En Católicas por el Derecho a Decidir México lamentamos la reciente declaración del Vaticano en la que se niega la posibilidad de bendecir a parejas del mismo sexo. Dicha declaración surge a partir de la pregunta: ¿La Iglesia dispone del poder para impartir la bendición a uniones de personas del mismo sexo? Ante esto, la Congregación para la Doctrina de la Fe respondió que:
“no es lícito impartir una bendición a relaciones, o a parejas incluso estables, que implican una praxis sexual fuera del matrimonio (es decir, fuera de la unión indisoluble de un hombre y una mujer abierta, por sí misma, a la transmisión de la vida), como es el caso de las uniones entre personas del mismo sexo”
En el mismo documento, se catalogan como pecado las uniones homosexuales o las decisiones vividas en torno a la sexualidad de las personas. Este tipo de afirmaciones no solo limitan las libertades y la autonomía, sino también el reconocimiento de la diversidad, promueve el estigma, la discriminación y legitima la violencia.
En Católicas por el Derecho a Decidir creemos necesario rescatar los argumentos de la tradición católica que afirman la libertad de conciencia de las personas y por lo tanto, la posibilidad de tomar decisiones libres e informadas sobre nuestra sexualidad y reproducción, sobre nuestras identidades y roles y sobre nuestra orientación sexual, libres de culpas y violencias.
La comunidad católica es más crítica y participa activamente en la construcción de una Iglesia más incluyente y sensible a las realidades de sus creyentes. De acuerdo con datos de la Encuesta Nacional de Opinión Católica, 2014, 87% de la feligresía mexicana cree que homosexuales y lesbianas deben tener los mismos derechos que todas las demás personas y 50% considera que la Iglesia católica debe aceptar familias encabezadas por una pareja del mismo sexo.
Somos creyentes de que la práctica de otorgar amor a todas las personas, como a nosotras mismas, es una de las bases primordiales para replicar la palabra de Jesús. Creemos que la convivencia se basa en el respeto, la libertad, la igualdad, la no discriminación, la solidaridad, la justicia, el reconocimiento de la diversidad y el bien común; y que nuestra Iglesia debe bendecir estas realidades.
Argumentar a partir de las relaciones binarias de género, evidenciando que todo lo que sea diferente a esta visión es contrario al Plan Divino, aleja a la Iglesia de la promoción del respeto, la compasión y sensibilidad. Si podemos bendecir espacios, cosas y seres individuales, debemos poder apelar también a la bendición de uniones de personas, que son y serán siempre presencia divina.
En Católicas por el Derecho a Decidir consideramos que es urgente que el Vaticano cambie su postura condenatoria respecto a la sexualidad sin fines reproductivos y que acepte que la feligresía es diversa y plural. También debe de reconocer que quienes somos parte de esta Iglesia estamos conformando distintos tipos de familias sin por ello dejar de ser personas católicas, porque donde hay amor, hay familia.
Finalmente, abrazamos a quienes desde su trinchera colaboran con una Iglesia cercana a las realidades contemporáneas de sus fieles, respetuosa de las diferencias, los derechos humanos, la diversidad y las libertades de todas las personas; e invitamos a replicar la palabra de Dios desde la empatía y la inclusión de todas las personas.
#SinDiversidadNoHayIglesia
#SinMujeresNoHayIglesia
#TodasLasPersonasPodemosSerIglesia
Católicas por el Derecho a Decidir, México.