenir, qué estamos haciendo nosotros en salud pública que es algo importante. Además, otra cosa es que los jóvenes que no llegan a las unidades de salud. Entonces de 10 adultos a lo mejor nos llegan 2 jóvenes. Eso es una realidad. Y no llegan, porque alguien decía algo muy importante, porque se sienten regañados, no se sienten en confianza. Los médicos se ponen como los papás que tienen la razón, y no tienen ese nivel relacional de decir: “Son unas personas, que son un género pensante, reflexivo, que pueden tomar decisiones”, porque los jóvenes toman decisiones. ¿Pero cómo encauzar esa información y esas decisiones? Ahí es el punto de trabajo.
Y parte del espacio interactivo donde estamos tratando y se pensó mucho y se moldea, cómo acercarlas de alguna forma diferente con los jóvenes, y los invito a que conozcan porque obviamente la unidad, aunque son unidades de salud no tenemos los consultorios. Son salas abiertas. Y lo que hacemos es acercar los temas relacionados de importancia de los jóvenes a través [ininteligible], a través de orientar, informar. Es una forma diferente de acercar y de mirar la salud, porque también es eso. Hay que empezar a mirar la salud de una forma diferente. Es un trabajo que se nos viene de sensibilizar y convencer como propuestas nuevas y de cultura diferente de que los jóvenes sean responsables de su cuerpo y de su salud- Nosotros somos un medio y esa parte poco se entiende, es decir, somos un medio nada más para dar oportunidades y brindar elementos, pero los jóvenes pueden hacer mucho más que eso.
Ana Liguori: ¿Por qué no dices cómo pueden encontrarles?
Yadira Chávez: Los Espacios interactivos de salud para jóvenes están en la calle de Santísima número 10 de la colonia centro muy cerca del Zócalo. Si ustedes caminan todo Moneda hasta casi tocar con [Ininteligible] está la iglesia de la Santísima Trinidad. Al lado está el centro de salud porque es una unidad de salud, después del templo mayor como tres cuadras más o menos después del templo 3 cuadras para allá.
Entonces, conózcanlo. Seguramente nos van a ayudar a ser promotores que vayan los jóvenes ahí. ¿Qué beneficio tiene eso? Además, se divierten los jóvenes, van y salen divertidísimos porque se reflexiona, se orientan, pero es importante que estamos haciendo es identificación del riesgo en los jóvenes. En ese momento con oportunidad es brindarles a ellos la posibilidad de ser canalizados, de brindarles un servicio, de decirles: “¿te interesa?”. Escucharlos y los jóvenes regresan y se abre un nivel de confianza por los facilitadores que estén capacitados.
[Voz de hombre]: ¿Tendrá un Face?
Yadira Chávez: No tengo Face, pero tengo un correo electrónico…
Ana Liguori: Ya debería.
Yadira Chávez: Pero es algo que se está trabajando y efectivamente, esto lo decía Pepe, ¿cómo empezar a acercarnos? Por eso les digo, fíjense, algo que es tan importante como redes en los jóvenes en el sector salud de repente no es tan prioritario cuando se tiene que ser prioritario, porque ahí es donde se están comunicando los jóvenes.
[Voz de hombre]: ¿Son cursos o son pláticas?
Yadira Chávez: Son pláticas interactivas. Tenemos una sala que se llama 3XY, porque además pensamos mucho en los nombres para acercamiento y ahí vemos todos los temas que tienen que ver con sexualidad, derechos sexuales, derechos reproductivos. Tocamos también contenidos como prevención del VIH, pastilla de emergencia, interrupción legal del embarazo, diversidad sexual. Tenemos otra sala que se llama Aliviana tu mente, y en Aliviana tu mente tocamos temas: violencia de género, depresión, trastornos de la conducta alimentaria.
Tenemos una sala que se llama Chécate y específicamente Chécate es una sala donde estamos identificando un problema más de identificación de riesgos biológicos. Ahí vemos a los jóvenes que tienen sobrepeso, obesidad, si tiene algún trastorno capilar, problemas de agudeza auditiva, agudeza visual. Pero vamos conectadas a las salas porque hay otra sala que se llama Libera tu cuerpo, y entonces cuando identificamos a los chicos con esas problemáticas en Alivia Tu Cuerpo platicamos sus aspectos de nutrición, prevención de accidentes, prevención de adicciones, entonces si se dan cuenta son muchas temas relacionados a salud, no solamente un solo foco. Proboca es una sala donde trabajamos todo lo que tiene que ver con salud bucal, prevención de salud bucal. Zona cero, ahí trabajamos talleres, prácticas, cine, debates con los jóvenes. Actívate es un área de activación física que está muy bonita esa sala. Tenemos ya grupos que llegan ahí y hacen su activación física.
Tenemos unos programas paralelos de los resultados que estamos teniendo ya de jóvenes con la identificación de factores de riesgos. No estoy hablando a detalle, porque empezar a hablar a detalle es otro nivel de trabajo, de instrumentación, pero les doy un ejemplo, del 100 % de los jóvenes que nos han visitado un 43 % tienen sobrepeso y obesidad, que es un problema grave.
Es un problema que no nos asusta porque sabemos que está grave, pero ¿qué estamos haciendo en paralela medida? Estamos construyendo programas, pero con ese resultado para ir trabajando, por ejemplo, tenemos el programa de Modificando hábitos en alimentación. Entonces ahí está el psicólogo, está una médica, está el nutriólogo y el animador físico trabajando con chicos que invitamos que identificamos en el proyecto y los jalamos al programa y trabajamos un año con ellos. Ahí sí, para empezar a ver cómo van cambiando su estilo de vida más saludables.
[Voz de hombre]: ¿Tiene algún costo?
Yadira Chávez: No, es gratuito porque es de los servicios de salud pública, es gratuito. Trabajamos de 8 de la mañana a 4 de la tarde, de lunes a viernes.
Ana Liguori: Corran la voz. Yo quería hacer un comentario sobre el tema de los médicos. En una reunión en la que se estaba con médicos de todo el país con IPAS se sabía que los médicos muchas veces no ofrecen los anticonceptivos por temor a que les hagan una demanda. Había cientos de médicos en el auditorio, entonces les preguntaron: ¿a algunos de ustedes los han demandado por dar un anticonceptivo? A ninguno. Realmente es mucho el temor el que paraliza y en el tema de violencia sexual y violencia física es igual de grave. Ahí un médico tiene que darse cuenta cuando llega una niña, una adolescente violentada y no hace nada por no complicarse la vida. Entonces sí hay un problema de un marco ético que falta y que debería de ser parte también de las obligaciones en un mundo ideal.
Gabriela Rodríguez: Yo quiero decir que el centro interactivo de aquí de Santísima y conozco muchos, les puedo decir que conozco muchos y yo creo que es el mejor que he visto. Entonces hay que ir, manden a los jóvenes, sobrinos, todos los adolescentes. Imagínense es gratis. Tienes 9 salas que chequean todo, todos los estudios. ¿Cuánto cuesta cada estudio? Es divertido, tiene juegos, es impresionante. Tengo entendido que van a hacer uno en cada delegación, eso va a ser increíble. ¿Por qué? Porque esta ciudad en muchos aspectos, como en el tema del aborto o como en el tema del matrimonio gay, está siendo la pionera de América Latina y de nuestro país, sin duda.
Entonces voy al tema político que me preguntan. El libro este que trae la compañera nos lo censuraron en la [inaudible]. Es un libro que escribimos [inaudible] y yo hace 2 años, llevar el tema al lenguaje interactivo del Facebook y del Internet, eso es ese libro. Todo se aprobó, excepto el último paso y [inaudible], cercana a la maestra, no se tiene que decir nombres, ¿verdad? Por eso es importante el tema político. Aquí no necesariamente es el conservadurismo. Aquí hay tema político. En esta ciudad estamos avanzando en mucho, ojalá el gran avance ahorita en los servicios al adolescente. Yo creo que ya se ha hecho modelo y se va a empezar a generalizar en las delegaciones para que también sean unos pioneros, como llevar una experiencia de que aquí sí se da un servicio integral a los adolescentes.
¿Por qué? Porque nos han detenido las cosas y yo tengo una interrogación, para mí es una absoluta interrogación, ¿por qué? Porque este tema nunca ha avanzado si no viene desde el presidente de la República, ningún secretario de Educación se atreve a oponerse al señor presidente y eso ha sido para mí clave, digamos toda la vida en ese nivel. Entonces no importa lo que piense el secretario de Educación, importa que el señor presidente la autorice.
Ya lo vimos. Lo hemos visto totalmente es voluntad política al más alto nivel. Mi interrogación va al señor presidente, hizo demasiados compromisos con los obispos el día 20 de marzo… Aprovecho, el 20 de marzo, aquí se presenta el libro del discurso de los obispos, aquí en el Museo de la Tolerancia, el próximo 20 de marzo a las 4 de la tarde. Ojalá vengan todos. Un análisis que yo hice la parte de los discursos respecto a la educación sexual. Hubo muchísimo compromiso del PRI con los obispos. Ya nos lo demostraron que pueden llevar atrás las leyes del aborto en 17 Estados después que se despenalizó en la Ciudad de México.
Principalmente políticos del PRI cerraron y llevaron atrás normas en 17 Estados y empezaron a encarcelar y a meter a la cárcel a las personas que abortaron. Entonces para mí ese va más allá del conservadurismo y del país. Es todo el tema más alto de política, de alta política, de compromisos que se hacen en las elecciones y lo que menos importa es que piensen personalmente sus posiciones hoy, sino qué compromisos políticos tienen. Para mí, una interrogación.
Entonces vamos a estar exigiendo que esto al más alto nivel se comprometa con la educación sexual de los jóvenes, cuidado y guerra de este. El señor presidente tiene 20 o 22 gobernadores de su partido y si quisiera tú le haces muchísimo, si de veras quisiera puede hacer muchísimo y sí tiene gente técnica muy capaz, aunque que no tenga, lo que más viene de educación, sí tiene la capacidad técnica, tiene la gente con gestión pública que no sabe hacer, los subsecretarios. No podemos pedir mejores subsecretarios de educación, la Secretaría de Salud.
Entonces, ahorita vamos a ver la voluntad política y ahí llevamos ese libro, la semana pasada al subsecretario de Educación. Yo quiero ver como que: “Mira ese no lo censuraron, a ver si va a salir”. Hay experiencia atrás. Órale que lo publiquen, lo llevan a toda la escuela. Ahí vamos a ver si de veras, vamos a apostar que sí, por supuesto, pero yo tengo una interrogación.
[Voz de mujer]: Sí, estoy cansada de que si es por temor en el ámbito jurídico que los médicos tengan una represalia o complicaciones jurídicas. Viéndolo desde afuera podría decir: “Bueno, sí tienen temor, por eso no se atreven”, pero si abordamos y hablamos con transparencia, que esta es la palabra de moda, sigue siendo esa situación de doble moral, porque los mismos médicos no están preparados sexualmente, incluso en sus prácticas sexuales tienen muchas inhibiciones. Y se los digo que también falta información por parte de los abogados, yo con mucho gusto, a mí me gustan estos temas, si usted gusta y yo colaboro, ofrezco mis servicios para los médicos y decirles: “No teman, no hay ley que les prohiba”. De hecho, la ley nos dice, el código penal que están obligados a denunciar cualquier abuso que vean de los menores y aun así se quedan callados, pero no van a tener complicaciones, se va y se levanta el acta ante Ministerio Público y ellos se limpian las manos porque la ley los obliga. Entonces ellos están incurriendo en esas anomalías, pero es por su doble moral y por su misma ignorancia.
[Voz de hombre]: Pero sí tienes mucha razón, cuando dices que es una doble moral, y es que cuando se habla del aborto se habla la antropóloga, doctor, antropólogo porque hemos ido de alto en alto. [Risas] Cuando alguien más fuera de medicina, tú como abogada, habla del aborto nadie teme porque no lo hace. Pero cuando un médico o una médica hablan del aborto, entonces ella lo hace o él lo hace.
Entonces eso es difícil desde el punto de vista de la profesión y de la actividad médica, en este momento y desde hace mucho tiempo, yo no tengo problema con eso personalmente, pero la mayoría de los médicos sí, las médicas sí. Muchos médicos actúan y hacen las interrupciones en todo el país, eso es seguro, pero no lo pueden decir públicamente, también se tiene que guardar un poco esa secrecía de las y los médicos. Es importante lo que tú dices. Esto es a nivel general, seas la profesión que tengas, el problema de asumir una sexualidad libre es ese el conflicto desde mi punto de vista.
La profesión que sea, la universidad no te da esa garantía, ni un doctorado ni una maestría. Entonces hay que trabajar porque los maestros también tienen problemas. Si le preguntamos a los chavos qué quieren que hagamos: “Hablen con nuestros papás” si les preguntamos a los papás: “hable con nuestros hijos”. Híjole, entonces sí está complicada la situación, pero desde el punto de vista de la medicina tienes mucha razón, hay que trabajar mucho con las y los médicos.
[Voz de hombre]: Trabajo en un tribunal en materia familiar. Ahorita veía esa parte de lo que era de salud y cuando me veo y digo: tenemos un sistema de salud de cuarta, de tercer mundo tremendo, tristemente un sistema de salud que habría que enfocarlo en el sistema de salud, porque sería el mismo nivel o habría que buscar otra manera. También pensaba, por ejemplo, se reconoce en la Constitución el derecho a la alimentación y, cuánta gente se está muriendo de hambre.
Y la tercera sería la reflexión de que todavía tenemos esta idea de que los niños, los jóvenes, como que es elitista la educación de sexualidad. Los niños, los jóvenes, no tienen sexualidad, la gente de la tercera edad tampoco tiene sexualidad, solo hay un grupo específico. ¿Cómo cambiar esta mentalidad?, que creo que es muy importante, y la última, cómo cerrar con estas cuestiones para muy en retrocesos cuando tenemos gobiernos distintos, porque de repente se avanzan, pero de repente se puede retroceder y es así como cangrejos.
Entonces no podemos llegar realmente al fin porque tenemos como ciudadanos de primera y de segunda. El Distrito Federal tiene mejores derechos reconocidos y todas las demás entidades federativas pareciera que no son seres humanos o personas. ¿Cómo hacerlo para que esto se homogeneizara? Que el Código Penal tuviera la visión de que, si vamos a despenalizar el aborto, me parecería sensacional. Si vamos a hacer un Código Civil en el que se va a reconocer los derechos de las personas del mismo sexo para casarse, estaría excelente. ¿Cómo va a ser con estos candados?
[Christian]: Sí, buenas, buenas tardes, mi nombre es Christian Rodríguez, vengo del área de jóvenes de Católicas y mi pregunta va encaminada a cómo poder en el ámbito de la educación, en el trabajo hemos detectado que a veces jóvenes que se dedican a promover los derechos son víctimas de bullying en las escuelas. ¿Cuál sería la estrategia más eficaz desde su experiencia para poder trabajar estos temas que pueden llegar hasta un acoso sexual hacia las chicas adolescentes de 16-17 años?
[Juanita]: Hola, yo me llamo Juanita, soy de Católicas por el Derecho a Decidir y me gustaría preguntar cómo entrarle al reto de involucrar a los padres de familia en comunidades indígenas y rurales tomando en cuenta todos los factores que atraviesan desde que ellos no tienen la información, hace falta sensibilización, pero aparte de esto, como los usos y costumbres que de repente entran en las madres que quieren apoyar y son mal vistas por la comunidad. Los mismos padres golpean a las esposas porque están ahí apoyando a las hijas. ¿Cómo entrarle a este reto?
[Tania]: Yo soy Tania Martínez y como mencionaron, los jóvenes son fundamental para generar habilidades y cambiar actitudes. ¿Se les consultó a ellos para crear esos planes de estudio sobre educación sexual o se les ha consultado o solo se hizo la consulta a los padres?
Gabriela Rodríguez: Es una nota que de pronto ese tema ya está propuesto y para mi gusto vamos a ver esa interrogación que tenemos, ese va a ser un tema importantísimo. ¿Qué significa? ¿Qué va a significar homogeneizar el Código Penal? ¿Qué vamos a pedir nosotros? ¿Ah, sí? Padrísimo, se carga el artículo que dice: “El aborto empieza a las 11 semanas” y entonces se despenaliza a todo el país el aborto. Como dice muy bien aquel compañero que tomó la palabra y entonces ya no tenemos ciudadanas de primera o ciudadanos de primera y ciudadanos de segunda como un metro, pasaron 25 minutos y la de allá no tiene derecho a abortar. Tienen derecho a abortar todas, digo, se pueden venir y se vienen del Estado de México el 20 % de las que abortan aquí.
De hecho, se vienen y tienen derecho. Cualquier mujer de todo el mundo puede venir a este territorio y hasta tener derecho a un aborto, pero un ciudadano de segunda tiene que venir hasta acá. Se le está negando ese derecho.
Entonces sí, esa tiene que ser de la posición y yo creo que ahí vamos a empezar a hacer el análisis. ¿Cuál es el riesgo? Ah, entonces van a ser, entonces quitamos como hay que humanizarnos, vamos a quitar la ley que dice que las parejas gais es el tema de tienen que darle [ininteligible] e irse las parejas y por eso lo quieren dar, no por otra razón y hay que saberlo.
Entonces, esa va a ser una meta de prueba. Para mí ahí va a estar una prueba y vamos a decir: “Okay, con todos los derechos del D. F. que el penal se generalice”. Me encantaría equivocarme, pero creo que no vale generalizar en el sentido que dice de ampliar el aborto a todos.
Me da la oportunidad, tres minutos aquí para decirle a las compañeras, hermanas católicas, nosotros estamos apostando lo más fuerte este momento y demás, aquí está Ana Luisa, que es el más importante apoyo que tenemos nosotros en la Fundación para el proyecto a los diplomados y ya lo probamos, ya lo logramos meter virtual a maestros y maestras rurales de las áreas más duras y lo lograremos.
Ahorita lo vamos a meter a 7 Estados, nuestra propuesta era 3, pero ya nos están pidiendo porque va a entrar el [Ininteligible] de salud, a apoyar y además la base es dar la promoción comunitaria. Lo que nosotros aprendimos en el trabajo de 4 o 5 años trabajando con maestros rurales es que este es un trabajo de promoción comunitaria en las comunidades. Esto no puede ser nada más en esto, si no es promoción comunitaria, si no tienes estrategias con los maestros de cómo ir a hablar, porque el presidente de la Asociación de Padres de tu escuela es un pastor protestante que está de acuerdo en que hay que castigar con azotes porque ese es el caso, te estoy hablando de casos reales no es por hablar, donde estamos trabajando con los maestros, con azotes hay que castigar a los delincuentes y es el pastor protestante, el presidente de la Asociación de padres de su escuela, lo que dice el maestro: ¿cómo le hago con estos temas? Las señoras vienen vestidas hasta acá como las de Jerusalén, los faldones. Entonces es un trabajo de largo plazo y de promoción comunitaria. Esto no se puede quedar nomás en el aula, aquí el maestro tiene que salir a trabajar en la comunidad.
Yadira Chávez: Con respecto a cuestiones de salud hay que trabajar mucho en abrir más espacios de servicio. Creo que hay que rescatar mucho los Servicios Amigables de diferentes unidades de salud que se están haciendo. Sin embargo, no es suficiente y yo vuelvo a insistir mucho que cuando uno se trabaja también uno debe de considerar mucho las costumbres y las culturas de diferentes Estados de la República desde las zonas urbanas, zonas rurales.
Y por el otro lado, le tenemos que apostar a los programas de promoción, prevención y participación comunitaria, cosa que no hace el sector salud. O sea, el sector salud se sigue trabajando desde el enfoque curativo planteado en el problema, es decir, ustedes ven indicadores en salud, la medición de los indicadores de salud están planteados en el problema. No en la parte de resultados cualitativos de los servicios si son eficientes, si son disponibles.
En ese sentido, se tiene que seguir trabajando mucho en propuestas de los programas, pero no se pueden homogeneizar también. Ese es otro problema desde mi punto de vista, cuando se establecen y se atraviesan los programas, muchos están mirando en las zonas urbanas, pero no en las zonas rurales y uno dice: “Bueno, ¿y por qué van al fracaso esos programas?”. Sí, porque no se considera el contexto ni el ambiente donde se están desenvolviendo y desarrollando las familias, los jóvenes, y la propia comunidad.
Entonces, mientras no se cambie la forma de visionar la salud vamos a seguir estando en un nivel tipo curativo, muy simplista. Entonces nuestro gran reto es empezar a cambiar ese paradigma que eso no es nada fácil, que va a costar. Yo no sé si lo voy a ver. Ya estamos empezando, pero no sé si lo voy a ver o lo voy a alcanzar, pero se tiene que empezar a poner las piedras ahí.
Ana Liguori: Un recurso también muy interesante es la clínica CONDESA de VIH, que es un modelo a nivel internacional que realmente hay clínica trans, hay clínica para mujeres, hay un módulo de derechos humanos. Realmente es un modelo a seguir y bueno, hay una realidad que todo está sin fondos suficientes, que hay insuficiencia, que hay mucha retórica y ver cómo va a seguir, porque miren hay que analizar los presupuestos y la realidad es que dónde está el dinero hay realmente compromiso y si no, es pura retórica.
José Aguilar: Los comentarios, uno que me surge de entrada cuando ustedes hablan del libro y dicen que debería de estar en las escuelas, cuando hablan de que fue vetado en la SEP. Por otra parte, aparece un tipo que es Yordi Rosado que hace un libro presente para adolescentes, que tiene una línea conservadora que Televisa promueve y ha vendido millones de libros. Ahora anda en los Estados y las mismas escuelas le pagan… cobra 30 000 pesos por una conferencia…
Gabriela Rodríguez: ¿Qué enfoque tiene?
José Aguilar: Conservador, el primer libro lo hizo con Gaby Vargas que es esta señora, y se llama Quiubole. Ahora es otro, pero el rol es que ha pegado y las mismas profesoras lo piden en la secundaria como de texto para que los chavos aprendan de sexualidad.
Claro, es un tipo que está en la mercadotecnia Televisa, que tiene un programa, etcétera, etcétera. Entonces hay un coraje horrible cuando hay un trabajo como ese que tenemos años, que está la Academia atrás, la experiencia y todo y cómo eso te lo cierra, ¿no? Cómo te cierra la oportunidad que este libro se conozca y se dé en la secundaria y que el otro se abra y este hombre dé conferencias en la Universidad y todo, además le paguen 30 000 pesos mínimo y que nosotros tenemos que ir de gratis a pagarles a ellos para que lo dejen entrar, digo eso más terrible.
[Voz de mujer]: Su programa promueve promiscuidad.
José Aguilar: Es la doble moral. Va a diferentes mensajes… no tiene ningún marco, Gaby. Tiene marco de vender un libro para hacerse famoso, para que ese experto en adolescentes, y las conferencias se desperdicien en sexualidad y adolescencia y en drogas y todo esto y pone lo que se le vino a la cabeza, ¿no? Y lo que plantea en el otro, yo no he leído este último, pero el otro era conservador, era detente a las relaciones sexuales y por otra opción usa el condón, etcétera. Pero bueno, ese era un comentario, porque me da un chorro de envidia de la mala, no de la buena como dicen.
Y lo otro en cuanto a esto que estaban planteando sabemos la retórica de que estamos en una política de Estado, hacia ahí le vamos llamando. Esto del bullying que preguntas Christian, me parece importante, ¿cuál es la experiencia que hemos tenido en la secundaria con esta materia de sexualidad y equidad de género en el Distrito Federal? Lo que hemos aprendido cuando se ha trabajado con estos chavos es que después del año es el primer indicador que tiene el mayor impacto. Ha disminuido el bullying, específicamente el bullying homofóbico y el bullying hacia las chavas. Entonces no sé, esto ha sido interesante, ¿no? Cómo a partir de una un trabajo como el que se hace interactivo, como en un trabajo de respeto se puede llegar a por lo menos en ese año que haya una conciencia de que el bullying es negativo.
Pero bueno, me iría más a la educación como tal y la oportunidad que tengamos. Igual los padres y las madres. La experiencia real que tenemos de lo último es cuando esta materia de sexualidad y equidad de género se va a llevar, la maestra más exitosa fue la que cuando iba a dar la materia llamó a papás y mamás y les dijo: “Voy a dar la materia, quiero que traigan un cuaderno. Yo les voy a mandar a los alumnos con unas tareas, con unos recados para ustedes. Ustedes lo van a revisar, no va a haber nada de lo que ustedes no quieran” y fue otra vez informar y educar de una manera personalizada, pero dándole lugar a los papás.
Y yo hubiera podido dar la materia porque otras dieron la materia sin avisar a los papás y los papás se enojaron, pero cuando ella hace todo con respeto y que me parece muy buena estrategia y ella agarró con los padres hizo esa primera plática, luego agarró a todos sus profesores, compañeros que daban civismo, que daban matemáticas y les hizo también una sensibilización: “Voy a dar la clase, va a haber a lo mejor que van a dar condones”. Entonces a mí me parece una buena estrategia pequeñita que hemos tenido, pero creo que si me preguntas de estrategias yo le entraría así si se puede entrar.
Y la última es si se consultó a los chavos. Mira, hay diferentes programas que se han hecho, ¿qué se ha visto con las investigaciones? Básicamente en ocasiones nosotros, los programas que hemos hecho, hemos ido a esos lugares para hacer la pedagógica, sí se ha ido con la gente hemos sacado un diagnóstico de necesidades y a partir de ahí hemos construido los programas y ya los programas en AFRIO de los Gobiernos se supone que están basados en las investigaciones que existen a nivel nacional y gubernamental.
Entonces en ese sentido, más allá que si se hizo específicamente y vinieron chavos hasta acá haciendo un proyecto, se les ha dado un peso que es a partir de las investigaciones o grupos de trabajo que permiten darnos elementos para los expertos y hacer lo que tienen que hacer los jóvenes que es dar su opinión, plantear sus necesidades, pero no tienen que estar haciendo colas porque no saben hacerlo.
Entonces esa es la participación que yo he visto que ha tenido ese tipo de programas. Bueno, el de la derecha y el de la red de familia no sé qué hagan, porque ponen puras estupideces, datos. No sé cómo le hagan.
Ana Liguori: Bueno, ya se agotó el tiempo. Quería realmente agradecerles muchísimo a los que vinieron a la sesión y sobre todo a nuestros panelistas, porque realmente tienen ustedes aquí a grandes pioneros en el tema de la defensa de los derechos sexuales y reproductivos de los y las jóvenes. Aquí está la gente que ha estado haciendo historia, sigue haciendo historia y cada uno de nosotros nos toca contribuir. Están los socios de Católicas, hombres y mujeres, y estamos todos en cada uno desde nuestras trincheras tratando de que no se pierda ninguno de los derechos ganados en la ciudad, que haya un avance y que con suerte podamos contagiar un poco al resto del país. Muchísimas gracias.
Si no han visto la exposición de Nuestro Cuerpo, Nuestras Vidas es gratuita. El museo es muy interesante, cuesta como 45 pesos, creo. Esta sala es una exposición temporal gratuita. Muchas gracias.
Regina: Esta mesa donde abordaremos cuáles han sido los avances respecto a la interrupción legal del embarazo en el Distrito Federal hace parte de un ciclo de conferencias que se están llevando en este museo los días jueves de 4:00 a 6:00, en el marco de esta exposición “Nuestros cuerpos, nuestras vidas”, que está en la sala de exposiciones, la Temporal. Para quienes no la han ido a visitar se las recomiendo mucho. Es una mirada y un acercamiento al tema muy distinta y muy artística y novedosa.
Y bueno, el día de hoy tenemos la suerte de contar con cuatro expositores y expositoras de primer nivel. Estamos esperando a la cuarta persona, y yo nada más voy a estar aquí, presentándoles y agradeciéndoles. Pero realmente estoy muy contenta de que se haya podido lograr, que pudiéramos juntar a estas cuatro personas para hablar de este tema tan importante. Muchísimas gracias a los cuatro.
Y bueno, vamos a empezar con la doctora Rafaela Schiavon. Rafaela es directora de IPAS México. Trabajó en el Hospital General de México como especialista en Biología Reproductiva y en el Instituto Nacional de Pediatría como directora de la Clínica de Ginecología y Planificación Familiar. Y también ha sido jefa de Servicios de Salud Reproductiva. Fue directora de Salud Reproductiva en el Centro Nacional de Equidad de Género y Salud Reproductiva de la Secretaría Federal de Salud y ha sido profesora en la Facultad de Medicina en la UNAM, en el Instituto Nacional de Salud Pública y en la Universidad Autónoma de Querétaro. Le doy la palabra a la doctora Schiavon, muchas gracias.
[Las diapositivas de la conferencia no se muestran en pantalla]
Rafaela Schiavon: Muchísimas gracias antes que nada a los organizadores de este ciclo de conferencias y creo que, efectivamente, como dice Regina es una oportunidad única que estén aquí. A nosotros nos da mucho gusto estar aquí con ustedes. Y para quien no ha visto la exposición, espero que esto le despierte las ganas de ver la exposición más a profundidad y para los que ya la han visto, es una manera diferente de ir viendo los componentes de lo que está en la exposición.
Voy a hablar un poco de números y de razones. Entonces mi idea es compartir con ustedes los números, cómo impacta el aborto en términos de la vida y de la salud de las mujeres. Es decir, voy a hablar especialmente de salud. Otros expertos aquí y a lo largo de este ciclo de conferencias les hablarán de otros aspectos: el aspecto jurídico, antropológico, etc.
Y voy a hablar un poco de razones, de por qué abortan las mujeres finalmente y, quiero terminar con un concepto, con un mito de los que han estado circulando, yo les traje algunos materiales, creo que no van a alcanzar para todos, entre ellos unos que hablan exactamente de los mitos sobre el aborto. Creo que uno de los mitos que vale la pena es… ¿todos ven así, o más o menos, verdad? De que, si el aborto legal es un procedimiento seguro para las mujeres, porque hemos hablado tanto y ahorita hablaremos de que el aborto ilegal, el aborto clandestino efectivamente impacta de manera muy grave en la vida y en la salud de las mujeres. Pero así no es para el aborto legal y creo que este concepto tiene que quedar muy claro para ustedes y para que puedan trasmitir todos los que están aquí creo, los y las que están aquí tienen como la tarea de también replicar esta información.
En efecto, el aborto es inseguro cuando se cumplen dos condiciones: cuando hay restricciones legales al aborto, pero también cuando no hay acceso a servicios seguros. En general, la ilegalidad significa falta de acceso a servicios seguros, pero no es siempre tan sencillo y no es siempre así para todos. Por ejemplo, dependiendo del estrato socioeconómico de una mujer, el aborto puede ser ilegal pero esa mujer encontrará la manera de procurarse un procedimiento seguro.
Entonces, la ilegalidad en general se traduce en inseguridad, pero depende de las condiciones. Y viceversa, la legalidad no se traduce automáticamente a procedimientos seguros. Existen muchos casos en el mundo, no hay tiempo de profundizar mucho, pero hay muchos ejemplos en el mundo donde la ley sí permite el aborto, pero en la práctica no hay servicios seguros. Un ejemplo muy clásico en este sentido es la India que tienen en su Código Penal la despenalización desde hace muchos años, pero en la práctica no han existido por muchas décadas servicios de acceso a aborto seguro. Entonces, la legalidad existe, pero la inseguridad persiste porque no hay servicios.
Voy a ir muy rápido sobre algunos números, pero un poco aquí para comentarles que el tema de la mortalidad por aborto inseguro es un tema que podemos ver en todo el mundo, pero no con el mismo peso, en parte debido a esta relación que les comento entre el marco legal y el acceso a servicios. No vean mucho los números. Son indicadores de salud pública. Lo que queremos comentar es que vean en los datos de México y son algunos datos que hemos trabajado como organización en las últimas dos décadas en México.
Y los datos son, en resumen, que el aborto contribuye al 7 % de la mortalidad materna. De todas las muertes maternas el 7 % se deben al aborto. El aborto afecta como indicador de mortalidad por aborto es 4 muertes por aborto por 100 000 nacidos vivos e impacta en 48 muertes por 100 000 hospitalizaciones. Independientemente de los valores absolutos podemos ver que esto puede ser un poco menor de lo que observamos en el mundo en general y de lo que observamos en América Latina en general.
Y aquí es una reflexión que podemos hacer en común tratando de imaginar cuáles son las razones, pero seguramente parte de las razones se deben a que las mujeres han tenido acceso a servicios relativamente seguros, independientemente de la ilegalidad. Y parte de la razón es seguramente el conocimiento que las mujeres en nuestro país tienen del misoprostol. Lo dejo ahí volando y si quieren, después lo retomamos.
Lo que sí es cierto es que las hospitalizaciones por aborto en México, aquí ven los datos en los últimos 10 años han ido aumentando, aumentando, aumentando, aumentando, aumentando. No vemos tendencia de disminución en este indicador que es la puntita del iceberg. Es la cimita que se asoma por ahí. No sabemos cuántas mujeres se inducen en el aborto y no llegan a los hospitales, cuántas lo hacen en condiciones seguras y no necesitan llegar a los hospitales, etcétera. Pero es una realidad que independientemente del contexto restrictivo de las leyes en la mayor parte del territorio nacional, las hospitalizaciones por aborto siguen aumentando. La mayoría se debe aquí, en esta línea azul, a las hospitalizaciones que se registran en los hospitales de la Secretaría de Salud que atiende, ustedes saben, a la parte menos favorecida de la población.
El índice ha ido bajando. También el fenómeno no es igual en todo el país, y sabemos que México es muchos Méxicos. Lo es en salud pública, lo es en indicadores socioeconómicos, culturales, educativos, de desarrollo, todo lo que quieran. Lo más negro es donde hay más hospitalizaciones por número de mujeres, por habitantes y lo más claro es donde hay menos hospitalizaciones. Estamos hablando solo de datos duros para tener un poco idea del tamaño del fenómeno.
Vamos ahorita a la segunda parte que quería comentar con ustedes, el tema del por qué las razones del aborto. Y esto tiene que ver con la falsa idea que la ley es restrictiva, leyes restrictivas puedan prevenir o disminuir el fenómeno del aborto. Las razones reales son porque hay relaciones sexuales no protegidas, porque aún en aquellas personas, mujeres o parejas que utilizan métodos anticonceptivos hay fallas anticonceptivas. Todos los métodos fallan, incluyendo la abstinencia. [Risas] Porque hay relaciones sexuales no voluntarias, no deseadas, porque hay violencia sexual, que puede tener una gama muy amplia de violencia, desde la violación hasta la violencia psicológica, hasta el acoso, hasta la violencia de pares, como decimos, el concepto de pares: “Soy la única que no ha tenido relaciones y me está diciendo que si no quiero tengo que tener relaciones con él”.
Toda esta gama de violencia que sabemos que existe en el ejercicio de la sexualidad y porque hay también embarazos que son deseados en un principio, pero se pueden volver no deseados. Una pareja joven que ella se embaraza le dice: “No, conmigo no cuentes”. Una serie infinita de razones que solo las mujeres pueden conocer y evaluar. Entonces, hay razones cuantitativas que podemos cuantificar: el porcentaje de falla de métodos, el porcentaje de mujeres o parejas que no usan métodos anticonceptivos, etcétera, y hay razones muy cualitativas, muy interiores, muy morales, que solo las mujeres conocen.
¿Cómo podemos prevenir el aborto? Porque en eso creo que estamos todas de acuerdo, todas. Ojalá no hubiera abortos. Ojalá no hubiera violencia sexual. Ojalá todas las relaciones fueran voluntarias y planeadas. Ojalá todas las mujeres tuvieran acceso a métodos anticonceptivos de acuerdo a sus necesidades y preferencias. Sabemos que esta no es la realidad y les voy a mostrar algunos datos duros de que esta no es la realidad, pero la única manera para reducir el número de abortos en Salud Pública esto se llama “prevención primaria” y cómo puedo prevenir el evento. Pero también cómo prevenir los impactos negativos del evento, la “prevención secundaria”.
Entonces, ¿cómo prevenir el aborto? Más anticoncepción, acceso a toda una gama de métodos de anticonceptivos modernos, con más efectividad y con más continuidad que eso implica que realmente sean los que nos gustan, con los cuales nos sentimos cómodas, que nos permitan seguir con ellos, porque hay muchos estudios que están demostrando que uno de los indicadores más importantes de la anticoncepción es la tasa de continuidad. Es decir, no es solo empezar sino seguir con ellos. Y especialmente en cierta población la tasa de continuidad es muy baja y es donde encontramos los retos, ¿verdad?
Y por supuesto, menos violencia de género, diría ninguna violencia de género. Pero por ahí tienen que ir los esfuerzos reales de prevención. Ahora, si se da el fenómeno, la prevención implica estrategias para reducir el impacto de este fenómeno sobre la vida y la salud de las mujeres. Y ahí el tema es lo que decíamos: despenalización y acceso a servicios. Es decir, hacerlo legal y hacerlo seguro en manos de personal de salud capacitados, en manos de servicios equipados, de calidad, etcétera.
Regresando a la prevención primaria, ¿cómo le hago para prevenir los abortos? El aborto depende de qué tanta diferencia exista entre lo que yo quiero y lo que hago. ¿Cuántos hijos quiero tener en la vida? ¿Y cuántos hijos termino teniendo? Cuántos hijos quiero tener en la vida son lo que se denominan los “ideales reproductivos” y esto se investiga en las encuestas demográficas y en las encuestas de salud, etcétera. Y siempre hay una disparidad entre lo que las mujeres quisieran tener y los ideales reproductivos, el número ideal de hijos que quieren tener y el número de hijos que terminan teniendo por razones diferentes y por supuesto, los ideales reproductivos varían dependiendo de la cultura, del contexto.
No es lo mismo aquí en el D. F. entre mujeres trabajadoras, educadas, profesionistas, etcétera, y lo que puede ser Chiapas, Oaxaca, Guerrero, un contexto rural indígena donde las mujeres quieren tener bastantes hijos. No muchos, no tanto como antes, pero sí, los ideales reproductivos en este contexto son más altos de los que tenemos en otras ciudades.
El tema del embarazo no planeado y no deseado con todo lo que implica el contexto y también la aceptabilidad de un embarazo no deseado: qué tanto yo puedo aceptar por mi formación, mi cultura, el contexto social, familiar, etcétera, puedo tener un hijo que no tenía planeado, que no tenía deseado, pero lo puedo terminar aceptando. Porque mi mamá me ayuda, porque aunque me deje mi pareja, el núcleo familiar me acoge, etcétera, etcétera, etcétera. Y esto va cambiando, son contextos diferentes en el país, en el mundo y dentro de la misma Ciudad de México.
Y finalmente, lo que decíamos antes, el tema de la cobertura anticonceptiva, pero no solo como las mujeres que usan métodos, sino qué métodos, que sean efectivos y que tengan una alta continuidad. La realidad en México es que la cobertura anticonceptiva no ha ido aumentando tanto como deberíamos haber hecho, sobre todo aquí lo que les muestra la gráfica son los datos de cobertura anticonceptiva de dos encuestas diferentes. México hace muchas encuestas. Es muy bueno para recolectar información. No somos tan buenos para usarlas o para tomar decisiones en base a eso, pero podemos ver que entre 1992, son las barras azules, y 2009, que es la última encuesta que tenemos es la barra roja, en general, la cobertura anticonceptiva ha ido aumentando. Pero en las edades más tempranas, entre 15 y 19, 20 y 24 ha ido aumentando, pero sigue sobre todo entre adolescentes, estamos hablando de menos del 50 % de las adolescentes unidas o casadas están usando un método anticonceptivo. 1 de 2 no lo está haciendo.
En este contexto no vean tanto la gráfica, y me brinqué otras diapositivas por rapidez, es evidente que el aborto puede tener una función de regular, de ayudar a las mujeres a alcanzar ese ideal reproductivo que no logran a través de la anticoncepción. Y esto puede estar sucediendo sobre todo entre jóvenes, sobre todo antes de un primer embarazo a término, es decir, la etapa que transcurre entre el inicio de la sexualidad y la formación de un núcleo familiar, con la idea de formar una familia, de tener hijos, etcétera. Esa etapa es la que vemos que está particularmente desprotegida entre los jóvenes en México.
Y ahí, el embarazo no deseado, no planeado, un accidente anticonceptivo, un uso inconstante de método, un uso incorrecto de métodos puede generar un embarazo no deseado y la necesidad de recurrir a un aborto.
Finalmente, terminando el tercer argumento que les quería comentar, el tema de que si el aborto es un procedimiento seguro o no. Porque hemos hablado tantos años y tanto tiempo diciendo que el aborto es peligroso para las mujeres y eso es cierto, pero lo es si existen condiciones ilegales, clandestinas. Cuando hablamos del aborto como procedimiento seguro, ¿a qué nos referimos? Yo aquí resumo muy brevemente, les prometo ser rapidísima, en tres elementos: riesgo para la vida, es decir, me puedo morir por un aborto ilegal; riesgo para la salud física, tengo complicaciones inmediatas o a largo plazo; afecta su fertilidad futura y tiene impacto sobre otras enfermedades, el cáncer de mama. Yo lo pongo aquí porque dije, bueno, a ver, saco 3 posibles consecuencias. Los grupos antiderechos han trabajado mucho estos temas y han publicado, han argumentado, andan diciendo que el aborto causa infertilidad, que el aborto aumenta el riesgo de cáncer de mama. ¿Lo han oído o no?
[Voz de mujer] No.
Rafaela Schiavon: Hay publicaciones al respecto y que, tercer punto, las mujeres que abortan quedan afectadas para siempre en su salud mental. Nunca más se lo van a perdonar en la vida. Yo creo que es importante que las mujeres conozcan la realidad de estos temas, porque efectivamente el tema de decidir en relación a una opción reproductiva tiene que ir de la mano con información basada en evidencia para la toma de decisión serena, tranquila.
Riesgo para la vida, les voy a hacer muy resumida esta tablita. Ni siquiera la vean, pero este es un estudio grande. No se ve el título aquí, es el riesgo de muerte, son estudios hechos por epidemiólogos muy serios de Estados Unidos que analizan el riesgo de diferentes eventos reproductivos en una población muy grande y es un análisis de más de 10 años.
De hecho, aquí les estoy dando una estadística, un estudio de 10 años y aquí una estadística recién publicada que dice lo mismo. Les voy a resumir esto, el aborto legal conlleva un riesgo de 0,6 muertes por 100 000 procedimientos. Es decir, de 100 000 mujeres que se hacen un aborto legal en Estados Unidos se han llegado a morir media mujer, es decir, 1 de 200 000. Ha habido una muerte en 200 000 procedimientos, ¿ok? Pero una vez que la mujer está embarazada de todas formas enfrenta riesgos para su vida, es decir, el embarazo es una condición de riesgo para la vida de las mujeres y todos los demás posible, es decir, una vez que está embarazada, ¿qué tengo? Si quiero interrumpir, una interrupción legal. Puedo tener un aborto espontáneo, puedo tener un parto normal, puedo tener un ectópico, puedo tener una muerte fetal. No hay otras, que de ahí no me salgo. Una vez que entro en ese carril, solo estas son las salidas.
Si ustedes ven el aborto legal en estas situaciones es el evento que conlleva menos riesgos que todos los demás. Estas son estadísticas de Estados Unidos. ¿Qué pasa en nuestro país? Hasta ahorita no lo sabíamos, pero ahorita sí lo sabemos, gracias a la experiencia que les va a presentar el doctor Sanhueza del aborto legal en la Ciudad de México lo sabemos. Y las estadísticas de la Ciudad de México son absolutamente comparables a las estadísticas de primer mundo, si así lo queremos llamar, de Estados Unidos.
En este momento ha habido casi 92 000 procedimientos legales dentro de las primeras 12 semanas y ninguna muerte. ¿Qué quiere decir? Que también en México se confirma que el aborto legal en condiciones legales es el procedimiento más seguro para la vida de las mujeres.
“Riesgo para la fertilidad futura”, no lo vean aquí, esta es una tabla muy médica. No hay. Lo hay si el aborto se realiza en condiciones clandestinas, porque la clandestinidad aumenta el riesgo de infecciones y las infecciones aumentan el riesgo de que se tapen las trompas. En esas condiciones el aborto clandestino sí conlleva un riesgo muy elevado de infertilidad futura, y este es un problema que se observa en países subdesarrollados donde el aborto es ilegal. África tiene una tasa muy alta de infertilidad. Uno pensaría que la infertilidad es un problema de primer mundo y se debe a que las mujeres deciden tener hijos muy tarde. Es lo que se dice aquí, que la culpa es nuestra.
La infertilidad en los países en desarrollo, en los países que antes decíamos del tercer mundo se debe a infecciones de transmisión sexual mal tratadas, a abortos realizados en instituciones clandestinas, etcétera, pero el aborto realizado en condiciones legales no conlleva riesgo de fertilidad futura.
Los otros riesgos para la salud física que les comentaba no se asocian con un aumento de riesgo a futuro de cáncer de mama. Y aquí hay algunos de los estudios grandes, hechos con toda la metodología correcta, que nos dicen que no existe esta relación. Que fue creada en algún momento en algunos grupos específicos y sabemos cuándo y dónde, por quién, para tratar de asustar de nuevo a las mujeres y a los tomadores de decisiones también.
Riesgo para la salud mental, tampoco. No hay ninguna evidencia de una relación de causalidad, es decir, que el aborto sea una causa de factores de pobre salud mental, de depresión, de intentos de suicidio, de todo lo que han dicho, hasta accidentes de tránsito, abuso de sustancia, muerte violenta, etcétera. También aquí sabemos quién, cuándo y dónde han intentado demostrar la existencia de este riesgo. Hay grupos financiados por movimientos antiderechos que publican, que tratan de demostrar, pero están muy bien identificados, utilizan metodologías muy débiles, no hay riesgo, no hay esta relación.
Ya concluyendo, si queremos prevenir, es la planificación familiar. Es la anticoncepción, sobre todo entre las mujeres que viven situaciones de vulnerabilidad que puede ser una edad muy joven, una escolaridad baja, una residencia rural, una etnicidad indígena, etcétera. Pero puede ser cualquiera de nosotros, porque el riesgo de falla de un anticonceptivo también nos puede suceder a todos. Esas son las verdaderas medidas preventivas que pueden reducir el embarazo no deseado, el aborto inducido en condiciones de riesgo y la mortalidad materna, y hay estudios que lo demuestran de manera concreta.
Para prevenir el aborto necesitamos entonces mucho trabajo en anticoncepción, en información, en educación, en acceso a métodos modernos, efectivos, de alta continuidad, de fácil acceso, gratuitos, acompañados de información y consejería. La prevención del aborto no se puede hacer a través de la ley. No funciona. La prohibición, la criminalización no es eficaz en reducir el aborto. El aborto se realiza con o sin leyes restrictivas.
El aborto inseguro causa muchas muertes y complicaciones en todo el mundo y en México también, pero el aborto realizado en condiciones legales es el procedimiento más seguro para la vida de las mujeres una vez que estén embarazadas. Muchísimas gracias.
[Aplausos]
Regina: Muchísimas gracias, Rafa. Vamos ahora a ceder la palabra al doctor Gustavo Ortiz-Millán. Él es licenciado y maestro por la UNAM, con Doctorado de la Universidad de Columbia y trabaja temas de Ética y tiene publicaciones sobre teoría de las emociones, filosofía de la mente y de la acción y estética. Ha impartido cursos en la UNAM, el CIDE, Columbia University, New York University y Brooklyn College, y es miembro del Sistema Nacional de Investigadores del CONACYT y del Colegio de Bioética. Muchas gracias Gustavo.
Gustavo Ortiz-Millán: Gracias, Regina. Cuando Regina me invitó a participar en esto, la mesa se llamaba: Avances a partir de la despenalización del aborto en la Ciudad de México, yo pensé qué avances significativos se han dado a partir de la despenalización en términos de democracia. Y yo creo que hay eventos en la vida de una sociedad que nos dejan enseñanzas de democracia. Entonces lo que yo quiero argumentar es eso. Quiero argumentar que el proceso de despenalización del aborto en el D. F. y procesos posteriores nos dejan muchas enseñanzas de democracia y de los valores que la democracia debe promover.
Creo que ha habido avances en términos democráticos en 6 puntos por lo menos. Una ha sido la influencia del movimiento feminista, la apertura de instituciones como la Suprema Corte de Justicia, empoderamiento de las mujeres, mayores reclamos de laicismo, mayor aceptación del discurso de derechos humanos y un cambio moral más acorde con valores democráticos. Quiero explicar cada uno de estos con más detalles.
El movimiento feminista. Yo creo que el movimiento feminista tal como se ha desarrollado en los últimos 40 años, es decir, lo que llaman la “segunda ola del feminismo” a partir de los años setenta tiene un papel muy importante en que se haya ligado a la despenalización. Entre sus reclamos, el movimiento feminista siempre tuvo el de la maternidad voluntaria, acceso legal al aborto voluntario, acabar con violencia sexual, acabar con discriminación hacia la mujer, el derecho a la libre opción sexual. Bueno, si uno ve la historia del movimiento feminista en México, ve cómo ha habido cambios muy significativos en el movimiento de tomar una posición en los años setenta muy antigobiernista, que no querían participar en política, tenían desconfianza de todo lo que fuera el Estado, la política, etcétera. Poco a poco, el movimiento feminista fue cambiando su posición a ser un actor político más capaz de interactuar con otros actores e instituciones.
Creo que eso sobre todo se nota en los años noventa, cuando el movimiento feminista logra cambiar su discurso. Digamos, simplificando un poco, antes era un poco más de reivindicación política logran juridificar su discurso. Así creo yo es que en los años noventa surgen organizaciones no gubernamentales. Pienso sobre todo en GIRE, pero también en Católicas por el Derecho a Decidir, en Equidad de Género y en muchas otras que surgen en este momento. Organizaciones no gubernamentales que logran tener una interacción exitosa con instituciones estatales.
Creo que sin esto, no se hubiera logrado la despenalización. Creo que el movimiento feminista tuvo un papel crucial, pero no solamente fue el movimiento feminista organizado. Llevan buena parte del crédito yo creo. Sin esa lucha de 40 años no se hubiera logrado nada, pero también hubo una confluencia de factores. Uno de ellos es una comunidad política receptiva, entre ellos están el PRD en el D. F., el Gobierno del Distrito Federal, la Comisión de Derechos Humanos en D. F., entre otras. También miembros de la sociedad civil, académicos que participaron en el 2007 en toda la argumentación a favor de la despenalización, periodistas, líderes de opinión, bioeticistas, etcétera. Entonces se conjuntaron una serie de factores. Creo que eso logró un cambio de política pública exitoso. No fue tanto un logro de un partido. Esto también quiero que quede claro. Muchas veces se piensa que es por el PRD o por los partidos de izquierda.
Por principio, históricamente los partidos de izquierda nunca han tenido en su plataforma la defensa de los derechos reproductivos de las mujeres, ningún partido. Y es más, diputados de los tres partidos de izquierda con representación en los congresos estatales, el PRD, PT, Movimiento Ciudadano han votado a favor de las reformas antiaborto en los Estados.
Si ustedes ven este mapa [el mapa no se muestra en pantalla], verán cómo en los Estados donde se pasó legislación que protegía la vida desde la concepción muchos de los votos a favor de esas medidas antiaborto vinieron de los partidos de izquierda. Entonces, los partidos de izquierda no son una garantía para que haya reformas en este sentido. Es más, en partidos donde gobierna el PRD, pero en las organizaciones feministas no están tan bien organizadas como en el D. F., ni siquiera se han propuesto reformas similares. Por ejemplo, en Zacatecas, mientras gobernaba Amalia García, una mujer que venía del feminismo, una mujer de izquierda nunca se propuso una reforma así. Es más, Amalia García evadía el tema. No quería que se tocara ese tema, lo rehuía.
En Guerrero, al principio se propone una medida similar, pero el gobernador después de que la piensa un poco decide no proseguir apoyándola. ¿Por qué? Porque hay temor de la reacción de la Iglesia católica, de los jerarcas de la Iglesia.
Otro de los efectos que tuvo la despenalización fue en términos de… Tuvo efectos positivos sobre las organizaciones feministas. Primero, porque toda la discusión en torno al aborto le dio mayor visibilidad al movimiento, mayor poder de convocatoria. Las convirtió en actores políticos más identificables, y eso también les dio un nuevo poder para interactuar con otros actores políticos, con el gobierno del D. F., con los gobiernos estatales, con las Secretarías de Salud de los Estados, del D. F.
Además, se logró otra cosa más. El tema del aborto tomó un lugar central en los debates públicos y a partir de la despenalización, los políticos están obligados a posicionarse con respecto a este tema. Antes no. Antes lo podían evadir. Ahora no, ahora hay la obligación casi de posicionarse. Creo que todo esto ha sido benéfico, sobre todo quiero subrayar que una democracia funcional necesita de una sociedad civil organizada, de organismos que tengan poder de interacción con el Estado, que sean fuertes y en eso ha sido muy exitoso el movimiento feminista.
El segundo punto, es que ha habido mayor apertura, sobre todo de la Corte, pienso yo. Después de que se impugnan las reformas en el 2007, el gobierno federal… hay las primeras audiencias públicas de la Suprema Corte de Justicia. Por primera vez en su historia, la Corte se abre para que haya participación ciudadana y lo que decide la Corte también es relevante: reconocimiento de los derechos reproductivos. Hay una cosa que dice la Corte que es importante: el reconocimiento del pluralismo de derechos en la Constitución.
Los ministros dicen: “El derecho a la vida no es un superderecho que va a desbancar a todos los otros derechos, sino que es un derecho entre otros que se tienen que balancear con el derecho de la mujer a decidir sobre su propio cuerpo, por ejemplo”. Esto es importante. También tengo una significación para la democracia. Ahora, si ustedes recuerdan, será una reacción en los Estados, 17 constituciones estatales se modifican o se presentan iniciativas para modificarlas, para incluir el derecho a la vida desde la concepción hasta la muerte natural. Esto no. El aborto ya es legal se pone en candado para que todos los gobiernos no lo despenalicen, y eso crea incluso aunque un clima de persecución.
Lo que sucede después de eso es que, esto genera una contrarreacción en la sociedad y en muchos lugares donde las organizaciones no eran fuertes, donde no había organizaciones, se empiezan a organizar las mujeres contra las reformas. En algunos casos las llegan a parar. Les quiero poner el ejemplo de Guanajuato. Esto es anterior. En el 2000, ustedes se acuerdan cuando se elige a Vicente Fox como presidente, una de las primeras cosas que suceden es que en Guanajuato se pide quitar la causal de violación, que se penalice el aborto cuando es por violación, que es escandaloso. ¿Qué sucede inmediatamente? Se organizan las mujeres en el Estado, surge esta organización que se llama Las Libres. Es una reacción al intento de penalizar el aborto por violación.
Las Libres vienen trabajando desde 2009. Después de la despenalización y con este clima de persecución, Las Libres descubren que había 9 mujeres encarceladas en el Estado por el delito de homicidio en razón de parentesco en agravio de un producto de gestación. Esto es una contradicción, ¿no? Bueno, en realidad no hay homicidio de un producto. Las Libres lo que hacen es organizarse, armar la defensa jurídica de estas mujeres, abren el debate social, movilizan a la opinión pública, hay una reacción social tan fuerte que finalmente el gobernador del Estado se vio obligado a dar marcha atrás y las mujeres fueron liberadas, pero esto llevó a descubrir que había casos similares en otros muchos Estados.
Entonces, mucha gente tiene una visión pesimista de lo que pasó con estas reformas antiaborto. Yo creo que no. Yo creo que hay que ser optimista. Creo que siempre ha habido una reacción por parte de la sociedad y que donde no estaban organizadas las mujeres empezaron a organizarse. Y digo yo, según argumenté antes, es uno de los ingredientes para que se logre un cambio de política pública exitoso.
El tercer punto, empoderamiento de las mujeres. Primero que nada, en el D. F. hay un cambio en la percepción hacia el aborto. Por principio de cuentas la gente a partir de la legalización y esto no solamente sucede con el aborto, sino con otros muchos cambios legales. Cuando cambia la ley, cambia la voz regional. Entonces la gente empieza a pensar que el aborto no es un pecado, no es algo vergonzoso, sino que es algo a lo que se tiene derecho. Y cuando la gente toma esta posición de que es algo a lo que se tiene de derecho puede identificar más fácil al Estado como quien tiene la obligación de proveer un servicio de calidad, servicios de aborto de calidad. Y esto fue lo que Ana Amuchástegui ha comentado muy bien. Este cambio en la percepción de cómo la decisión del aborto está justificada y las mujeres tienen derecho a un aborto seguro, son legítimos sujetos de decisión.
Entonces yo creo que es crucial que la gente asuma sus derechos, que identifique quién tiene la obligación de cumplir con nuestros derechos. Esto es crucial para el desarrollo de una democracia en distintos ámbitos. Entonces, creo que esto es importante. Ahora, la tendencia es la prestación de servicios de la ILE (interrupción legal del embarazo) en los centros de salud del Gobierno del D. F. hacia el aborto médico en lugar del quirúrgico, que es más riesgoso. Es decir, con pastillas, con misoprostol. Facilita que las mujeres tengan una mayor autonomía en lo que respecta a la interrupción de su embarazo.
Seguramente el doctor Sanhueza les contará cómo la Secretaria de Salud tiene unas tarjetitas que explican cómo tener un aborto médico. Esa información es supervaliosa. Les da un poder a las mujeres impresionante. Con eso y con un buen seguimiento médico también, supongo, la mujer tiene mucha mayor autonomía frente a los médicos. Ahora esto ha tenido influencia en lo que sucede en los Estados.
Primero que nada, las mujeres en los Estados se preguntan: “Bueno, ¿por qué no se nos reconocen los mismos derechos?”. Imagínense ustedes en el Estado de México, las mujeres dirán: “Bueno, cruzando la división, las mujeres en el D. F. tienen derechos que yo no tengo. ¿Cómo es eso posible?”. Esta pregunta creo que es importante para el cambio de mentalidad. En los Estados, como dije, se han organizado las mujeres que reaccionan a las reformas. Ya hay un mayor acceso al conocimiento sobre la interrupción del embarazo con medicamentos. Estas tarjetitas que caben en el bolsillo pueden ir a cualquier lado y las mujeres pueden tener conocimiento de esto. Entonces hay lugares en el país donde las mujeres tienen este conocimiento y pueden ellas mismas simplemente yendo a la farmacia a comprar un misoprostol, pueden interrumpir su embarazo. Y ya hay organizaciones, Las Libres, por ejemplo, que ayudan a las mujeres con esto, y que simplemente les dan seguimiento médico en caso de que haya cualquier problema. Pero esto también ha ayudado a que haya mayor autonomía reproductiva y empoderamiento.
Un cuarto aspecto, el cuarto avance democrático es que, a raíz de esto que ha sucedido, hay mayores reclamos de laicismo. Todos pensamos que el Estado en los últimos años responde más a los intereses de la Iglesia católica y la oposición estatal a la despenalización del aborto ha cuestionado el carácter laico del Estado mexicano. Entonces ha habido una reacción que nos ha obligado a avanzar en la discusión sobre qué significa el laicismo. Esta misma semana en la UNAM tuvo un evento sobre laicismo y esto obligó incluso a los legisladores a modificar el artículo 40 constitucional para que diga explícitamente que México es un Estado laico. Yo creo que esto es importante para cualquier democracia, porque el laicismo finalmente es una condición de democracia lo que implica el reconocimiento de la pluralidad, tolerancia a la diferencia, respeto a la autonomía individual. Todas son condiciones de la democracia.
El quinto punto ha sido una mayor aceptación del discurso de los derechos humanos. La despenalización no solo promovió el laicismo, sino también sitúa una mayor apropiación del discurso de derechos humanos entre las mujeres. Hay mucha reticencia entre la gente hacia el discurso de derechos humanos. Yo he visto en la televisión cuando la gente habla de la reforma constitucional en materia de derechos humanos, por ejemplo, la reacción de mucha gente era llamar al programa de televisión, y decir: “Dejen de proteger delincuentes”, para ver lo que la gente piensa cuando piensan en derechos humanos.
Entonces poco a poco es darse cuenta de que, por ejemplo, si los derechos sexuales y los reproductivos y el derecho al aborto forman parte de los derechos humanos cambia la percepción de la gente hacia los derechos humanos. Y esto también ha significado un cambio moral. Ya decía yo que si cambia la ley cambia la moral. Pero este ha sido un cambió moral más acorde con valores democráticos, porque la democracia necesita de la promoción de ciertos valores morales, como la autonomía, responsabilidad, tolerancia, respeto a la diferencia, reconocimiento de derechos, etcétera. Entonces la democracia tiene implícita una concepción moral. Muchos de los valores que pensamos como valores democráticos son valores morales. Hay una moralidad de la democracia y muchos de esos valores son antes valores morales, valores democráticos.
La vida de una democracia, el mantenimiento de una democracia necesita de la promoción de esos valores y esos están implícitos en [ininteligible] de derechos humanos. Creo que todo esto, creo que este episodio de la despenalización del aborto en la Ciudad de México conllevó este avance en términos democráticos. Sin embargo, creo que se ha ganado mucho, pero creo que también hay riesgos y que siempre tenemos que estar muy pendientes de esos riesgos, aquí yo solamente quiero señalar uno [Risas].
Este año, Enrique Peña Nieto propuso eliminar los códigos penales de procedimientos penales de los Estados y crear un Código Penal Único de aplicación nacional para castigar igual todos los delitos. Es decir, ustedes saben que cada Estado tiene su propio Código Penal. Ahora la idea es que no. Supongo que esto tiene una razón de ser y tiene beneficios, es decir, hasta es ilógico que en unos Estados se castiguen delitos con unas penas y en otros no. Todos coincidimos en que la ley debe ser pareja para todos en el país, pero este cambio no va a implicar la desaparición del Código Penal del D. F., que es lo que permite que haya interrupción legal del embarazo, si no está en riesgo. Yo simplemente quiero señalar este punto. La verdad es que yo no soy abogado. No sé cómo se podría defender la ley ante esta amenaza. Bueno, me gustaría simplemente abrir el debate a este punto. Si alguien es abogado y sabe de estos temas que nos diga cuáles son los riesgos que hay. Bueno, con esto lo termino, muchas gracias.
[Aplausos]
Regina: Muchas gracias, Gustavo. Me gusta mucho la reflexión de Rafa que es más desde el aspecto de la salud pública y lo médico complementado con la democracia, porque sin duda no son dos temas separados, sino que se complementan. Le vamos a dar ahora la palabra a la doctora Ana Amuchástegui. Ana es profesora investigadora del Departamento de Educación y Comunicación de la UAM Xochimilco. Es coordinadora del posgrado en Psicología Social de Grupos e Instituciones de la misma Universidad. Ha publicado artículos relacionados con la construcción de la sexualidad en México y los procesos subjetivos vinculados con el ejercicio de los derechos sexuales y los derechos reproductivos, y actualmente coordina un proyecto de investigación sobre procesos subjetivos en el ejercicio de la ciudadanía sexual. Muchas gracias, Ana.
Ana Amuchástegui: Bueno, gracias a Regina y a GIRE por la invitación y espero colaborar en el debate que estamos teniendo aquí. [Conversación inaudible y risas]
Bueno, lo que yo les vengo a traer es una reflexión que hemos hecho con base en el trabajo de campo en los hospitales, en los servicios de salud del D. F. con mujeres que han optado por la interrupción legal del embarazo. Entonces, idealmente ustedes van a ver aquí la voz de las mujeres que han participado en este programa, como por ejemplo en el título. Una de ellas dice: “Esto de que sea legal es una buena opción, porque cada mujer puede tomar su decisión” y este trabajo lo hemos hecho junto con Edil Flores, también de la UAM Xochimilco.
Bueno, no sé si todos ustedes conocen el texto de la reforma legal, porque es sumamente interesante. La reforma al Código Penal del D. F. dice que el embarazo es parte del proceso de la reproducción humana que comienza con la implantación del embrión en el endometrio. Eso quiere decir que para el Código Penal del D. F. no existe el embarazo antes de la décimo segunda semana. Es decir, el embarazo no se da a partir de la concepción para el Código Penal del D. F. Eso es sumamente interesantísimo. Solamente existe el embarazo con la implantación que se calcula más o menos que sucede en la décimo segunda semana y, por lo tanto, no existe delito de aborto antes de la décimo segunda semana.
Eso en términos culturales, que es lo que estaban mencionando Gustavo y Rafa sobre la transformación cultural que estamos viviendo, es muy interesante, ¿no? Que la ciencia padezca como uno de los criterios fundamentales para definir qué es un embarazo. Y como saben se reformó la Ley de Salud del D. F., que obliga al Gobierno de la ciudad a proporcionar servicios de interrupción legal del embarazo. Lo que les voy a contar viene de una investigación que hicimos en servicios, en instituciones públicas de salud del D. F. y lo que justamente en el momento en que el aborto pasó de ser ilegal a ser legal, es decir, documentamos una transición social e institucional que estaba sucediendo en ese momento.
Nuestra pregunta, nosotras somos psicólogas sociales, tiene que ver con qué efectos produjo la legalización en la experiencia del aborto para las mujeres. Entrevistamos en aquel entonces, 2008 y 2009 se acababa de despenalizar apenas se estaban implementando los servicios, a 24 mujeres. Más o menos estas son sus características sociodemográficas: la mayor parte de ellas entre 18 y 25 años, la mayor parte solteras. El nivel de escolar estaba repartido: 12 eran empleadas y 15 no tenían hijos, 15 en contraste con 9. ¿Qué motivos ellas nos narran para la interrupción del embarazo? Condiciones económicas adversas, la ausencia del padre, falla o uso inconsistente de anticonceptivos y la situación de pareja o inestabilidad o violencia o separación o que ellas eran, lo que llamaríamos en México, la casa chica.
Pero es interesante, porque sí vemos una diferencia en los motivos de la interrupción entre mujeres unidas independientemente de la edad y mujeres solteras. Las mujeres unidas más bien hacen mención de que ya tienen los hijos que quieren tener, y que de hecho, su ideal de maternidad está cumplido y un nuevo hijo amenaza la maternidad que ellas están llevando a cabo en ese momento. Y esto tiene que ver con el agotamiento por la crianza.
Dice Alicia: “Es un embarazo que yo no me esperaba, entonces como que es muy difícil para mí porque estoy sola. Yo soy la que lucho día a día para darle lo mejor a mi hija, entonces tener otro bebito… Yo tenía la posibilidad de tenerlo, pero el papá como que se esfuma y no sabe nada. Entonces, no me puedo arriesgar a tener otro porque sé que mis posibilidades económicas no van a ser posibles para poder mantener a dos. Entonces por eso tomé la decisión de mejor interrumpirlo. ¿Para qué traerlo a sufrir? Porque desgraciadamente los que vienen a sufrir son ellos”.
Acá hay algo muy importante. Yo estaría parcialmente de acuerdo con lo que hemos dicho en la mesa sobre el cambio cultural y la presencia del aborto legal, porque yo creo que no estamos en un proceso lineal de un cambio cultural total en relación con cómo se entiende la sexualidad y la reproducción, pero sí estamos presenciando claramente una disputa política. Una disputa política por definir la moral sexual de nuestro país y anclarla en las distintas instituciones democráticas. Y el hecho de que sea una disputa política, eso sí me parece que es un desarrollo, una situación novedosa en nuestro país.
Pero entonces entre que en este proceso de transformación que no sabemos qué tan profundo va a ser o que nunca va a ser total, porque nunca las cosas son blanco y negro, pero en este momento hay un mandato cultural ligado a cómo se construye la noción de mujer en nuestro país que hace una equivalencia directa entre ser mujer y ser madre, ¿no?
Entonces, en ese sentido, no ser madre se vive y no estoy diciendo que las mujeres lo vivamos así porque se nos ocurre, sino porque culturalmente estamos construidas en ese sentido, no ser madre se vive como una falla. Entonces es muy interesante cómo ellas, las mujeres que entrevistamos, utilizan a la maternidad como razón para evitar la maternidad en esta ocasión. En este momento deciden no ser madres para ser mejores madres, o de los hijos que ya tienen o de los hijos que desearían tener en otras condiciones.
En general el argumento tiene que ver con proteger su manera de ser madre y en ese sentido, sentimos que este cambio cultural todavía no admite de manera suficiente la posibilidad de admitir el deseo de no ser madre. Y solamente estamos como en condiciones, o solamente se nos permite decidir cuándo, pero no necesariamente, no. Entonces, en esa lógica y hablando sobre las dificultades del uso de anticoncepción, la falla de anticonceptivos, la cobertura, en fin, todo lo que se hace desde los análisis demográficos o de salud pública, hay una dimensión que yo siento que nos falta en los análisis que es la dimensión de la subjetividad, no entendida como individualidad, sino como cultura que produce sujetos y que tiene que ver con que tenemos que entender que el cuerpo fértil es sumamente importante en la imagen de lo que se entiende como mujer en nuestra cultura mexicana muy ligada a la moral sexual católica, muy constituida.
En esa lógica, hay algo muy complejo que tenemos que empezar a pensar que es que el uso inconsistente de anticonceptivos puede no tener que ver con el acceso. Puede no tener que ver con muchas cosas en efecto estructurales y materiales, pero también tiene que ver con que mientras no construyamos imágenes de mujeres que no estén ligadas directamente a la maternidad, la opción por no ser madre es una opción todavía imposible.
Entonces, ¿qué nos encontramos en este momento en que hay una disputa por lo que consideramos como el orden sexual, el orden de género en el país? Que no es lo mismo desear el embarazo que desear un hijo. Y eso hay que empezar a pensarlo. Muchas de las mujeres que nosotros entrevistamos no dicen que no deseaban embarazarse. Dicen que no desean tener un hijo, que no es lo mismo. ¿A qué me refiero? ¿Dónde está ese testimonio? Espérenme un ratito. No me acuerdo el nombre de la chica, pero lo que ella dice es: desde chiquitas nos enseñan a jugar con los muñecos y nos dicen que a jugar a la casita y la mamá y el papá y entonces uno realmente crece con el deseo de saber que uno puede ser mamá. Entonces, cuando yo llegué y me enteré de que estaba embarazada sentí una felicidad absolutamente enorme y 5 minutos después dije: “Y ahora, ¿qué voy a hacer?”. Pero sí se ve claramente la diferencia entre el gozo de saberse embarazada y el no deseo de tener un hijo. Suena muy loco, pero no es loco. Así funciona, la subjetividad. No es coherente, no es lógica, no es sólida. Así somos. Somos contradictorios y somos complejos.
Entonces, muchas de las fallas en el uso de los anticonceptivos pueden tener que ver con la dimensión central que tiene nuestra cultura con la importancia del cuerpo fértil de las mujeres, y no necesariamente con el deseo de un hijo como tal. Entonces, en ese contexto, la ILE (la interrupción legal del embarazo), la viven como desagradable, pero necesaria. ¿Por qué? Porque aquí hay un argumento sumamente interesante que es para las mujeres que entrevistamos: Si yo no deseo a ese hijo, voy a ser mala madre y punto. Más allá de las condiciones en las que me encuentro. Si yo no lo deseo, ese hijo no la va a pasar bien. Y entonces la interrupción es una decisión en bien de todos, inclusive del bebé que nacería.
Entonces lo que estamos viendo acá, cuando las jóvenes… La diferencia, eso creo que no lo dije, pero las mujeres jóvenes y solteras en general utilizan como los motivos para interrumpir el embarazo proyectos de vida. Lo que ellas quieren hacer, quieren estudiar, quieren trabajar, quieren viajar. Es decir, no está anclado en “no puedo”, sino ellas pueden decir: “En este momento no quiero”. Y esa formulación de “en este momento no quiero”, aunque solo sea por este momento, para nosotros está marcando la emergencia de un sujeto en este proceso de cambio cultural que estaban mencionando Rafa y Gustavo, que es la posibilidad de darle centralidad a los proyectos personales por sobre el mandato de la familia.
Entonces acá es bien interesante porque nos encontramos jóvenes solteras que, en comparación no solo con sus abuelas, sino con sus mamás… Más bien, sus abuelas y sus mamás probablemente se casaron por el embarazo. Nos empezamos a encontrar jóvenes que, a pesar del embarazo, postergan el matrimonio. No solo no llevan a cabo el embarazo a término, sino que a pesar del embarazo no se casan, cosa que es radicalmente diferente a lo que hicieron sus mamás o sus abuelas. No importan tanto los números. Lo que importa es que aparece la figura en términos de subjetividad. Aparece la posibilidad de decir: “Yo no me quiero casar a pesar de que estoy embarazada; por lo tanto, interrumpo el embarazo”. Y eso nos indica que estamos en el umbral de la legitimidad de las mujeres como un sujeto para sí, en lugar de solamente ser sujetos para otros.
Y esto tiene que ver con condiciones históricas de posibilidad, que no me voy a meter mucho, pero que tienen que ver con el acceso a la educación, con las políticas de población y planificación familiar y, por supuesto, con el poder que ha desplegado finalmente el discurso feminista de la decisión sobre el propio cuerpo. Y esta es como una formulación muy clara de lo que llamaríamos ese “sujeto emergente”. Dice Jimena que no tiene hijos y es estudiante: “A lo mejor lo hice egoístamente”. Tiene que decir “egoístamente”. No puede decir “simplemente lo hice”. Todavía hay una confesión ahí: “A lo mejor lo hice egoístamente porque yo sé que todavía puedo hacer muchas cosas, porque tener un hijo, vaya, no te quita libertad, pero hasta cierto punto sí. Hay que dedicarle tiempo y cosas que yo sé que teniendo un hijo no podría seguir estudiando de la misma forma. No es imposible, pero sí lo veo egoístamente en ese sentido”. Es decir, la decisión está puesta no en la imposibilidad de tenerlo, sino en la ausencia de deseo de tenerlo en ese momento.
Ahora, en términos de la legalidad. La legalización, la despenalización tuvo efectos subjetivos inmediatos. Es decir de un día para otro, las mujeres que se hacían un aborto eran delincuentes y de un día para otro pasaron de ser delincuentes a ser titulares de derecho. Eso es radical en términos culturales. No sabemos qué impacto, bueno, estamos tratando de documentar qué impacto tiene esto en términos de la construcción de un sujeto histórico. Pero es muy interesante que, de un día para otro, las mujeres pasaron de ser delincuentes en términos formales a ser titulares de derecho. Eso es una revolución absolutamente.
Entonces, conforme a lo que ellas nos narraban, ¿qué es lo que sucedía? Antes de la Reforma, ellas hablaban del aborto en términos de… No solo el aborto podría ser un pecado, sino que indefectiblemente era un delito. Entonces moral y ley estaban fundidas en la manera en que ellas hablaban del aborto y, por supuesto, eso significaba, como decía Rafa, no solo abortos clandestinos y por tanto miedo al daño físico, muerte, etcétera, sino también miedo a la denuncia y a las consecuencias legales ejemplificadas, por ejemplo, en las mujeres de Guanajuato, que están reclusas por esa situación. Pero después de la Reforma, las mujeres hacen una operación muy interesante porque separan moral de ley. Entonces, partimos de que el aborto ya no es un delito, punto. Ya no es un delito. ¿Será pecado? Eso ya es de cada quien. En el ámbito de la ley, en el ámbito institucional no existe más el delito y el asunto del pecado queda liberado a la conciencia de las mujeres.
Ese es un aspecto. El otro aspecto que es sumamente interesante que hemos hecho un análisis en otro ámbito, porque hay un chorro de análisis que se pueden hacer acá, es que el Estado provee el servicio. Quiere eso decir que las mujeres lo están interpretando como su derecho o no, ¿o cómo lo están interpretando? Ahí hay un nivel de complejidad en el cual no me voy a meter, pero que vale la pena analizar si el Estado provee el servicio, ¿qué significa eso en términos de la apropiación subjetiva del derecho? Y si las mujeres lo reconocen o no como tal. Y dice Liz: “Esto de que sea legal es una buena opción. Cada mujer puede tomar su decisión. Ni tus papás ni tu novio. Depende de ti”.
Otro de los efectos, bueno, es lo mismo, tiene que ver con la clandestinidad al ejercicio del derecho y dice Sabina: “Ahorita vi una chica que estaba llorando, pero si hubiesen pasado por un aborto clandestino no estarían llorando. No saben por lo que están pasando, están en la gloria”.
En ese momento estaba la acción de inconstitucionalidad que había metido la Procuraduría General de la República y dice Sabina: “Está muy mal que quieran echar para atrás este programa, porque si todas las mujeres tuvieran que pasar por un proceso ilegal, es horrible. En cambio, si vienes aquí puede ser tedioso, etcétera, pero vienes con la seguridad de que si te pasa algo te internan, te ponen sangre. Nada se compara con la tranquilidad que te da venir aquí”.
Y lo mismo, una cosa similar dice Isabel. El efecto más poderoso en términos de la narración de las mujeres del aborto legal tiene que ver con lo que decía exactamente Rafa pasar del riesgo a la seguridad. “Si no hubiera sido legal, peor me hubiera sentido porque, imagínese, ¿qué hubiera hecho yo sin dinero? En estos centros de salud que hay buenos médicos, la atienden a uno bien y todo. ¿Cuántas cosas no hay por fuera? ¿Cuántas mujeres se quedan ahí muertas? Entonces, la verdad me dolió como ser humano, como persona y todo, pero gracias a ustedes o a todo el Gobierno, (ahí yo no sé qué, o sea, no sé qué vio) y todo que nos han apoyado”. Así es, pero el efecto que quiero resaltar es que la legalidad trajo de un día para otro el efecto de la seguridad, que es para las mujeres lo más importante.
Hay un tercer efecto que es sumamente interesante y que pasa de la impunidad a la responsabilidad. Cuando los abortos son clandestinos, no hay manera de exigir la reparación de un daño, por ejemplo. En cambio, el hecho de que sea el Estado quien provee los servicios o que sea legal permite a las mujeres también ejercer acción legal si es que sienten que sus derechos fueron violados, ¿no?
Si ahora es legal y te lo van a hacer aquí en un hospital te da más confianza, ya sean doctores y aquí es más seguro. No creo que ellos pongan en riesgo tu vida por hacer algo mal. Aquí te van a tener en observación y cualquier cosa que se complique aquí mismo la tienen que solucionar, y dice Sabina: “Si me tratan mal, ya no tengo por qué dejarme”. Esta es una formulación sumamente interesante. Antes no te quedaba de otra porque además era clandestino. Ahorita si la enfermera me ve con ojos de “qué mala mujer”, pues la ignoras o le dices algo. Pero antes no te quedaba de otra. Entonces, aquí lo que vemos son en términos de lo que decía Gustavo, los efectos democratizantes de la despenalización no solo suceden a nivel institucional y político, sino a nivel de la experiencia de las mujeres. Es decir, aquí lo que vemos es una especie de germen de discurso democrático donde las mujeres dicen: “Tengo derecho y puedo ejercer el derecho a mi seguridad y a la calidad de los servicios médicos”.
Entonces, acá hay una lógica que aparece en la narración de las mujeres que estamos rastreando, pero es muy interesante que tiene que ver con algo así: si el Gobierno da el servicio, si yo puedo venir a un hospital del Gobierno del D. F., pararme aquí y me dan el servicio y me voy, eso quiere decir que esto que estoy haciendo tiene legitimidad social. Esta decisión es legítima. Si es legal quiere decir que es legítima y no solo eso, no solo la decisión es legal, sino que la sola existencia del servicio público hace que las mujeres también se reconozcan como sujetos legítimos de la decisión. Es decir, no solo interrumpir un embarazo es legítimo, sino también el sujeto de la decisión es legitimado sin que el Estado diga una sola palabra, con la sola prestación del servicio.
[Conversación inaudible] Quería nomás decir un par de cosas que surgieron a partir de lo que escuché de Rafa y de Gustavo. Dos cosas: una, es que, si hacemos caso a la idea de que estamos frente a una disputa política, ¿qué es lo que se está disputando en este momento? Lo que se está disputando en este momento es la propiedad del cuerpo de las mujeres. ¿Quién es dueño de los cuerpos de las mujeres? Eso es lo que se está disputando políticamente. Y la relación entre cuerpo y derecho es una relación vieja, pero no en el sentido en el que lo estamos viviendo en este momento, porque en este momento los movimientos feministas, los grupos feministas, lo que han hecho es anclar la relación entre cuerpo y derechos a la ética de la democracia, que es lo que estaba diciendo Gustavo. Y en ese sentido, la posibilidad de decidir sobre el propio cuerpo no es solo un ejercicio de salud, es un ejercicio de ciudadanía. Y eso, en el contexto de los avances del discurso democrático en nuestro país, ha sido muy poderoso y ha sido muy atinado por parte de los grupos feministas.
Y, por último, nada más quería… ¿Por qué el tema del aborto es tan sensible? ¿Por qué genera tanto problema, tanta disputa? Bueno, no lo digo yo, lo dice la teoría feminista, pero en realidad el tema del aborto genera pasiones tan encontradas, porque la pregunta por la propiedad de los cuerpos de las mujeres no tiene solo que ver con que las mujeres puedan decidir o no, sino que nuestro orden social está anclado en las relaciones de subordinación de las mujeres.
En la medida en que el aborto se convierte, la propia reproducción se convierte en una decisión de las mujeres, de lo que estamos hablando no es de que las mujeres sean solo más libres o no, sino de verdaderamente minar las bases de un orden social que está basado en la división sexual del trabajo, en la desigualdad entre hombres y mujeres y en las relaciones jerárquicas entre hombres y mujeres. Es por eso. No es por los niños o los niños, o el embrión o las mujeres. Tiene que ver con la autonomía reproductiva de las mujeres le da en la torre a la división sexual del trabajo y abre la puerta para algo que es todavía más temido que es la autonomía sexual de las mujeres. Ya no solo reproductiva, sino sexual. Y esa sí: amenaza en serio. Gracias.
[Aplausos]
Regina: Pasaríamos ahora a dar la palabra al doctor Patricio Sanhueza. Él es ginecólogo obstetra y especialista en embarazos de alto riesgo. Es egresado del Instituto Nacional de Perinatología y actualmente es coordinador del Programa de Salud Sexual y Reproductiva de la Secretaría de Salud del Distrito Federal y Secretario Técnico del Comité de Mortalidad Materna y Perinatal. Bienvenido, Patricio, muchas gracias por acompañarnos.
Patricio Sanhueza: Buenas tardes. Muchas gracias, Regina, por la invitación a esta mesa tan interesante con tantas mujeres tan jóvenes y que escucho tan atentas. Les vamos a contar, bueno, un poco la experiencia médica, qué es lo que ha ocurrido en los últimos años en el Distrito Federal y hay datos interesantes.
Les vamos a contar un poquito de la tecnología, lo que pasó, lo que sentimos también los médicos cuando cambió la ley. Invité a un compañero, al doctor Antonio Flores Villalón que era el que dirigía, y también compañero de Perinatología del Centro de Salud Beatriz Velasco Alemán, porque cuando tú te haces ginecólogo y te haces especialista en embarazo de alto riesgo, lo único que quieres es tener pacientes así. Es decir, un señor que la quiera, que tenga una pareja bonita, que sea un embarazo planeado, deseado y ojalá todo salga bien y llegue al final y si se puede tener un parto normal con poca intervención, maravilloso. Pero no siempre las cosas son así. A veces la señora las deja la pareja o tienen complicaciones y en la Secretaría de Salud que es un organismo enorme con 30 000 gentes con más de 30 hospitales, 215 centros de salud, nos acostumbramos un poco los que hemos estado muchos años ahí a ver estos casos trágicos de señoras que venían con este deseo y a veces perdían un embarazo. No sabíamos si era provocado o un procedimiento ilegal inseguro. Muchas veces morían de infecciones y estaban días en los hospitales. Entonces es una tragedia, la muerte materna es la expresión más horrorosa de la inequidad y de la pobreza en las mujeres.
Entonces eso te empieza a sensibilizar y te das cuenta que hay diferentes panoramas también. Otra cosa es enfrentarse a entregar a veces un cadáver de una mujer joven que perdió la vida a los 20 años porque se hizo un aborto mal provocado, se manejó mal o la perforaron.
Esto más o menos es el panorama de lo que vamos a ver: qué pasó con la legalización, cómo empezamos con el programa del ILE, cuál es el perfil de la señora, cómo empezamos a cambiar de los hospitales a hacernos los supermédicos, médicos, médicos a democratizar un poco la relación de los médicos con los pacientes, el uso del medicamento o el uso de otros regímenes de misoprostol y mifepristona. Cómo cambiamos también la tecnología porque usar un método quirúrgico es seguro también. No es el método médico seguro solamente. El método quirúrgico bien usado, por ejemplo, una aspiración manual o eléctrica de personal bien entrenado es maravilloso.
Pero bueno, a esto nosotros un poco nos enfrentamos con el doctor Mondragón, que era el Secretario de Salud en este momento y esta eran las manifestaciones que había y los que estábamos en los hospitales y yo la dirección general viendo esto con una polarización, porque es un tema muy álgido, un tema que tiene muchísimas… Ahorita porque he escuchado escuchar Gustavo y a Ana y tienen tantos puntos de vista diferente, obviamente genera reacciones de todo tipo y hubiera muchísima gente en contra y señoras como esta que de repente las mujeres mayores a veces que acompañan a las hijas o a las nietas decididas a decir: “Oigan, entréguenme a mi nieta bien, porque la quiero mucho”.
Entonces, con todos los fenómenos culturales y todo lo que pasó estábamos nosotros, el 24 de abril finalmente. Yo nunca pensé que lo iban a hacer. Un poco nos estábamos preparando, pero había miles de preguntas que no nos podíamos contestar: cuántas personas iban a llegar, de dónde iban a venir las mujeres, cuántas señoras vamos a entender, dónde la íbamos a meter, si de por sí los hospitales de la Secretaría de Salud del Distrito Federal son muy concurridos, es gente muy humilde, gente que viene también del Estado de México. ¿Qué íbamos a hacer? Había preguntas, leíamos, leíamos y entre más leíamos más miedo nos daba, la verdad.
Afortunadamente hicimos una alianza muy interesante con varias organizaciones. Supimos escuchar y aprender, que yo creo que es lo más interesante que somos la Secretaría. Nos volvimos a reentrenar, porque a los médicos nos entrenan con otra tecnología. Somos muy autoritarios, somos muy verticales, somos un poco como militares, obedecemos a los mayores y todo esto nos costó. Y finalmente se aprobó la ley y la orden del secretario de Salud que es un exalmirante, el doctor Mondragón fue: “Rechazo cero. Nos atienden a todas. Es gratis y a ver cómo lo van a hacer”. La verdad lo hicimos muy bien, tuvimos este lapso de abril del 2007 hasta el dictamen de la Corte Suprema que estuvimos un poco intranquilos. No sabíamos qué iba a pasar, pero claro, cada día le llegaban más pacientes al doctor Flores y decíamos: “Bueno, ¿dónde iban estas mujeres antes?”.
Este es el doctor Mondragón, una frase muy célebre que nos hizo justicia para la salud, pero sobre todo para la equidad y permitió que México ganara, pero sobre todo las mujeres.
Este es el secretario actual reelegido, el doctor Armando Ahued, es una persona muy comprometida. En esta administración actual, el Programa de Salud Reproductiva es vital. Nos hemos dado cuenta donde vamos a colocar todos los esfuerzos en tener programas de prevención maravillosos, prevención de embarazos no planeados, buenos métodos anticonceptivos y cuidar bien los embarazos de la gente que quiere llevar a cabo, un final feliz con un embarazo: “Lo vamos a hacer y lo vamos a hacer bien”.
Esta es la infraestructura que tenemos: tenemos 33 hospitales, ahorita las 16 delegaciones, 215 centros de salud y somos más de 30 000 empleados. Obviamente no todos entraron al programa en un principio, pero, ¿quiénes entraron? Entraron los que habían tenido experiencias y habían visto la muerte materna de cerca. Ahí la cosa cambia, porque obviamente, culturalmente hay muchas cosas. Yo estoy seguro, conozco muchísimas mujeres a lo largo de mi vida profesional y creo que no, bueno, no sé, eso es la parte cultural, pero yo creo que a las mujeres en México les gusta tener hijos. Les gusta que la quieran y les gusta que las cosas salgan bien, ¿no? Pero cuando no les va así y cuando las cosas terminan tan mal como nosotros lo habíamos visto… Ese detonante fue lo que nos hizo aceptar, bueno, no aceptar, porque nosotros realmente no firmamos ninguna hoja de objeción de conciencia ni nos fuimos por esta parte polarizante, sino que incluso, una sugerencia que nos dio el doctor Mondragón era que los que quieran participar, que participen, aquí no se les va a obligar a nadie. El que quiere participar, ayudar en el programa… Y así se hizo y entraron los que dijeron: “Bueno, yo no quiero entregar más cadáveres en mi hospital”. Me acuerdo de una doctora que me dijo “Yo voy a entrar” y entraron, ahora hay muchos más médicos, enfermeras y trabajadores sociales.
La razón es superimportante. Son esas historias que tú mostraste. Son esas historias de la señora que muchas veces hay trabajadoras sociales que dicen: “No, yo soy objetora. Yo no voy a entrar al programa”. Pero de repente hablaba con una señora que le contaba todo lo que le había pasado y que venía de otro Estado, entonces decía: “Bueno a esta señora capaz hay que ayudarla”. Entonces decía: “Pero es que esta es una señora del programa del ILE, pero que esta señora hay que ayudarla, mira lo que le pasó”. Hay una complicidad ahí de las historias y son relaciones humanas muy interesantes, y así empezamos.
Empezamos en 14 hospitales. Un día después nos hablamos todos por teléfono, a dónde van a llegar, cómo lo van a hacer. Y se paró en un hospital, en la misma fila donde iba las señoras a solicitar control prenatal, una señora a solicitar el servicio gratis para residencia del Distrito Federal. Como les expliqué la gente era voluntaria: los médicos, enfermeras y trabajadoras sociales se hicieron la guía, la normatividad y fuimos haciendo todo el programa muy interesante, pero sobre todo pusimos mucho énfasis en dos cosas que nos ha permitido ahorita a ese modelo tratar de implementarlo en otros servicios de salud reproductiva.
Trabajar en equipo: la enfermera, la trabajadora social y el médico. Como era un programa tan álgido, eso nos obligó a que la gente en los centros de salud y los hospitales se uniera más y poder andar en servicio de una manera más horizontal. Tuvimos muy buenos entrenamientos, la verdad, muchísimas capacitaciones. Rafaela, que es la directora general de IPA, prácticamente hizo todo un cambio en la mente de los médicos, las enfermeras, los cambios de tecnología quirúrgica. Ustedes recuerdan que la Alegra es algo medio medieval, y bastante fuerte y cambiamos la cosa. Lo íbamos a poder hacer y ahorita le voy a mostrar que sí pudimos.
Este fue el proceso, más o menos cómo se hace. Se solicita el procedimiento, se le da a una consejería, firma un consentimiento informado, se le hace una historia clínica, unos exámenes de laboratorio, se comprueba que el embarazo está intrauterinamente y que la edad gestacional corresponde a la fecha de última regla. Muchas veces hay disparidad y no se acuerda. Se les explica el procedimiento, un método de planificación familiar y luego se les hace un seguimiento a las dos semanas para ver si está todo bien. Si se terminó el proceso, pero sobre todo para aprovechar esa oportunidad, esa es oportunidad de oro, para que las mujeres se vayan con un método anticonceptivo.
Bueno, y esto es lo que hemos visto. Estos son los últimos datos actualizados para el día de hoy. Al principio solamente el 2 al 3 % venía de otros Estados. Ustedes saben el Estado de México está alrededor de la Ciudad de México, pero actualmente de cuatro mujeres que llegan, una viene de afuera del Estado de México o de otros Estados. Vinieron de todos los Estados. 94 % de las mujeres son adultas, 6 % adolescentes, 98 % de todas las mujeres adolescentes vienen acompañadas de la mamá. Solteras, casadas, unidas, divorciadas.
El nivel de educación universitaria no llegaba mucho a la Secretaría de Salud con secundaria, enseñanza media, técnica, profesionales, amas de casa, empleadas, estudiantes, independientes, profesionales, comerciantes, de todo. O sea…
Otra cosa importante es que cuando las mujeres saben, las mujeres que hemos atendido nosotros, que están embarazadas buscan ayuda temprana. Eso nos permite ofrecerle un método con medicamento. Ahorita se lo voy a explicar que se puede usar hasta la semana 10 y si suman 9 y 10 semanas, o sea casi el 80 % llega en un momento temprano que se puede usar esa tecnología y la señora no tiene que hospitalizarse, ni hacerle legrado.
Y en un pequeño porcentaje, un 12 % aproximadamente, llega después de las 11 semanas. Esos son los métodos anticonceptivos. Afortunadamente tenemos todos los métodos anticonceptivos, hasta de lujo: tenemos Mirena, implantes, parches, pastillas anticonceptivas, anticonceptivos de emergencia y millones de millones de condones que hemos regalado en todos los barrios. Creo que aquí pasó la Secretaría de Salud para que la gente lo pueda usar y hacer una política de prevención. Interesante que la mayoría de las mujeres que van a la clínica de salud reproductiva y que han solicitado un servicio en más del 90 % las mujeres usan un método anticonceptivo.
Visitamos algunos modelos de atención. Nos invitaron a algunas organizaciones. Vimos algunos hospitales, algunos otros centros y tratamos de copiar lo mejor de varios lados para poder hacer algo a la mexicana, pero bonito, limpio, transparente, con médicos agradables, empáticos, servicios que den seguridad. Porque el tema, la palabra, el diagnóstico da miedo, entonces siempre es tratar de buscar unos espacios bonitos para que las señoras pudieran llegar.
Se entrenó muy bien al personal. Les comentaba que la mayoría de los médicos en la residencia son entrenados por el legrado. Pudimos cambiar hacia las aspiraciones. Ahorita les voy a mostrar una gráfica. También nos capacitaron con los medicamentos. Mucha gente habla del misoprostol, pero tiene su chiste usarlo de una manera correcta. Cómo hacer los seguimientos con el ultrasonido. Al principio, los médicos somos controladores. No nos gustaba que las señoras se fueran y luego no regresaran. No sabíamos si lo estábamos haciendo bien y a veces las trabajadoras sociales decían: “Si les explicamos todo, ¿entonces por qué no regresan? No sabemos por qué no regresan. ¿Por qué no van a regresar aquí?”. Y especialmente por la relación que uno tiene con las con las mujeres aquí, que es una relación hasta paternal, ¿no? Entonces de repente decíamos: “Bueno, sí, le ofrecimos el servicio y ahora no regresan”. Al principio, afortunadamente en México regresa la mayoría y en el Distrito Federal, las repetidoras yo sé que es poco tiempo, pero ahí están las bases de datos son las menores del mundo. Tenemos el 1 %, creo que hay un poquito más. Ahorita vamos a hacer una revisión de los estudios, pero son muy pocas las que vuelven y tenemos una base de datos electrónica, o sea que no es algo muy frecuente.
Claro, usar un medicamento y que lo administraran en casa con su pareja o con su mamá o con alguien que las acompañara nos quitaba un poco el control. Nos daba un poco de miedo y eso definitivamente sí te va cambiando la relación, como decía Gustavo, médico-paciente, porque finalmente bueno… Yo un día usé exactamente la frase que está usando Gustavo y un grupo feminista casi me pegaron con cacho ahí por lo del empoderamiento, pero yo sí creo que eso ha cambiado la relación médico-paciente. Se ha democratizado mucho más y las mujeres de alguna manera lo pueden hacer de una forma solas en la privacidad de su casa, en el tiempo que quieran. Existen menos estigmas. Yo creo que tiene muchas ventajas y, por supuesto, les da mucha independencia.
Este es el cambio de tecnología. Esta es la cifra exacta al 15 de enero del 2013, antes de ayer. 93 061 casos. Llevamos casi 100 000. Yo siempre que veo estos estudios y lo que dice Rafaela que se muere como 1 cada 100 000 o cada 200 000, yo digo: “Ojalá que no ocurra aquí nunca”.
Afortunadamente el grupo de médicos y enfermeras, los prestadores de servicio tienen mucha experiencia sobre todo en dar la consejería. Y si se fijan, lo que está moradito era los procedimientos, cómo se empezaron al principio la mayoría con legrado y luego empieza a aumentar las aspiraciones que es lo amarillito y si se fijan, desaparece el legrado y todo lo verdecito son las aspiraciones, que es un método sumamente seguro. No tenemos ninguna complicación. Yo sé que suena un poco… se va a publicar este estudio que no han habido complicaciones con la aspiración. Entonces, es seguro en un ambiente legal.
Luego, los hospitales siempre llenos de gente y lo pensamos desde muchas patologías: quirófanos para histerectomías, partos, cesáreas, etcétera. Empezamos a migrar hacia los centros de salud que actualmente más de la mitad de los casos. Este es el concentrado del porcentaje desde que se inició el programa, pero el 80 % de los casos se atienden en los centros de salud. Son muy rápidos. Hay un par de clínicas y esto ha reducido la carga de los hospitales, ha permitido mejor acceso y más rápido a las mujeres. La atención es rápida y es gratuita.
Este es el tipo de clínica. Esta es una clínica que abrimos, lo que les contábamos que habíamos visto en Iztapalapa, en la Sierra de Santa Catarina, detrás de Santa Marta que es un área bien pobre. Entonces pusimos vidrios, espejos, bonitas salas de recuperación, una sala de espera agradable. No es una cosa lujosa, pero bonita. Gracias también al apoyo de las organizaciones que han trabajado con nosotros, a GIRE, Católicas, a IPAS, Population Council y Equidad que nos han apoyado. Entonces hemos hecho una sinergia muy interesante para ofrecer servicios de calidad, con afecto y sobre todo bien enfocados a una prevención posterior en métodos anticonceptivos.
Tenemos esta línea de teléfono que es importante que lo anoten, funciona 24 horas y una gran ayuda se llama El ILETEL. Fue de tanto éxito que ahorita lo tenemos para cáncer de cuello uterino, control de embarazo donde la gente puede llamar, te dan información y te pueden referir a alguna clínica y dan consejería.
Y este es el régimen que se usa en este momento, la mifepristona que se parece a un trabalenguas estas dos palabras. Es el RU 486, es una tableta que se toma y a las 24 horas… Bueno y es una antiprogestina. Se toman cuatro tabletas de misoprostol y con esto se tiene una efectividad. El estudio ya se hizo en México de 97 % hasta la semana 10. Cuando se toma misoprostol solo, la efectividad es como del 84 %, un poco más doloroso y la dosis es el doble.
Conclusiones, bueno, la mayoría de los procedimientos se hacen con medicamento. El estándar de oro de la prestación de la interrupción legal de medicamentos, con medicamentos, la mifepristona y el misoprostol es el tratamiento de primera línea, reduce las intervenciones quirúrgicas, no tenemos complicaciones. Hemos hecho varios estudios para preguntarle cómo se sienten las mujeres y los prestadores de servicio. Tenemos libros ahí también donde pueden escribir sus opiniones de que aceptan bien los servicios. Los resultados de los estudios que nosotros tenemos son iguales a la evidencia científica mundial, que es seguro, es menos traumático. Y esto nos ha permitido ofrecer servicios de calidad, resolver los problemas y reducir gastos del sistema de salud, también mujeres hospitalizadas…
Digo, aquí hay un punto muy importante en hospitalizar y no hospitalizar a un paciente. Con el legrado hay que hospitalizar, una paciente un suero y a veces días con antibiótico. Y lo que hacemos ahora, o se usa el medicamento o se usa esta técnica que es una nueva tecnología, las aspiraciones que son ambulatorias. Entonces el paciente sale en un ratito. No se usan camas, no hay que usar el salón de operación, no tenemos que tener un anestesiólogo y eso siempre también te va reduciendo riesgo. La anestesia también es un riesgo y se ahorra también dinero en el sistema de salud. Básicamente eso es todo, muchas gracias.
[Aplausos]
Regina: Muchísimas gracias, Patricio. Después de escuchar lo que significa para las mujeres, cómo esto va a ser parte del proceso de la democratización y las cuestiones de salud pública es muy agradable ver cómo es real la aplicación y la implementación de esta norma con todo el trabajo que hace Patricio y su equipo, y aunque tengo el placer de trabajar muy cercanamente, no me canso de felicitarles por este trabajo. Muchas gracias.
Y bueno, vamos a abrir un espacio de preguntas para que puedan aprovechar a los cuatro ponentes. No sé si tomamos unas 5 preguntas para que les demos oportunidad de responder para que todos escuchen.
Elizabeth: Hola, buenas tardes, mi nombre es Elizabeth. Yo el año pasado por estas fechas acompañé a una amiga a practicarse el ILE, porque ella me había dicho que la habían violado y que no quería tener el bebé, que la acompañara en todo el proceso y la estuve acompañando desde que fue al médico, le dieron la pastilla, estaba en su casa y todo esto. Entonces me dijo que después iba a demandar, pero ahí está mi pregunta, le dije: “¿Cómo vas a demandar?” Y me dice: “Lo que pasa es que como no conozco a la persona, no sé quién es, la primera vez que fui al hospital me sacaron una muestra de ADN de él, de mi cuerpo, por lo que alcancé a entender, en el feto, y con eso iban a buscar su ADN en la PGJ y detenerlo”.
Mi pregunta es, o sea, se me hace muy fantasioso mi pregunta, ¿si es verídico que le saquen una muestra de ADN teniendo el feto para poder hacer la investigación?
Claudia: Soy Claudia Esperanza de CIMAT Noticias y mi pregunta es si han habido muchos avances en cuanto a las vidas probablemente que se han salvado de mujeres que ahora lo hacen legal y que no se arriesgan a todo esto. Pero, en lo personal, la señora que es el servicio de mi casa fue a que le hicieran un aborto y la persona que la atendió de primera instancia, o sea, ella me contó que las trató muy mal que eran como 5 chicas y que las trató muy mal a todas, al punto que las convenció a dos de ellas. Es así como, “les va a doler mucho”, “van a entrar y las van a tratar muy mal”. Y a dos de ellas no se hicieron el aborto, entre ellas la que yo conozco.
Entonces, ¿cuáles son los retos? O sea, me queda claro que ha habido muchos avances, pero todavía tienen que haber retos. ¿Cuáles son los retos para, no sé, esa nueva administración de Mancera, por ejemplo? ¿Y cómo se piensa o si ustedes sí creen que se debe mejorar el servicio? Si ustedes han identificado estas fallas.
Regina: ¿Hay alguna otra pregunta?
Breiner: Mi nombre es Breiner Sanabria y la pregunta es, después de una práctica de embarazo, ¿cuántas veces más se puede practicar el aborto? Hace poco estuve con una compañera de mi antiguo instituto y cuando yo estudié con ella teníamos 16 años, ella hizo algo clandestino, abortó y otra vez está embarazada y otra vez va a abortar. Entonces, ¿qué daño puede hacer? Porque igual todavía le falta mucha vida y seguir embarazando y seguir abortando es algo muy dañino, creo yo.
Regina: ¿Alguien más?
Adriana: Yo soy Adriana, soy estudiante. A ver, si yo no quiero realizar el ILE en una clínica de salud pública, ¿cómo puedo reconocer una clínica privada que ofrezca un buen servicio?
Regina: Si les parece daríamos la palabra en el mismo orden de las intervenciones. ¿Rafa?
Rafaela Schiavon: Bueno, no sé cuáles quieren que conteste, pero tu pregunta no se hace ahorita a partir de la ILE. Se estaba haciendo desde la interrupción legal del embarazo en casos de violación. Una manera de documentar en el eventual proceso una vez que se identifica un potencial agresor, una manera de identificar que él fue efectivamente el violador es a través del ADN del producto. Es un requerimiento en casos de abortos legales por violación y esto existía antes del cambio de la ley. Un requerimiento era conservar una muestra del ADN del producto para guardarla. Entonces parece fantasía en ciencia ficción, pero sí se hace. ¿Cuántas veces esto se logra? Pues depende de agarrar al potencial agresor. Una vez que lo tenga, esa es una prueba muy fuerte.
Yo creo que el tema de la calidad de la atención… Yo diría una cosa más allá de contestar específicamente a tu pregunta, que yo creo que la contestará Patricia. Ojo, en casi todas las clínicas, en los hospitales públicos donde se realizan procedimientos de ILE, hay puestos de personas que dicen “Aquí le damos información sobre ILE”. No sé si les ha sucedido y no es personal de la Secretaría de Salud y la información que puedan dar a las personas es totalmente desviante y va encaminada a que desistan de interrumpir, de llevar a cabo la interrupción del embarazo.
Entonces, ojo. Yo creo que es bueno que hiciste esta pregunta, porque toda información sobre ILE se da dentro de las clínicas o de los hospitales o en el teléfono que le dio el doctor. Toda la información se da ahí. Y si ustedes tienen amigas y yo les decía al principio que aquí ustedes serán replicadores de información, pasen la voz. Ningún puesto afuera, ningún puestecito, ningún camioncito, ningún letrero que diga “Aquí le damos información sobre ILE”, ninguno de estos es legítimo. Entonces en ese caso específico digo, ya apuntaría nada más a estar ojo a la información de la cual es el responsable de la Secretaría de Salud y se da dentro de los hospitales una vez que ustedes entren en los hospitales o a dentro de los centros de salud y ahí es responsabilidad de la Secretaría de Salud, efectivamente, la calidad de la información y el trato y el servicio.
¿Cuántas veces máximo? Yo pensé que tú preguntabas sobre anticoncepción de emergencia. Cada vez que sale algo nuevo, la pregunta de los jóvenes en especial, ¿y cuántas veces máximo lo puedo hacer? ¿O cuántas veces máximo me lo puedo tomar?, etcétera. Todas las veces que sea necesario, pero tratemos de hacer que esas veces sean las menos posibles. Esa sería la respuesta. Esa es la respuesta a la anticoncepción de emergencia, es la respuesta para el aborto. Que se haga siempre en condiciones legales y seguras, ahorita que se puede hacer, y en esas condiciones no hay evidencia que haya un número máximo de procedimientos después de los cuales empiece a tener yo repercusiones físicas. Con el legrado, sí. Con el legrado, la anestesia y todos los procedimientos, porque podía lastimar el cuello. Porque el cuello del útero es una cosa que debe mantenerse cerrada durante el embarazo para que no se salga el producto antes de tiempo.
Entonces, todos los procedimientos, antes, los viejos procedimientos quirúrgicos que ya no se hacen en esa línea que ustedes vieron que se fue para abajo, ya no se ven. Repetirlo repetidamente podría dañar el cuello y el legrado, el raspado podría dañar las paredes de la matriz donde se pega el óvulo fertilizado. Pero con los procedimientos actuales de la aspiración y los procedimientos médicos no hay consecuencia sobre la fertilidad.
Finalmente, yo les quiero dar como un anticipo muy, muy, muy… Yo diría pregunten siempre, fíjense en varias cosas, pregunten sobre la seguridad del procedimiento en clínicas privadas: ¿Qué procedimiento llevan a cabo? ¿Quién lo va a hacer? No se vayan por el fin de que se necesitan hospitalizar, etcétera. Pero le doy una noticia así de que no he dado todavía a nadie, una primicia. IPAS ha llevado a cabo una serie de investigaciones de las prestaciones de los servicios privados. Lo hicimos en 2009, dos años después, año y medio después de la despenalización, y lo repetimos el año pasado y acabamos ayer de ver los primeros resultados. Y en general, y esa es otra cosa muy bonita de la despenalización, la realidad de la prestación de servicios en las clínicas privadas ha mejorado de una manera sustantiva, porque la despenalización saca de la clandestinidad la práctica, no solo en lo público, también en lo privado. Y eso diría que en general, el estudio que hicimos los datos son… realmente hay una mejoría sustancial comparada con el estudio de hace 3 años.
Patricio Sanhueza: Del centro de salud del hospital y pedir información respecto a cómo elegir un servicio de la Secretaría de Salud, y la calidad de la atención… sí nos preocupa la calidad de la atención. En el caso de la chica que trabaja contigo, lo más probable es que tuvo una información equivocada. Hay gente que no está a favor del programa. Dentro de la Secretaría de Salud hay un programa de capacitación permanente. Somos los primeros en reconocer cuando no todo es color de rosa. Por supuesto que ha habido, de repente, van a tomar una mastografía o van al control de un embarazo, y también hay este poco de abuso, estas faltas de sensibilidad o de calidad de la atención, pero hemos seguido muy de cerca la calidad de la atención.
Tenemos pacientes que van como pacientes encubiertos y hemos tenido casos con usuarios simulados. Con Regina, incluso, alguna señora que no la han tratado bien e incluso yo personalmente he tratado de primero ofrecerle una disculpa, porque digo, no es fácil con la mujer ir a pedir algún tipo de servicio, pero más este tipo de asunto y tomar cartas en el asunto y corregirlos. Se han sancionado a la gente que han dado servicios malos, pero no solamente en esto. También en los controles de los embarazos que no haya rechazo de la gente cuando van a dar a luz. Muchas veces dicen “Regresa al rato que tiene 4 cm” y se van a otros hospitales. Han visto las últimas notas. Sí estamos preocupados de que se dé una muy buena calidad y atención y los retos son muchos, los retos son muchísimos.
Salud reproductiva yo creo que es un reto. Es una prioridad de la Secretaría de Salud. Vamos a trabajar entusiastamente y con mucha fuerza, con mucha energía, pero sobre todo en los programas de prevención que son, yo creo los más importantes. Lo ideal es: prevención de embarazos, usar métodos anticonceptivos, prevención de infecciones de transmisión sexual. Tenemos muy buenas clínicas para que se vayan a hacer citología, Papanicolaou, colposcopia, que se controlen los embarazos de las señoras que quieren tener bebés, que vayan que le damos medicamentos, le damos vitaminas, que conozcan el hospital donde se van a atender y que obviamente nos ayuden cuando sepan que hay algo. Ahí tenemos las puertas abiertas y tenemos buzones de quejas para que manifiesten su inconformidad, poder mejorarlo y ojalá podamos ofrecer en esta administración mejores servicios todavía que la administración pasada. Yo creo que se lo merecen las mujeres de aquí.
Ana Amuchástegui: El tema de la repetición y la prevención de embarazos es un tema muy complicado porque, por ejemplo, entre las mujeres que entrevistamos habían algunas decían: “Bueno, esto está requetebién, pero no se vale repetir”. O sea, ya repetir no se vale. ¿Por qué no?
Primero, hay un fantasma de la repetición. Patricio ya habló de que estamos frente más o menos al 1 % de repetidoras, pero los grupos antiderechos han promulgado la idea de que la existencia del aborto legal va a generar repetición y eso es un fantasma. Es un fantasma muy poderoso, porque se ancla en la moral sexual que domina el modo en que nos hemos construido como mujeres y como hombres.
Entonces esto de la repetición en la realidad no existe, pero en términos de fantasma es sumamente eficaz para espantar, en fin. Esa es una y la otra cosa que yo quería decir es que esta cuestión de la repetición de los embarazos no planeados, yo no me atrevo a decir “no deseados” por esto que les dije de la diferencia entre desear un embarazo y desear un hijo. No me atrevo a decir que es que esos embarazos no son deseados nunca. Pueden haber sido no planeados, pero no estoy segura. Y tiene que ver con que en nuestra cultura la anticoncepción está ligada a la desconfianza de la pareja. Es decir, mientras la reproducción, la maternidad, la paternidad se vea como prueba de amor, se vea como la entrega más grande al ser querido, cuando no se considera como un proyecto personal, mientras no se considere un proyecto personal, estamos enfrentados aunque haya cobertura de servicios de planificación familiar, estamos enfrentados a una cierta dificultad para la utilización de la anticoncepción.
No es solo que estén presentes en las farmacias o en los servicios de salud, sino que estamos hablando de una cultura sexual y de una cultura reproductiva y de una cultura de género en donde la maternidad y la paternidad son tan centrales que evitar la maternidad, por ejemplo, en muchos casos de las con las mujeres que platicamos, y en términos de la moral que prevalece, para las mujeres es menos riesgoso evitar prevenir un embarazo que prevenirlo porque es mejor en esa lógica. Es sentido como mejor arriesgarse a un embarazo que llegar a una relación sexual activamente buscando el placer.
La anticoncepción tiene que ver con una decisión consciente y lógica de que uno llega a una relación sexual exclusivamente por el placer. Eso en términos de las coordenadas subjetivas de la cultura sexual en México todavía estamos un poco lejos. A mí me encantaría hablar de la prevención, porque si no tomamos en cuenta esa dimensión, la cuestión operativa de la anticoncepción llega un momento en que [inaudible].
Regina: Muchas gracias a todos y a todas ustedes por habernos acompañado el día de hoy. Y muchas gracias a los cuatro, a Rafa, Gustavo, Ana y Patricia. Es siempre un placer escucharles y siempre se aprende cosas nuevas y les invito a que pasen a visitar la exposición para quienes no lo han hecho. Muchísimas gracias y espero verles el próximo jueves.
Muchas gracias.
[Aplausos]
Plano de un padre. En un segundo plano hay una mujer con un globo de diálogo que le dice: “Padre… ¿Todavía es pecado… usar píldoras anticonceptivas?
En un tercer plano, se acerca la mujer con un bebe en sus brazos. El padre tiene expresión de sorpresa.
Disminuye el zoom del plano que le precede y aparece la misma mujer y otro niño tomando de su mano.
Continúa disminuyendo el zoom del plano y la mujer aparece con dos niñas más, una que está abrazándole las piernas y otra, llorando desconsoladamente.
[Suenan las campanas de la iglesia]
[Texto en pantalla con música de fondo]: Es el Estado quien debe proveer información sobre métodos anticonceptivos. Todas las personas tienen derecho a decidir si quieren o no tener hijos/as y cuándo tenerlos.
Iglesias y Estados, separados.
[Platillo sonando y ovación]
Campaña por Estados laicos
Red Latinoamericana de Católicas por el Derecho a Decidir
En un primer plano hay muchas ovejas.
[Balido de ovejas]
En un segundo plano hay un padre con un altavoz y una burbuja de diálogo que dice: “¡Por aquí! Este es el camino”.
En un tercer plano, el padre pastorea a las ovejas.
[Balido de ovejas]
En un cuarto plano, se aprecian los árboles y las montañas que los rodean.
[Balido de ovejas]
[Texto en pantalla]: “La fe ciega es peligrosa”.
En un quinto plano, las ovejas terminan descendiendo por un barranco.
[Balido de ovejas]
[Texto en pantalla y música de fondo]: No siempre los intereses de las jerarquías eclesiásticas son los tuyos…
Iglesias y Estados, separados.
[Platillo sonando y ovación]
Campaña Latinoamericana por Estados laicos
Red Latinoamericana de Católicas por el Derecho a Decidir
En un primer plano, audiencia con 7 personas.
En un segundo plano hay una flecha indicando el Congreso de la República.
Disminuye el zoom del plano que le precede y aparece una pancarta con el texto “Votación: legalización del aborto” y el botón de “En sesión” encendido.
En un tercer plano, [Pasos] un padre molesto con un períodico en la mano.
En un cuarto plano, hay un periódico con el titular “Iglesia presiona: aborto legal vetado”.
En un quinto plano, el papa está siendo entrevistado en la televisión.
[Texto en pantalla con música de fondo]: El Estado debe garantizar políticas públicas sin injerencia religiosa.
Iglesias y Estados, separados.
[Platillo sonando y ovación]
Campaña por Estados laicos
Red Latinoamericana de Católicas por el Derecho a Decidir
En un primer plano, un rey junto con el arzobispo.
Aumenta el zoom que le precede y ambos se acercan, el arzobispo le dice al oído “…Unos infieles acá, otros cuantos por allá…” “Unos indios acullá…” “…Y así, majestad, vamos evangelizando”.
En un segundo plano, representación de dos hombres en armadura y armas en sus caballos.
En un tercer plano, varios hombres con espadas atravesando sus cuerpos, derramando mucha sangre.
En un cuarto plano, hombre amarrado a un árbol, con sangre derramada por su cuerpo, vestido con una manta. Muchos hombres, incluido un padre, a su alrededor.
En un quinto plano, general rascándose la frente junto a un sacerdote.
Aumenta el zoom del plano, el sacerdote toca su hombro y le dice: “General: esto con medio millón de muertos lo arreglamos”.
En un sexto plano, [explosión] soldados con armas de fuego en sus manos, escondiéndose entre escombros.
En un séptimo plano, paredes con orificios causados por balas.
En un octavo plano, hombre se le acerca al comandante y le dice: “Comandante, usted firme, que yo lo absuelvo”.
En un noveno plano, techos de casas.
En un décimo plano, mujeres sosteniendo un cartel enorme que dice: “Aborto sí, aborto no. Eso lo decido yo”.
Muchas niñas indígenas descalzas.
[Texto en pantalla con música de fondo]: ¿Y todo “en el nombre del padre”? El problema no es de Dios, sino de los que se creen sus intermediarios.
Iglesias y Estados, separados.
[Platillo sonando y ovación]
Campaña Latinoamericana por Estados laicos
Red Latinoamericana de Católicas por el Derecho a Decidir
[Texto en pantalla con música de fondo]: Cuando en el Estado no hay laicidad…
En un primer plano, cruces cubriendo la mayoría del espacio, una estrella de David y un Ankh.
En un segundo plano, la estrella de David es tachada al igual que el Ankh.
En un tercer plano, estrella de David cubriendo la mayoría del espacio y tres símbolos diferentes.
La estrella de David desintegra a los símbolos diferentes, ocupando todo el espacio.
En un cuarto plano, medialunas y estrellas, símbolo del islam, ocupando la mayoría del espacio y un símbolo del Ying y el Yang.
[Sonido de emergencia] Las medialunas desintegran al Ying y al Yang.
[Texto en pantalla con música de fondo]: Cuando el Estado es laico, se garantiza la libertad religiosa, de pensamiento, de conciencia…
En un quinto plano, símbolos de diversidad de religiones.
Iglesias y Estados, separados.
[Platillo sonando y ovación]
Campaña Latinoamericana por Estados laicos
Red Latinoamericana de Católicas por el Derecho a Decidir
En un primer plano, [Texto en pantalla con música de fondo]: ¿Qué Estado ratificó
En un segundo plano, [Texto en pantalla con música de fondo]: ¿Qué Estado NO ratificó las convenciones de las Naciones Unidas contra las discriminaciones hacia las mujeres?
En un tercer plano, [Texto en pantalla con música de fondo]: ¿Ni sobre los genocidios, a prohibición de la tortura y la pena de muerte o el apartheid?
En un cuarto plano, [Texto en pantalla con música de fondo]: ¿Ni contra las discriminaciones hacia los pueblos indígenas, ni hacia los trabajadores?
Panorama geográfico de una ciudad.
Panorama geográfico de casas y zonas verdes.
En un quinto plano, el papa en frente de la plaza del Vaticano y personas caminando.
[Texto en pantalla con sonido de máquina de escribir]: El “Estado” Vaticano. ¿Qué Estado es ese?
Iglesias y Estados, separados.
[Platillo sonando y ovación]
Campaña Latinoamericana por Estados laicos
Red Latinoamericana de Católicas por el Derecho a Decidir
[Música]
En un primer plano, un sacerdote sonríe y en una burbuja de diálogo dice: “…Y entonces Dios gentilmente tomó una costilla de Adán…”
En un segundo plano, camisa blanca con una etiqueta que dice “Adán”.
En un tercer plano, hombre empleado en una carnicería.
[Melodía gloriosa]
En un cuarto plano, hombre extendiendo su mano.
En un quinto plano, zoom de la carne.
En un sexto plano, carne entregada a las manos de hombre.
En un séptimo plano, sacerdote sonríe y en una burbuja de diálogo dice: “…¡Y de allí nació Eva!”
[Texto en pantalla con música de fondo]: No creas cualquier cuento.
Las personas tienen derecho a información veraz y transparente.
Iglesias y Estados, separados.
[Platillo sonando y ovación]
Campaña Latinoamericana por Estados laicos
Red Latinoamericana de Católicas por el Derecho a Decidir
[Voz de mujer, campanas sonando y un río que corre]
El río que devora.
El Río De Los Remedios.
¿Cuántos cuerpos más encontrarán aquí?
¿Cuántas niñas?
¿Cuántas mujeres?
¿Cuántos cuerpos más?
En México nos están matando.
Cada día, 10 mujeres son asesinadas por hombres, porque creen que pueden hacerlo sin consecuencias.
Callarnos, violarnos, desaparecernos.
Arrebatarnos la vida por celos, por odio, por abuso de poder.
Por el hecho de ser mujeres.
Y como si no fuera suficiente, luego nos tiran.
Y cuando nos encuentran, si es que no se encuentran, dicen que todo fue nuestra culpa.
Cincuenta y nueve por ciento del territorio mexicano con alerta de género.
El país convertido en un foco rojo que arde violento.
¿Cuántas veces tendremos que escuchar el mismo discurso de los gobiernos?
Desligándose de la responsabilidad.
Lavándose las manos en un río de impunidad.
Esos cuerpos son mujeres.
Niñas.
Ellas tenían vidas.
Nombres.
Familias.
Trabajos.
Sueños.
[Música con flautas]
Piensan que vamos a olvidarlas, pero hay algo que subestiman.
Nuestra indignación.
Nuestra rabia.
[¡Vivas nos queremos! ¡Ni una más!]
No.
No es demasiado exigir justicia.
Es lo mínimo.
Por ellas.
Por esas mujeres.
Porque somos más.
¿Cuántas más?
Todas.
Todas nosotras.
[Sonido de flautas, campanas y viento]
[Hombre frente a un micrófono]: En defensa de los derechos de las mujeres, colaboramos en la elaboración y publicación de un texto denominado Campo Algodonero.
[Mujer frente a cámaras]: Se incrementa el odio contra las mujeres.
[Hombre en las noticias]: Casi 3000 mujeres han sido asesinadas en los últimos 2 años. Y la cifra se multiplica cada día.
[Voz de hombre]: En algunos casos se ha hecho justicia. En otros no, por supuesto.
[Mujer en las noticias]: Fuerzas de seguridad podrían estar involucrados en estos homicidios.
[Hombre frente a un micrófono]: Víctimas de violencia o feminicidio.
[Mujer en las noticias]: Hablamos de feminicidios.
[Hombre en las noticias]: Feminicidio.
[Recortes de videos de mujeres y niñas]
[Voz de mujer y música de fondo]
Sandra.
Campira.
Mariana.
Yang.
Mafer.
Lesvy.
Nadia.
Karen.
Fátima.
Abigail.
Fernanda.
Zyanya.
Tenemos sus nombres en la garganta.
[Susurro] Esmeralda.
Como un nudo que crece en un grito imparable.
Aquí con nosotras…
[Susurro] Patricia
…su memoria está segura.
[Susurros]
[Se enciende un cerillo]
[Voz de mujer con música de fondo] No estamos todas, pero no estamos solas.
Ha sido un camino largo en la búsqueda de verdad y justicia para salir de esta oscuridad. Pero al encontrarnos, descubrimos que la luz estaba entre nosotras.
Tenemos certeza de la verdad. Y lucharemos hasta el cansancio para romper la cadena de discriminación e impunidad.
[Mujeres marchando con velas encendidas]
[Voz de mujer] ¡Justicia para Fernanda!
[Multitud grita] ¡Justicia!
[Multitud grita] ¡Vivas las queremos!
[Voz de mujer] No más. Ya no más. ¡Ni una más!
[Multitud grita] ¡Ni una asesinada más! ¡Ni una más, ni una más! ¡Ni una asesinada más!
[Voz de mujer] Vamos a gritar hasta que nos escuchen.
[Multitud grita] ¡No fue suicidio!
[Voz de mujer] Porque guardar silencio es como cerrar los ojos en la oscuridad.
Sí, hay dolor. Pero ya no hay miedo.
[Multitud grita] ¡Ni una más! ¡Ni una asesinada más!
[Voz de mujer] Lo que nos sostiene es la lucha y el calor de sabernos apoyadas cuando avanzamos una al lado de la otra. Nuestra sororidad.
Nos van a ver. Y nos van a ver juntas. Esto apenas comienza.
[En pantalla: #NosVanAVerJuntas. Gracias a todas las madres de víctimas de feminicidios por su incansable valentía de seguir luchando hasta llegar a la justicia].
[En pantalla: Estos videos fueron realizados con el apoyo de la Embajada del Reino de los Países Bajos en México. Sus contenidos son responsabilidad exclusiva de Católicas por el Derecho a Decidir y el Observatorio Nacional del Feminicidio].
[En pantalla: Producción: Católicas por el Derecho a Decidir, Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio. Realización: Candela Cine. Con el apoyo de la Embajada del Reino de los Países Bajos en México].
[En pantalla: I. Indignación. Dirección: Ana Chinos Salgado. Producción: Aissa Grajeda. Guion: Marty S. Minnich, Kim Torres, Nubia J Saldaña. Edición: Kim Torres. Narración: Alexia de la Rosa. Composición musical: Fernanda Cabral Kañetas. Intérprete flauta alto: María Clara Lozada Ocampo. Operador dron: Benjamín Guzmán. Corrección de color: Maribel Muro. Post producción de sonido: Disruptiva Sound. Diseño sonoro de Disruptiva Sound: Uriel Valdés. Coordinadora de proyectos de Disruptiva Sound: Ángela Herrera. Animación: Casiopea. Dirección y animación en Casiopea: Alexandra Castellanos. Producción en Casiopea: Sandra Medina. Animación en Casiopea: Daneri Gerardo, Rodrigo López Mille. Transportación: Ramón Díaz].
[En pantalla: II. Memoria. Dirección: Nubia J Saldaña. Producción: Aissa Grajeda. Guion: Ana Chinos Salgado, Kim Torres, Marty S. Minnich. Dirección de fotografía: Claudia Becerril. Asistente de fotografía: Iris E.Martínez. Composición musical: Fernanda Cabral Kañetas. Narración: Ana Lucía. Asistente de dirección: Ana Chinos Salgado. Dirección de arte: Sol Martínez Dos Santos, Abigail Cinco. Asistentes de arte: Karla Ortiz, Mariana Rodríguez. Animación: Casiopea. Dirección y animación en Casiopea: Alexandra Castellanos. Producción en Casiopea: Sandra Medina. Animación en Casiopea: Daneri Gerardo, Rodrigo López Mille. Diseño sonoro: Nubia J. Saldaña. Asistente de diseño sonoro: Cosme Álvarez. Corrección de color: Maribel Muro. Diseño de título: Alina Galo. Extras: Perla Arzate, Sara Bautista, Blanca Colin, Gabriela García, María del Carmen García, Saraí Ramírez, Graciela Ramos, Ambar Santos. Archivo televisivo: Canal del Congreso, Informativo 40, Imagen Noticias, Univisión Noticias, Telemundo].
[En pantalla: III. Esperanza. Con la participación de: Margarita Alanis, Patricia Becerril, Irinea Buendía, Araceli Mondragón, Lorena Quintana, Magdalena Velarde, Mónica Yang. Dirección: Ana Chinos Salgado. Producción: Aissa Grajeda. Guion: Nubia J Saldaña, Marty S. Minnich, Kim Torres. Dirección de fotografía: Michelle Rosales. Cámara B y asistencia de fotografía: Mel Nocetti. Asistencia de dirección: Nubia J. Saldaña. Edición: Kim Torres. Composición musical: Fernanda Cabral Kañetas. Sonido: María Alejandra Rojas. Corrección de color: Maribel Muro. Narración: Irenea Buendía. Dirección de voz: Marty S. Minnich. Post producción de sonido: Disruptiva Sound. Diseño sonoro de Disruptiva Sound: Uriel Valdés. Coordinadora de proyectos de Disruptiva Sound: Ángela Herrera. Diseño de título: Alina Galo. Animación de título: Nubia J. Saldaña. Asistentes de producción: Paulina Cristina Romo, Antonio Padilla].
[En pantalla: Agradecimientos: A todas las personas de Católicas por el Derecho a Decidir y el Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio involucradas en la realización de los videos. A la Universidad Westhill, Noemi Esquivel, Colegio Sir Winston Churchill, Melissa Alatorre, Fabiola Aparicio Fuentes, Centro de Capacitación Cinematográfica, Alfredo Loaeza, Librería la Murciélaga, Oscar Benassini, Miguel Gustavo Alatorre, Centro Cultural Los Talleres, Gabriela Garcia, Nur Rubio Sherwell, Rodrigo Hernández Cruz, Camila Ibarra, Julia Ibarra, Natalia Ponce, Andrea Ibarra, Susa Gómez y Rubén Amezcua].
[Hombre frente a un micrófono]: En defensa de los derechos de las mujeres, colaboramos en la elaboración y publicación de un texto denominado Campo Algodonero.
[Mujer frente a cámaras]: Se incrementa el odio contra las mujeres.
[Hombre en las noticias]: Casi 3000 mujeres han sido asesinadas en los últimos 2 años. Y la cifra se multiplica cada día.
[Voz de hombre]: En algunos casos se ha hecho justicia. En otros no, por supuesto.
[Mujer en las noticias]: Fuerzas de seguridad podrían estar involucrados en estos homicidios.
[Hombre frente a un micrófono]: Víctimas de violencia o feminicidio.
[Mujer en las noticias]: Hablamos de feminicidios.
[Hombre en las noticias]: Feminicidio.
[Recortes de videos de mujeres y niñas]
[Voz de mujer y música de fondo]
Sandra.
Campira.
Mariana.
Yang.
Mafer.
Lesvy.
Nadia.
Karen.
Fátima.
Abigail.
Fernanda.
Zyanya.
Tenemos sus nombres en la garganta.
[Susurro] Esmeralda.
Como un nudo que crece en un grito imparable.
Aquí con nosotras…
[Susurro] Patricia
su memoria está segura.
[Susurros]
[Texto en pantalla: Estos videos fueron realizados con el apoyo de la Embajada del Reino de los Países Bajos en México. Sus contenidos son responsabilidad exclusiva de Católicas por el Derecho a Decidir y el Observatorio Nacional del Feminicidio]
[Voz de mujer, campanas sonando y un río que corre]
El río que devora.
El Río De Los Remedios.
¿Cuántos cuerpos más encontrarán aquí?
¿Cuántas niñas?
¿Cuántas mujeres?
¿Cuántos cuerpos más?
En México nos están matando.
Cada día, 10 mujeres son asesinadas por hombres, porque creen que pueden hacerlo sin consecuencias.
Callarnos, violarnos, desaparecernos.
Arrebatarnos la vida por celos, por odio, por abuso de poder.
Por el hecho de ser mujeres.
Y como si no fuera suficiente, luego nos tiran.
Y cuando nos encuentran, si es que no se encuentran dicen que todo fue nuestra culpa.
Cincuenta y nueve por ciento del territorio mexicano con alerta de género.
El país convertido en un foco rojo que arde violento.
¿Cuántas veces tendremos que escuchar el mismo discurso de los gobiernos?
Desligándose de la responsabilidad.
Lavándose las manos en un río de impunidad.
Esos cuerpos son mujeres.
Niñas.
Ellas tenían vidas.
Nombres.
Familias.
Trabajos.
Sueños.
[Música con flautas]
Piensan que vamos a olvidarlas, pero hay algo que subestiman.
Nuestra indignación.
Nuestra rabia.
[¡Vivas nos queremos! ¡Ni una más!]
No.
No es demasiado exigir justicia.
Es lo mínimo.
Por ellas.
Por esas mujeres.
Porque somos más.
¿Cuántas más?
Todas.
Todas nosotras.
[Sonido de flautas, campanas y viento]
[Texto en pantalla: Estos videos fueron realizados con el apoyo de la Embajada del Reino de los Países Bajos en México. Sus contenidos son responsabilidad exclusiva de Católicas por el Derecho a Decidir y el Observatorio Nacional del Feminicidio]
[Se enciende un cerillo]
[Voz de mujer con música de fondo] No estamos todas, pero no estamos solas.
Ha sido un camino largo en la búsqueda de verdad y justicia para salir de esta oscuridad. Pero al encontrarnos, descubrimos que la luz estaba entre nosotras.
Tenemos certeza de la verdad. Y lucharemos hasta el cansancio para romper la cadena de discriminación e impunidad.
[Mujeres marchando con velas encendidas]
[Voz de mujer] ¡Justicia para Fernanda!
[Multitud grita] ¡Justicia!
[Multitud grita] ¡Viva las queremos!
[Voz de mujer] No más. Ya no más. ¡Ni una más!
[Multitud grita] ¡Ni una asesinada más! ¡Ni una más, ni una más! ¡Ni una asesinada más!
[Voz de mujer] Vamos a gritar hasta que nos escuchen.
[Multitud grita] ¡No fue suicidio!
[Voz de mujer] Porque guardar silencio es como cerrar los ojos en la oscuridad.
Sí, hay dolor. Pero ya no hay miedo.
[Multitud grita] ¡Ni una más! ¡Ni una asesinada más!
[Voz de mujer] Lo que nos sostiene es la lucha y el calor de sabernos apoyadas cuando avanzamos una al lado de la otra. Nuestra sororidad.
Nos van a ver. Y nos van a ver juntas. Esto apenas comienza.
[En pantalla: #NosVanAVerJuntas. Estos videos fueron realizados con el apoyo de la Embajada del Reino de los Países Bajos en México. Sus contenidos son responsabilidad exclusiva de Católicas por el Derecho a Decidir y el Observatorio Nacional del Feminicidio]
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